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Los Números de Erario edición especial: Paquete Económico 2019

LO BUENO 🙂

  1. El crecimiento económico para 2019 parece realista. Se estima un crecimiento económico 2%, en un rango de 1.5-2.5%. Lo propuesto está en línea con lo estimado por otros analistas del sector público y privado.

  1. El Poder Ejecutivo propuso un presupuesto con un nivel de ingreso más realista, en relación a lo observado en años anteriores. Se estima que los ingresos totales del Sector público tengan una disminución de -0.1% respecto al estimado del cierre de 2018.

Derivado de lo anterior, no se esperan ingresos excedentes tan altos -como en años anteriores- para financiar sobre ejercicios discrecionales como los observados históricamente en los rubros de “Publicidad Gubernamental”, “Presidencia” y programas discrecionales del Ramo 23 como “Fortafin”. No obstante, continúa siendo posible modificar el presupuesto durante el año y financiar posibles sobre ejercicios con otras bolsas discrecionales, como recortes a otros rubros de gasto o recursos del endeudamiento público.

  1. Se propone un balance primario positivo que aumente de 0.7% del PIB en 2018 a 1% del PIB en 2019. De esta manera, se continúa con el esfuerzo emprendido en la administración anterior, para darle fin a una etapa que duró nueve años cuándo el gobierno bajó la guardia en materia de disciplina financiera y presentó déficits primarios. Es decir, no tenía dinero en las arcas para pagar los intereses del saldo de su deuda y por eso pedía prestado para pagarlos.

Es importante aclarar, que actualmente se propone que el superávit primario se financie con recortes al gasto público y no con ingresos extraordinarios provenientes de liquidar las reservas internacionales del Banxico, como sucedió en la administración anterior.

A pesar de la mejora en el Balance primario, este sigue siendo insuficiente para pagar los intereses de la deuda. Por ese motivo, será necesario endeudarse para pagar la totalidad de los intereses de la deuda. Para pagar los intereses sin pedir prestado, el superávit primario debería ser 3% del PIB pero se propuso que sea 1% del PIB.

  1. Se mantiene estable el nivel de endeudamiento en relación al PIB (45.3%). Además, hay una perspectiva más realista sobre la evolución de este indicador en los siguientes años. En la administración anterior se prometió una disminución ambiciosa y poco creíble del indicador, que no se cumplió.

  1. Hay una mejora en la “Regla de Oro”, se propone un mayor nivel de inversión en relación al monto de endeudamiento solicitado, especialmente en el Sector público, es decir cuándo se incluye a las empresas productivas del Estado.

Se planea invertir 91 centavos por cada peso de endeudamiento para el sector público, cuando en 2018 se invirtió 80 centavos por cada peso de endeudamiento aprobado. Esto sugiere una mejor composición del Paquete Económico.

  1. Se propone desaparecer los programas de subsidios del Ramo 23 que entregaban recursos a los gobiernos locales de manera discrecional, sin contar con Reglas de Operación, sin orientación a resultados, y con motivaciones de control político[1], especialmente Fortafin y Programas Regionales.

  1. Se propone formalizar 108 plazas de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional Anticorrupción. Estas plazas ya existían en 2018 pero eran eventuales y ahora están inventariadas en la propuesta de plazas del gobierno. Esto puede fortalecer la continuidad de SNA, así como, la responsabilidad y la transparencia sobre el manejo de los recursos humanos de esa institución.

LO MALO 🙁

  1. La presión del costo financiero ha desplazado los gastos en educación y salud como proporción del PIB. El crecimiento del monto de la deuda en la administración anterior, aunado a un incremento en las tasas de interés, ha hecho que el costo de tener deuda aumente de manera significativa. Esta obligación financiera ha ido desplazando el gasto en otros sectores prioritarios.

Ante este contexto, en el Paquete Económico 2019 se proyecta un escenario nada alentador, un crecimiento económico plano durante todo el sexenio, sin aumento de los ingresos públicos en proporción al PIB. No se tiene prevista una propuesta definida para cambiar el marco económico y fiscal en el mediano plazo, de tal forma que desde 2019 ya se tuviera un plan concreto con base en el cual poder emitir mejores proyecciones de la situación fiscal. Es necesario ampliar el espacio fiscal para aumentar los gastos en salud, educación así como la inversión, entre otros.

Lo anterior confirma lo que México Evalúa junto con todas las organizaciones que integran el Colectivo Peso han señalado desde hace más de tres años; que el gobierno carece de una función: la planeación de las finanzas públicas en el mediano y largo plazo. Sin esta función será difícil financiar servicios públicos suficientes y de calidad para superar la pobreza y alentar e crecimiento económico. Es muy difícil que un equipo de transición pueda construir una propuesta bien definida en tan poco tiempo, esto limita las posibilidades de mejorar el escenario fiscal en el mediano plazo. Insistimos en que es indispensable crear un verdadero Consejo Fiscal en el Congreso; apartidista, con autonomía presupuestaria y de gestión y voz pública, que evalué la política fiscal que haga prospectiva de finanzas públicas y sea capaz de emitir recomendaciones de política pública. En el Paquete económico 2019 no se propone la creación de un Consejo Fiscal.

  1. El aumento en la inversión como proporción de PIB es mínimo. No es una buena noticia, dado que México tiene una brecha en materia de infraestructura y para atenderla tiene que destinar más recursos a este fin.

El gasto en inversión tiene mayor efecto multiplicador que el consumo. Además, la propuesta de inversión es una decepción; privilegia al sector energético, mientras la inversión en infraestructura de salud, educación y servicios básicos se mantiene estancada. Esto sugiere que se propone un esquema en el cual el estado intensifica sus recursos hacia el sector energético, en lugar de destinarlos a la formación de capital humano que es el prerrequisito para aumentar el ingreso de las personas y promover la movilidad social. Es un retorno a un esquema anterior que se intentaba superar, porque en el pasado no dejó buenos resultados. Se tiene una deuda social que para saldarse requiere de la presencia de la inversión pública, en donde la iniciativa privada no tiene incentivos a invertir por sí sola, como sí los tiene para invertir en el sector energético.

 

Un punto negativo en los nuevos programas de inversión, catalogados como prioritarios por esta administración, es que su gasto se está aprobando en partidas provisionales[2] que no explican en qué rubros específicos se planean gastar dichos recursos. Esto no ayuda a la rendición de cuentas. Un ejemplo de esto es el programa “Provisiones para la modernización y rehabilitación de la infraestructura aeroportuaria y de conectividad”, que tiene un monto asignado de 18 mil millones de pesos en dos Secretarías. La Secretaría de la Defensa Nacional cuenta con un presupuesto 15 mil millones pesos para dicho proyecto, mientras que los otros 3 mil millones se proponen para la SCT.

Existe evidencia de la Auditoría Superior de la Federación sobre la ineficiencia y la opacidad en la ejecución de los proyectos de infraestructura por la Sedena. Por ejemplo iniciar proyectos con una planeación incompleta (o sin planeación), llevando a ajustes excesivos en tiempo y presupuesto. Un caso emblemático es el caso de la barda perimetral del NAIM. [3]

  1. Se esperan menos ingresos excedentes debido a que hay una propuesta de ingresos más realista en relación a los ingresos observados en los años anteriores, pero en caso de que se reciban, no se propone un avance sobre la política del uso de ingresos excedentes. Por un lado, la regulación de estos ingresos se mantiene sin cambio en la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria. La regulación actual no garantiza que se destinen en mayor medida al pago de la deuda, al ahorro y a la inversión, además se mantienen vicios de transparencia y rendición de cuentas.

Por otro lado, en la ILIF 2019 se propone que la Secretaría de Hacienda pueda decidir durante el año la asignación de los ingresos por recuperaciones de capital, un tipo de ingreso por aprovechamientos, pero sin obligarla a que rinda cuentas al Congreso sobre esa asignación. Esto permite la discrecionalidad.

Tampoco se avanzó en la transparencia de los ingresos por aprovechamientos. En la ILIF 2019, 90% de los mismos continúa sin desglosarse, sigue siendo un misterio el origen de estos ingresos.

 

  1. El Poder Ejecutivo solicitó un techo de endeudamiento más moderado, pero mayor al déficit propuesto. Es decir, el déficit es menor al techo de endeudamiento, por lo que habrá un monto sobrante de casi 100 mil millones de pesos*, que no sabemos si va a asignarse y en su caso a qué. Hay espacio para discrecionalidad y para que durante el ejercicio algunos recursos del endeudamiento puedan ser asignados de manera discrecional para financiar sobre ejercicios que no fueron presupuestados.
*Estos 100 mil millones de pesos son la diferencia que existe entre el techo de endeudamiento y los Requerimientos Financieros del Sector Público, pues este margen es el que no se explica.

  1. Las medidas de transparencia y rendición de cuentas de los nuevos programas sociales que manejará la Secretaría del Trabajo y la Secretaría del Bienestar están ausentes en el Decreto de presupuesto 2019. El aumento de gasto que se propone para financiar estos nuevos subsidios a la población es de tamaño considerable, por lo que debería haber un esfuerzo proporcional a ese aumento que obligue a la Administración Pública a integrar, monitorear y vigilar un padrón ÚNICO y PÚBLICO de beneficiarios de los programas sociales. Esta demanda de la sociedad hacia las autoridades lleva más de una década sin ser efectivamente atendida. El Decreto de presupuesto 2019 debería incluir las siguientes medidas: la integración del padrón, una rutina de monitoreo periódica que se documente y se entreguen los resultados al Congreso, así como evaluaciones de impacto anuales para identificar la efectividad e incidencia que tienen en la población. Sería ideal que se integrara un comité interinstitucional para su adecuada transparencia y seguimiento.

  1. Se propone asignar más recursos de uso libre a los estados mediante Participaciones, con esto se mantiene un esquema inercial que no ha funcionado para generar resultados de política pública y propiciar las mejores prácticas en rendición de cuentas. Hace falta un cambio en las reglas de las asignaciones de recursos a los gobiernos locales para verdaderamente motivar el fortalecimiento financiero y el desarrollo institucional en las entidades federativas y en los municipios. Es urgente motivar una mejor disciplina financiera, una mayor recaudación a nivel local, una mejor composición del gasto público al aumentar la inversión y controlar la nómina y gastos superfluos como el de comunicación social. Actualmente, las asignaciones de la Federación no reconocen la realidad local y por el otro lado, las entidades no rinden cuentas de manera adecuada. Hay una fuerte disfuncionalidad en el pacto fiscal que debe atenderse para apuntalar el desarrollo del país y una verdadera transformación.

  1. A pesar del recorte respecto al monto ejercido en años anteriores, la asignación de recursos al rubro de comunicación social continua siendo alta, 1 mil 121 millones de pesos más que el presupuesto para el programa de Estancias infantiles para apoyar a las madres trabajadores (2 mil 265 millones de pesos). No se explica dentro del paquete económico la asignación al rubro de comunicación social ante un escenario de austeridad.

Lo que está por verse :/ 

  1. Se propone un alza en los servicios personales, 31.9 mil millones de pesos más respecto a lo estimado para el cierre de 2018 (7.1% real). El PPEF 2019 propone una reorganización del gasto administrativo, en la cual, se cancelan plazas eventuales y se crean plazas permanentes. Está por verse la efectividad de esta nueva estructura de plazas y que no afecte en la provisión de servicios para la población.

  1. Se propone un adelgazamiento del gasto administrativo del gobierno federal. Viáticos y servicios de traslado: -30% real respecto a lo estimado para 2018. (3.7 mil millones de pesos) y subcontratación de terceros: -68% real (9.6 mil millones de pesos). Por un lado, se desconoce la metodología que se siguió para hacer los recortes a estos rubros. Por el otro lado, será necesario estar atentos durante al año para revisar que estos recortes no tengan repercusiones en la provisión de servicios públicos y en el cumplimiento de derechos para la población.

[1] https://www.mexicoevalua.org/2018/02/27/arquitectura-del-ramo-23/
[2] “Provisiones para Erogaciones Especiales”
[3] https://www.youtube.com/watch?v=yeL3Dz05vS8

PEF 2018: historia de una noche triste

El pasado 9 de noviembre, se aprobó en la Cámara de Diputados el presupuesto que estará vigente y regirá el próximo año 2018 (PEF). En medio de una discusión legislativa nocturna, escasa y del tipo fast track, el PEF 2018 se votó sin admitir ninguna de las reservas que presentaron diversos diputados. ¿Qué nos dicen las cifras contra lo realmente ejercido y respecto a lo aprobado años anteriores?

El gasto neto total que se aprobó para 2018 fue de 5 billones 279 mil millones de pesos, lo cual representa un incremento de 156 mil millones de pesos respecto a lo aprobado para 2017.  Sin embargo, el gasto aprobado para 2018 es inferior en -12% real (-722 mil millones de pesos) a lo realmente ejercido en 2016. Lo anterior muestra que el presupuesto aprobado para 2018 tiene altas probabilidades de no cumplirse pues implicaría gastar lo mismo que hace dos años, lo cual no ha sucedido en los últimos 9 años. Como muestra la siguiente gráfica, año tras año el Congreso aprueba un presupuesto que no es respetado y en promedio, en el periodo 2005 al 2016 el gasto neto total ejercido ha sido superior al aprobado en 350 mil millones de pesos.

Gasto neto total del Sector Público Presupuestario

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Fuente: Elaborado por México Evalúa con información de las Cuentas Públicas de la SHCP y PEF de los años respectivos. Cifras deflactadas por inflación esperada según los CGPE de 2018.

El comportamiento del gasto total del Gobierno Federal presenta un patrón similar. El gasto aprobado para 2018  es ligeramente superior a lo ejercido en 2014. Es decir, el PEF 2018 propone gastar prácticamente lo mismo que se erogó hace casi 4 años.  Es una buena intención pero es poco realista, ya que, en principio resulta difícil revertir la tendencia observada del gasto ejercido (Ver la siguiente gráfica).

Gasto total del Gobierno Federal

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Fuente: Elaborado por México Evalúa con información de las Cuentas Públicas de la SHCP y PEF de los años respectivos. Cifras deflactadas por inflación esperada según los CGPE de 2018.

En lo que se refiere al gasto programable del gobierno federal se aprobó para 2018 un monto menor al ejercido en 2013. Esto implicaría que el gasto que se destina para proveer bienes y servicios a la población, así como el gasto en programas sociales y todo aquello necesario para la operación de las instituciones gubernamentales, regresará 5 años en el tiempo. ¿Es realista esta propuesta en un año electoral o es sólo una manera de tranquilizar a los organismos internacionales diciendo que habrá una reducción del gasto, en línea con los ingresos estimados?

Gasto programable del Gobierno Federal

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Fuente: Elaborado por México Evalúa con información de las Cuentas Públicas de la SHCP y PEF de los años respectivos. Cifras deflactadas por inflación esperada según los CGPE de 2018.

El gasto no programable del Gobierno Federal cuenta la otra cara de la historia. Este gasto, que se usa para financiar obligaciones, como el pago de la deuda y participaciones federales, presenta un incremento de 9.6% real respecto al presupuesto ejercido en 2016.

Gasto no programable del Gobierno Federal

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Fuente: Elaborado por México Evalúa con información de las Cuentas Públicas de la SHCP y PEF de los años respectivos. Cifras deflactadas por inflación esperada según los CGPE de 2018.

Ganadores y perdedores

Al analizar el presupuesto aprobado para los diversos ejecutores de gasto del Gobierno Federal se puede ver quienes ganaron y perdieron en el PEF 2018.

Los cinco ejecutores de gasto que tuvieron los mayores incrementos en su presupuesto aprobado respecto a lo ejercido en 2016, fueron todos Ramos Generales[1] y son los siguientes:

  • Ramo general 24 o Deuda Pública con un incremento de 17% real (69.7 mil millones de pesos) respecto a lo ejercido en 2016. Este gasto incluye el costo financiero de la deuda el cual desde 2013, ha crecido en 37% real.
  • Ramo general 19 o Aportaciones a Seguridad Social, presentó un incremento de 13% real (81.6 mil millones de pesos) respecto al cierre de 2016. Este gasto que incluye: 1) el pago de pensiones y jubilaciones, 2) los apoyos para cubrir el déficit de la nómina de pensiones del ISSSTE, entre otros, ha crecido 37% real desde el año 2013. Estas obligaciones del Gobierno Federal seguirán aumentando y ejercerán una presión importante en el gasto público.
  • El Ramo general 28 o Participaciones Federales tuvo un incremento en su presupuesto de 5% real (37.5 mil millones de pesos) respecto a lo ejercido en 2016. Preocupa que se destinen mayores recursos de libre disposición a los estados, sin que se cuenten con mejores prácticas para su uso, especialmente en un año electoral.
  • Ramo 34 o Erogaciones para los Programas de Apoyo a Ahorradores y Deudores de la Banca, que incluye el IPAB y el rescate histórico del Fobaproa, presentó un incremento de 66% real (15.2 mil millones de pesos) en su presupuesto de 2018 respecto a lo ejercido en 2016.
  • Ramo 25 o Previsiones y Aportaciones para los Sistemas de Educación Básica, Normal, Tecnológica y de Adultos, que a pesar de ser un ejecutor que históricamente presenta subejercicios en su presupuesto, se le aprobaron mayores recursos en el PEF 2018, un incremento de 28% real (11.4 mil millones de pesos) respecto a su ejercicio en 2016. Ya se sabe que este Ramo no va a gastar el 100% de su presupuesto aprobado, entonces para qué se le aprobaron aún más recursos.

Los cinco ejecutores de gasto cuyos presupuestos presentaron los mayores recortes respecto a lo realmente ejercido en 2016 fueron:

  1. Secretaría de Energía, presentó una disminución de 99% real (-364 mil millones de pesos) respecto a lo ejercido en 2016. Esta disminución se debió a que en 2016, por medio de este Ramo se compró el pasivo laboral de Pemex y CFE para que el gobierno federal ahora pague las pensiones y jubilaciones de estas entidades.
  2. Ramo 23 “Provisiones Salariales y Económicas” Este Ramo general presentó una disminución significativa de -49% real (-119 mil millones de pesos) respecto a lo ejercido en 2016.
  3. Educación Pública tuvo una disminución de -66.5 mil millones de pesos (-18% real) respecto a lo ejercido en 2016 (Esto considerando el presupuesto de la secretaría de Cultura)[2]. Este recorte se presenta a pesar de ser un gasto que debería ser prioritario para el desarrollo, recomendación que le dio el Fondo Monetario Internacional a México el pasado 13 de noviembre. El recorte equivale al monto destinado a la construcción del tren México Toluca.
  4. La SCT presentó también un recorte de -64 mil millones de pesos (-43% real) respecto a lo ejercido en 2016. Preocupa que la Secretaría encargada de las vías primarias de comunicación en el país continúe con recortes que finalmente se traducen en baja inversión pública. En el presupuesto se han aprobado recortes de manera regular desde el 2016, sin embargo falta ver su cumplimiento en la realidad.
  5. La Secretaría de Gobernación tuvo un decremento de -31% real (-28.6 mil millones de pesos) respecto a lo ejercido en 2016. El presupuesto de 2018 parece ir en línea con lo presentado en 2017. Sin embargo, en 2016 la Segob terminó ejerciendo 23% más de su presupuesto. Es decir, gastó más de lo que el Congreso le aprobó. Este ejemplo reafirma la necesidad de aprobar presupuestos que sean realistas.

Descarga aquí la información del presupuesto, proyecto y ejercicio de 2016 para más Secretarías y ejecutores de gasto.


[1] Los Ramos generales son aquellos cuyo papel no está definido en una sola regulación, sino en distintas leyes. No dependen de un organismo concreto y son erogaciones que la Secretaría de Hacienda asigna a diversos ejecutores de gasto (por ejemplo, los gobiernos locales o las entidades de control directo, como el IMSS y el ISSSTE,) para cubrir obligaciones de pago en nombre del gobierno federal. En la práctica, es la Secretaría de Hacienda la que ejerce los recursos de los Ramos generales, debido a que son sus direcciones y unidades internas las responsables de los recursos. Aquí algunos ejemplos de los Ramos generales: deuda pública (24), Ramo 23 y adeudos fiscales de años anteriores (ADEFAS – Ramo 30).
[2] En 2017 se creó la Secretaría de Cultura cuyas acciones antes se realizaban por medio de la Secretaría de Educación Público. Por lo cual, para efectos comparativos al presupuesto de la SEP se le sumó el presupuesto de la Secretaría de Cultura en los años 2017 y 2018.