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Etiqueta: Ley de Ingresos de la Federación

Hacienda tiene exceso de confianza para 2025 

La incertidumbre económica por las disputas comerciales con Estados Unidos tienen sin cuidado a Hacienda. Así lo reflejan sus más recientes estimaciones.

La incertidumbre económica por las disputas comerciales con Estados Unidos tienen sin cuidado a la Secretaría de Hacienda. Así lo reflejan sus más recientes estimaciones sobre la economía mexicana donde de forma cándida anticipan más ingresos, más gasto público y respeto al techo de endeudamiento de 2025. 

El pasado 1 de abril, Hacienda publicó los Pre-Criterios de Política Económica 2026. En ellos, ajustó las estimaciones económicas y fiscales de este año y realizó nuevas proyecciones para el próximo. Este documento es siempre muy esperado por los analistas, ya que revela si el Gobierno ajustará su postura fiscal en los próximos meses. 

Ante la adversa situación comercial con Estados Unidos, se esperaba que Hacienda redujera los estimados de ingresos y por consiguiente el gasto, o aumentara la deuda. Nada de eso ocurrió. ¿Se justifica este optimismo? ¿Qué riesgos implica?

Nadie es adivino, y Hacienda tampoco

En primer lugar, Hacienda sí prevé un menor crecimiento económico para 2025. El año pasado estimó un 2.3%, pero recalculó y ahora es 1.9%. El problema es que esta proyección sigue siendo casi cuatro veces mayor al consenso de las 42 instituciones del sector privado encuestadas por el Banco de México, que esperan un aumento de sólo 0.5%

Nadie tiene una bola de cristal, pero Hacienda registra un récord negativo en sus predicciones. De 2008 a 2024, erró sus estimados en 13 ocasiones. El presente año parece que no será la excepción. 

Aunque admite un menor crecimiento económico, la autoridad hacendaria asegura que no habrá un impacto negativo en los ingresos del Gobierno. Incluso espera que tengan un ligero aumento de 7.2 mil millones de pesos (mmdp) que equivalen a una décima de punto porcentual frente a lo autorizado en la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) 2025.

En los Pre-Criterios dice una cosa, en otros estimados dice otra

Se espera que el cobro de impuestos se mantenga en el mismo nivel que lo aprobado para este año (es decir, 5.2 billones de pesos). Sin embargo, esta cifra contradice a las sensibilidades de ingresos que también publica Hacienda. Éstas son estimaciones de cómo las percepciones del Gobierno federal se pueden ver afectadas por cambios en variables económicas clave. Estas previsiones señalan que una reducción del crecimiento económico (justo lo que plantean los Pre-Criterios), representarían pérdidas fiscales por 26.4 mmdp. O lo equivalente a todo el presupuesto de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social  

En ingresos petroleros, Hacienda proyecta un incremento de 1.1% o 12.8 mmdp, lo cual también es contradictorio (o imposible, depende). Resulta que Hacienda calcula que este año la producción petrolera caerá a 1.7 millones barriles diarios, cuando inicialmente proyectó 1.8 millones. Simplemente, al mes de febrero, el promedio de producción es de sólo 1.6 millones. 

Si bien un mejor precio en los combustibles podría ayudar, a partir de las mismas sensibilidades de Hacienda, estimamos que este año se perderá el 3.7% de ingresos petroleros, o 41 mmdp. Ya en febrero, estos ingresos registraban un retraso de 29.5%. 

En otras palabras, los estimados tan optimistas conllevan el riesgo de que no se cumpla el calendario de ingresos y que se realicen recortes discrecionales al gasto público durante el año, o que se sobrepase la deuda aprobada. 

Otra revelación que nos da la Secretaría de Hacienda en los Pre-Criterios es que se descarta una muy necesaria política para impulsar la economía ante una posible recesión. Tan sólo se proyecta un incremento del gasto en la misma proporción en que espera aumenten los ingresos, equivalente al 0.1% (7.2 mmdp). De esta forma, se muestra que la verdadera prioridad para el Gobierno este año es mantener su estimado de endeudamiento. 

La única sorpresa es que en la composición del gasto habrá cambios interesantes frente al presupuesto que se aprobó para el año. Por un lado, se espera que al final de 2025 se gasten 21.4 mmdp más en programas sociales e inversión. Por otro lado, se espera otorgar menos recursos a las entidades federativas mediante el gasto en participaciones, el cual tendrá un recorte de 0.5% (6.5 mmdp). 

He aquí otra contradicción: si se incrementa la recaudación tributaria y petrolera (como anticipa Hacienda), significa que aumentaría la Recaudación Federal Participable (la bolsa de recursos para repartir a los estados). Ya que las participaciones se calculan según el tamaño de esta bolsa, según la Ley de Coordinación Fiscal, al aumentar los ingresos deberían crecer las transferencias estatales. No será así.

La innegable carga de la deuda en los mexicanos

Hacienda espera incrementar el gasto al mismo nivel que los ingresos y así cumplir con el techo de endeudamiento autorizado de 1.42 billones de pesos. Sin embargo, como la economía será más pequeña, el endeudamiento en pesos pasará de ser del 3.9% del tamaño de la economía, al 4%. Hay riesgo de que esta medición respecto al producto interno bruto (PIB) sea mayor si se incumple el crecimiento económico proyectado.

Incluso si se respeta el techo de endeudamiento, se espera que, por el efecto del tipo de cambio en el valor de la deuda externa, el saldo de la deuda pública total crezca a 18.8 billones de pesos: 1.1% (210 mmdp) más de lo estimado. Además, con la depreciación en el tipo de cambio calculada al cierre del año, el pago de la deuda absorberá aproximadamente 1.39 billones de pesos. Eso es el 15% del presupuesto total del Gobierno.

Así, el nivel de endeudamiento de la economía mexicana, se prevé que aumente a 52.3% del PIB. O sea, que al cierre de 2025 cada mexicano deberá 140 mil 973 pesos por concepto de deuda pública, lo cual representa que en sólo un año habría un incremento de 7.0% (9,235 pesos por persona) en términos reales frente a la deuda por persona que se dejó al cierre de la administración anterior. Ni con todo el optimismo del mundo se puede negar el indomable crecimiento del saldo de la deuda.