Ausencia de reglas de operación: mala práctica de manual
Gasto en subsidios y transferencias
La composición del gasto arroja datos negativos. En el Paquete Económico 2020 continúa el estancamiento de rubros prioritarios de gasto como salud, educación e inversión física.
Nos preocupa que se proponga que el 64% del gasto en programas de subsidios y transferencias (SyU) sea para aquéllos “sin reglas de operación”, lo cual representa una mala práctica que incrementa los riesgos de corrupción y de mal desempeño.
- En este Paquete 2020 decepciona que la gran mayoría del gasto en programas de subsidios sea para programas “sin reglas de operación” (ROP) (64%), y únicamente 36% para programas sujetos a ROP. En 2020 se propone gastar 402 mil millones de pesos en programas de subsidios sin ROP. Es decir, 45% de los recursos que tiene el gobierno, después hacer sus pagos obligatorios, se va a ir a programas que no están obligados a regular su diseño, mientras que en 2019 fue de 40%.
- Una de las principales herramientas de las ROP es la promoción de un trato equitativo hacia los beneficiarios. Además, obligan a realizar una evaluación de resultados, lo cual es clave, porque no hay otra forma de obtener suficiente evidencia para saber si el subsidio ha sido bien o mal manejado. Sin ellas, es más difícil juzgar su desempeño, mejorar su diseño y exigir la rendición de cuentas.
- Que el Presupuesto 2020 se haya redistribuido hacia nuevos programas sin ROP es signo de que continuará la discrecionalidad y queda en entredicho la seriedad de la nueva política social.
- Las reglas de operación facilitan que los distintos programas sociales incluyan distintos enfoques transversales, principalmente el de género. Los principales programas de subsidios de esta administración no cuentan con reglas de operación por lo que se dificulta que atiendan demandas sociales con una visión de atención de derechos humanos y con mayor eficacia en sus objetivos buscados. Un ejemplo de esto es Jóvenes Construyendo el Futuro, en sus lineamientos no se incluye el enfoque de género, a pesar de que su población objetivo es mayoritariamente mujeres.
Los principales programas de «otros subsidios» son:
- Subsidios para organismos descentralizados estatales con 90 mil millones de pesos. Este programa es de ayuda a 68 universidades públicas estatales.[1]
- El antes Seguro Popular con 72 mil millones de pesos, próximamente INSABI. Este programa será sustituido por uno nuevo el proceso legislativo vigente. A pesar de que este programa cuenta con reglas de operación, cuenta con una clasificación U.[2]
- Subsidios a Tarifas eléctricas con 70 mil millones de pesos. Este subsidios no da a conocer información de su distribución y ejercicio en años anteriores.
- En la segunda gráfica pueden identificar 10 programas insignia de subsidios NO sujetos a reglas de operación (sombreados en negro), que suman un presupuesto de 124 mil millones de pesos.
- Los ganadores: los programas de subsidios que tienen los mayores aumentos respecto al cierre estimado de 2019 son: Subsidios a las Tarifas Eléctricas (30%), Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores (11%), Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez (62%), Sembrando Vida (73%), Precios de Garantía a Productos Alimentarios (61%) y La Escuela Nuestra (nuevo programa).
- Los perdedores: los programas de subsidios que tienen los mayores recortes respecto al cierre estimado de 2019 son: Becas de Educación Básica para el Bienestar Benito Juárez (-29%), Jóvenes Escribiendo el Futuro (-27%), Fomento a la Agricultura (-99%), Prospera Programa de Inclusión Social (-100%) y Programa Nacional de Reconstrucción (-66%).