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Recorte sobre recorte en sector salud al primer trimestre de 2025

Los bajos ingresos han tirado el gasto público en salud a su peor nivel desde 2010. Lamentablemente, los recortes se focalizan en la atención a las personas más vulnerables.

Para 2025 ya se avizoraba un recorte generalizado para el financiamiento de la sanidad pública con el fin de contener el endeudamiento del Gobierno. Cómo lo detectamos en nuestro análisis del Paquete Económico 2025 en materia de salud, el gasto para este rubro sufrió un recorte de 12.2% o 122 mil millones de pesos (mmdp) frente a 2024. Así, este año se cuenta con el presupuesto más bajo en salud pública desde 2022. 

No obstante, los recortes han sido mucho más grandes de lo esperado debido al mal desempeño financiero del Gobierno. Como señalamos en nuestro nuestro “Erario al Momento del mes de marzo” los ingresos totales del Sector Público se quedaron 2.9% o 63.2 mmdp por debajo del programa para los primeros tres meses de 2025, debido al mal desempeño de Petróleos Mexicanos (Pemex). 

La carencia de recursos fiscales ha limitado el cumplimiento del programa presupuestario del sector salud. Al primer trimestre (1T) del año, el gasto en sanidad pública fue de sólo 151.7 mmdp, el más bajo desde 2010. Se dejó de gastar el 23% (45.4 mmdp) de lo que se tenía presupuestado. 

Castigo al gasto para las personas más vulnerables

Los recursos para las personas sin seguridad social —que contemplan a la Secretaría de Salud, al Organismo Público Descentralizado (OPD) IMSS-Bienestar (Ramo 47), y al Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA)— llegaron a 55.8 mmdp, en el primer trimestre del año. Esto es 22.5% (16.2 mmdp) menor al mismo periodo de 2024, y el peor monto en por lo menos nueve años que hay información desagregada a nivel trimestral. 

De las aportaciones para financiar la salud pública de los estados, el FASSA fue el componente más castigado: al primer trimestre sólo registró 18.5 mmdp, un recorte de 42% (13.3 mmdp) frente el mismo periodo de 2024. La disminución se explica por el proceso de centralización del gasto para las 23 entidades signatarias del OPD IMSS-Bienestar. Es decir, los estados firmantes reciben menos recursos de la Federación y ésta asume más responsabilidades en la gestión de la salud pública. En específico, tales estados acumulan un recorte del 50% en los recursos que recibían del FASSA con respecto al año pasado. 

Asimismo, la Secretaría de Salud (SSA) registró al primer trimestre de 8 mmdp, una disminución de 17% (1.6 mmdp) versus el 1T de 2024. Parte del recorte se debe a que en 2025 desaparecieron las partidas presupuestarias para seis hospitales regionales de alta especialidad: Chiapas, Ciudad Victoria, Ixtapaluca, Yucatán, Oaxaca y Bajío. El financiamiento de estos hospitales está a cargo ahora del OPD IMSS-Bienestar. 

Otro factor que reduce el gasto en salud para las personas sin seguridad social es la desaparición del Programa IMSS-Bienestar, que en el 1T de 2024 ejerció un monto de 7.4 mmdp. Cabe precisar que este programa es diferente al OPD IMSS-Bienestar aunque compartan el nombre. El primero era un esquema de subsidios que se otorgaba al IMSS para la atención primaria o básica de pacientes no afiliados en algunos de sus hospitales rurales. Por su parte, el OPD IMSS-Bienestar es un mecanismo de financiamiento que sustituye al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y al Seguro Popular. Su finalidad es garantizar el acceso a la salud de todas las personas sin seguridad social y, en teoría, ofrece cobertura de todas las enfermedades. 

Los recortes en los diferentes componentes del gasto en salud para personas sin seguridad social, no fueron compensados con un incremento suficiente en el OPD IMSS-Bienestar. Esta institución recibió 29.4 mmdp, tan sólo un aumento de 6.2 mmdp (26.7%). Este incremento no contrarresta ni siquiera el recorte observado en el FASSA. Dicho de otro modo, las entidades signatarias a este nuevo mecanismo de financiamiento han salido perdiendo. 

Si ponderamos los recursos públicos destinados a la salud por el número de personas sin seguridad social que se busca atender, el recorte al gasto es mucho mayor: al 1T los recursos per cápita ascendieron a 841 pesos, 23% (253 pesos) menos que en el mismo periodo de 2024 o 46% (722 pesos) menor al mismo periodo de 2018. 

Hay que recordar que la transición del Seguro Popular hacia el Insabi y posteriormente al OPD IMSS-Bienestar implicó un aumento de las personas que se buscaban atender. El Seguro Popular atendía sólo a las personas que se afiliaban voluntariamente, mientras que los siguientes modelos buscan atender a las personas con carencia por acceso a la seguridad social. Esto implica que en 2018 el Seguro Popular atendía a 51.9 millones de personas, mientras que la población objetivo del OPD IMSS-Bienestar en 2025 asciende a más de 65.9 millones de personas1: es prácticamente la mitad de la población del país. La combinación de más personas a atender y menos recursos, provoca una caída agravada en el presupuesto por persona. 

Seguimiento al detalle del gasto 

Al desmenuzar el gasto en salud por programa presupuestario, se puede constatar que rubros delicados, como la salud materna o el control del sobrepeso, han tenido recortes significativos.

Uno de los programas más afectados en los últimos años es el de Salud Materna, Sexual y Reproductiva, sectorizado en la Secretaría de Salud. Al 1T de 2025, este programa erogó 125 millones de pesos (mdp), un recorte de 89% o 994 mdp menos frente a 2018, cuando existía todavía el Seguro Popular. El OPD IMSS-Bienestar no cuenta con un programa específico para este tipo de atención.

De igual manera, el programa de Prevención y Control de Sobrepeso, Obesidad y Diabetes de la Secretaría de Salud ejerció únicamente 6 mdp al 1T de 2025,, un desplome de 99% (525 mdp). Si bien el OPD IMSS-Bienestar realiza atención para estos padecimientos, al no contar con un programa presupuestario específico, no es posible conocer el deterioro en su financiamiento. 

Donde sí existe una mejora patente, es en el programa de Formación y Capacitación de Recursos Humanos de la Secretaría de Salud. Este programa contó con 1.5 mmdp en el primer trimestre de 2025, lo cual representa un aumento de 63% (608 mdp) frente a 2018. 

En el caso del OPD IMSS-Bienestar, no es posible hacer una comparación por programa respecto al Seguro Popular, ya que el nombre y objetivo de los programas ha cambiado. No obstante, el principal programa de este organismo, Atención a la salud de personas sin Seguridad Social, contó al 1T de 2025 con sólo 21.4 mmdp, un monto inferior a los 33.3 mmdp del Seguro Popular en 2018. 

Personas aseguradas también salen afectadas

El gasto en salud de las personas con seguridad social también tuvo un revés a inicios de 2025: se registró un monto de 98.1 mmdp, una reducción de 4% (4.6 mmdp) contra el 1T de 2024. Pese al recorte, el gasto se mantiene por encima de lo registrado en los primeros trimestres de 2017 a 2021.

Los recursos para las personas con seguridad social se componen por el presupuesto en salud de Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), la Secretaría de Marina (Semar), la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa), y las Aportaciones para la Seguridad Social (Ramo 19).

La institución con el mayor recorte fue el ISSSTE. Obtuvo recursos por 7.3 mmdp, lo que representa una disminución de 30% (3 mmdp) ante 2024. Destaca que esta cifra es la menor en por lo menos nueve años que se tiene desglose al primer trimestre. Esta merma demuestra la baja gobernanza (o la gran discrecionalidad), en el financiamiento de este instituto que atiende a los trabajadores del Gobierno. 

Caso contrario es el IMSS, donde hay mayor gobernanza debido a que el financiamiento es tripartito: gobierno, empleadores y empleados. Ello reduce la discrecionalidad del Estado para aplicar recortes presupuestales. Al 1T de 2025, este instituto ejerció, en salud, un monto de 85.8 mmdp  El recorte es de sólo 2% o 1.6 mmdp y es superior a lo observado entre 2017 y 2021. 

En el caso de las Fuerzas Armadas, el gasto en salud tuvo un desempeño positivo. En la Defensa llegó a 1.9 mmdp, un incremento de 19% (290 mdp) frente al año pasado, aunque se mantuvo por debajo de los mejores niveles alcanzados en 2021. En el caso de la Marina, fue de 822 mdp, un aumento de 1% frente a 2024. 

Recorte sobre recorte

Gran parte del desplome del gasto público en salud en lo que va de 2025 se debe a que el Gobierno ha incumplido el presupuesto aprobado para este año en este rubro. Tanto los sistemas que atienden tanto a las personas aseguradas como a las no aseguradas, han enfrentado medidas de austeridad aplicadas discrecionalmente. 

Por el lado del financiamiento a las personas sin seguridad social, al primer trimestre de este año se han dejado de ejercer 17.2 mmdp o 23.6% de lo aprobado al periodo. Al mes de marzo se tenía aprobado un presupuesto de 73 mmdp pero se erogó sólo 55.8 mmdp. De haberse cumplido con lo acordado, el presupuesto se habría mantenido al mismo nivel que en 2024, si bien por debajo de lo observado entre 2017 y 2020. 

El mayor recorte al presupuesto aprobado se focaliza en el OPD IMSS-Bienestar. Este instituto debió de haber gastado al 1T un monto de 43.7 mmdp, pero ejerció 29.4 mmdp, es decir, 14.2 mmdp (32.6%) menos. Esto demuestra que la mejora de los servicios de salud para las personas más vulnerables, sigue sin ser una verdadera prioridad para el Gobierno. 

En el caso del financiamiento para personas aseguradas, en los tres primeros meses del año se contaba con un presupuesto aprobado de 126.3 mmdp, pero se utilizaron tan sólo 98.1 mmdp, es decir, un recorte de 22.3% o 28.2 mmdp. Tanto el IMSS como el ISSSTE salieron fuertemente afectados.

En el caso del IMSS, el recorte al gasto aprobado en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) fue de 14.1% (14 mmdp) mientras que en el ISSSTE se dejó de ejercer el 66.4% (14.5 mmdp) del gasto acordado. El recorte en el ISSSTE no sorprende, ya que el Gobierno federal tiene total control sobre su presupuesto. No obstante, destaca negativamente un recorte de tal magnitud en el IMSS, lo cual habla de un deterioro en su gobernanza presupuestaria. 

Conclusión

Los datos del primer trimestre de 2025 muestran con contundencia que el sistema de salud en México enfrenta un deterioro sostenido, producto tanto de decisiones presupuestarias deliberadas como de un manejo fiscal deficiente. A pesar de las promesas de universalización del acceso a la salud, los recortes no solo han afectado el cumplimiento del presupuesto aprobado, sino que han golpeado de forma más severa a quienes carecen de seguridad social —el grupo más vulnerable—. Todo ello pone en evidencia una transición mal planificada y mal financiada hacia el modelo OPD IMSS-Bienestar.

La reducción generalizada del gasto, los programas descontinuados sin alternativas claras, y la falta de transparencia en la reasignación de recursos están generando un entorno de incertidumbre y debilitamiento institucional. Esta situación compromete gravemente la capacidad del Estado para garantizar el derecho a la salud, en particular en regiones marginadas y para poblaciones que dependen exclusivamente del financiamiento público.

Más allá de cifras y porcentajes, el saldo de este arranque de año es preocupante: menos recursos, más personas a atender, y una infraestructura institucional en reconfiguración. Urge una revisión profunda del modelo de financiamiento de la salud en México, basada en evidencia, transparencia y equidad, que anteponga el bienestar de la población por encima de metas fiscales de corto plazo.


  1. Estimación propia según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el Consejo Nacional de Población (Conapo). ↩︎

Gasto en salud, recortes en salud