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Etiqueta: Los Números de Erario

Petróleo toca fondo; y la deuda está por las nubes

Erario al 2T de 2024

Mantener con vida a Pemex ya es insostenible, y la deuda pública llegó a su máximo nivel desde que se tiene registro. Es decir: el Gobierno apoya a Pemex para reducir su deuda, a costa de incrementar la propia. 

El costo de mantener con vida a Petróleos Mexicanos (Pemex) está llegando a niveles insostenibles. Al segundo trimestre de 2024, la reducción de impuestos a la principal empresa productiva del Estado tiró los ingresos petroleros del Gobierno federal a su peor nivel desde 1990, e impulsó su endeudamiento al mayor nivel que se tenga registro. No hay coincidencias. 

La reducción del Derecho por la Utilidad Compartida (DUC) provocó que Pemex aportara a la Federación sólo 91.7 mil millones de pesos (mmdp), el peor registro en décadas. Además, el Gobierno le devolvió a la empresa, vía transferencias, 158.6 mmdp, lo que significó una pérdida neta de 66 mmdp. 

Lo cuestionable es que el esfuerzo no está rindiendo frutos. En este sexenio, el Gobierno ha dado apoyos fiscales a Pemex por 2.1 billones de pesos, 4.5 veces más que los que otorgó Peña. A la vez, la inversión en la paraestatal ha sido 26% menor al promedio del sexenio pasado. Esto ha provocado que la producción de crudo siga en niveles históricamente bajos. 

En temas relacionados, ante las presiones del gasto electoral y el bajo crecimiento de los ingresos, la deuda pública llegó a su máximo nivel desde el 2000 que se tiene registro, y es el Gobierno federal el que más ha inflado los pasivos. El endeudamiento que adquirió la Federación en los primeros 6 meses del año, es 54.6% mayor (363 mmdp) al de Peña Nieto en su último año de gobierno. Es decir: el Gobierno apoya a Pemex para reducir su deuda, a costa de incrementar la propia. 

El pronóstico es que México tendrá que pagar billones por la deuda adquirida hoy, sin una empresa petrolera que pueda aportar de forma considerable al desarrollo del país.

Ingresos petroleros tocan fondo

La política de reducir y postergar el DUC a Pemex tuvo un costo histórico: en la primera mitad de 2024, los ingresos petroleros del Gobierno federal (es decir, aquellos que no se queda la empresa) sumaron sólo 91.7 mmdp, el peor nivel desde 1990 que se tiene registro.

Para dar “oxígeno” a la petrolera, el Gobierno le ha recortado su carga tributaria. De 2019 a 2024 el principal derecho que paga Pemex pasó de 65% a sólo 30%. Encima de esto, mediante decretos presidenciales se le ha postergado el pago de impuestos, y luego esas obligaciones se han condonado. En 2023 se le permitió postergar el pago de octubre, noviembre y diciembre y posteriormente en 2024 se condonó el pago de dichos meses. La acción más reciente fue postergar el pago del DUC del mes de mayo hasta agosto. Dado el precedente, puede que también se condone dicho pago. 

La reducción y postergación de impuestos en 2024, provocó que la entrega de recursos petroleros de Pemex hacia la Federación, al mes de junio, cayera en 45.6% (76.9 mmdp) frente al mismo periodo de 2023. Sólo en la pandemia y en el contexto de la caída de los precios del crudo en 2015 se observaron contracciones similares. En otras palabras, al ayudar a Pemex, el Gobierno ha provocado una situación de crisis de ingresos para sí mismo. 

La reducción y postergación del DUC a Pemex, ha permitido que la paraestatal se quede con una mayor cantidad de las ganancias de la venta de petróleo. Los ingresos totales de la empresa ascendieron a 455 mmdp, un incremento de 35.6% (119.7 mmdp). Se trata de la mayor tasa de crecimiento, sólo superada por años post crisis como 2021 o 2009, cuando los precios del petróleo tuvieron grandes incrementos anuales.

El aumento en los ingresos de Pemex frente a la caída de los mismos en el Gobierno federal, provocaron que la empresa productiva del Estado se quedara con el 83% de la renta petrolera, mientras que a la federación le llegó sólo el 17% restante. Se trata de un giro diametral frente al cierre del sexenio pasado: en 2018 Pemex se quedaba con el 44% de los ingresos petroleros y la Federación con el 56%. Incluso llegó a darse la ocasión en 2008 que la Federación se quedó con el 86% y Pemex sólo con el 14% de la renta petrolera.

Encima de reducir la carga fiscal a Pemex, la Federación también apoya a la empresa mediante transferencias financieras desde la Secretaría de Energía (Sener). En lo que va del año, le ha otorgado 158 mmdp, 518.6% (132 mmdp) más de lo transferido en el mismo periodo de 2023. Se trata del mayor monto de apoyo directo a la petrolera para una mitad de año, por lo que probablemente se rompa un récord anual al cierre de 2024.

Si tomamos en cuenta que Pemex pagó a la Federación sólo 91.7 mmdp de sus ingresos, pero luego ésta le devolvió a la empresa vía transferencias 158.6 mmdp, el resultado es una pérdida neta de 66 mmdp. Como advertimos en nuestro Erario al 1T de 2024, es la primera vez que el Gobierno le aporta más a Pemex de lo que Pemex aporta al Gobierno. 

Así o más claro: la relación comercial entre Pemex y la Administración federal ya no ofrece utilidades para los ciudadanos. La venta de petróleo ya no financia la salud, educación o seguridad. Más bien, nuestros impuestos se usan ahora para subsidiar a Pemex. 

Sumadas, las transferencias hacia la petrolera en el sexenio de López Obrador, superarán con creces las realizadas en el Gobierno anterior. De 2019 a la mitad de 2024, el Gobierno ha transferido a Pemex —vía la Sener— 1.14 billones de pesos, 2.4 veces más de lo que Peña aportó en su sexenio (471 mmdp). 

Por otro lado, este Gobierno ha beneficiado fiscalmente a Pemex mediante reducción, postergación y condonación del DUC. Con cifras definitivas al cierre de 2023, el apoyo fiscal a Pemex por este concepto sumó 865 mmdp. Con números preliminares a mayo, estimamos un apoyo de 109 mmdp en lo que va del año.

Así, el apoyo neto fiscal a Pemex en lo que va del sexenio, ya suma 2.1 billones de pesos, o 6.1% del PIB. Ese monto pudo haber incrementado el gasto en salud al nivel recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero se prefirió destinarlo a este fin. El costo ha sido enorme y los resultados muy pobres. 

En general, los ingresos petroleros siguen sin mejorar frente a gobiernos anteriores. Aunque de enero a junio de 2024 se logró un crecimiento de 8.5% (42.8 mmdp) frente a 2023, en el sexenio sólo se totalizan 547.2 mmdp, un monto 15% (95.8 mmdp) menor a lo observado al cierre del gobierno de Peña o 54% (655 mmdp) inferior a lo logrado al cierre del de Calderón. 

El mal desempeño de los ingresos petroleros se debe a que la extracción de crudo simplemente no ha repuntado. De enero a junio, promedió 1,523 miles de barriles diarios (mbd), una reducción de 5% (76 mbd) frente al mismo lapso de 2023. Se trata del peor nivel que se tenga registro desde 1996 que hay datos disponibles. La explicación es que se han ido agotando las reservas en el subsuelo, al tiempo que Pemex invierte menos en exploración. 

Cuando se reportan las cifras de producción de Pemex, el Gobierno suele resaltar la generación de hidrocarburos, que contiene la producción de crudo y de condensados (más ligeros que el crudo, con alta concentración de propano y butano). El problema con esta medición es que, previo al 2010, las cifras sólo contabilizaban al crudo y no a los condensados. Así que, para hacer una evaluación justa sobre la evolución de esta métrica, nosotros sólo comparamos la producción de crudo. En cualquier caso, la cifra total de generación de hidrocarburos en 2024 promedia 1,802 mbd, 69% (791 mbd) menos frente a 2010, que las cifras son comparables. 

Destacamos además, que las estimaciones de la Secretaría de Hacienda (SHCP) se siguen quedando cortas. Para este año, previó una obtención promedio de crudo de 1768 mbd, pero lo observado va 14% (246 mbd) por debajo. La SHCP terminará esta administración sin haber acertado sus estimaciones sobre producción petrolera. 

El aumento de los ingresos petroleros totales —pese a la caída en la extracción— se debe al incremento del precio de la Mezcla Mexicana de Exportación (MME). Al mes de junio, el precio del barril de crudo ha promediado los 73.6 dólares por barril (dpb) lo que representa un incremento de 11% (7.6 dpb) frente al mismo periodo de 2023. Esta cifra es, además, 30% (16.9 dpb) superior a lo estimado por Hacienda para 2024.

Cabe resaltar que en nuestro análisis del Paquete Económico 2024 ya anticipamos esta situación: una plataforma petrolera sobreestimada con un precio subestimado. Como hemos explicado anteriormente, Hacienda suele ser optimista sobre la producción petrolera, para mandar señales de mejora productiva en Pemex. No obstante, como conoce las carencias de la empresa, subestima el precio de la MME, para tratar de compensar la menor producción a través de los precios. 

Ingresos tributarios:  limitados, pese al IEPS 

Los ingresos tributarios en 2024 llegaron a 2.52 billones de pesos al mes de junio, su mayor nivel histórico para un periodo similar. La tasa de crecimiento registrada en los primeros seis meses del año fue de 6.2% (146.8 mmdp) frente al año anterior, la mayor para un mismo periodo desde 2016. Pese a esto, el desempeño de la recaudación muestra signos de debilitamiento tanto por el lado del Impuesto Sobre la Renta (ISR) como por el lado del Impuesto al Valor Agregado (IVA). 

El impulso de los ingresos tributarios se debe principalmente al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). Percibió un alza de 55.3% (111 mmdp) frente al año pasado, para colocarse en 311.8 mmdp, el mayor nivel desde 2016. Este resultado se debe a que, en lo que va del año, el Gobierno ha cobrado prácticamente en su totalidad el IEPS a gasolinas: en los primeros seis meses del año se otorgaron estímulos equivalentes al 4% (0.2 pesos por litro) de la cuota potencial, mientras que en el mismo periodo de 2023 perdonó el cobro en 34%, o 2 pesos por litro. 

Cabe recordar que Hacienda establece una cuota de IEPS de gasolina por cada litro vendido y cada semana determina qué tanto deja de cobrar (al aplicar estímulos) para mantener estables los precios. Desde 2020, no había sido tan escueta en la aplicación de estímulos como lo es en 2024. 

La recaudación de IVA también creció en 5.2% (32.9 mmdp) para llegar a 670.9 mmdp. Aunque no se superó el registro de 2022, lo recaudado superó las previsiones iniciales en 6.6% o 41 mmdp. Este buen desempeño se debe a una reducción en las devoluciones y compensaciones respecto a 2023. Hay que recordar que en el primer semestre del año pasado, los contribuyentes solicitaron sus saldos a favor por la política de estímulos a los combustibles de 2022, como lo explicamos en nuestra nota anual de 2023. 

Sólo gracias al buen desempeño del IEPS y del IVA, la meta de ingresos tributarios quedó apenas 0.1% (2.7 mmdp) por arriba de la meta. Pudo ser mejor, pero el ISR no ha cumplido con las expectativas planteadas. En la primera mitad del año, se obtuvieron por concepto de este tributo 1.43 billones de pesos, una caída de 0.5% (6.8 mmdp) frente a 2023, lo que provocó que se incumpliera la meta de recaudación en 1.3% o 18.7 mmdp. Esto marca un cambio de tendencia, puesto que en 2022 y 2023 el ISR mantuvo superávits frente a las expectativas del Gobierno. El menor desempeño puede deberse a la desaceleración de la economía. 

Al segundo trimestre de 2024, las devoluciones de impuestos sumaron 478 mmdp, 3% (15.2 mmdp) menos que en el mismo periodo de 2023 y las compensaciones 213 mmdp, 42% (153.8 mmdp) menos. En conjunto, devoluciones y compensaciones ascendieron a 691.6 mmdp, una disminución del 19.6% o 169 mmdp. 

Debido a la caída de 76.9 mmdp (-45.6%) de la renta petrolera del Gobierno federal, compensado por un aumento de 6.2% (146.9 mmdp) de los ingresos tributarios, los ingresos de la Federación se incrementaron en 1.8% o 48.4 mmdp para llegar a 2.79 billones de pesos. Este monto supone un retraso frente al calendario de 0.6% o 16.9 mmdp. 

Hay que recordar que estos ingresos son los que financian a la mayoría de las secretarías federales y entes autónomos. Su bajo crecimiento limita cumplir con las necesidades en educación, salud, seguridad o ciencia, entre otras funciones del gasto. 

Esto es así porque los ingresos de Pemex, Comisión Federal de Electricidad (CFE), Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) o del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE)—que componen la totalidad de ingresos del Sector Público— son para uso exclusivo de dichas instituciones. 

Gasto público: el dispendio del régimen

El bajo crecimiento de los ingresos públicos no impidió al Gobierno gastar más. El total de erogaciones del sector público a mitad de 2024 llegó a 4.56 billones de pesos, un aumento de 12.1% (494.2 mmdp) frente al mismo periodo de 2023. El crecimiento de 12.1% es el mayor registrado para una mitad de año desde 2008, aunque muestra signos de desaceleración.

En el acumulado de enero a mayo, el gasto público registraba un crecimiento interanual de 17.3%, el más elevado desde 1990, como destacamos en nuestro Erario al Momento de ese mes. Este impulso se debió al adelanto de programas sociales en el contexto electoral, y de la inversión física. Sin embargo, en el mes de junio se registró un recorte de 7.5% frente al mismo mes de 2023. Es decir, el Gobierno comenzó a meter el freno al dispendio. De esta forma, si al mes de mayo se registraba un sobre gasto de 0.5% (20.3 mmdp), al mes de junio se registra un ligero déficit de 0.1% o 3.5 mmdp.

Por dependencia, al mes de junio la entidad que ha tenido un mayor incremento del gasto ha sido la Sener que llegó a 159.4 mmdp, un aumento de 485.9% (132.2 mmdp). El 99% de la dotación corresponde a las transferencias a Pemex. 

En segundo lugar, se encuentran las Entidades no Sectorizadas, que sumaron 81.1 mmdp: un repunte de 1843.7% (76.9 mmdp) frente a 2023. Hay que recordar que, a partir de este año, se contabilizan en este ramo los recursos del Instituto Mexicano del Seguro Social para el Bienestar (IMSS-Bienestar). Sin embargo, las cifras para este nuevo instituto de salud pública aún son inciertas.La plataforma de Transparencia Presupuestaria informa que el gastofue por 75.7 mmdp, mientras que Estadísticas Oportunas de Finanzas Públicas (Estopor) reporta solamente 48.3 mmdp.

En tercer lugar, la Secretaría del Bienestar erogó 265.5 mmdp, un alza de 26.1% o 55 mmdp frente al año pasado. No obstante, en junio, tras el periodo electoral,esta dependencia  experimentó un recorte de 28.2% frente a junio de 2023. 

En cuarto lugar, la Secretaría de Turismo desembolsó 91.5 mmdp, un aumento de 69.9% (37.6 mmdp), por mayores pagos para el Tren Maya. 

Del lado perdedor, la dependencia con mayores reducciones fue la SHCP. Erogó solamente 18.8 mmdp, 68.7% (41,4 mmdp) menos que en el mismo periodo de 2023, cuando esta dependencia hizo  transferencias a fideicomisos y apoyos a la Banca de Desarrollo. 

Asimismo, destaca un recorte a la Secretaría de Salud (SSA) por la desaparición del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi). Esta dependencia gastó a junio 27.9 mmdp o 56% (36.1 mmdp). Si bien el mayor monto (48.8 mmdp) del IMSS-Bienestar compensó el recorte de la SSA, en su conjunto se ejercieron  76.7 mmdp, cifra menor a las reportadas entre 2014 y 2018, cuando aún existía el Seguro Popular dentro de la SSA. 

Frente al calendario, la Secretaría de Turismo (Sectur) presenta el mayor sobre ejercicio al mes de junio: ha gastado 70 veces más de lo que tenía aprobado al periodo (1.3 mmdp). La diferencia se debe a los recursos para la construcción del Tren Maya. Si bien fueron aprobados dentro de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena),  Turismo los está ejerciendo. Al segundo trimestre, la Sectur tenía previsto erogar 150 mdp en inversión física, pero lleva 90.6 mmdp. 

La Sener, como de costumbre, registra un sobre gasto. De forma sistemática, el Ejecutivo y el Legislativo han aprobado a la dependencia un monto limitado de apoyos a Pemex, pero siempre se exceden. Es una forma de ocultar el verdadero apoyo que requiere Pemex durante la aprobación del Paquete Económico. El gasto ejercido por la Sener a junio supera lo aprobado al periodo en 90% o 75.5 mmdp. 

Por el lado contrario, el IMSS y el ISSSTE tienen subejercicios por 26.3 mmdp (-4.5%) y 18.8 mmdp (-7%) respectivamente, por menor gasto en la función salud, así como en pensiones y gastos operativos.  Igualmente es muy significativo el recorte de 23.4% (9 mmdp) al Poder Judicial.Al mes de junio había erogado 29.5 mmdp, el peor registro desde 2014.

Por último, cómo advertimos en nuestro Erario al Detalle del mes de junio, el gasto en los entes de seguridad pública aumentó 47.4% (51.8 mmdp) para colocarse en 161.1 mmdp: su máximo histórico para una mitad de año. El mayor repunte se observa en la Sedena, con 81.9 mmdp: un incremento real de 69.6% (33.6 mmdp) frente al año anterior. Asimismo, la Semar elevó su gasto en 46.4% (10.9 mmdp).

Lo anterior generó que los entes militares (Sedena y Semar) tuvieran un alza de 62% (44.6 mmdp) en su ejecución de recursos frente a 2023.. . En contraste, los entes civiles, como la Secretaría de Gobernación (Segob), la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC) y la Fiscalía General de la República (FGR) sólo aumentaron en 19% (7.2 mmdp).

El aumento dispar ha provocado que las Fuerzas Armadas hoy controlen el 72% del gasto de las instancias de seguridad. En comparación, al cierre de 2018 controlaban sólo el 53%. Frente al total del gasto programable, los entes militares gestionaron el 3.6%: la proporción más grande desde el año 2000.

Inversión: la presión del cierre de sexenio

El gasto en inversión física se ha acelerado al final del sexenio como respuesta a la presión por cerrar los proyectos pendientes. Al segundo trimestre, se gastaron 555 mmdp en este rubro, un crecimiento real de 18.5% (86.2 mmdp) frente al año anterior; siendo el mayor aumento para un mismo periodo. 

Como decíamos,  esto refleja la urgencia ante el inminente cierre de esta administración. Por ejemplo, el repunte más grande se dio en la inversión en la función de Transporte: creció 68.1% (55.6 mmdp) frente al segundo trimestre del año anterior. La inversión ejercida en la función de Seguridad nacional también creció 309% (18.9 mmdp) frente al mismo periodo de comparación. Se trata de obras realizadas principalmente por la Sedena, así como transferencias difíciles de rastrear por estar destinadas a fideicomisos clasificados como “inversión física”. 

Destaca el crecimiento real en el gasto de inversión en la función Salud con 87.4% (15.8 mmdp) más frente al año anterior. Representa el mayor nivel en el rubro para un segundo trimestre de este sexenio.

Pero no todas son buenas noticias. La inversión en la función Vivienda y servicios a la comunidad cayó 1.6% (2.18 mmdp) en términos reales frente al año pasado.

Las buenas intenciones al final del sexenio no son suficientes. Incluso con el incremento en el gasto de inversión, ésta se encuentra por debajo de los niveles ejercidos durante el gobierno de Peña Nieto.  En promedio durante el actual sexenio al mes de junio, se habían invertido 430 mmdp. Para el mismo periodo en la Administración  anterior, era de 513 mmdp. Todo apunta que se cerrará el año con un nivel de inversión por debajo de lo invertido durante el sexenio de Peña. 

Los bajos niveles de inversión también son reflejo del desaprovechamiento de los apoyos fiscales por parte de Pemex. A pesar de que al segundo trimestre los ingresos petroleros ascendieron a 455 mmdp, un incremento de 35.6% (119.7 mmdp), reflejo de la reducción y postergación del DUC, el gasto en inversión física de la petrolera se redujo en 2.4% (4.3 mmdp) frente al año anterior. 

Los apoyos billonarios que se han realizado a la petrolera no se reflejan en un incremento de la inversión capaz de ampliar las capacidades productivas de la empresa. Con los resultados al segundo trimestre, se observa que cerrará el sexenio con un nivel de inversión física 26% por debajo de lo invertido con Peña Nieto.

Sostenibilidad fiscal y endeudamiento: el desmentido

Aunque el discurso oficial sea que la actual administración no ha endeudado al país, los datos lo desmienten. Para este último año de gobierno, la deuda pública se encuentra en su nivel más alto desde el 2000 que se tiene registro, y durante el primer semestre ascendió a 16 billones de pesos, lo que equivale al 48.8% del PIB al segundo trimestre. El Gobierno mexicano no había tenido una deuda de esta magnitud en los últimos 25 años. 

Para el segundo trimestre del año, la acumulación de la deuda pública se incrementó en 1.2 billones de pesos frente al año anterior, esto representa un crecimiento real de 8.5%. 

Este resultado deja ver que se esfumó el efecto del súper peso. A inicios del año veíamos un crecimiento ordenado de la deuda pública. La apreciación del tipo de cambio ayudaba a mantener bajo control la deuda externa. Sin embargo, tras los resultados de las elecciones comenzamos a ver una depreciación en el peso, lo que afecta  la valuación de la deuda externa en nuestra moneda. 

Al día de hoy, la deuda pública externa vale más en pesos mexicanos, haciendo que la dificultad de su pago se incremente (además de que, en sí misma, la deuda en dólares se ha incrementado). Por este motivo, al final del segundo trimestre, la deuda externa se elevó 0.5% ó 18 mmdp frente a 2023.

Parece un pequeño incremento, pero es la segunda vez en el sexenio que  la deuda externa crece en un segundo trimestre. La primera vez fue en 2020, cuando la economía cayó más de 18%  por los efectos de la pandemia y hubo una depreciación del tipo de cambio, que llevó a cotizar por arriba de los 22 pesos por dólar. En resumen, el crecimiento de la deuda externa para un segundo trimestre es muy infrecuente  y debería tomarse con precaución. 

Lo más preocupante es que la deuda pública está aumentando a un ritmo más rápido que el crecimiento de la economía nacional. Ésta no se había encontrado tan endeudada para un segundo trimestre, como lo reportado a junio del presente año, cuando el saldo de la deuda pública representó hasta el 48.8% del PIB. 

Frente a 2018, la deuda interna se ha incrementado en 10% del PIB, lo cual representa alrededor 3.3 billones de pesos. Es un nivel histórico no visto en los últimos 25 años, y ya representa el 37% de la economía mexicana. 

Al analizar por sectores, en el segundo trimestre el Gobierno federal se endeudó por más de un billón de pesos: es el mayor monto de endeudamiento en los últimos 25 años, para un segundo trimestre. Esto representó un incremento real de 71.3% (428 mmdp) frente a 2023. 

Para ponerlo en perspectiva, el endeudamiento en los primeros seis meses del año, es 54.6% (363 mmdp) mayor a todo el que adquirió Peña Nieto en el último año de su sexenio. En 2018, el Gobierno federal se endeudó por 666 mmdp (a precios de 2024), mientras que en los primeros 6 meses de 2024, el endeudamiento ya asciende a 1,029 mmdp. Recursos que en otras administraciones se han utilizado durante todo un año, se han ejercido en tan solo 6 meses. 

El alto nivel de endeudamiento  se compensa, sin embargo, por los superávits presupuestarios de entidades como el IMSS, ISSSTE, CFE y Pemex. Es importante considerar que el balance del Gobierno en su conjunto resulta de la suma de los resultados de estas entidades presupuestarias.

El costo financiero de la deuda pública se encuentra también en niveles históricos. Al segundo trimestre del año, se pagaron 608 mmdp en intereses y servicio de ese adeudo.  El monto más alto por este rubro en los últimos 25 años. Frente al año anterior, implicó un crecimiento real de 5.0% (28.9 mmdp), sin embargo, frente a 2018 el incremento es de 35.6% (159.6 mmdp). En ese respecto, el pago de intereses y servicio de la deuda interna se incrementó 9.5% (41.6 mmdp) en comparación a 2023, un crecimiento de 51.6% (163.3 mmdp) ante el mismo periodo de 2018. 

Intermitencia en la inversión y generación de electricidad de la CFE

La intermitencia en el suministro eléctrico es reflejo de la intermitencia presupuestaria de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Por Carlos Vázquez, Salvador Sánchez y Jorge Cano *

2024 ya es uno de los años más caóticos en materia de suministro eléctrico del presente siglo. El Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) reportó este 11 de mayo, por segunda vez en menos de una semana, un estado de alerta al registrar reserva de generación de electricidad menor al 6%. Esto es algo que se observa de tanto en tanto en nuestro sistema, pero nunca de manera tan frecuente. El incremento de la temperatura en gran parte del territorio mexicano ha obligado a la población a consumir más electricidad para enfriar el ambiente y la comida, pero a un grado en que la oferta de energía no ha podido cubrir la demanda. Esto ha llevado a que, en plena ola de calor, las autoridades hayan programado apagones en zonas de por lo menos 15 estados, con el objetivo de estabilizar el sistema.

Esta intermitencia en el suministro eléctrico es reflejo de la intermitencia presupuestaria de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). El gobierno de Andrés Manuel López Obrador se encamina a ser el peor en inversión de la CFE comparado a sexenios anteriores. De hecho, para fines de 2023 no solamente este rubro no creció, sino que presentaba una caída importante.

La intermitencia en el gasto de inversión de la CFE: 

El gasto promedio de inversión física de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se encamina a ser el peor en comparación con sexenios anteriores.

Durante el sexenio de Fox la inversión de la CFE promedió un un total de 43.12 mil millones de pesos (mmdp); con Calderón 54.85 mmdp y con Peña 49.33 mmdp. Sin embargo, el gobierno de Lopez Obrador promedia un monto de 39.02 mmdp al cierre de 2023, lo cual se traduce en una caída del 20.89% (10.30 mmdp), respecto al sexenio anterior. 

El bajo desempeño en la inversión física de la CFE le ha salido caro a sectores prioritarios como son la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica. Al cierre de 2023, la inversión en generación de electricidad fue por 13.34 mmdp, lo cual representó una caída de 2.63% (-0.36 mmdp) en términos reales frente a 2022. Con esta caída, la inversión en generación de la CFE se ubicó en su segundo nivel más bajo del sexenio y es prácticamente la mitad, -49% (-12.85 mmdp), de lo que se gastó al cierre del sexenio anterior (2018). 

La historia se repite en la inversión en transmisión y distribución de electricidad. Al cierre de 2023, se invirtieron 5.53 mmdp en transmisión y 9.21 mmdp en distribución de electricidad. La inversión en estos rubros se encuentra por debajo de lo invertido al cierre del sexenio anterior. En el caso de la transmisión, que es la encargada de transportar la electricidad desde las plantas de energía a las subestaciones, presenta una caída de 16.92% (1.88 mmdp) frente a 2018, cuando se invirtieron hasta 11.08 mmdp. Mientras que en el caso de la distribución, que es la encargada de suministrar desde las subestaciones al consumidor final, la caída en la inversión es aún mayor, registrando una disminución de 37% (3.36 mmdp) frente al cierre del sexenio anterior. Estos números ponen de manifiesto una clara intermitencia en el ciclo de crecimiento de la inversión en la generación y suministro de energía eléctrica.

El problema de la baja inversión física de la CFE es reflejo del desaprovechamiento del presupuesto de la entidad. Durante todo el sexenio, el gasto en inversión física de la CFE ha sido inferior al monto que se le aprueba. Al cierre del 2023, el subejercicio fue de 15.2% (7.7 mmdp). Se ha operado en promedio durante el sexenio con un gasto que es 22% inferior al monto aprobado, mientras que durante la administración anterior, los subejercicios promediaron 11%.

A menor gasto en inversión menor energía producida

La lamentable inversión física por parte del gobierno, se ve reflejada en un bajo incremento de la capacidad instalada de la CFE. De acuerdo con el Sistema de Información Energética (SIE) y el 5to informe de Gobierno, a junio del 2023 el incremento fue de 1,976.24 megawatts con respecto al cierre del sexenio anterior, mientras que en el gobierno de Peña, el incremento fue de 3,372.81 megawatts. Es decir, se ha incrementado la capacidad instalada en 4.54%. Pese a esto, este incremento es casi la mitad del registrado por Peña, el cual fue de 8.41%.

En México, la producción de energía eléctrica ha dependido en gran medida de las plantas termoeléctricas desde 2002 hasta 2023. En 2022, el 54.55% de la generación de energía eléctrica se realizó mediante tecnología termoeléctrica, que principalmente utiliza carbón, diésel, combustóleo y gas natural. Esta dependencia puede ser un factor de vulnerabilidad para la generación de energía, debido a la disponibilidad y estabilidad de estos recursos.

Un ejemplo fue lo ocurrido en 2021, cuando los gasoductos en el sur de Texas se congelaron, lo que provocó interrupciones en el suministro de gas natural. Como consecuencia, hubo apagones significativos en el norte del país. Este evento pone en evidencia los riesgos asociados con la dependencia de fuentes de energía fósiles, afectando la capacidad de generación de energía. Por tal motivo, se requiere diversificar la generación de energía para mitigar estos problemas adversos. Lo ideal es optar por fuentes de energía renovables. Con estas medidas, se contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, alineándose con los objetivos globales de sostenibilidad y mitigación del cambio climático. Un ejemplo de esto se puede observar en países como Alemania, donde la mayor parte de la generación de energía es mediante plantas eólicas y solares.

El bajo desempeño en el crecimiento de la capacidad instalada se ha reflejado en una menor generación de energía eléctrica. De acuerdo con el Sistema de Información Energética (SIE), desde el primer año de gobierno de la presente administración, la generación total de electricidad —producida por la CFE y los Productores Independientes de Energía (PIEs)— cayó 3.2% frente al año anterior. La razón: una caída de 8.8% en la generación de electricidad por parte de la CFE. 

Este fue sólo el principio en el descenso de la generación de electricidad por parte de la energética. Durante 2020 y 2021, la CFE produjo los niveles más bajos de electricidad desde el año 2002: la generación de electricidad pasó de 13 millones de megawatts por hora, a 10 millones de megawatts por hora. De esta caída no ha logrado recuperarse, y al cierre de 2023 se produjeron 12.5 millones de megawatts por hora: 12% inferior a lo generado durante 2018. 

Sin embargo, la caída en la generación de electricidad de la CFE pudiera ser aún mayor de no ser por la participación del sector privado en la generación de electricidad. Durante el sexenio se ha incrementado la producción bruta de electricidad por parte de los PIEs, y al cierre de 2023 llegaron a producir hasta 8.5 millones de megawatts por hora en promedio, lo cual es el nivel más alto del cual se tenga registro en el SIE. 

Al respecto, vale la pena mencionar que durante esta última administración se ha hecho énfasis en reducir la participación de los privados en la generación de electricidad en el mercado eléctrico mayorista, donde participan tanto la CFE como empresas privadas. Por su parte, los PIEs, con contrato exclusivo para la CFE, producen en promedio el 40.8% de la electricidad de la propia CFE.

Cabe recordar que con la propuesta de reforma energética de 2021 se buscaba limitar por ley que la cuota para los generadores privados en el mercado eléctrico mayorista no superase el 46%. La candidata de Morena a la presidencia de la república sigue manteniendo esta propuesta, aún cuando va en contra de la Constitución, que establece libre mercado en el segmento de generación. Esto representaría un freno a la generación de electricidad del sector privado, el cual ha amortiguado el mal desempeño de la CFE a lo largo del sexenio y en ocasiones de crisis productivas. Un ejemplo de esto sucedió en 2020, cuando la generación de la CFE cayó 19.9% frente a 2019, debido al congelamiento de gasoductos en el norte del país. En ese contexto, la generación de electricidad por parte de los PIEs aumentó 7.8%, permitiendo compensar el mal desempeño de la CFE.

Repartiendo menos energía a más hogares

Un logro que esta administración gusta de celebrar es que se han logrado conectar más hogares a la red pública de electricidad. De acuerdo con datos de la ENIGH 2022 el 98.9% de las viviendas se encuentran conectadas a la red pública, 0.1% a una planta particular, 0.2% a panel solar, 0.4% de otra fuente, y 0.4% de las viviendas aún no cuentan con electricidad. Lo anterior implica que entre 2022 y 2018 se lograron conectar 3.1 millones de viviendas a la red eléctrica. 

Sin embargo, pese a los festejos, es un logro a medias. Si bien se han conectado más viviendas a la red eléctrica, al no haber un aumento significativo en la generación de electricidad y en la infraestructura de transmisión y distribución, la población recibe un suministro de baja calidad por la presencia de más apagones y de mayor duración.

Al cierre de 2023 se ha dado un incremento en el número de apagones a nivel nacional, así como en la duración de los mismos. En otras palabras, se va más la luz y por más tiempo. De acuerdo con el SIE al cuarto trimestre de 2023 se dieron en promedio 13.1 interrupciones por cada cien usuarios finales, atribuibles al proceso de transmisión, es decir, a un fallo por parte de la CFE. Durante el mismo trimestre, las interrupciones duraron en promedio 11.9 minutos, lo cual representa la duración más larga no vista desde 2017, que es cuando se comenzó a reportar la información. De hecho ya se hilaron dos trimestres con las mayores interrupciones del sexenio y además con el mayor tiempo de interrupción.

Dado lo anterior, no sorprenden los apagones. Desde finales de 2023 se están presentando las mayores interrupciones y de mayor duración en el sistema de red eléctrica desde el cierre del sexenio anterior. Esto es resultado, como ya se mencionó anteriormente, de los bajos niveles de inversión en generación, y de que la matriz energética se encuentra altamente sesgada hacia la generación vía combustibles fósiles en un 75%, según datos del Cenace. Esto disminuye el margen de maniobra en la producción de energía ante eventos adversos. Por último, los apagones pudieran ser aún mayores de no ser por la participación del sector privado vía los Productores Independientes de Energía. Por lo que, se debe continuar la promoción de esta figura para la generación de electricidad.

* Agradecemos el apoyo de Ana Moreno, coordinadora del Programa de Competencia y Regulación de México Evalúa.

Aumenta el lastre fiscal de Pemex: Finanzas Públicas al Primer Trimestre de 2024

El panorama al inicio del primer trimestre del año revela de manera clara el inminente desenlace de esta administración: una costosa política de apoyo a Pemex que no ha dado resultados en materia productiva y de ingresos, castigo a gastos sociales como la salud, y una deuda fuera de control.

Nos encontramos al borde de una situación insostenible, arrastrados por los incansables esfuerzos del gobierno por mantener a Pemex a flote. Al primer trimestre del año, la petrolera inició como un lastre para las finanzas públicas. Por primera vez en los últimos 10 años la paraestatal recibió más apoyo de los recursos que aportó a la Federación. Para ponerlo en perspectiva: por cada peso que Pemex aportó, el gobierno le tuvo que regresar 2.3 pesos para mantenerla a flote. 

La estrategia de reducir y postergar el pago del Derecho de Utilidad Compartida (DUC) a Pemex le salió bastante cara al gobierno federal. Al final, pasó factura sobre los principales ingresos del erario, ya que al primer trimestre los provenientes del petróleo cayeron 60.8% (51.3 mmdp) frente a 2023. Aunque si los comparamos frente a 2018, la caída es abismal al ser 80.3% (135 mmdp) inferiores a lo reportado al primer trimestre del cierre del sexenio anterior.

La estrategia de Hacienda ante la crisis

Para tratar de contrarrestar esta estrepitosa caída de los ingresos petroleros, Hacienda buscó fortalecer las percepciones tributarias. Por un lado, buscó recursos entre los contribuyentes: al primer trimestre, las devoluciones que realiza el SAT a los pagadores de impuesto por concepto del IVA, fueron en términos reales 6.5% (15.6 mmdp) menores frente al año anterior por un monto de 223.5 mmdp. 

Por otro lado, menores estímulos a las gasolinas fortalecieron la recaudación por el IEPS: al mes de marzo las devoluciones y compensaciones del IEPS sumaron 13.9 mmdp: una caída de 58.9% (19.9 mmdp) respecto al primer trimestre del año anterior. Es la mayor disminución en devoluciones y compensaciones del IEPS en todo el sexenio para un primer trimestre.

El aumento en la recaudación tributaria no fue suficiente para financiar por completo el presupuesto de los Ramos Administrativos. El Gobierno tuvo que hacer recortes discrecionales en algunas dependencias para favorecer el adelanto de programas sociales por motivo de la ley electoral. Así, la Secretaría del Bienestar presenta un crecimiento anual de 79.4% (107.19 mmdp), y la SEP un aumento de 74.4% (67.99 mmdp) frente a marzo del año anterior. Por otro lado, el gasto de la Sener aumentó 301.2% (58.49 mmdp) debido a mayores transferencias a Pemex.

Un margen de maniobra insuficiente

En materia de sostenibilidad, al primer trimestre se observa un deterioro en el margen de maniobra del Gobierno. Si se consideran todos los gastos ineludibles que tiene la federación, como es el pago de intereses de la deuda, pensiones, los adeudos de ejercicios fiscales anteriores y las participaciones a los estados, el margen fiscal para hacer política pública al primer trimestre fue por 632 mmdp, el monto más bajo para un primer trimestre en los últimos 20 años. 

Ese menor espacio fiscal llevó a que el Gobierno federal incurriera en un déficit público por 505.7 mmdp, lo cual representó un crecimiento de 144.3% (298.7 mmdp), frente al primer trimestre del año anterior. Representa el mayor déficit público registrado para un primer trimestre en los últimos 17 años. 

En consecuencia, el saldo de la deuda pública ascendió a 15.4 billones de pesos, la cifra más elevada reportada para un primer trimestre en más de dos décadas. El incremento pudo ser mayor de no ser porque el tipo de cambio favorable al peso ha permitido ocultar estos grandes déficits públicos. Si las condiciones financieras dejan de sonreírle al peso, se revelará la verdadera condición de insostenibilidad del actual manejo de las finanzas públicas.

 

Ingresos petroleros: Pemex deja de aportar al erario

Al primer trimestre del último año del actual sexenio, Pemex inició como un lastre para las finanzas públicas. Por primera vez en los últimos 10 años, la petrolera recibió más apoyo de los recursos que aportó. Al mes de marzo, Pemex pagó 33 mmdp al Gobierno federal por concepto de ingresos petroleros. Sin embargo, el Gobierno le regresó a Pemex 77 mmdp vía transferencias presupuestarias. Es correcto: los ciudadanos estamos pagando ahora de nuestros impuestos los apoyos a la petrolera.

La tendencia es clara y es que el Gobierno federal cada vez se queda con menos ingresos petroleros. Al mes de marzo estos fueron 60.1% (51 mmdp) menores a lo que obtuvo al primer trimestre del año pasado, pero la caída es abismal: -80% (-135 mmdp), comparado frente al último año del sexenio anterior.

 

La reducción y postergación en el pago del Derecho por la Utilidad Compartida (DUC) a Pemex, es la principal razón por la que el Gobierno federal se ha quedado con menores ingresos petroleros. De acuerdo con datos del Fondo Méxicano del Petróleo (FMP), Pemex no había pagado este derecho desde octubre del año pasado hasta enero del presente año. Fueron 4 meses al hilo en que el gobierno federal brindó un respiro a la petrolera mediante la postergación de este pago. Hay que recordar que mediante un Decreto presidencial, se le permitió a Pemex pagar el DUC de octubre, noviembre y diciembre de 2023 hasta el 26 de febrero de este año, como lo detectamos en nuestra nota de Erario Anual de 2023

Además de la postergación del pago del DUC, para este año se redujo la tasa aplicable para este derecho del 40% al 30%. Esto se reflejó en un menor pago en febrero, a pesar de que en este mes se hicieron los pagos retroactivos del DUC de octubre a enero. El pago reportado fue de sólo 14.9 mmdp: una caída de 35.4% (8.2 mmdp) frente a febrero de 2023, y un abismal desplome de 66.6% (29.8 mmdp) frente a febrero de 2018. De haberse mantenido la tasa de 65% que existía en 2019, Pemex habría pagado al mes de febrero 46 mmdp adicionales, similar al presupuesto de la Secretaría de Agricultura (34.8 mmdp) y la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes (34.8 mmdp) en el primer trimestre del año. 

Por otro lado, Pemex ha recibido apoyo fiscal mediante transferencias de recursos vía la Secretaría de Energía. Al mes de marzo ha otorgado a Pemex 77.2 mmdp, el mayor monto de todo el sexenio para un primer trimestre y 317% (58.7 mmdp) más de lo otorgado en el mismo periodo de 2023. Ya que los ingresos petroleros pagados al Gobierno federal (33 mmdp) fueron menores a las transferencias a Pemex, la diferencia tuvo que salir del cobro de impuestos y otros derechos. 

En suma, el total de apoyos fiscales que ha recibido la petrolera al primer trimestre del año, acumulan 123.2 mmdp, la mitad del presupuesto de la Secretaría del Bienestar al primer trimestre (258 mmdp). Estos apoyos significan un costo de oportunidad en el uso de recursos públicos que pudieron haberse destinado a salud, educación, seguridad, ciencia y tecnología, entre otros. 

 

A pesar de todos los apoyos fiscales que se le están otorgando a Pemex, no repuntan sus niveles de producción. Al primer trimestre del año se trabajó con el nivel de producción de petróleo crudo más bajo en los últimos 24 años, al producir solamente 1,542 miles de barriles diarios (mbd), esto es 6.7% menor a lo reportado en 2023.

Esta situación sugiere que el apoyo billonario que le está dando el gobierno federal a Pemex solo es para salir de su situación de alto endeudamiento, por lo que no se está viendo reflejado en una mayor capacidad productiva de la empresa y por ende en garantizar su autosuficiencia financiera. 

 

Los Ingresos tributarios blindan las finanzas públicas

Ante la caída anual de 5.3% (14.1 mmdp) en pesos de 2024 de los ingresos petroleros, los tributarios blindaron a las finanzas públicas, al reportar un crecimiento de 3.4% (40.6 mmdp) frente al año anterior, para ubicarse en 1,246 mmdp. Es una mejoría en el ritmo de crecimiento de la recaudación fiscal, pues se llevaban tres años consecutivos en que al primer trimestre del año ésta no repuntaba.

A pesar de su mejor ritmo de crecimiento, los ingresos tributarios se quedaron a solo 0.7% (9.2 mmdp) de cumplir con la meta para el primer trimestre, hilando tres años en que la recaudación fiscal se queda por debajo del calendario. Aún así, esto representa una mejora frente al primer trimestre de 2023, cuando las contribuciones se quedaron 3.5% (44.1 mmdp) por debajo del calendario.

 

Los menores estímulos a las gasolinas fortalecieron los ingresos fiscales en el primer trimestre del año: al mes de marzo las devoluciones y compensaciones del IEPS fueron por un monto de 13.9 mmdp, lo cual representa una caída por 58.9% (19.9mmdp) respecto al primer trimestre del año anterior. La caída responde a un efecto contable frente a principios de 2023 cuando las devoluciones y compensaciones del IEPS ascendieron a un monto récord por 33.8 mmdp, a causa de los grandes saldos a favor generados por la política de estímulos a las gasolinas de 2022, como lo explicamos en nuestro Erario al 2T de 2023. Como en 2023 no existió esta política, este año no existen grandes saldos a favor en materia del IEPS.

Además, menores saldos a favor de contribuyentes fortalecieron la recaudación de impuestos en el primer trimestre. Al mes de marzo las devoluciones que realiza el SAT a los contribuyentes por concepto del IVA, fueron por 223.5 mmdp, lo cual implicó una reducción en términos reales de 6.5% (15.6 mmdp) frente al año anterior. Es la primera caída en las devoluciones del IVA del sexenio para un primer trimestre, después de haber sostenido un crecimiento por cinco años para un mismo periodo de comparación. 

 

Otro factor que explica la mejora en la recaudación fiscal, son las auditorías que realiza el SAT: al primer trimestre del año los ingresos por cobranza ascendieron a 232 mmdp, un crecimiento frente al año anterior de 24.5% (45.8 mmdp). No obstante, la recaudación primaria —que es aquella que se encuentra vinculada al dinamismo económico— cayó 0.5% (5.2 mmdp) para el mismo periodo de comparación. Es decir, los esfuerzos de fiscalización sobre los contribuyentes son la principal explicación del aumento de la recaudación. Sin embargo, no ha sido suficiente para compensar la menor renta petrolera, como veremos a continuación. 

 

Salen perdiendo los ingresos del gobierno federal 

Los esfuerzos de Hacienda para fortalecer los ingresos tributarios no alcanzaron para contrarrestar la caída de los ingresos del Gobierno federal. Vale recordar que estos ingresos son aquellos que no contemplan los recursos de Pemex, CFE, IMSS, e ISSSTE. Es decir, es el dinero que el Gobierno destina para fondear programas sociales y el gasto en salud y educación, entre otros.

Al primer trimestre del año, los ingresos del gobierno federal fueron 1,382.2 mmdp, una reducción en términos reales por 0.2% (3.3 mmdp) frente al año anterior y 2.4% (33.7 mmdp) por debajo del calendario. Como veremos más adelante, esto impactó en recortes en diferentes dependencias federales. 

 

En este primer trimestre del último año del sexenio, los ingresos del Gobierno federal presentan el desempeño más bajo en las últimas cuatro administraciones. Apenas han logrado crecer 5.0% frente al primer trimestre del último año del sexenio de EPN, cuando se había logrado aumentar los ingresos en 22.3% para el mismo periodo de comparación. Se debe, principalmente, a los apoyos fiscales que se le han otorgado a Pemex; que van desde la reducción de la tasa del DUC hasta la postergación del pago del mismo. Esto ha provocado que los ingresos petroleros del gobierno federal, al primer trimestre, sean 80.3% inferiores a los ingresos que obtuvo durante el primer trimestre del último año de gobierno de EPN.

 

Gasto neto total

Al cierre del primer trimestre del 2024, el gasto neto del Sector Público ascendió a un total de 2,319.6 mmdp, lo que equivale a un crecimiento con respecto al año anterior del 18.8% (366.9 mmdp). Pese a que ha sido el mayor incremento del gasto con respecto a años anteriores, quedó corto respecto al calendario en 122 mmdp, con lo que se registran cinco años en el sexenio en los cuales no se ha cumplido con el programa establecido al primer trimestre del año: 2024, 2023, 2021, 2020 y 2019.

Esta tendencia se observa desde los sexenios anteriores; no obstante, al cierre de Gobierno de Felipe Calderón se reportó un subejercicio de sólo 15.3 mmdp, mientras que en la administración de EPN se reportó un sobre ejercicio por un monto de 106.3 mmdp. En contraste, en la presente administración podemos observar un subejercicio de 122 mmdp, representando la mayor brecha observada en un cierre de sexenio en comparación con los últimos dos. 

 

En términos generales, dentro de los ramos administrativos se observa un incremento en el gasto programable del sector público con respecto al año anterior. La Sener destaca como la ganadora, con un aumento del 301.2% (58.49 mmdp) frente al año pasado, explicado por mayores transferencias a Pemex por parte de esta dependencia.

Además, es relevante mencionar el aumento en el gasto en programas sociales asociado al proceso electoral, ya que por Ley se obliga al Gobierno a adelantar programas sociales previo a las elecciones, así como el aumento de las pensiones del bienestar a 6 mil pesos bimestrales. Esto explica el considerable aumento del gasto de la Secretaría del Bienestar, la cual reporta un crecimiento anual del 79.4% (107.19 mmdp) frente a 2023. 

Por otro lado, los ramos de Defensa Nacional y Marina mostraron incrementos significativos, con un aumento del 42.4% (9.86 mmdp) y 20.4% (2.19 mmdp) respectivamente. Este fenómeno puede ser interpretado a la luz de nuestros trabajos anteriores sobre la concentración de poder a través del presupuesto, donde el actual gobierno busca la lealtad de los mandos castrenses al incrementar sus recursos, a costa de reducir el presupuesto de las entidades civiles de seguridad. 

Otro movimiento presupuestario destacable se observa en la Secretaría de Salud, con una caída del 63.7% (18.22 mmdp). Ésta se explica por la eliminación del INSABI en 2023 y la creación del IMSS-Bienestar, categorizado en el Ramo 47 de Entidades no Sectorizadas. Éste nuevo instituto ejerció en el primer trimestre del año 22.6 mmdp, lo que compensó la reducción en el gasto de la Secretaría de Salud frente a 2023. No obstante, el gasto en atención en salud de las personas sin seguridad social sigue por debajo de sus mejores niveles como abordaremos en nuestra nota de Erario en Salud.

 

Frente al calendario, se puede observar un recorte al gasto en 12 de las 17 principales entidades de gobierno. Las instituciones de salud, como el ISSSTE, IMSS y Secretaría de Salud, presentan un subejercicio agregado de 39.53 mmdp. De forma contraria, en la Sener se observa un incremento del 85.1% (35.81 mmdp), frente al calendario debido a mayores transferencias a Pemex. 

La otra secretaría que mostró el mayor incremento frente al calendario fue Turismo, con un aumento del 2,246.5% (21.12 mmdp) respecto al año anterior, debido a mayores recursos para la construcción del Tren Maya. Hay que recordar que hasta 2023 esta dependencia era la encargada de ejercer los recursos para la construcción de dicha obra prioritaria, pero en 2024 se cambió la responsabilidad a la Sedena. El sobre ejercicio de la Sectur indica que la Sedena aún no ha tomado por completo la construcción del Tren Maya. 

 

Gasto en inversión física: recta final de proyectos prioritarios

La necesidad de terminar las obras de infraestructura insignia, así como la recuperación del gasto no ejercido el año pasado, ha incrementado el gasto de inversión en el primer trimestre de 2024. 

Como analizamos en nuestro Erario Anual de 2023, el año pasado el avance de la inversión física fue de sólo 79.5% del programa aprobado, el peor en más de una década. En total se dejaron de gastar 228 mmdp. El desempeño de este gasto comenzó mal desde inicios de año, pues el avance al primer trimestre de 2023 era de sólo 15.7%. En 2024 se ha revertido la tendencia pues se observa un avance anual del 24.14% al primer trimestre, el mayor desde 2018. 

Destaca que el gasto en inversión al mes de marzo ha alcanzado su punto más alto durante todo el sexenio de AMLO por un monto de 225 mmdp, para un primer trimestre. Este aumento en la inversión se debe al incremento del gasto en proyectos prioritarios, tales como la finalización del Tren Suburbano-Aeropuerto o en la terminación del Tren Maya, lo cual se refleja en el crecimiento real de 58.2% (14.18 mmdp) en la inversión física destinada a la función transporte.

 

Aún así, no han superado a Peña. Pese a la recuperación en la inversión física total al mes de marzo, aún se mantiene por debajo del sexenio de EPN, ya que en promedio la inversión en ese periodo fue de 242 mmdp, mientras que en el actual gobierno la inversión física promedio es de 190 mmdp. Esto se traduce en un crecimiento promedio anual de 1.8% , que contrasta con el sexenio anterior. Con EPN el crecimiento de la inversión se mantuvo en 2.0%.

 

Módulo de sostenibilidad fiscal y endeudamiento

En los últimos años se ha observado un importante crecimiento en gastos comprometidos o ineludibles por parte del Gobierno federal, como es el gasto en pensiones, el pago de intereses de la deuda, las Participaciones Federales y los Adeudos de Ejercicios Fiscales Anteriores. El aumento de estos gastos comprometidos dejan cada vez menor margen fiscal para realizar políticas públicas.

Si descontamos estos gastos ineludibles de los ingresos tributarios, al primer trimestre del año, el margen fiscal sobrante es de tan solo 11.7 mmdp: en otras palabras, de los ingresos tributarios sólo quedó esa cantidad para financiar políticas públicas. Es el menor margen para un primer trimestre en los últimos 20 años. 

Si tomamos en cuenta que el presupuesto programado de la Secretaría de Salud (SSA) al primer trimestre fue por 12.8 mmdp, entonces el margen fiscal sobrante de los ingresos tributarios podría financiar apenas el 92% del gasto de la SSA. Para decirlo claro, el actual margen fiscal de los ingresos tributarios es insuficiente para financiar políticas públicas. 

 

Si en lugar de considerar sólo los ingresos tributarios, tomamos en cuenta la totalidad de los ingresos públicos, vemos que los recursos disponibles para hacer política pública fueron de 632.9 mmdp —si se descuentan los gastos ineludibles—. De nuevo, es el margen fiscal de ingresos públicos más bajo para un primer trimestre en los últimos 20 años. Es 24.9% (209 mmdp) inferior al observado al primer trimestre del cierre del sexenio anterior (2018).

¿Estos 632 mmdp de ingresos disponibles alcanzan para hacer política pública? La respuesta corta es “no”. Ese margen fiscal es insuficiente para financiar los programas públicos y con ello garantizar los derechos sociales. Si consideramos que el gasto programable, sin incluir el gasto en pensiones, ascendió a 1085 mmdp al primer trimestre, entonces el margen fiscal disponible de los ingresos públicos financió el 58% del gasto programable, por lo que se requirieron financiar 452.3 mmdp mediante endeudamiento público para cubrir el restante del gasto programable. En otras palabras, al primer trimestre los ingresos no fueron suficientes para garantizar el cumplimiento de derechos sociales como la salud o la educación pública, por lo que el gobierno tuvo que recurrir a la deuda para cubrir el presupuesto. 

 

Claro que a estas alturas del sexenio ya no es sorpresa que el gobierno incurra en endeudamiento para financiar el presupuesto. Sin embargo, se están superando los límites en la cantidad de deuda en la cual puede incurrir el Gobierno. Cuando los hogares o las empresas adquieren una deuda bancaria, sólo pueden tener acceso al crédito que se pone a su disposición dada su capacidad de pago. Es decir, su espacio de endeudamiento está definido por el tamaño del crédito.

De igual manera, el gobierno cuenta con un espacio fiscal para endeudamiento, que está limitado por la cantidad de deuda pública que es consistente con la capacidad de pago del gobierno. En el caso particular de México y de acuerdo con la Ley Federal de Responsabilidad Hacendaria, el gobierno puede endeudarse siempre y cuando el saldo de la deuda pública se mantenga constante como porcentaje del PIB. 

En este sentido, al primer trimestre del año, el gobierno no dispone de margen fiscal para endeudarse más. Para mantener estable la deuda pública, para final de año el gobierno necesita un balance primario superavitario equivalente al 1.1% del PIB, dadas las condiciones financieras y económicas previstas. Sin embargo, al cierre del primer trimestre, el balance primario registró un déficit de -0.7% del PIB, lo que implica que el gobierno está incurriendo en un déficit primario que pone en riesgo la capacidad de pago del país y que tendría que corregir para final de año. 

 

Para sumar a lo anterior, en este primer trimestre se presentó un déficit público (la diferencia entre ingresos totales y gastos totales) por 505.7 mmdp. Este déficit tuvo un crecimiento real de 144.3% (298.7 mmdp) frente al primer trimestre del año anterior. Es el mayor déficit público registrado para un primer trimestre en los últimos 17 años. Si lo comparamos frente al déficit público registrado en el primer trimestre del último año del sexenio de EPN, este es 538.5% (426.5 mmdp) superior. Hay un claro deterioro de las finanzas públicas frente a sexenios anteriores. 

 

Aún con el mayor déficit registrado en más de una década, habrá quienes digan que la deuda pública no ha aumentado. Sin embargo, los datos nos cuentan otra historia y es que al primer trimestre de 2024, el saldo de la deuda pública total ascendió a 15.4 billones de pesos. Es el monto más elevado reportado para un primer trimestre en más de 10 años. 

En términos de crecimiento real, la deuda pública aumentó 15.3% (2049.5 mmdp) frente al primer trimestre del año anterior. Por una parte, durante el transcurso del año anterior se adquirió más de un billón de pesos de endeudamiento que se suma al déficit público observado al primer trimestre de este año. 

El endeudamiento pudo ser mucho mayor, ya que sus cifras se ocultan detrás de la fortaleza del tipo de cambio. Durante ya más de una administración la estrategia de adquisición de deuda ha sido focalizada en el mercado interno. Es decir, cuando el gobierno requiere de financiamiento vía deuda, prefiere la emisión de bonos en moneda nacional, en lugar de recurrir a mercados internacionales y endeudarse en monedas extranjeras.

Esta estrategia ha beneficiado ampliamente al gobierno federal en los últimos 3 años, permitiendo diluir u ocultar los grandes déficits en los que ha incurrido. Al primer trimestre del año, el saldo de la deuda pública externa fue por 3.6 billones de pesos, esto fue 10.7% (434.1 mmdp) menor a lo reportado el año anterior.

El súper peso que llegó para “salvarnos” (casi)

Ojo, la caída de la deuda externa no se debe a que el gobierno la está pagando; ya que en realidad ha emitido más deuda en moneda extranjera. Al mes de marzo el saldo de la deuda externa fue por 222 mil millones de dólares, mientras que al cierre del año anterior era de 213 mil millones de dólares. 

El descenso de la deuda externa se explica simplemente por la fortaleza del tipo de cambio en los últimos años, lo que ha estado ayudando al gobierno federal a ocultar sus altos niveles de deuda. Al primer trimestre, el tipo de cambio fue por 16.7 pesos por dólar, mientras que en 2023 era de 18.11 pesos por dólar y en 2022, 19.9 pesos por dólar. La constante apreciación del tipo de cambio ha permitido mantener ficticiamente el saldo de la deuda pública, hasta el primer trimestre del año. 

El gran problema es que, como hemos observado, las finanzas públicas se encuentran en agonía: los ingresos no son suficientes para garantizar los derechos sociales por un margen fiscal insuficiente. Además, los apoyos millonarios a Pemex hacen que el gobierno federal se quede con menores ingresos y, por otra parte, aumenta cada vez más la presión de gastos ineludibles. En este escenario poco optimista, se encuentra el gobierno incurriendo en montos de endeudamiento históricos, esperando a que el tipo de cambio se mantenga apreciado. Sin embargo, si las condiciones financieras dejan de sonreírle al peso, se revelara la verdadera condición de insostenibilidad del actual manejo de las finanzas públicas. 

 

Rechinan las finanzas de CFE: 3T 2021



Al tercer trimestre del año, la disparidad entre costos e ingresos provocaron que el balance financiero de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), si no tomamos en cuenta las transferencias que recibió del Gobierno federal, cayera a -86 mmdp, un crecimiento de 179% en el déficit (-55 mmdp), situación sólo superada por el déficit registrado en 2018. Si consideramos las transferencias (subsidios, en realidad), el balance fue de -16 mmdp, lo que de cualquier forma significó un retorno al espectro negativo, luego de que en 2020 registrara un saldo positivo de 35 mmdp en el mismo periodo.

Si sólo tomamos los gastos operativos e ingresos por venta de bienes y servicios, también se registró un déficit financiero de 66 mmdp, 420% (53 mmdp) superior al observado en 2020 al mes de septiembre. Esto se debe a ventas netas de bienes y servicios por 276 mmdp, 3% (8.2 mmdp) menores a las de 2020, y a gastos de operación de 343 mmdp, 15% (45 mmdp) mayores. De hecho, desde 2016 este balance se ha mantenido negativo.



Jalonados por un aumento de los precios de los combustibles, los gastos totales de la CFE mostraron al tercer trimestre un aumento de 11% (37.5 mmdp), su tercer mayor nivel luego de 2018 y 2019 para este periodo. No obstante, a pesar del mayor dinamismo del mercado energético en 2021, los ingresos propios registran una caída de 6% (17.9 mmdp) hasta llegar a 283 mmdp, su peor nivel desde 2016.



Al tercer trimestre de 2021, el aumento de los precios de los combustibles ha impactado en la estructura financiera de la CFE; tanto, que dio pie al mayor sobregasto de energéticos para la producción de electricidad desde 2016. En consecuencia, los subsidios a las tarifas eléctricas exhibieron su mayor nivel visto para los primeros nueve meses del año desde 2016, año en que se inició este registro.

De los 322 mmdp presupuestados para la CFE al mes de septiembre, el 44% (142 mmdp) residen en el capítulo de Materiales y Suministros, donde se registran conceptos como combustibles, alimentos, refacciones, vestuarios entre otros. Le sigue el capítulo de Servicios Generales, con 52.2 mmdp, (16.5% del total), donde se tienen los conceptos de arrendamientos, comisiones, mantenimiento y servicios telefónicos, entre otros. Es en estos dos capítulos donde se registran sobrejercicios. En el resto de capítulos –cuyo gasto conjunto no supera el 15% del total– hay ligeros subejercicios.

Sí, este problema debe importarnos a todos porque afecta nuestro bolsillo. Considerando los mencionados capítulos con sobrejercicios, el gasto de la CFE en el tercer trimestre del año acumula 369 mmdp, 15% (47.5 mmdp) por arriba de lo aprobado al periodo. La mayor parte de este ‘exceso de gasto’ proviene del capítulo de Materiales y Suministros, en la partida de combustibles lubricantes y aditivos por 165 mmdp, 57% (59.9 mmdp) superior a lo aprobado al periodo. Éste es el mayor sobregasto registrado para esta partida desde 2018, que se tiene desglose trimestral.

Dicho sobrejercicio ha sido compensado en parte con un menor gasto en obras de abastecimiento de agua, gas y electricidad, por 3.8 mmdp, y por 3.4 mmdp menos en coberturas cambiarias. El esfuerzo no es menor, pues ha implicado efectuar recortes en el presupuesto de ámbitos relevantes de la empresa para la operación de los servicios y la administración de riesgos financieros.



Como se ve, la adquisición de insumos para la producción de electricidad estresa las finanzas de CFE. Al interior de tal sobrejercicio, identificamos que la partida Pidiregas Gastos Variables gastó 72.8 mmdp, 122% (39.9 mmdp) más de lo aprobado al periodo. En esta partida se registran los gastos por asignaciones destinadas a cubrir las erogaciones que realizan las entidades públicas (CFE) en proyectos de inversión financiada condicionada, por compras de energía, nitrógeno y otros productos o servicios que intervienen en el proceso productivo. Con estos cargos, el contratista o productor (privado) recupera los diversos gastos que están asociados al volumen de producción de las entidades, e incluyen insumos y otros gastos de operación y mantenimiento[1].

Asimismo, se destacó un gasto de 55 mmdp para combustibles de importación para plantas productivas, 44% (19.9 mmdp) superior a lo aprobado, y de 36 mmdp de combustibles nacionales para plantas productivas, 9% (3 mmdp) superior a lo aprobado.

Desde 2018, que se tiene el desglose de esta partida, los gastos por combustibles, lubricantes y aditivos ha promediado 130 mmdp aprobados de enero a septiembre, pero 158 mmdp ejercidos, lo que ha supuesto sobrejercicios en tres de cuatro años, con un promedio de 44 mmdp de sobregasto.

La gran diferencia entre el presupuesto aprobado y el gastado de 2021 se debe a que la CFE y Hacienda previeron gastos por energéticos en un contexto recesivo. En 2020, durante la pandemia por covid-19 y un menor consumo energético, el gasto en combustibles, lubricantes y aditivos al tercer trimestre fue de 120 mmdp, 30% (51 mmdp) menos que en 2019, y quedó 13% (18 mmdp) por debajo del presupuesto al periodo. Esta reducción en los gastos operativos/presupuestarios de la CFE en 2020 se reflejó en una presupuestación 24% (33 mmdp) inferior para 2021.

No obstante, desde febrero de 2021 los costos de producción de electricidad han sido presionados por los precios extraordinarios del gas natural, provocados por las heladas en el sur de Estados Unidos y Norte de México, según el Reporte al Consejo de Administración de la CFE, publicado en julio de este año. Desde entonces, los costos de los energéticos han seguido aumentando.

Para 2022, la partida de combustibles, lubricantes y aditivos tiene presupuestados sólo 149.7 mmdp, 9% (15 mmdp) menos de los erogados al tercer trimestre del año, 7% (10.5 mmdp) por debajo del promedio aprobado de 2016 a 2021 y 25% (48.9 mmdp) menos del promedio gastado de 2016 a 2020. Todo esto vaticina más sobregastos de la CFE por este concepto en el siguiente año. Lo que las autoridades no han aclarado es cómo se va a financiar: ¿habrá nuevos recortes en otras áreas del presupuesto?



Situación financiera y subsidios

Para mantener los precios de la electricidad estables, de enero a septiembre se han gastado 70.3 mmdp en subsidios a las tarifas eléctricas, monto 6% (4 mmdp) superior a lo erogado en el mismo periodo del año anterior y el monto más alto registrado desde 2016, año a partir del cual se tienen datos disponibles. Asimismo, ya se han superado los 70 mmdp anuales aprobados para estos subsidios, en 0.4% (279 mdp).

Esta consideración es importante, ya que para 2022 se tienen presupuestados 73 mmdp en subsidios a las tarifas eléctricas, que podrían no ser suficientes en el contexto financiero actual de la CFE y menos aún si se aprueba la reforma energética, la cual incrementará los costos de producción de esta empresa, según diversos analistas.




[1] Clasificador del Objeto de Gasto para la Administración Pública Federal (2007) recuperado de: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/89647/Clasificador_por_Objeto_del_Gasto__11.enero.2007_.pdf

Números de Erario: gasto en salud a agosto de 2021

Resumen

Hasta agosto se ejerció 59% del gasto funcional en salud aprobado, pero a estas alturas se debería haber gastado el equivalente al 66.7% del presupuesto anual. El gasto acumulado fue de 395.6 mmdp, monto 3.5% (13.3 mmdp) mayor al observado el año pasado.

Del análisis de las instituciones de salud con respecto al gasto aprobado en el periodo se desprende lo siguiente:

  • El gasto de la Secretaría de Salud y el ISSSTE continúan acumulando subejercicios. Salud reportó un recorte de 11% en su gasto, mientras que el ISSSTE acumuló un recorte aún mayor: 21%. 
  • El gasto en inversión física sigue en mínimos, si se compara con los últimos años. En el periodo alcanzó los 4.2 mmdp, 50.1% por debajo del gasto programado hasta agosto, y con una caída anual de 60%.
  • Al mes de agosto el Insabi acumuló un gasto de 48.8 mmdp, monto que se encuentra 15% por debajo de lo programado y 20% por debajo de lo ejercido en 2020.
  • Hasta septiembre el Insabi dio 3.6 veces menos consultas que las brindadas por el Seguro Popular en el mismo periodo de 2018, en parte por la reducción del gasto, el proceso de transición institucional y la pandemia de covid-19. Y no se vislumbra una recuperación en el horizonte próximo: por ejemplo, hasta septiembre de 2020 las consultas de enfermedades transmisibles cayeron 63.9%, y en el mismo periodo de 2021 se han reducido aún más: 21.1%. Lo mismo sucede con las consultas de salud bucal, que exhiben caídas de 79% y 16.1% en 2020 y 2021.
  • Se transfirieron 44.0 mmdp a las entidades federativas a través del programa de Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social, monto 23.8% menor al transferido el año pasado. No extraña la caída: en lo que va del año dichas transferencias no se realizaron en enero, mayo y julio. Además, en 31 entidades hay reducciones en las transferencias con respecto al año previo, y en 19 la caída es mayor a 40%. Sólo se incrementaron en la CDMX: 3% con respecto a 2020.

Avances del gasto funcional hasta agosto de 2021

Hasta agosto el gasto en salud acumuló 395.6 mmdp. Con respecto al gasto ejercido en el mismo periodo de 2020, hay un aumento de 3.5% (13.3 mmdp). Con relación al gasto aprobado para todo el año, se ha ejercido el equivalente a 59% del presupuesto.

Este gasto había sido, mes a mes de este año, mayor a todos los de 2020. Sin embargo, desde junio disminuye a los niveles observados en 2019 y 2020. Se erogó un monto de 51.2 mmdp, el cual fue apenas 2% mayor al realizado en 2020.



Gasto de las principales instituciones del sector salud hasta agosto de 2021

A falta de información oportuna por institución del gasto funcional en salud, en esta sección le damos seguimiento al gasto realizado por las principales instituciones, sin incluir el pago de pensiones y jubilaciones en el caso IMSS y el ISSSTE[1].

En conjunto, las instituciones reportaron un avance de 61% con respecto al presupuesto anual aprobado. Por institución, el IMSS y el FASSA reportaron un mayor avance con relación a sus metas anuales: 64% y 62%, respectivamente. Debido al recorte acumulado, el ISSSTE y la Secretaría de Salud reportan un gasto rezagado con respecto a las metas anuales. El ISSSTE ha gastado el equivalente a 55% del presupuesto anual, mientras que la Secretaría de Salud reportó un avance de 58%.

Estas instituciones acumularon hasta agosto 429.4 mmdp, monto que se quedó corto en 2.1% (-9.2 mmdp) con respecto al gasto aprobado, de 438.6 mmdp. A pesar de esto, fue 4.0% (16.4 mmdp) mayor al que se observó en el mismo periodo de 2020.

Sólo el IMSS y el FASSA gastaron más de lo calendarizado: 8% (16.3 mmdp) y 2% (1.2 mmdp), respectivamente. En contraste, el ISSSTE continúa acumulando el mayor recorte en lo que va del año: 21% (-16.4 mmdp) con respecto al presupuesto aprobado hasta agosto. Este mes la Secretaría de Salud también reportó un subejercicio de 11% (-10.3 mmdp).

Al comparar el gasto de las instituciones con el que realizaron el año pasado, observamos que sólo el IMSS reportó un incremento anual: 14.2% (27.1 mmdp). En contraste, el gasto del ISSSTE y la Secretaría de Salud son los que presentan mayores caídas anuales: 8.0% (-5.3 mmdp) y 5.2% (-5.4 mmdp), respectivamente. Las transferencias a los estados a través del FASSA tuvieron una reducción anual de 1.2% (-0.8 mmdp).



Clasificación económica del gasto en salud

Si bien el gasto en conjunto del IMSS, el ISSSTE y la Secretaría de Salud aumentó 4.0% anual, este incremento no se reflejó en la suma de los componentes de la clasificación económica. Del total de estas instituciones, se destaca una fuerte caída en la inversión pública, ya que disminuyó 60% en relación con el mismo periodo del año anterior. El concepto de ayudas y otros gastos también disminuyó de manera considerable (-111%). Los incrementos del gasto se observaron solamente en dos rubros: el gasto en servicios personales (5%) y en otros gastos de operación (8%).

En el gasto ejercido por la Secretaría de Salud para el periodo, predominó el gasto en “Subsidios, transferencias y aportaciones”, al representar 89% del total; no obstante, en lo que va del año acumulan una caída anual de 3%. Esta Secretaría destinó el 6% del gasto al pago de nómina, rubro que acumuló una caída anual de 6%. En inversión física se destinó sólo 3% del presupuesto y tuvo una reducción anual de 23%; el 1% restante se ejerció en ayudas y otros gastos, rubro que incrementó 13% anual.

De acuerdo con el avance del gasto, hasta agosto el IMSS ejerció 68% de su presupuesto en el pago de nómina. Los 149.3 mmdp destinados a este rubro tuvieron un incremento anual de 7%. En otros gastos de operación, el instituto destinó 35% de su presupuesto y reportó un incremento anual de 32%. Sólo 0.5% del presupuesto del IMSS se ejerció en inversión física, la cual tuvo una caída anual de 75%.

Por su parte, el ISSSTE ejerció 29.2 mmdp en el pago de nómina, 50% de su presupuesto. Este año, el pago de nómina es muy similar al que se erogó hace un año. En “otros gastos de operación”, el instituto ejerció 24.6 mmdp, equivale a 40% de su presupuesto. Este rubro tuvo una caída anual de 29%, y la inversión física se desplomó en 89%.



El FASSA a detalle

Hasta agosto se transfirieron 68.0 mmdp a las entidades federativas a través del FASSA, lo que equivale a 62% del presupuesto aprobado en el año. Este monto es 1.2% menor al transferido el año pasado y 2% por arriba del monto calendarizado en el PEF 2021.

A nivel nacional, el gasto per cápita del FASSA asciende a 534.6 pesos. El análisis por estado revela que Colima (1,309.1), Campeche (1,173.7) y Zacatecas (995.9) son los estados que más recursos reciben por habitante, y en el otro extremo se encuentran Guanajuato (374.3), la CDMX (342.6) y Nuevo León (335.0).

Con respecto al año pasado, el gasto per cápita fue mayor en 14 estados. El mayor incremento se observó en Sonora (5.0%), Nayarit (4.8%) y Baja California (3.8%). El resto de los estados tuvieron caídas en los recursos recibidos por habitante, y en los siguientes éstas fueron mayores a 5%: Jalisco (-5.2%), Yucatán (-6.1 %), Q. Roo (-6.8%), Aguascalientes (-8.6%), Nuevo Léon (-10.0%) y Querétaro (-14.8%).



Gasto de las instituciones de salud en agosto

Sólo en agosto el gasto aprobado para el IMSS, el ISSSTE, el FASSA y la Secretaría de salud fue de 53.6 mmdp, de los cuales se ejercieron 56.0 mmdp. Es decir, hubo un sobregasto de 4.4% (2.4 mmpd).

El gasto de la Secretaría de Salud aumentó 21% con respecto al mismo mes de 2020, y fue 16.4% mayor que el gasto aprobado. El origen del incremento en el gasto se identificó en los rubros de “otros gastos de operación” y de “subsidios, transferencias y aportaciones”, que aumentaron 155% y 34% anual, respectivamente. En este último rubro se registran las transferencias del Insabi a las entidades federativas a través del programa de Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral. En agosto estas transferencias fueron 1.9% menor a las realizadas el año pasado.

El gasto del ISSSTE fue de 9.5 mmdp, y tuvo una caída anual de 2%. Después de dos recortes consecutivos, en agosto el gasto de este instituto reportó un sobregasto de 16.2%

EI IMSS ejerció 28.1 mmdp, monto 2% menor que el observado el año pasado y 1.8% menor que los recursos previstos en el calendario. Con respecto al FASSA, las transferencias a los estados fueron de 7.4 mmdp; se encontraron en línea con lo aprobado y fueron 2% menores que las realizadas el año pasado.



Inversión acumulada entre enero y agosto

La inversión física ejercida en el periodo fue de 4.2 mmdp, 50.1% menor a la programada hasta agosto y con una caída anual aún mayor: de 60%. Con respecto a su meta anual, exhibió un avance de 27%.

Este año, la inversión física de la Secretaría de Salud es la única que no acumula recortes. Se ejerció el 53.8% del presupuesto aprobado en el año y se reportó un sobregasto de 15%, al ejercer 2.8 mmdp en lugar de los 2.4 mmdp aprobados. A pesar de este sobregasto, la inversión física fue 23% menor que la observada en 2020.

El IMSS y el ISSSTE acumularon rezagos en el gasto en este rubro. El IMSS tuvo un avance de 13% con respecto a su meta anual; en el periodo ha gastado sólo 1.1 mmdp de los 4.7 mmdp aprobados, acumulando un recorte de 77% y una caída anual similar en magnitud, de 75%. Por su parte, el ISSSTE ejerció 14% del presupuesto anual; esto equivale a 0.3 mmdp. La inversión física de este instituto se encuentra 77% por debajo del gasto programado en el periodo y es 89% menor a la observada en 2020.

Ante estos recortes tan dramáticos, no sorprende que el 67% de la inversión física realizada en el periodo sea de la Secretaría de Salud, 26% del IMSS y 7% del ISSSTE.  



Inversión física en agosto

En el mes de agosto se tenía previsto un gasto en inversión física de 2.6 mdp; de éstos se ejercieron 0.5 mdp, 82% menos gasto que el programado en el mes. El presupuesto original considera recursos para el IMSS, el ISSSTE y la Secretaría de Salud. Ésta última gastó 89% menos de lo aprobado, el IMSS 66% y el ISSSTE 94%.

A pesar de estos recortes en la inversión física del mes de agosto, el gasto del mes no dista mucho de la tendencia histórica que se observó entre 2015 y 2019. Más bien, en este mes el gasto previsto sobrepasaba al gasto observado, al ser muy similar a lo registrado en 2020.



Insabi

Al mes de agosto el Insabi acumula un gasto de 48.8 mmdp, monto que se encuentra 15% por debajo del gasto programado y 20% por debajo del ejercido en 2020. Desde 2017 no se reportaba un gasto tan bajo en los servicios de salud para la población sin seguridad social.

Los rubros de subsidios, transferencias y aportaciones y ayudas y otros gastos representan 91% del presupuesto de este instituto. El primer rubro exhibió un recorte de 38% con respecto al presupuesto aprobado en el periodo. En contraste, el monto destinado al segundo rubro tuvo un sobregasto de 197%.

De los 48.8 mmdp gastados por esta Secretaría, 44.0 mmdp se transfirieron a las entidades federativas a través del programa de Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social, monto 23.8% menor al transferido el año pasado. Además, en lo que va del año dichas transferencias no se realizaron a los estados en tres meses: enero, mayo y julio. Cuando desagregamos las transferencias a los estados, observamos que en 31 entidades hay reducciones con respecto al año previo, pero en 19 la caída es mayor a 40%. Sólo en la CDMX las transferencias se incrementaron 3% con respecto al 2020.

Con la disminución del gasto ejercido por el Insabi, también observamos una caída en las consultas otorgadas. Hasta septiembre de este año el Insabi otorgó 3.6 veces menos consultas que las brindadas por el Seguro Popular en el mismo periodo de 2018. Si bien parte de esta caída se puede explicar por la transición del Seguro Popular al Insabi y la llegada de la pandemia por covid-19 en 2020, no se descarta que simplemente se haya verificado un recorte al gasto

La caída de más del 50% en las consultas entre enero y septiembre de 2020 y 2021 fue en consultas de primera vez y subsecuentes, así como en todos los programas. Por ejemplo, para este periodo en 2020 las consultas de enfermedades transmisibles cayeron 63.9%. Lo preocupante es que en lo que va del año se han reducido aún más: 21.1%. Lo mismo sucede con las consultas de salud bucal, que exhiben caídas de 79% y 16.1% en 2020 y 2021, respectivamente. Por el contrario, las consultas de enfermedades crónico-degenerativas, que se redujeron en 58.7% en 2020, se han mantenido de forma muy similar en 2021, mientras que en este año hay una recuperación de 13.7% y 38.9% en las consultas de planificación familiar y salud mental.



[1] Y es que en los reportes mensuales de la SHCP el gasto funcional en salud no se puede desagregar por ejecutor. Por lo tanto, a partir de esta sección y en adelante se realiza el seguimiento del gasto neto total de la Secretaría de Salud, el IMSS y el ISSSTE sin incluir el gasto en pensiones y jubilaciones como un aproximado del gasto funcional en salud. Dentro del gasto analizado en esta sección y en las siguientes, se incluye parte del presupuesto de estas secretarías destinado a funciones de salud, ciencia, tecnología e innovación, coordinación de la política de gobierno y protección social.

Sablazo al gasto, luego de elecciones: julio 2021


El Gobierno frenó el ritmo de gasto al iniciar el segundo semestre del presente año, justo después de las elecciones. El gasto programable del Sector Público cayó 11% durante el mes de julio. Una de las entidades más afectadas fue la Secretaría de Salud, encargada de atender a las personas más vulnerables del país. Con la evidencia disponible, todo indica que los programas o proyectos prioritarios para el presidente no sufrieron. La cuestión es que antes y después que nada el presupuesto debe responder al cumplimiento de los derechos de los ciudadanos; la salud es un derecho humano.



En los primeros seis meses del año el gasto programable acumuló un crecimiento de 7.7% frente al mismo periodo de 2020, pero el Gobierno activó el freno mano en julio, por lo que el crecimiento acumulado se redujo: quedó en 4.6%.

El sector donde se concentró el recorte de gasto en julio fue en las secretarías del Gobierno Federal, donde la ejecución de recursos se desplomó en 43.5% frente julio del año pasado, a 82 mil millones de pesos (63 mil 232 millones menos), con lo que retrocedió a niveles de 2005. Hasta el mes de junio el gasto programable de las de las secretarías federales acumuló un crecimiento de 14.5% frente al mismo periodo de 2020. Con la caída de julio de este año, el crecimiento acumulado cayó a 3.5%.



Por el tamaño del monto de afectación, las secretarías más afectadas fueron: Bienestar, Salud y Educación. Sin embargo, la Secretaría de Salud es la que va más rezagada en su presupuesto acumulado de enero a julio. Sufrió un recorte de 77.3% en julio, al gastar 4.06 mil millones de pesos (13 mil 807 millones de pesos menos que en julio de 2020), su peor nivel desde 2007 para este mes. Además, se quedó corto frente al calendario en 83.6%.



Con el recorte en julio, la Secretaría del Bienestar ‘equilibró’ sus cuentas y se colocó en un subejercicio acumulado de 0.6% frente al calendario al séptimo mes. Hay que recordar que al mes de junio iba adelantada en 26% o 24 mil millones frente a su programa. En el caso de Educación, aún va 1.1% por arriba de lo programado en su gasto a julio, debido a que acumulaba un sobrejercicio al primer semestre de 2.4%.



Ahora, todo indica que los programas prioritarios del Gobierno no fueron castigados. Aunque en los informes mensuales de las finanzas públicas no se publica información desagregada a nivel programa, el gasto de las secretarías a cargo de programas o proyectos emblemáticos no se vio afectado. El gasto para la Secretaría de Energía, desde donde se destinan recursos para la refinería de Dos Bocas o se hacen transferencias a Pemex, creció en 2,148% a 7.9 mil millones de pesos o 4,620% más al programado para ese mes. Esto es casi el doble que los 4.6 mil millones gastados en la Secretaría de Salud en julio.

Por su parte, la Secretaría de Turismo, de donde se financia el Tren Maya, aumentó su gasto en julio 13 veces más que en 2020 y quedó por encima de lo presupuestado en 113%. Otras dependencias también sufrieron grandes recortes en su gasto del mes de julio: Economía en 91.7%; Desarrollo Agrario Territorial y Urbano en 68%, y Comunicaciones y Transportes en 27.8%.

Con estos movimientos, el gasto total del Sector Público en julio se contrajo en 9% frente al mismo mes de 2020, al acumular 496 mil millones de pesos, un retraso de 11% respecto del calendario.

Aun así, el gasto total acumulado alcanzó un monto de 3.6 billones de pesos en los primeros siete meses del año (enero-julio). Creció 2.1% frente al mismo periodo de 2020, dado el gasto acelerado en los primeros meses del año. No obstante, registró un déficit de 1.1% respecto a lo programado, el cual comenzó en enero de este año con retraso de 19%, que a la fecha no se ha podido recuperar completamente.

El gasto va rezagado, y si continúa la tendencia observada en el mes de julio hacia el cierre del año, y los ‘perdedores’ siguen siendo los mismos (Secretaría de Salud, Educación Pública y Bienestar, entre ellos), se alcanza a ver un fin de año con focos críticos.

¿Recuperación de los ingresos petroleros? Mayo 2021



A lo largo de los primeros cinco meses de 2021, los ingresos del Sector Público se ubicaron en 2.5 billones de pesos[1], 6.7% (155.3 mmdp[2]) por arriba de los observados de enero a mayo de 2020. Esto es resultado del mayor dinamismo de la actividad económica y de una mejoría en el precio del petróleo.

En efecto, los ingresos petroleros mostraron una importante recuperación en los últimos meses, particularmente en relación con los obtenidos el año pasado. Por ese motivo, en esta entrega de los Números de Erario vamos a poner la lupa en estos ingresos para entender con mayor profundidad la magnitud y la naturaleza de su recuperación.



Un impulso ‘multifactorial’

Los ingresos petroleros registraron un monto de 363.3 mmdp en el periodo de enero a mayo de 2021. Al comparar estos ingresos en periodos similares de sexenios anteriores (Fox, Calderón y EPN), se revela que su mayor nivel promedio fue en el Gobierno de Calderón (663 mmdp), por el beneficio obtenido del precio del petróleo (77.2 dpb[3] promedio en el sexenio) y una producción promedio de 2,272 mdb[4].

Aunque en el panorama transexenal estos ingresos se ven claramente en ‘desventaja’, es necesario cerrar la ventana temporal. Y es que los ingresos petroleros –Pemex y Gobierno federal– crecieron 86.6% (168.8 mmdp), en comparación con igual periodo de 2020. Se identificó que se trata del crecimiento más alto observado en los ingresos petroleros del que se tenga registro para periodos similares desde 2000. Por debajo, destacan los crecimientos observados en 2000 (58.3%), 2003 (62.6%) y 2010 (30.6%).

Este crecimiento se debe, en gran medida, a que el año pasado los ingresos petroleros alcanzaron mínimos históricos. De cualquier forma, la recuperación del precio promedio de la mezcla mexicana de crudo, aunque no llegara a niveles excepcionales (se ubicó en niveles similares a los reportados en enero-mayo de 2018 [58.5 dpb] y 2019 [58.8 dpb]), sí fue un factor clave.

El precio promedio de petróleo aumentó 82.6% en relación con el reportado en periodo similar de 2020 (58.4 dpb vs. 32.0 dpb, enero-mayo 2021 vs. 2020). El precio promedio de la mezcla mexicana de exportación en 2012 y 2013 fueron superiores a los observados este año, de 109.2 dpb y 102.0 dpb, respectivamente, años en los que los ingresos petroleros fueron igualmente altos en los primeros cinco meses del año.

Queda claro que el dinamismo de los ingresos petroleros observado este año en definitiva no ha sido impulsado por la producción de petróleo. Su volumen promedio en enero-mayo de 2021 (1,678 mbd) fue el segundo más bajo observado para periodos similares desde 2000, después de los 1,666 mbd de 2019. La tendencia de la producción ha sido a la baja: desde el nivel promedio registrado en enero-mayo de 2000 (3,001 mdb), el volumen de producción se desplomó 44.1%,. En 2012 y 2013 los niveles observados fueron considerablemente más altos: 2,543 mbd y 2,532 mbd, respectivamente.



Ahora bien, de alguna manera el dinamismo de los ingresos petroleros también es impulsado hasta cierto punto de forma artificial. Es decir, la recuperación también se debió a factores exógenos al mercado de crudo. Nos referimos a las aportaciones patrimoniales por 63.1 mmdp (y cada vez mayores) que realizó durante el 1T2021 el Gobierno federal a Pemex, para la reducción de su carga fiscal. Éstas se registran como ingreso petrolero de Pemex, cuando en realidad ésa no es su naturaleza.

Sin las transferencias del Gobierno federal a Pemex, los ingresos petroleros hubieran crecido sólo 52.4% (105.7 mmdp), quedando en 300.6 mmdp.



Finalmente, el monto de las transferencias del Gobierno federal Pemex es el más alto registrado en periodos similares desde 2014. En periodo similar de 2020 estas transferencias fueron de 16.8 mmdp.



El peso real de los ingresos petroleros

Hay dos argumentos más que ponen en perspectiva el buen desempeño de los ingresos petroleros en los primeros cinco meses del año.

En términos de estructura porcentual, estos ingresos han ido perdiendo peso a lo largo de los años en el total de ingresos del Sector Público. Pasaron de representar el 24.7% en enero-mayo de 2000 a alcanzar el 14.8%, para periodo similar de 2021.

El segundo argumento: a pesar de su buen desempeño anual, los ingresos petroleros no lograron cumplir la expectativa de la recaudación programada para el periodo enero-mayo (incluso contando las transferencias del Gobierno federal a Pemex). Presentaron un rezago de 8.0% (-31.8 mmdp) con respecto a la meta de inicio de año, de 395.4 mmdp. Sin las transferencias el rezago se eleva a 24.0% (-94.9 mmdp).

Sin embargo, con respecto a la meta mensual establecida en la LIF2021 (82.3 mmdp), presentan un excedente de 11.8% (9.7 mmdp).

La perspectiva sexenal

Durante la administración de AMLO se han presentado los niveles promedio (para periodos enero-mayo) más bajos, tanto de ingresos petroleros como de producción de petróleo: 309 mmdp y 1,685 mbd. Respecto al precio promedio, es el segundo más bajo (49.7 dpb), después de los 30.3 dpb promedio en el sexenio de Fox.

Respecto a las tasas de crecimiento de los ingresos petroleros, las del periodo de Fox fueron las más altas: 114.2%, 16.5% promedio anual. En cambio, en el sexenio de EPN y en lo que va de la administración de AMLO las tasas del periodo han sido negativas: -37.4% vs. -1.7%.



Sólo en mayo de este año, los ingresos petroleros se ubicaron en 92.0 mmdp, monto 207.0% (62.0 mmdp) superior al observado en mayo de 2020, la tasa más alta registrada para meses similares desde 2000. Esto se debe principalmente a una mejora en el precio del petróleo, pues éste se incrementó 152.5% en términos anuales: 62.4 dpb (mayo 2021) vs. 24.7 dpb (mayo 2020). Además, la producción de petróleo aumentó 2.5% respecto a la observada un año antes, ubicándose en 1,683 mbd.

El nivel de los ingresos petroleros, en mayo de 2021, es similar al reportado en igual mes de 2015, pero se encuentra 48.2% por debajo de su nivel máximo reportado para mes similar desde 2000, de 177.7 mmdp de mayo de 2012.



Comparando sexenios anteriores, el ingreso petrolero promedio mensual del mes de mayo, en lo que va de la administración de AMLO, 69 mmdp, ha sido el más bajo desde el sexenio de Fox. Respecto al periodo de EPN se encuentra 31.4% (-31.8 mmdp) por debajo.

Las tasas de crecimiento por periodo más altas se observan en las administraciones de Fox (132.5%) y de Calderón (81.1%). En la de EPN fue negativa (-31.0%). En lo que va de la administración de AMLO el incremento ha sido de 6.6%.

En el sexenio de Calderón se alcanzó el promedio del precio del petróleo más alto del mes de mayo (81.9 dpb); el más bajo se registró en el sexenio de Fox (32.4 dpb).

Respecto a la producción, el nivel más alto se observó en el promedio de mayo del sexenio de Fox (3,275 mbd), y el más bajo se ha verificado en los años que van de la administración de AMLO (1,661 mbd); es decir, se ha caído casi 50%.



Respecto al mes inmediato anterior (abril), los ingresos petroleros aumentaron 37.2% (25.0 mmdp), ya que el precio de la mezcla mexicana de exportación aumentó en mayo 2.9 dpb (4.9%), para ubicarse en 62.4 dpb. Han sido los más altos observados en los cinco meses que van de 2021.

Conclusión

El buen desempeño en los ingresos petroleros en el acumulado de los primeros cinco meses de 2021 entusiasma mucho, especialmente por lo llamativo de las tasas anuales de crecimiento, que superan a las históricas. Desde la misma perspectiva histórica, el nivel de ingresos, los precios y volumen de producción observados de petróleo en la actualidad superan lo visto el año pasado, pero no los máximos niveles vistos en años anteriores.

De cualquier forma, este mayor dinamismo no ha logrado que los ingresos petroleros superen la meta planteada para el periodo de enero a mayo de 2021; tampoco ha revertido la baja participación de estos ingresos en la bolsa total de ingresos presupuestarios.

La recuperación obedece principalmente a dos factores: 1) las transferencias recibidas por Pemex, provenientes del Gobierno federal, y 2) la recuperación del precio del petróleo. El primer factor obedece a un incremento por ingresos no recurrentes, mientras que el segundo puede verse limitado por la volatilidad propia de los precios del petróleo. En este contexto, recomendamos cautela a la hora de juzgar esto como una recuperación real.


Análisis del gasto

El gasto neto total del sector público acumuló 2.5 billones de pesos al mes de mayo, lo que supone un incremento anual de 4% (99.8 mmdp) y un subejercicio de 0.1% (-3.0 mmdp) con respecto al presupuesto aprobado.

El crecimiento medio anual del gasto neto total en lo que va del sexenio es de 3%, es decir, la tasa de variación acumulada del periodo de enero a mayo de 2019 a 2021. Dicha tasa contrasta con el crecimiento medio anual de 6% y 7% de los primeros tres años de los sexenios anteriores.



Gasto programable

En este periodo, el incremento anual observado en el gasto neto total fue resultado de un mayor gasto programable, pues el gasto no programable tuvo una caída en relación con el año anterior. Este tipo de gasto sumó 2.0 mmdp hasta mayo de 2021, lo que representó un aumento anual de 8% (151.4 mmdp) y de 1.8% (34.5 mmdp) con respecto al presupuesto aprobado en el periodo.

El crecimiento promedio anual (tasa de variación acumulada) en lo que va de esta administración es de 5%, mientras que en en el sexenio de Calderón fue de 9% y de 7% en el sexenio de Peña Nieto. Si bien el ritmo de crecimiento del gasto programable a estas alturas de la administración de AMLO es menor en comparación con las anteriores, sí nos llaman la atención los componentes que impulsan el gasto programable.

Con el incremento en el gasto programable este año, la proporción que éste representa dentro del gasto total se modificó. Sin considerar la inversión física representó 63% del gasto total. Desde el 2016 su participación en el gasto total no excedía 60%. Por otro lado, la participación de la inversión física en el gasto total continúa en mínimos históricos, 13%. Esta proporción es muy similar al promedio que se observó entre 2002 y 2008.



El dinamismo del gasto programable fue impulsado por dos de los rubros que lo integran, ya que aproximadamente el 87% del sobregasto proviene de ellos. El rubro de “Otros gastos de capital” sumó 167.7 mmdp y aumentó 160% anual (103 mmdp); de igual manera lo hizo la proporción que representa este rubro del propio gasto programable, al pasar de 4% en 2020 a 9% en 2021. En este rubro se registran las transferencias de capitalización a Pemex por 63.0 mmdp, realizadas por la Secretaría de Energía (Sener) durante el primer trimestre de este año, última información disponible sobre este asunto. Pero dados los aumentos en la inversión financiera de esta Secretaría en el último mes, es probable que el Gobierno federal haya transferido más recursos a la paraestatal. Será hasta el reporte trimestral cuando podamos confirmar o no esta hipótesis. Pero hasta mayo, la inversión financiera de Sener sumó 109.1 mmdp, con un aumento anual de 189%. Además, representó 99% del presupuesto ejercido. Claramente la mala situación financiera de Pemex representa una carga pesada para el Erario.

Sin las transferencias a Pemex, el comportamiento del gasto programable no tendría el mismo dinamismo. Excluyendo las transferencias del total, el gasto programable sería de 1.91 billones de pesos y exhibiría un menor incremento anual: uno de 5% (88.3 mmdp) y no de 8%. Con respecto al gasto aprobado tendría un subejercicio de 1% (-28.6 mmdp). Como resultado, el gasto neto total sumaría 2,533 mmdp, con un crecimiento anual de 3% (73.6 mmdp) y un subejercicio de 2.6% (-66.0 mmdp).

El otro capítulo de gasto que aumentó considerablemente fue el de “Materiales y suministros”, que acumuló 158.9 mmdp y aumentó 50% (52.7 mmdp) anual. Estos resultados contrastan con la narrativa de la austeridad. En 2020 su participación en el gasto programable fue de 6%. En este año aumentó dos puntos porcentuales y representó 8%, participación muy similar al promedio de 8% observado entre 2000 y 2020. Cuando se analiza la serie histórica de este rubro desde 2000 hasta la fecha, no se observan incrementos anuales de 50%; no obstante, en 2012, 2017 y 2018 los incrementos anuales fueron de 32%, 35% y 37%, respectivamente. En el mismo periodo de otros sexenios, este rubro tuvo una tasa de variación acumulada negativa (-2% y -6%), pero en esta administración la tasa fue de 2%. Recordemos que este capítulo agrupa erogaciones destinadas a la adquisición de insumos y suministros para el desempeño de actividades administrativas y productivas. Algunos conceptos que integran el capítulo son: materiales de administración; emisión de documentos y artículos oficiales; alimentos y utensilios; materias primas y materiales de producción y comercialización; productos químicos, farmacéuticos y de laboratorio; materiales y suministros para seguridad, entre otros.

En los reportes mensuales la información de este rubro no se desagrega por Ramo. Sin embargo, se cuenta con información del rubro de “Otros gastos de operación”, el cual agrupa información de tres conceptos: materiales y suministros, servicios generales y otras erogaciones. Son ocho ramos los que tuvieron incrementos en este rubro, de los cuales destacan la Secretaría de Bienestar (+114%), el IMSS (+62%), Sedatu (+55%) y la CFE (+44%).



[1] Dólares por barril (dpb)

[2] Miles de barriles diarios (mbd)

[3] Base mayo de 2021.

[4] Miles de millones de pesos

Números de Erario: junio de 2020

El curioso caso de los apoyos financieros registrados como inversión física

Los ingresos totales del sector público van 6.1% por debajo—o cortos en 169 mmdp—  en relación con los previstos en la Ley de Ingresos (LIF) a junio de este año.

La pérdida no ha dejado de aumentar conforme avanza el año: la SHCP reportó que se obtuvieron 406 mmdp de ingresos totales durante junio de 2020; al cierre de marzo éstos ascendieron a 527 mmdp. Esto significa que los ingresos cayeron 23% en tres meses. Sin embargo, con relación a mayo se observó una mejora. Aunque sigue aumentando el rezago de los ingresos aprobados, la pérdida marginal observada en junio fue menor —un 11% de rezago versus 24%, en mayo—

En el renglón del gasto, en los primeros seis meses del año hubo un subejercicio acumulado, y éste se pronunció en el mes de junio. El gasto neto del Sector Público mantuvo un subejercicio de enero a junio de 5.3% (-163.6 mmdp), pero sólo en junio el subejercicio sumó 12% de su meta para el mes o -75 mmdp. Pemex sigue siendo el ente público con mayor subejercicio, aunqueel más preocupante, dada la pandemia por covid-19, se encontró en el gasto en salud.

El gasto acumulado a junio de los principales ejecutores del gasto en salud presentó un subejercicio de 4% (-11.45 mmdp) —pueden ver el análisis completo y detallado del gasto en salud, aquí—. A pesar del subejercicio, observamos que la inversión física es prioritaria en los planes de gasto en salud de los últimos meses; reporta un avance de 35.2 mayor (1.63 mmdp) a lo que se tenía planeado ejercer (4.64 mmdp). Es en este rubro donde se encuentra el presupuesto para la compra de insumos médicos y de laboratorio.

En general, llama fuertemente la atención que el gasto total de inversión física se fortaleció. Tuvo un incremento de 17% (48.9 mmdp) en relación con el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, este incremento se debe —y como ya tuvimos indicios en los Números de Erario con corte a mayo— a que la Secretaría de Economía registra como inversión física el gasto de 27 mmdp del Programa de Apoyo Financiero a Microempresas Familiares, el cual no debería entrar en esta clasificación, pues su fin es financiar el gasto corriente —principalmente pago de nómina y servicios— y no de capital de las empresas con el fin de disminuir el impacto de las afectaciones económicas derivadas por la covid-19. Si no se considera este programa dentro de la inversión física, el aumento con respecto al mismo periodo del año anterior sería sólo de 7% (20.3 mmdp).

Durante junio, el gasto en inversión física del Sector Público fue de 54.2 mmdp, y representó el 10% del gasto total para ese mes. Se incrementó en dos puntos su participación en el gasto total respecto al mismo mes de 2019. Con respecto al monto aprobado, la inversión física tuvo un subejercicio de 11% (-6.9 mmdp)

El Balance Primario y el Balance Público mostraron un leve deterioro con respecto al mismo periodo del año anterior. El Balance Primario sumó 0.3% del PIB, y el Público tuvo un déficit de 293 mmdp.

Con respecto a los recursos provenientes de fideicomisos, a junio se reportaron disponibilidades por 728.4 mmdp y egresos por 275 mmdp. Hasta el primer semestre se han extinguido ocho fideicomisos y 32 se encuentran en proceso de extinción.


Análisis del ingreso

Ingresos observados versus metas de ingresos 2020
junio 2020 y enero – junio 2020

¿Cuántos ingresos obtuvo el Sector Público?

La SHCP reportó que el Sector Público ingresó 2 billones 603 mmdp durante los primeros seis meses de 2020.

Además de cuantificar los ingresos públicos totales, es importante identificar el monto de los recurrentes. Así se puede elaborar una mejor apreciación de la sostenibilidad de los ingresos públicos. Sin el monto de los ingresos extraordinarios por 106 mmdp —provenientes de la liquidación de fideicomisos[1] por 59.9 mmdp y de las transferencias a Pemex por 46 mmdp—, los ingresos no compensados o recurrentes sumaron 2 billones 497 mmdp.

Sólo en junio se obtuvieron 406.9 mmdp de ingresos totales. Aumentaron en relación con mayo, cuando ascendieron a 326.8 mmdp, e igualaron el monto observado en abril. Sin embargo, es importante desagregarlos para identificar qué impulsó la leve mejora.

Los ingresos tributarios ascendieron en junio a 249 mmdp; en mayo sumaron 221 mmdp, pero en marzo, justo al inicio de las medidas de contención de la pandemia, ascendieron a 376 mmdp, por lo que en tres meses (abril-junio) cayeron 34%.

Por su parte, los ingresos petroleros aumentaron en mayor proporción, debido al incremento en el precio de la Mezcla Mexicana de Exportación (MME). En junio ingresaron 63.8 mmdp, es el mayor ingreso mensual observado en lo que va del año. La recuperación es buena, si consideramos que en mayo se obtuvo un ingreso de 28.3 mmdp. Si no consideramos las transferencias directas a Pemex, estos ingresos en realidad ascendieron a 53.4 mmdp.

¿Cuál es la contribución de los distintos ingresos del Sector Público?

Se mantiene baja la contribución de los ingresos petroleros a la bolsa total de los ingresos públicos. Mientras que en el periodo enero-junio de 2018 representaron el 19%, en el mismo periodo de 2020 alcanzaron sólo el 9.6%. Su participación se redujo prácticamente a la mitad.

La participación de los ingresos tributarios se incrementó en el mismo periodo, pero no todo es buena noticia. Lamentablemente la pandemia los debilitó. Al revisar los montos identificamos que entre abril y junio han ido perdiendo parte del terreno ganado en los primeros meses del año. Pasaron de promediar una recaudación de 319 mmdp en los primeros cuatro meses a recaudar 291 mmdp en los primeros seis meses del año.

¿Cómo avanzan los ingresos públicos?

Los ingresos totales del Sector Público tienen un avance de 47.1% respecto a su meta anual en la LIF. Respecto a la meta de ingreso actualizada por la SHCP en junio de este año, llevan un avance de 49.7%.

A pesar del repunte que exhibieron en junio, los ingresos petroleros fueron los que registraron un menor avance en sus metas anuales: 25.3% respecto a lo aprobado en la LIF y 30.9% respecto a lo estimado por SHCP en junio para el cierre del mismo año.

Al revisar los ingresos acumulados en los primeros seis meses del presente año en relación con su meta semestral, descubrimos que los ingresos totales del Sector Público se quedaron cortos.  Observamos un rezago de 6.1% (-169 mmdp) en relación con los aprobados en la Ley de Ingresos. En mayo fue de 5.2%, es decir, el rezago sigue aumentando.

El mayor rezago lo siguen mostrando los ingresos petroleros: reportaron un faltante de 45.5% (-208 mmdp), que en realidad es mayor si no consideramos las transferencias del Gobierno federal a Pemex, registradas como ingresos petroleros (-254.9 mmdp o 55.6%).

De igual forma, los ingresos tributarios se rezagaron 3.7% de su meta estimada en el calendario (-67.4 mmdp) en el mismo periodo. Al haber pérdida, no existieron ingresos tributarios excedentes para compensar el desplome de los petroleros. Por eso el Poder Ejecutivo, dada su negativa a solicitar mayor endeudamiento, ha extinguido recursos de fideicomisos.

Al desagregar los ingresos por tipo, hallamos esto:

  • No observamos más el ingreso excedente de IVA acumulado en los primeros meses del año, el cual se verificó hasta mayo. Las medidas para evitar la evasión y elusión fiscal del IVA que avivaron la recaudación al inicio del año ya fueron superadas por los efectos de la pandemia. Ahora lo que se identifica es un rezago de 3% (-15.1 mmdp).
  • El ISR tuvo un rezago de 2.6% (-25.8 mmdp).
  • A pesar de que los ingresos no petroleros y no tributarios (NTNP) también tuvieron excedentes considerables, no alcanzaron para compensar la caída de los petroleros. Los ingresos excedentes por ingresos NTNP sumaron 114 mmdp; no logran compensar la pérdida observada en los demás ingresos, que es de 283.3 mmdp.

Al analizar los ingresos a junio y su tendencia en el año, se destaca que los ingresos tributarios se quedaron 14% por debajo de su meta estimada en el calendario (-41.5 mmdp), por lo que en junio no se registraron ingresos excedentes de este tipo, sino una pérdida considerable. 

El IVA tuvo un rezago de 28.6% (-24.2 mmdp) en relación con la LIF. El ISR exhibió un rezago de 2.8% (-4.2 mmdp) en el mismo ámbito.

A pesar de que en términos absolutos los ingresos petroleros del Sector Público en junio alcanzaron el mayor monto visto en el año, aún reportaron un rezago con relación a lo que se esperaba para ese mes: 16% (-11.8 mmdp), con respecto a los ingresos aprobados. Los ingresos petroleros, sin compensar, exhibieron una pérdida aún más dramática: 29% (-22.3 mmdp) por debajo de la meta calendarizada en junio.

En contraste, los ingresos NTNP superaron en 52% su meta del mes de junio. Sin embargo, como montos excedentes tampoco alcanzaron para compensar la pérdida observada en los petroleros y en la recaudación (7.3 mmdp vs. -53.3 mmdp).


Análisis del gasto

Enero – junio 2020

¿Cuánto se gastó en los primeros seis meses del año?

El gasto neto total del Sector Público en los primeros seis meses de 2020 fue de 2 billones 922 mmdp. Al interior, el gasto programable del SP fue de 2 billones 73 mmdp y representó el 71% del gasto neto total; el porcentaje restante (29%) lo ocupa el gasto no programable:848 mmdp. El gasto de inversión, un gasto programable, fue de 326 mmdp, y representó sólo el 11% del total, lo que contrasta con el 18% del total que llegó a representar en 2014.

El costo financiero, un gasto no programable, representó el 13% (374.7 mmdp) del total del gasto observado de enero a junio de este año. Su participación en el total se incrementó. Si en mayo de 2012 fue de 8.3%, en los últimos ocho años aumentó 53.8% real. Es una de las obligaciones crecientes que han reducido el espacio fiscal en los últimos años.

La inversión física pública merece una mirada a detalle. Observamos que en los primeros seis meses de 2020 este tipo de gasto tuvo un incremento de 17% (48.9 mmdp) en relación con el mismo periodo del año anterior.

La inversión distinta de Pemex creció 19% real (33 mmdp) respecto al mismo periodo de 2019, y representó el 63% del gasto en inversión física del Sector Público. Por su parte, la inversión en Pemex se incrementó 13% (14 mmdp), respecto al año previo.

La Secretaría de Economía ejerció 8.4% (28.2 mmdp) de la inversión física, lo que representa un incremento de 2,219% (27 mmdp) respecto al mismo periodo de 2019. Este extraordinario incremento corresponde a los 27 mmdp del Programa de Apoyo Financiero a Microempresas Familiares, que se reportan como inversión física. Este programa no debería clasificarse dentro del gasto de inversión física, pues su fin es financiar el gasto corriente —principalmente pago de nómina y servicios— y no el de capital de las empresas, con el fin de disminuir el impacto de las afectaciones económicas derivadas por la covid-19. Si no se considera el gasto de este programa, la inversión física de esta secretaría tendría una caída de 34% (-0.4 mmdp) con respecto al mismo periodo de 2019.

Los otros ejecutores que influyeron en el incremento de este tipo de gasto respecto al año previo fueron: Adefas, 103% (3 mmdp); Turismo, 1,754% (3.5 mmdp); IMSS, 424% (2 mmdp), y Comunicaciones y Transportes, 1% (1.3 mmdp). 

Sin tener en consideración el ya mencionado Programa de Apoyo Financiero a Microempresas Familiares, la inversión física pública total tendría un crecimiento de 7% (20.3 mmdp) con respecto al mismo periodo de 2019. Y con respecto a los 327.8 mmdp aprobados para el periodo enero-junio de este año, habría un recorte de 6% (-20.1 mmdp).

¿Cómo se distribuye el gasto público por tipo de ejecutor?

Si hacemos un análisis por tipo de ejecutor, observamos que a través de los Ramos Generales se gastó —y suele gastarse— la mayor parte del presupuesto: 58% (1,680 mmdp) del gasto total. A través de los Ramos Generales el Gobierno federal da cumplimiento a sus obligaciones financieras o mandatos legales. Por ello, son ‘cajones’ de gasto que ejecuta o distribuye la SHCP directamente y que no se pueden recortar fácilmente; para hacerlo puede ser necesario hacer reformas o refinanciamientos. Entretanto, los Ramos Administrativos o secretarías ejercieron 21% (607 mmdp).

Los Ramos Autónomos, por su parte, gastaron sólo 2% (55 mmdp) del presupuesto: es evidente que su participación en el gasto es poco significativa. Por esta razón las medidas de austeridad aplicadas a sus presupuestos no tendrán un efecto sustantivo en el tamaño o composición del mismo, pero sí pueden afectar su operación y cumplimiento de objetivos.

¿Cómo avanzó el gasto del Gobierno de enero a junio de 2020?

El gasto neto total tiene un avance de 47.8% con respecto a su meta anual aprobada y 48% con respecto a la meta estimada por la SHCP para el cierre de año con la nueva actualización de finanzas públicas. Si no tomamos en cuenta las transferencias a Pemex, tiene un avance menor: de 38.7% respecto a la meta anual aprobada en el PEF.

El gasto programable del SP tiene un avance de 47% con respecto a su meta anual de gasto aprobada y con respecto a la meta estimada con la actualización de finanzas públicas es de 46%.

El gasto no programable del SP tiene un mayor avance: de 50% con respecto a su meta anual de gasto aprobada y 54% con respecto a la meta estimada .

La inversión física pública del SP tiene un avance de su meta aprobada de 49%; mientras que el costo financiero presenta un avance del 29% con respecto a su meta aprobada y  a la actualizada este mes.

Si analizamos los tipos de ejecutores de gasto, observamos que los Ramos Administrativos tuvieron el mayor avance con respecto a las metas anuales de gasto aprobadas: el 52.9%. Por el contrario, los Ramos Autónomos tuvieron el menor avance en relación con la meta anual aprobada: 39.6%.

El gasto neto del Sector Público mantuvo un subejercicio de enero a junio de 5.3% (-163 mmdp).

En relación con su propio presupuesto aprobado al primer semestre del año, observamos los siguientes ejercicios por tipo de ejecutor:

  • EPE (Pemex y CFE): subejercicio de 10.6% (-59.8 mmdp)
  • Ramos Generales subejercicio de 5.7% (-101.9 mmdp)
  • Ramos Autónomos: subejercicio de 24.1% (-17.4 mmdp)
  • ECPD (ISSSTE e IMSS): subejercicio de 2.3% (-12.8 mmdp)
  • Ramos Administrativos: sobrejercicio de 4.6% (26.4 mmdp)

Por otra parte, si analizamos por separado qué ramos subejercieron y cuáles sobrejercieron, obtenemos lo siguiente…

Así se repartió el subejercicio del gasto público observado en relación con presupuesto aprobado:

  • Petróleos Mexicanos o Ramo 52: 14% (-47.6 mmdp)
  • Participaciones a Entidades Federativas y Municipios o Ramo 28: 8% (-39.8 mmdp)
  • Deuda pública o Ramo 24: 8% (-22.8 mmdp)
  • Provisiones Salariales y Económicas o Ramo 23: 20% (-16.64 mmdp)
  • Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado o Ramo 51: 5% (-12.2 mmdp)
  • Comisión Federal de Electricidad o Ramo 53: 5% (-12.18 mmdp)
  • Aportaciones Federales para Entidades Federativas y Municipios o Ramo 33: 2% (-8.8 mmdp)
  • Previsiones y Aportaciones para los Sistemas de Educación Básica, Normal, Tecnológica y de Adultos: 22% (-4.55 mmdp)
  • Adeudos de Ejercicios Fiscales Anteriores o Ramo 30: 13% (-2.8 mmdp)
  • Instituto Mexicano del Seguro Social o Ramo 50: 1% (-2.6 mmdp)
  • Cultura: 18% (-1.14 mmdp)
  • CNDH: 37% (-0.31 mmdp)
  • Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano: 36% (-0.16 mmdp)

Así se repartió el sobrejercicio del gasto público en relación con el presupuesto aprobado:

  • Economía o Ramo 10: 1,267% (27.5 mmdp)
  • Energía o Ramo 18: 21% (8.7 mmdp)
  • Salud o Ramo 12: 12% (6.1 mmdp)
  • Turismo o Ramo 21: 132% (2.6 mmdp)
  • Relaciones Exteriores: 17% (0.76 mmdp)
  • Gobernación: 29% (0.69 mmdp)

Dentro de los Ramos Administrativos, ocho ejecutores de gasto sobrejercieron, mientras que los demás tuvieron un subejercicio. Como se ve, destacaron dos Ramos con un gasto mayor al 100% de su meta aprobada en el periodo: Economía: 1,267% y Turismo: 132% (2.6 mmdp)

Dentro de los Ramos Generales, no hubo ninguno que exhibiera un gasto mayor al aprobado, mientras que siete de ocho ejecutores de gasto de este tipo tuvieron subejercicio. El Ramo 25 o Previsiones y Aportaciones para los Sistemas de Educación Básica, Normal, Tecnológica y de Adultos tuvo el mayor subejercicio respecto a su meta a junio: 22% (-4.55 mmdp).

Pemex tuvo un subejercicio de 14% (-47.6 mmdp) respecto a su meta al mes de junio. La CFE tuvo un subejercicio de 5% (-12.1 mmdp).

El Tribunal Federal de Justicia Administrativa fue el Ramo que mostró el mayor subejercicio de enero a junio: 37%, seguido por la CNDH con 37%, respecto a su presupuesto aprobado.

¿Cómo avanzó el gasto del gobierno sólo en junio 2020?

El subejercicio del gasto se profundizó en junio: aumentó su tamaño en relación con el observado en los primeros meses del año. El gasto total en junio fue de 549.8 mmdp, 12% por debajo de su meta para el mes (-75 mmdp).

Durante el mes de junio el subejercicio pegó tanto en el gasto programable como en el no programable, a diferencia de mayo, se observó que la afectación es mayor en el gasto no programable. El gasto programable del SP en el mes de junio (334.9 mmdp) se rezagó 8.6% (31.5 mmdp). En parte por un rezago en el gasto en inversión física, en junio se gastaron 54.2 mmdp, similar al gasto observado en abril, de 52.1 mmdp. 

Cabe señalar que el costo financiero del Sector Público en junio de 2020 fue de 161 mmdp. Dicho costo financiero del SP tuvo un subejercicio de 7.7% (-13.5 mmdp) respecto a su meta de junio.

¿Cómo avanzaron los programas presupuestarios?

Se identificaron cinco programas presupuestarios que tuvieron un gasto mayor al aprobado en más de 5 mmdp. Éstos sumaron 174.9 mmdp de gasto adicional. Los programas pertenecen a cuatro ejecutores de gasto, y son:

  • De CFE – Comercialización de energía eléctrica y productos asociados: 339% (85.5 mmdp).
  • De la Secretaría de Salud – Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral: 1,024% (33.6 mmdp).
  • De la Secretaría de Economía – Programa de Apoyo Financiero a Microempresas Familiares, de reciente creación, ejerció 27.5 mmdp.
  • De CFE – Operaciones Ajenas: 1,668% (17.2 mmdp).
  • Del IMSS – Régimen de Pensiones y Jubilaciones IMSS: 26% (11.1 mmdp).

En contraste, los cinco programas presupuestarios con mayor subejercicio sumaron un monto de -192.6 mmdp:

  • De Deuda Pública – Valores Gubernamentales: 10% (-23.6 mmdp)
  • De Participaciones Federales y Estatales – Fondo General de Participaciones: 7% (-26.6 mmdp)
  • De Pemex – Proyectos de Infraestructura económica de hidrocarburos: 21% (-31 mmdp).
  • De CFE: Operación y mantenimiento de la Red Nacional de Transmisión: 616% (-31.5 mmdp); Operación y mantenimiento de las centrales generadoras de energía eléctrica: 69% (-32.8 mmdp); Operación y mantenimiento de la infraestructura del proceso de distribución de energía eléctrica: 306% (-47 mmdp).

Fideicomisos

De los 332 fideicomisos a junio de 2020, 305 se encontraban en operación y 32 en proceso de extinción. De enero a junio de 2020 se dieron de alta dos fideicomisos y ocho se extinguieron.

Las disponibilidades de los 332 fideicomisos sumaron 728.4 mmdp al 30 de junio de 2020. Esto representa una disminución de 19.3% con respecto a las disponibilidades reportadas en el mismo periodo del año anterior.  Hasta este periodo se registran egresos por 276 mmdp e ingresos por 241 mmdp.

El 59% de los egresos reportados corresponden a 5 fideicomisos:

  • Fondo de Capital de Trabajo del CENACE
  • Fondo de la Financiera Rural
  • Fondo Laboral Pemex
  • Fideicomiso para el Desarrollo del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México
  • Fideicomiso Fondo de Salud para el Bienestar

Cuatro fideicomisos reportaron disponibilidades sustanciales, que suman el 57% (411.9 mmdp):

  • El Fideicomisos del Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF) reportó 176.9 mmdp.
  • El Fideicomiso Fondo de Salud para el Bienestar reportó 101.1 mmdp.
  • El Fideicomisos para administrar la Contraprestación del Artículo 16 de la Ley Aduanera reportó 70.3 mmdp.
  • Y el Fideicomiso del Fondo de Reconstrucción de Entidades Federativas reportó 63.6 mmdp.

De los 32 fideicomisos que se encuentran en proceso de extinción, ninguno presenta un avance de 100%. No obstante, la SHCP reporta que 11 de ellos tienen un avance en el proceso de extinción mayor a 80%. En lo que va del año, los fideicomisos en proceso de extinción registran disponibilidades por 1 mmdp, egresos por 0.85 mmdp e ingresos por 0.02 mmdp. Estos fideicomisos reportaban un saldo final del ejercicio anterior por 1.78 mmdp.

Se identifica que 14 de estos fideicomisos reportan 0.0 pesos de disponibilidades.


Análisis del balance del Sector Público

¿Cómo avanzó el balance público durante los primeros cinco meses del año?

El Balance Primario se encontró por debajo de su meta calendarizada, ya que sumó 0.3% del PIB (61.2 mmdp), pero el programado era de 0.5% del PIB (81.8 mmdp).Este leve deterioro se debió a que el recorte del gasto fue menor a la caída de ingresos.

El Balance Público también exhibió un deterioro en su posición en comparación con la observada en meses anteriores, pero se encontró por arriba de lo calendarizado para junio: fue de -293 mmdp, cuando se tenía calendarizado un déficit de -311 mmdp.

La medida más amplia de endeudamiento público, los Requerimientos Financieros del Sector Público o RFSP, fue de -338.7 mmdp a junio de 2020, o -1.5% del PIB. Esto indica que el Sector Público necesitó endeudarse en junio.

Para el cierre del año, la SHCP estima que los RFSP serán de -5.4% del PIB, lo que significa que hay un espacio de 3.9 puntos del PIB para el resto del año.

El Saldo Histórico de Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) al mes de junio sumó 12 billones 073 mmdp de pesos. Es decir, se incrementó en 10.9% o 1 billón 188 mmdp respecto a junio de 2019. Esto sucedió, en parte, por la depreciación en 20% del tipo de cambio al cierre de junio 2020, cuando éste se determinó en 23.08 pesos por dólar al cierre de mes. En junio de 2019 fue 19.20 pesos por dólar[2].

El SHRFSP representó el 52.1% del PIB a junio de 2020, un incremento de 8.5 puntos porcentuales respecto al mismo periodo del año previo. Esta proporción es la más alta para un periodo similar desde el año 2000.

La SHCP espera cerrar 2020 con un SHRFSP en 52.1% del PIB (12 billones 838 mmdp). No obstante, los analistas esperan una caída mayor del PIB, lo que podría afectar la recaudación y elevar la necesidad de financiamiento.


Variables de contexto

Aquí presentamos un análisis de la evolución de ciertas variables que te ayudan a entender mejor el comportamiento del presupuesto.

Crecimiento económico

La SHCP estimó en la actualización de finanzas públicas una caída de -7.4% del PIB para 2020. Sin embargo, entre distintas instituciones financieras —FMI y analistas financieros— prevén escenarios de una contracción económica de -9.7% a -10.5% para 2020. Esta situación puede redundar en una mayor caída de ingresos a la esperada por las autoridades.etrás de una mayor caída en la actividad económica está una mayor pérdida de puestos de empleo y empresas sin solvencia o quebradas, que causan un menor pago de impuestos por consumo e ingreso.

Producción de petróleo

La producción nacional promedio de petróleo en junio disminuyó 2.9% con respecto al mismo mes del año anterior. No obstante, la producción promedio nacional de crudo fue 5.6% menor que la establecida en el presupuesto —alcanzó 1,712 miles de barriles diarios (mbd), es decir, 138 mbd inferior a la meta actualizada para 2020 en los PCGPE 2021, que es de 1,850 mbd—.

Precio del petróleo

En los primeros seis meses de 2020 el precio de la Mezcla Mexicana de Exportación fue de 31.76 dólares por barril[3]. Ésta se ubicó, en promedio, 32% por arriba (7.76 dólares) del precio estimado en PCGPE 2021 para 2020, que fue de 24 dólares por barril. La Secretaría de Energía determinó que disminuirá la producción de crudo a 1,681 mbd. Este escenario de menor producción, menor demanda y caída de precios impone condiciones preocupantes para Pemex en un plazo inmediato.

IEPS a gasolinas y diésel

Los impuestos especiales a las gasolinas y diésel federales se mantuvieron sin reducciones en junio, y promediando los impuestos por litro más altos en los últimos tres años.

Valor de la inversión física pública

Observamos que en los primeros seis meses de 2020 el gasto en inversión física pública tuvo un incremento de 17% (48.9 mmdp) en relación con mismo periodo del año anterior.

El gasto en inversión física pública distinta de Pemex creció 19% real (34 mmdp) respecto al mismo periodo del año anterior; ésta representó el 64% del gasto en inversión física del Sector Público. Por su parte, la inversión física pública en Pemex se incrementó 13% (14 mmdp) respecto al año previo.

De igual forma, el valor de la construcción públicacontinuó con una trayectoria decreciente. Dicho valor (UDM[4]) al mes de mayo 2020 fue el más bajo desde 2007, incluso menor al observado en la crisis de 2009.


Anexo

Programas presupuestarios


[1] Se consideraron los aprovechamientos provenientes de recuperaciones de capital reportadas en Estadísticas Oportunas de la SHCP.

[2] Cifras obtenidas a partir del tipo de cambio para solventar obligaciones publicado por Banxico en: https://www.banxico.org.mx/SieInternet/consultarDirectorioInternetAction.do?sector=6&accion=consultarCuadro&idCuadro=CF102&locale=es

[3] Fuente, promedio de las cifras reportadas en https://www.banxico.org.mx/apps/gc/precios-spot-del-petroleo-gra.html

[4] Últimos Doce Meses

Números de Erario: primer trimestre de 2020

La liquidación de fideicomisos, (parcialmente) al rescate

La debilidad de los ingresos públicos federales es una realidad previa a los efectos de la pandemia de Covid-19, provocada en este primer trimestre del año por el desplome de los ingresos petroleros. En contrapartida, la recaudación tributaria mejoró de manera contundente durante este periodo, aunque esos ingresos excedentes no alcanzaron por sí mismos a compensar la caída en los petroleros: sólo sumados a la liquidación de fideicomisos pudieron subsanar toda la pérdida.

Veámoslo a detalle. Los ingresos petroleros del Sector Público reportaron una caída de 41% (-94 mmdp) respecto a los ingresos aprobados —que sería de 52% o -120 mmdp, si no consideramos los 24.6 mmdp que el Gobierno Federal transfirió a Pemex y que registró como ingresos—. Entretanto, los excedentes por IVA, ISR e Ingresos No Tributarios No Petroleros (liquidación de fideicomisos) sumaron 110 mmdp.

Hacienda reportó que se obtuvieron 1,463 mmdp de ingresos totales durante el primer trimestre de 2020. Sin embargo, si sustraemos la compensación de ingresos proveniente de la liquidación de fideicomisos y las transferencias a Pemex, en realidad los ingresos recurrentes del Sector Público alcanzaron los 1,398 mmdp, 2.7%[1] (-39 mmdp[2]) por debajo de lo aprobado en la LIF[3] 2020. De ahí la caracterización de su debilidad.

Aunque el gasto neto del Sector Público siguió mostrando subejercicio en relación con el gasto aprobado, tuvo un incremento de 6.5% (89.9 mmdp) con respecto al primer trimestre del año anterior. Sin considerar las transferencias a Pemex, el subejercicio del gasto es mayor y el crecimiento del gasto es menor en relación con año anterior.

Para el primer trimestre de 2020, el subejercicio lo encabezó Pemex, con un gasto 11% menor que el aprobado (-21 mmdp). El sobrejercicio lo encabezó la Secretaría del Bienestar, con un gasto 58% mayor que el aprobado (27 mmdp), debido a incrementos al presupuesto del Programa de Pensiones para Adultos Mayores.

El saldo de la deuda ampliada aumentó, hasta alcanzar el 48.7% del PIB al primer trimestre del año, lo que se traduce en un incremento de 5.3 puntos porcentuales respecto al mismo periodo del año previo. Esta proporción es la más alta para un primer trimestre desde el año 2000. Hacienda espera cerrar 2020 con un Saldo Histórico de Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) en 52.1% del PIB (12 billones 693 mmdp). Es decir, prevé un endeudamiento adicional.

Análisis del ingreso

¿El gobierno cumplió con su meta de ingreso durante el 1er trimestre del año?

Ingresos compensados o totales

  • Sí. La SHCP reportó que se obtuvieron 1,463 mmdp de ingresos totales durante el primer trimestre de 2020, 1.8% mayores (25 mmdp) a los aprobados en la Ley de Ingresos.
  • Los ingresos tributarios superaron en 5% su meta estimada en el calendario (48 mmdp). Al desagregarse por tipo, destacan los aumentos de 15% en la recaudación de IVA (39.8 mmdp) y de 0.7% en ISR (3.5 mmdp). Esta recaudación, superior a la estimada, también puede deberse a mayores ventas en tiendas —la Antad[4] reportó para febrero un crecimiento de ventas de 10.6%[5] para todas sus tiendas, superior al de años anteriores—, en adición a las medidas para evitar la evasión que entraron en vigor este año, señaladas por el propio Gobierno en su informe trimestral. Sin embargo, el IEPS de gasolinas tuvo un rezago de 4.2% (-3.5 mmdp), respecto a lo estimado. (Ver gráficas 1.1 y 1.2).
  • Asimismo, los ingresos no tributarios no petroleros superaron en 130% su meta del primer trimestre (67 mmdp).
  • La SHCP aclaró que 35 mmdp provienen de los fideicomisos de la construcción del NAIM[6] (21 mmdp), de un fideicomiso de infraestructura portuaria[7] (6 mmdp) y del Seguro Popular, ahora Fideicomiso de Salud para el Bienestar (FSB) (8 mmdp). Cabe recordar que una reforma a la Ley General de Salud estipula el retiro de 40 mmdp —provenientes de este fideicomiso—[8] para la creación del INSABI (Ver gráficas 1.1 y 1.4).
  • De los 337 fideicomisos a marzo de 2020, 307 se encontraban en operación y 30 en proceso de extinción o terminación. Sus disponibilidades sumaron 749.5 mmdp al 31 de marzo de 2020. (Ver Gráfica 5)
  • Tres fideicomisos reportaron disponibilidades sustanciales, que suman el 45.2% (339 mmdp):
    1. El Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP) reportó 174.9 mmdp de recursos disponibles, lo que representa el 23% del total de disponibilidades en fideicomisos públicos sin estructura. Al cierre del primer trimestre de 2020 no se reportaron egresos del FEIP; sin embargo, la SHCP publicó que dicho fondo se estima que cierre el año con un saldo de 30 mmdp, por lo que se tendrán egresos de dicho fideicomiso superiores a los 140 mmdp.
    2. El Fondo de Estabilización de Ingresos de Entidades Federativas (FEIEF), por 63 mmdp.
    3. El Fideicomiso Fondo de Salud para el Bienestar (FSB), con una disponibilidad reportada de 101 mmdp. Como ya se mencionó, se reportaron egresos por 8 mmdp sin información del destino y uso de recursos[9]. No se conoce si ya se retiraron los 40 mmdp estipulados en la reforma a la Ley General de Salud publicada en 2019.
  • Los ingresos excedentes por IVA, ISR e Ingresos No Tributarios No Petroleros sumaron 110 mmdp. En esta ocasión el monto de estos ingresos sí alcanzó a compensar los menores ingresos petroleros.
  • Los ingresos petroleros del Sector Público, en contraste con los tributarios, reportaron una caída de 41% (-94 mmdp) respecto a los ingresos aprobados.

Ingresos no compensados o recurrentes

  • Si no tomamos en cuenta la compensación de ingresos por liquidación de fideicomisos y transferencias a Pemex, en realidad los ingresos recurrentes del Sector Público sumaron 1,398 mmdp, 2.7%[10] por debajo de lo aprobado en la LIF[11] (-39 mmdp). Esto confirma que la debilidad de los ingresos ya se había verificado antes la pandemia de Covid-19.
  • El Gobierno Federal transfirió 24.6 mmdp a Pemex, que se registraron como ingresos petroleros, por lo que su caída primordial fue de 52% respecto a los aprobados (-120 mmdp). (Ver Gráfica 1.2)

¿Cómo se desempeñaron los ingresos del gobierno en relación con el pasado inmediato?

Su desempeño en los primeros tres meses de 2020, en relación con el mismo periodo del año anterior (flujos acumulados)

Compensados o totales

  • Los ingresos totales del Sector Público crecieron 9.2% (123 mmdp) en los primeros tres meses de 2020, en relación con mismo periodo del año anterior. (Ver Gráfica 2.)
  • Los ingresos petroleros son los que más han caído en relación con el año anterior. Se observó una caída de 27% (-50 mmdp) de enero a marzo de 2020, en relación con mismo periodo del año anterior.
  • Los ingresos tributarios presentaron un incremento de 13% (117 mmdp). 
  • Los ingresos tributarios por IVA tuvieron un incremento de 18% (46 mmdp). 
  • Los ingresos por ISR tuvieron un incremento respecto al año anterior de 18% (62 mmdp).
  • La recaudación por IEPS distinto de gasolinas y diésel colaboró en el incremento de los tributarios, pues subió 8% (6 mmdp) en relación con el mismo periodo del año anterior.
  • Los ingresos no tributarios y no petroleros tuvieron un incremento de 75.6% (51 mmdp).

No compensados o recurrentes

  • Si no consideramos los ingresos provenientes de fideicomisos y de transferencias realizadas a Pemex, al primer trimestre de 2020 en los ingresos totales se tuvo en un crecimiento de 6% (76 mmdp).
  • Sin considerar las transferencias a Pemex registradas como ingresos petroleros, estos ingresos cayeron 34% (58 mmdp) respecto al primer trimestre del año anterior.

Su desempeño durante marzo en relación con el mismo mes del año anterior

Compensados o totales

  • En marzo de 2020 los ingresos totales del sector público se incrementaron 15.4% en relación con marzo de 2019 (69.8 mmdp).
  • Los ingresos tributarios presentaron un incremento de 30% (86 mmdp).
  • Los ingresos por ISR, IVA e IEPS de gasolinas y diésel tuvieron un incremento de 40%, 24% y 7% (65 mmdp, 19 mmdp y 1.7 mmdp, respectivamente). Los de ISR e IVA son incrementos sustanciales, no observados en años pasados ni en meses anteriores.
  • Por su lado, la recaudación de IEPS distinto de gasolinas y diésel disminuyó en 31% (-3.2 mmdp), en relación con el mismo mes del año anterior; esto, a pesar de que se incrementó el monto del impuesto.
  • Los ingresos no tributarios y no petroleros tuvieron un incremento de 78% (19 mmdp).
  • Los ingresos petroleros disminuyeron en 50% (38 mmdp) respecto a lo registrado en marzo del año anterior.
  • Las disponibilidades de fideicomisos públicos sin estructura disminuyeron 17% (155 mmdp) respecto a lo reportado en marzo del año anterior.
  • De forma particular, el FEIP presentó una disminución de 41% (125 mmdp) en su disponibilidad respecto a marzo de 2019. En marzo de 2020 no se reportaron egresos del FEIP —en contraste con el primer trimestre de 2019, cuando se registró un retiro de 6 mmdp—.

No compensados o recurrentes

  • Los ingresos totales no compensados crecieron 17% (73 mmdp) en relación con marzo de 2019. Esto se explica porque en el mismo mes del año pasado se realizaron más transferencias a Pemex: en marzo de 2019 se observaron transferencias por 14 mmdp, mientras que en marzo de este año se estiman en 10 mmdp[12], registradas como ingresos de Pemex. (Ver Gráfica 2)

Consideraciones adicionales

  • La SHCP estimó en sus Precriterios Generales de Política Económica 2021 (PCGPE) un crecimiento económico de -2.9% para 2020. Sin embargo, la encuesta del Banco de México a especialistas del sector privado establece la media en -7.27%. Esta situación puede redundar en una caída de ingresos, por una menor recaudación. (Ver Gráfica A).
  • La producción nacional promedio de petróleo en marzo se incrementó 3% con respecto al mismo mes del año anterior. No obstante, la producción promedio nacional de crudo fue 6% menor a la establecida en el presupuesto (alcanzó 1,730 mbd, es decir, 120 mbd inferior a la meta actualizada para 2020 en PCGPE 2021, que es de 1,850 mbd) (Ver Gráfica B).
  • En el primer trimestre de 2020, el precio de la Mezcla Mexicana de Exportación fue de 41.2 dólares por barril. Ésta se ubicó, en promedio, 17 dólares por arriba del precio estimado en PCGPE 2021, que fue de 24 dólares por barril. (Ver Gráfica C)
  • La Secretaría de Energía estableció que disminuirá la producción de crudo a 1,681 mbd. Este escenario de menor producción, menor demanda y caída de precios impone condiciones preocupantes para Pemex en un plazo inmediato. (Ver Gráfica B)
  • Los impuestos a las gasolinas y diésel federales se mantuvieron sin reducciones en febrero y marzo, promediando los impuestos por litro más altos en los últimos tres años. (Ver Gráfica 3).

Análisis del gasto

¿El gobierno alcanzó su meta de gasto?

  • No. El gasto neto del Sector Público mantuvo un subejercicio en marzo de 2% (-30 mmdp) en relación con lo aprobado para ese mes. El subejercicio fue provocado principalmente por un menor gasto en Pemex y en el IMSS. (Ver Gráfica 6).
  • Los programas del IMSS que presentaron subejercicios fueron Operaciones Ajenas (-2.7 mmdp) y Actividades de Apoyo Administrativo (de 24% o -2.4 mmdp).
  • Por parte de Pemex, el programa denominado Compra de Acciones o Inversiones Diversas para Pemex tuvo un subejercicio de 73% (-20 mmdp).
  • El gasto programable del Sector Público tuvo un subejercicio acumulado en el mes de marzo de 2% (-21 mmdp). Si no consideramos la inversión financiera en Pemex (24.6 mmdp), el subejercicio de este tipo de gasto fue de 4.2% (-45.9 mmdp).
  • El gasto en inversión física va 1.3% (-2 mmdp) por debajo del programa de gasto.
  • De igual forma, el gasto no programable del Sector Público tuvo un subejercicio de 2.2% (-9 mmdp), con respecto al calendario del gasto. (Ver gráficas 6 y 7)
  • Al desagregar el gasto total por tipo de ejecutor, se revela que los organismos autónomos son los que tuvieron un mayor subejercicio respecto a su gasto aprobado: 29% (-11 mmdp), seguidos por los Ramos Generales: 3% (-29 mmdp).
  • En cambio, las secretarías han ejercido más recursos respecto a su calendario aprobado: 16.8% (44 mmdp). Esto fue causado, principalmente, por un mayor gasto registrado en la Secretaría de Bienestar (26.8 mmdp), dado el incremento de 78% en el programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, respecto a su presupuesto aprobado al primer trimestre del año.

Así se repartió el subejercicio del gasto público en relación con el gasto aprobado…

  • Petróleos Mexicanos o Ramo 52: 11% (-21 mmdp)
  • Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado o Ramo 51: 11% (-12.5 mmdp)
  • Provisiones Salariales y Económicas o Ramo 23: 17% (-8.4 mmdp)
  • Deuda pública o Ramo 24: 9.6% (-7.3 mmdp)
  • Aportaciones Federales para Entidades Federativas y Municipios o Ramo 33: 3% (-7 mmdp)
  • Poder Judicial o Ramo 3: 36% (-6 mmdp)
  • Aportaciones a Seguridad Social o Ramo 19: 1.2% (-3 mmdp)
  • Poder Legislativo o Ramo 1: 53% (-2.7 mmdp)
  • Instituto Mexicano del Seguro Social o Ramo 50: 1.5% (-2.6 mmdp)
  • Adeudos de Ejercicios Fiscales Anteriores o Ramo 30: 10% (-2.2 mmdp)
  • Participaciones a Entidades Federativas y Municipios o Ramo 28: 0.6% (-1.5 mmdp)
  • Defensa Nacional o Ramo 7: 4.4% (-1.5 mmdp)

 (Ver Gráfica 8)

Así se repartió el sobrejercicio del gasto público en relación con el gasto aprobado…

  • Bienestar o Ramo 20: 58% (27 mmdp)
  • Salud o Ramo 12: 61% (14 mmdp)
  • Energía o Ramo 18: 80% (9 mmdp)

 (Ver Gráfica 9)

Programas presupuestarios (análisis preliminar)

Se identificaron cinco programas presupuestarios que tuvieron un gasto mayor al aprobado en más de 5 mmdp. Éstos sumaron 128 mmdp de gasto adicional. Los programas pertenecen a cuatro ejecutores de gasto, y son:

  1. De CFE – Comercialización de Energía Eléctrica y Productos Asociados: 408% (54 mmdp).
  2. De la Secretaría de Salud – Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral: 22,612% (27 mmdp).
  3. De Bienestar – Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores: 78% (27 mmdp)
  4. De CFE – Operaciones ajenas: 2,508% (13 mmdp).
  5. De Secretaría de Energía – Coordinación de la Política Energética en Hidrocarburos: 60% (6 mmdp).

(Ver Gráfica 5.a)

En contraste, los cinco programas presupuestarios con mayor subejercicio sumaron un monto de -113 mmdp:

  1. De Deuda Pública – Valores Gubernamentales 414% (-6.4 mmdp)
  2. De CFE – Operación y Mantenimiento de la infraestructura del proceso de distribución de energía eléctrica: 94% (-8.4 mmdp)
  3. De la Secretaría de Salud – Seguro Popular: 100% (-10 mmdp)
  4. De Pemex – Compra de Acciones o Inversiones Diversas para Pemex: 73% (-20 mmdp)
  5. Del CFE – Actividades de Apoyo Administrativo (-67 mmdp)

¿Cómo se desempeñaron los gastos del gobierno en relación con el pasado?

  • El gasto neto del Sector Público mostró un incremento de 6.5% (89.9 mmdp), en relación con el mismo periodo del año anterior. Sin considerar la inversión financiera en Pemex de éste y el año pasado, el gasto se incrementó en 5.9% (82 mmdp). (Ver Gráfica 6).
  • El gasto programable del Sector Público también mostró un incremento en marzo de 8% (79 mmdp). De igual forma, el gasto no programable del Sector Público subió 2.6% (10 mmdp), respecto al año anterior.
  • Al desagregar por tipo de ejecutor de gasto, se revela que las secretarías tuvieron un incremento de 31% (74 mmdp); los organismos autónomos, de 44% (8 mmdp), seguidos por los ejecutores de gasto ‘Generales’: 0.9% (7 mmdp) por arriba del mismo periodo del año anterior. (Ver Gráfica 11).

 Así se repartió el recorte del gasto público, en relación con el año anterior…

  • Comisión Federal de Electricidad o Ramo 53: 21% (-30 mmdp)
  • Erogaciones para los Programas de Apoyo a Ahorradores y Deudores de la Banca o Ramo 34: 27% (-7.9 mmdp)
  • Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado o Ramo 51: 3% (-3 mmdp)
  • Agricultura y Desarrollo Rural o Ramo 8: 17% (-2.7 mmdp)

Así se repartió el aumento en el gasto público, en relación con año anterior…

  • Bienestar o Ramo 20: 99% (36 mmdp)
  • Petróleos Mexicanos o Ramo 52: 14% (21 mmdp)
  • Educación Pública o Ramo 11: 23% (14 mmdp)
  • Aportaciones a Seguridad Social o Ramo 19: 5% (13 mmdp)
  • Instituto Mexicano de Seguridad Social o Ramo 50: 8% (12 mmdp)
  • Aportaciones Federales para Entidades Federativas y Municipios o Ramo 33: 5% (10 mmdp)

Consideraciones adicionales

  • El gasto en inversión física pública total tuvo un incremento de 5.5% (8 mmdp). El gasto en inversión física pública distinta de Pemex creció 6.3% real (4.9 mmdp), respecto al mismo periodo del año anterior; ésta representa el 9.5% del gasto corriente del Sector Público. (Ver Gráfica 14).
  • En contraste, la inversión física pública en Pemex se incrementó 4.6% (3 mmdp) respecto al año previo.
  • De igual forma, el valor de la construcción pública continuó con una trayectoria decreciente. Dicho valor (UDM[13]) al mes de febrero 2020 fue el más bajo desde 2007; incluso menor al observado en la crisis de 2009. (Ver gráfica 15).
  • Los recursos erogados por los ejecutores de gasto del sector salud (gasto funcional en salud) se incrementaron en 1.2% (4 mmdp) el mes de marzo 2020, respecto al gasto observado de marzo de 2019.
  • Previo a la entrada en vigor del INSABI[14], las transferencias que se realizaban por medio de programa del Seguro Popular se transparentaban en el sistema denominado Estadísticas Oportunas de la SHCP. Se informaba a qué entidad federativa se hacía la transferencia, ya que dicho gasto es considerado dentro de la clasificación de Gasto Federalizado. A partir de 2020 las transferencias del Fideicomiso de Salud para el Bienestar (antes del Seguro Popular), no se reportan. Se menciona en el informe trimestral de la SHCP que el programa Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral se modificó para pasar a administrar las transferencias al FSB. Dicho programa tuvo un incremento en su presupuesto de 27 mmdp. El programa presupuestario denominado Seguro Popular no tuvo gasto registrado en el primer trimestre. (Ver Gráfica 12).

Programas presupuestarios (respecto al año previo)

Se identificaron cinco programas presupuestarios que tuvieron un gasto mayor al pagado en el mismo trimestre del año previo en más de 9 mmdp. Éstos sumaron 91 mmdp de gasto adicional al pagado en el mismo periodo del año previo, y son:

  1. De Bienestar – Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores: 89% (29 mmdp).
  2. De la Secretaría de Salud – Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral: 100% (27 mmdp).
  3. De CFE – Operación y Mantenimiento de la Infraestructura del Proceso de Distribución de Energía Eléctrica: (14 mmdp).
  4. Del Ramo 23 – Subsidios a las Tarifas Eléctricas: 95% (10 mmdp).
  5. De Aportaciones a Seguridad Social – Pensiones y Jubilaciones en Curso de Pago: 10% (9 mmdp).

En contraste, los cinco programas presupuestarios con mayor subejercicio sumaron un monto de 113 mmdp:

  1. Del ISSSTE – Atención a la Salud: 42% (-3 mmdp)
  2. De Erogaciones para los Programas de Apoyo a Ahorradores y Deudores de la Banca Ramo 34 – Estados y Municipios Reestructuración en UDIs -100% (-6 mmdp)
  3. De la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural – Producción para el Bienestar: 100% (-7 mmdp)
  4. De la Secretaría de Salud- Seguro Popular: 100% (-22 mmdp)
  5. Del CFE – Actividades de Apoyo Administrativo: (-65 mmdp)

¿Cómo se desempeñaron los gastos del gobierno mes a mes?

  • Durante marzo, se registró un mayor gasto neto mensual respecto a lo calendarizado de 7% (35.8 mmdp). Se debió a un incremento en el gasto programable —por arriba de su calendario de gasto establecido para dicho mes— de 12% (7 mmdp). Por el contrario, el gasto no programable tuvo un retroceso de 8% (10 mmdp) en marzo, con respecto a su presupuesto aprobado para dicho mes. (Ver Gráfica 11.)
  • En el mes de marzo el gasto total en inversión física pública se incrementó 34% (15 mmdp) con respecto a lo registrado en marzo de 2019. Este gasto, sin considerar la inversión en Pemex, registró un gasto pagado de 34.5 mmdp, lo que representa un incremento de 1% (296 mdp) respecto al gasto pagado en 2019. Éste es un mayor gasto respecto a lo pagado en enero y febrero de este año, lo que muestra una aceleración. (Ver Gráfica 13.)
  • Los recursos erogados por los ejecutores de gasto del sector salud se incrementaron en 54% (19 mmdp) el mes de marzo, con respecto al promedio de gasto observado de enero a febrero de 2020. Se observó un repunte en el gasto de la Secretaría de Salud; dicho incremento fue suficiente para compensar el subejercicio con respecto al gasto aprobado. (Ver Gráfica 10).

Análisis del balance, endeudamiento y costo financiero

  • Los balances público y primariodel Sector Público presentaron una mejor posición en comparación con la calendarizada para marzo. El Balance Público mejoró el doble, ya que de tener calendarizado un déficit se volvió un superávit, que fue de 11 mmdp, cuando la meta establecida para dicho periodo era de -73 mmdp. El Balance Público al primer trimestre de 2020 representó el 0.11% del PIB, una mejoría respecto al mismo periodo del año anterior, que exhibió un déficit de -0.10 % del PIB.
  • De igual forma, el Balance Primario del Sector Público mejoró en 73% respecto a su meta calendarizada, ya que fue de 137 mmdp, cuando se tenía calendarizado 79 mmdp. (Ver Gráfica 17). El Balance Primario al primer trimestre de 2020 representó el 0.6% del PIB, una mejoría respecto al primer trimestre del año anterior, que fue de 0.4%: un incremento de 0.2 puntos porcentuales.
  • La mejoría en el Balance Público se debió a los ingresos por Aprovechamientos (Fideicomisos) y tributarios; también a la reducción al gasto público y a un superávit en el IMSS e ISSSTE. (Ver Gráfica 16)
  • El costo financiero se incrementó en 3.2% real, respecto a lo pagado en 2019. Sin embargo, fue menor al aprobado en 5.3 mmdp. (Ver Gráfica 17)

Endeudamiento y saldo de la deuda

  • Los Requerimientos Financieros del Sector Público o RFSP fueron de -49.7 mmdp (-0.2% del PIB) a marzo de 2020. Esto indica que el Sector Público sí se endeudó en dicho mes. Es un dato negativo comparado con el mismo periodo del año anterior, cuando los RFSP representaron 0% del PIB en 2019 (Ver Gráfica 18). Para el cierre del año la SHCP estima que los RFSP serán de -4.4% del PIB, lo que significa un incremento de 1.8 puntos del PIB.
  • El Saldo Histórico de Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) representó el 48.7% del PIB al primer trimestre del año; un incremento de 5.3 puntos porcentuales respecto al mismo periodo del año previo. Esta proporción es la más alta para un primer trimestre desde el año 2000. En 2016 se tuvo la misma proporción al cierre del año.
  • La SHCP espera cerrar 2020 con un SHRFSP en 52.1% del PIB (12 billones 693 mmdp), lo que significa que prevé un endeudamiento adicional y un crecimiento del SHRFSP en lo que resta del año.
  • El SHRFSP al mes de marzo sumó 11 billones 860 mmdp de pesos. Es decir, se incrementó en 982 mmdp respecto a marzo de 2019. Esto sucedió en parte por la depreciación de 21% del tipo de cambio al cierre de marzo, cuando éste se determinó en 23.48 pesos por dólar al cierre de marzo de 2020. En marzo de 2019 fue de 19.37. (Ver Gráfica 19)


[1] Sin considerar los ingresos reportados por la inversión financiera a Pemex por 7.3 mmdp e ingresos del Fideicomiso de Salud para el Bienestar (FSB) por 40 mmdp.

[2] Miles de millones de pesos.

[3] Ley de Ingresos de la Federación, se consideró para dicho cálculo 24.6 mmdp de ingresos “Otros” reportados por SHCP de Pemex, y 40 mmdp de ingresos por aprovechamientos provenientes de FSB y otros fideicomisos públicos.

[4] Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales

[5] https://antad.net/compras-de-panico-por-contingencia-impulsan-el-iva-en-el-primer-trimestre/

[6] Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México

[7] FIDEICOMISO FONDO PARA EL FORTALECIMIENTO A LA INFRAESTRUCTURA PORTUARIA

[8] Fideicomiso de Salud para el Bienestar, antes de Seguro Popular, artículo décimo transitorio de la LGS reforma de noviembre de 2019. Se supone que los 40 mmdp provienen del FSB mencionado, aunque en el informe de Finanzas públicas no se dio a conocer la información.

[9] El anexo XVI del informe no se menciona el uso y/o destino de recursos en el apartado en cuestión.

[10] Sin considerar los ingresos reportados por la inversión financiera a Petróleos Mexicanos por 7.3 mmdp e ingresos del FSB por 40 mmdp.

[11] Ley de Ingresos de la Federación, se consideró para dicho cálculo 24.6 mmdp de ingresos “otros” reportados por SHCP de Pemex, y 40 mmdp de ingresos por aprovechamientos provenientes de FSB y otros fideicomisos públicos.

[12] Ingresos reportados como ‘Otros’ por Petróleos Mexicanos por una cantidad de 7.3 mmdp en enero de 2020, en la situación financiera de la empresa paraestatal. Dicho mecanismo de transferencia de recursos se observó en años anteriores, en los cuales se reporta como ingresos “otros” las transferencias del Gobierno Federal, por medio de la Secretaría de Energía a Pemex y CFE. En 2019 se realizaron transferencias a Pemex por medio del concepto inversión financiera por un monto de 122 mmdp, recursos que fueron registrados en este concepto de ingreso. Se podrá comprobar la cantidad exacta de transferencia de Sener a Pemex cuando se publique el informe trimestral y las bases de datos. Hasta el momento no se cuenta con mayor información respecto al monto preciso de estas transferencias.

[13] Últimos Doce Meses

[14]  Instituto Nacional de Salud para el Bienestar, entra en vigor en 2020 con la modificación a la Ley General de Salud.

Números de Erario: febrero de 2020

El último mes de la era preCovid-19

Incluso sin reflejar todavía los efectos de la emergencia por Covid-19 y el desplome de los precios de petróleo, los ingresos del Sector Público a febrero exhibieron debilidad y la persistente necesidad de compensar con ingresos no recurrentes la falta de ingresos recurrentes para el Gobierno federal y Pemex. De todos modos, la recaudación de IVA en enero y febrero aumentó considerablemente en relación con el año anterior, pero poco si la comparamos con la meta aprobada.

El gasto neto del Sector Público mantuvo un subejercicio acumulado, de enero a febrero, de 6.6% (-66 mmdp) en relación con lo aprobado para ese periodo. Sin embargo, si no se considera la transferencia a Pemex por 14 mmdp que tuvo lugar en febrero, el subejercicio del gasto público se amplía a 8% (-81 mmdp).

ISSSTE, IMSS, Educación Pública, Seguridad Ciudadana y Salud están dentro de los 10 primeros ejecutores de gasto que presentaron subejercicios durante enero y febrero.

Los  informes de los siguientes meses reflejarán los efectos negativos de Covid-19 y del desplome del precio de la Mezcla Mexicana de Exportación (MME). Y registrarán una menor recaudación derivada de la caída en la actividad económica, provocada por las medidas de distanciamiento social y la suspensión de actividades económicas.

El SHRFSP[1] creció 138 mmdp de pesos en un mes (de enero a febrero). Se espera que en marzo el saldo de la deuda, es decir, la deuda acumulada, aumente considerablemente. Lo anterior se debe a que febrero no reflejó la depreciación del tipo de cambio –observada en marzo–. Se estima que el 36% del total se encuentra en deuda externa. Con el tipo de cambio actual, se prevé un aumento que ronde los 5 puntos del PIB.

También se espera que el endeudamiento del Gobierno aumente considerablemente durante 2020. Habrá menores ingresos petroleros y tributarios, fondos de ahorro limitados, mayores gastos provocados por la emergencia sanitaria y económica. Una manera de contar con mayores ingresos disponibles es cancelar o posponer proyectos y programas no prioritarios que actualmente tengan recursos aprobados en el presupuesto. Así se liberaría recursos para financiar mejor la respuesta a la emergencia nacional que nos convoca, los proyectos y programas esenciales para la operación del Gobierno y los servicios públicos, los apoyos sociales duraderos y la infraestructura prioritaria.

Análisis del ingreso

¿El Gobierno cumplió con su meta de ingreso en lo que va del año?

  • Sí lo hizo. La SHCP reportó que se obtuvieron 935 mmdp de ingresos totales en lo que va del año (durante enero-febrero 2020). Fueron 0.8% (7.4 mmdp) mayores a los aprobados en la Ley de Ingresos.
  • Pero al desagregarlos por tipo, se descubre que los ingresos petroleros y la recaudación por ISR e IEPS de gasolinas no alcanzaron su meta. Sumaron un monto faltante de casi 19 mmdp.
  • El gobierno compensó el faltante con 54 mmdp, lo cual se explica de dos maneras: 1) Los ingresos excedentes por Aprovechamientos por 40 mmdp pudieron provenir de liquidar ahorros del fideicomiso del Seguro Popular –ahora Fideicomiso de Salud para el Bienestar (FSB)–, una medida que fue prevista en la reforma a la Ley General de Salud para la creación del INSABI[2] y 2) Se transfirieron a Pemex 14 mmdp, reportados como ingresos petroleros. (Ver gráficas 1.1 y 1.4.)
  • Si no consideramos esa compensación de ingresos, en realidad los ingresos totales del Sector Público se colocaron 5%[3] (-46 mmdp[4]) por debajo de lo aprobado en la LIF[5]2020.
  • Los ingresos petroleros del Sector Público son los que acumularon el mayor rezago: 45% (-69 mmdp) en relación con su meta para el periodo enero-febrero 2020 (Ver Gráfica 1.2), esto sin considerar las transferencias a Pemex por parte de Sener en 2019 y en 2020[6].
  • Los ingresos no petroleros no tributarios (provenientes en parte del uso de los ahorros del FSB[7]) superaron su meta. (Ver Gráfica 1.1.)
  • Los ingresos tributarios exhibieron, en la práctica, un estancamiento: se ubicaron apenas 0.8% (5.6 mmdp) por arriba de lo aprobado para el periodo enero-febrero. (Ver gráficas 1.1 y 1.2.)
    • Los ingresos por ISR[8] de enero a febrero presentaron un rezago de 3% (-9.7 mmdp), respecto a lo aprobado para ese periodo.
    • El ingreso por IEPS[9] de gasolinas y diésel fue por debajo de su meta en el acumulado del año (3 mmdp).
    • En cambio, los ingresos por IVA e IEPS distintos de gasolinas tuvieron una recaudación por arriba de lo esperado, de 6.6% y 20% (12 mmdp y 6.9 mmdp, respectivamente), como resultado de las reformas fiscales aprobadas a finales de 2019.
  • Los ingresos no petroleros no tributarios[10] tuvieron un incremento de 271% (54.8 mmdp), respecto a lo aprobado para el periodo de enero a febrero. Esto sugiere que los ingresos no recurrentes, posiblemente provenientes de la liquidación de activos –como los del fideicomiso de gastos catastróficos–, fueron lo que más se incrementaron.

¿El Gobierno cumplió con su meta de ingreso en febrero?

  • Los ingresos petroleros de febrero fueron los más bajos en los últimos 10 años: 35.7 mmdp, lo que significó un rezago de 48% (33 mmdp), respecto a lo aprobado para ingresar en dicho mes. (Ver Gráfica 1.3.)
    • Los ingresos tributarios en febrero no alcanzaron el monto aprobado para dicho mes; estuvieron 6.1% (17 mmdp) por debajo de lo estimado en la LIF.
    • El ingreso por ISR se mantuvo por debajo de su meta mensual 3.8% (39 mmdp).
    • Por su parte, la recaudación del IVA en febrero fue 2.4% (1.9 mmdp) mayor a la estimada para dicho mes. Esto significa que disminuyó el dinamismo de dicha recaudación, ya que en enero se había tenido una recaudación superior en 12 mmdp a la estimada.

¿Cómo se desempeñaron los ingresos del Gobierno en los primeros dos meses de 2020, en relación con el mismo periodo del año anterior?

  • Los ingresos totales del Sector Público crecieron 5.9% (51.6 mmdp) en los primeros dos meses de 2020, en relación con mismo periodo del año anterior. Si no consideramos los ingresos provenientes del FSB y de transferencias realizadas a Pemex, se tuvo en la práctica un estancamiento, pues mostraron un incremento marginal de 0.001% (13 mdp[11]). (Ver Gráfica 2.)
    • Los ingresos petroleros son los que más han caído en relación con el año anterior. Se observó una caída de 14% (-15 mmdp[12]) de enero a febrero de 2020, en relación con mismo periodo del año anterior. 
    • Los ingresos tributarios presentaron un incremento de 5.1% (30 mmdp).
      • Los ingresos tributarios por IVA tuvieron un incremento de 15.4% (26 mmdp).
      • En contraste, los ingresos por ISR fueron los únicos tributarios con disminuciones respecto al año anterior: disminuyeron 0.8% (-2.5 mmdp).
      • La recaudación por IEPS distinto de gasolinas y diésel fue la que más colaboró en el incremento de los tributarios, pues subió 20% (7 mmdp) en relación con el mismo periodo del año anterior.
      • Los ingresos no tributarios y no petroleros tuvieron un incremento de 73% (31.8 mmdp). Esto considera el ingreso por transferencias del FSB.

¿Cómo se desempeñaron los ingresos del Gobierno durante febrero en relación con el mismo mes del año anterior?

  • En febrero se observó una disminución de 6% (25 mmdp) en ingresos presupuestarios, respecto a lo observado en el mismo mes del año anterior.
  • Los ingresos petroleros en febrero de 2020 exhibieron un retroceso de 41% (-24 mmdp), situación comparable a lo observado en febrero de 2015 con respecto a febrero 2014, cuando se registró una disminución de 46% (-57 mmdp).
  • Los ingresos tributarios mostraron un retroceso de 1.7% (-4.5 mmdp); dentro de ellos resalta el IVA, que tuvo un avance de 9.2% (7 mmdp) respecto a febrero de 2019. Por el contrario, la recaudación por ISR retrocedió 2.6% (3.6 mmdp) en febrero, respecto al año anterior.
  • Los ingresos no tributarios no petroleros disminuyeron 16% (3.6 mmdp), respecto a febrero de 2019.

Consideraciones adicionales

  • Los impuestos a las gasolinas y diésel observados en promedio durante febrero 2020 se incrementaron. Fue la recaudación más alta desde 2018. (Ver Gráfica 3.)
  • La producción promedio nacional de crudo (1,723 mbd[13]: miles de barriles diarios) fue 228 mbd inferior a la meta especificada en CGPE[14]2020, que era de 1,951 mbd. (Ver Gráfica 5.)
  • La producción nacional promedio de petróleo, de enero a febrero, se incrementó con respecto al año anterior (3.8%).
  • De enero a febrero el precio de la mezcla mexicana de exportación se ubicó, en promedio, 4.7 dólares por encima del precio estimado en el Presupuesto 2020. Sin embargo, en marzo el precio de la MME cayó a mínimos de 20 años; su promedio del mes fue de 24.5 dólares por barril. La depreciación del tipo de cambio peso/dólar favorece el ingreso por venta de crudo. No obstante, se estima que predomine el efecto negativo de la caída en el precio de la MME. Repercutirá más en los ingresos presupuestarios de marzo. (Ver Gráfica 5.1.)

Análisis del gasto

¿El Gobierno alcanzó su meta de gasto?

  • No. El gasto neto del Sector Público mantuvo un subejercicio acumulado, de enero a febrero, de 6.6% (-66 mmdp) en relación con lo aprobado para ese periodo. Si se excluye la transferencia a Pemex por 14 mmdp, el subejercicio del gasto público se amplía a 8% (-81 mmdp). El subejercicio fue impulsado principalmente por un menor gasto de CFE, Pemex, ISSSTE e IMSS y pago de obligaciones (intereses de la deuda). (Ver Gráfica 9.)
  • El gasto programable del Sector Público tuvo un subejercicio acumulado al mes de febrero de 9.4% (-68 mmdp). El gasto no programable del Sector Público fue 0.4% mayor (1.2 mmdp), con respecto al calendario del gasto. Esto último se debió, en gran parte, a un mayor gasto no programable observado –en relación con el calendarizado– de 5.8 mmdp, por parte de Pemex y CFE.
    • Al desagregar por tipo de ejecutor de gasto, se descubre que los organismos autónomos son los que tuvieron un mayor subejercicio respecto a su gasto aprobado: 34% (-8.7 mmdp), seguidos por los Ramos Generales: 3.7% (-22 mmdp).
    • Las secretarías han ejercido menos recursos con respecto al año previo: 0.9% (-1.5 mmdp). Cabe recalcar que las medidas de austeridad fueron opacadas por un mayor gasto registrado por la Secretaría de Energía (14 mmdp), dada la transferencia a Pemex.

Así se repartió el subejercicio del gasto público en relación con el gasto aprobado…

  • Comisión Federal de Electricidad o Ramo 53: 17% (-13 mmdp)
  • Provisiones Salariales y Económicas o Ramo 23: 28% (-10 mmdp)
  • ISSSTE o Ramo 51: 12% (-10 mmdp)
  • Petróleos Mexicanos o Ramo 52: 6% (-7 mmdp)
  • Deuda pública o Ramo 24: 14% (-6 mmdp)
  • IMSS o Ramo 50: 12% (-4.7 mmdp)
  • Poder Judicial o Ramo 3: 37% (-4 mmdp)
  • Adeudos de ejercicios fiscales anteriores o Ramo 30: 19% (-4 mmdp)
  • Seguridad Pública y Protección Ciudadana:37% (-3 mmdp)
  • Educación Pública o Ramo 11: 6% (-3 mmdp),
  • Salud o Ramo 12: 14% (-2 mmdp)

 (Ver Gráfica 8)

Así se repartió el sobrejercicio del gasto público en relación con el gasto aprobado…

  • Energía o Ramo 18: 371% (101 mmdp)
  • Participaciones a Entidades Federativas y Municipios o Ramo 28: 3.1% (5.1 mmdp)
  • Bienestar o Ramo 20: 2.4% (0.6 mmdp)

 (Ver Gráfica 9)

¿Cómo se desempeñaron los gastos del Gobierno en relación con el pasado?

  • El gasto neto del Sector Público mostró un incremento durante enero y febrero de 2020 de 1.1% (8 mmdp), en relación con el mismo periodo del año anterior. Sin considerar la inversión financiera en Pemex por 14 mmdp, el gasto público se redujo a 0.1% (-6 mdp) con respecto al año previo. (Ver Gráfica 6.)
  • El gasto programable del Sector Público también mostró un leve incremento acumulado a febrero de 0.7% (5 mmdp). El gasto no programable del Sector Público se incrementó 1.1% (3 mmdp), con respecto al año anterior.
    • Al desagregar por tipo de ejecutor de gasto, se revela que los organismos autónomos experimentaron un incremento en su gasto: 12% (1.7 mmdp) y las secretarías, uno de 36% (43 mmdp). En cambio, los ejecutores “generales” recortaron su gasto en 1.2% (-7 mmdp), con respecto al año anterior. (Ver Gráfica 7.)

Así se repartió el recorte del gasto público, en relación con el año anterior…

  • Provisiones Salariales y Económicas o Ramo 23: 58% (-157 mmdp)
  • Comunicaciones y Transportes o Ramo 9: 53% (-76 mmdp)
  • Adeudos de Ejercicios Fiscales Anteriores o Ramo 30: 77% (-48 mmdp)
  • Petróleos Mexicanos o Ramo 52: 3.9% (-20 mmdp)
  • Agricultura y Desarrollo Rural o Ramo 8: 16% (-12 mmdp)
  • Instituto Nacional Electoral o Ramo 22: 37% (-9 mmdp)
  • Turismo o Ramo 21: 73% (-7 mmdp)
  • Medio Ambiente y Recursos Naturales o Ramo 16: 14% (-6 mmdp)

Así se repartió el aumento en el gasto público en 2019, en relación con año anterior…

  • Educación Pública o Ramo 11: 41% (14 mmdp)
  • Energía o Ramo 18: 321% (11.9 mmdp)
  • Bienestar o Ramo 20: 39% (7.1 mmdp)
  • Instituto Mexicano de Seguridad Social o Ramo 50: 7% (7 mmdp)
  • Aportaciones a Seguridad Social o Ramo 19: 3.7% (6.6 mmdp)
  • Adeudos de Ejercicios Fiscales anteriores o Ramo 30: 52% (6.1 mmdp)[15]
  • Defensa Nacional o Ramo 7: 52% (5.5 mmdp)
  • El gasto en inversión física pública total cayó 7.4% real (-7 mmdp), respecto al mismo periodo del año anterior. La inversión física pública, distinta de Pemex, representa el 9% del gasto corriente del SP[16]; esta proporción fue un punto porcentual superior a lo observado en el mismo periodo del año anterior. (Ver Gráfica 10.)
    • La inversión física pública en Pemex disminuyó 21.5% (12 mmdp) con respecto al año previo.
    • De igual forma, el valor de la construcción pública[17]continuó con una trayectoria decreciente. El valor de la construcción pública (UDM[18]) al mes de enero[19] 2020 fue el más bajo desde que se tiene reporte. (Ver Gráfica 15.)
  • El gasto funcional en salud fue el menor gasto pagado (63.9 mmdp) para un periodo de enero-febrero desde hace 10 años. Este nivel de gasto pone en manifiesto el grado de prioridad que la Federación fijó ante las advertencias de una pandemia. De igual forma, al mes de febrero se tuvo un subejercicio acumulado de 17.4 mmdp en el IMSS, ISSSTE y la Secretaría de Salud.
Elaborado por México Evalúa con información de Estadísticas Oportunas e Inegi.

¿Cómo se desempeñaron los gastos del gobierno mes a mes?

  • Durante febrero, se registró un menor gasto neto mensual respecto a lo calendarizado de 7% (33 mmdp). Se debió a una disminución en el gasto programable –por debajo de su calendario de gasto establecido para dicho mes– de 49 mmdp. Por el contrario, el gasto no programable tuvo un incremento de 16 mmdp en febrero, con respecto a su presupuesto aprobado para dicho mes. (Ver Gráfica 11.)
  • En el mes de febrero el gasto total en inversión física pública se incrementó 4.8% (1.9 mmdp) con respecto a lo registrado en febrero 2019. Este gasto, sin considerar la inversión en Pemex, registró un gasto pagado de 22.5 mmdp, lo que representa un incremento de 9.3% (1.9 mmdp) respecto al gasto pagado en 2019. No obstante, es un menor gasto respecto a lo pagado en enero de este año, lo que muestra una desaceleración en este gasto. (Ver Gráfica 13.)
  • Los recursos erogados por los ejecutores de gasto del sector salud se incrementaron en 18% (6.2 mmdp) el mes de febrero, con respecto al promedio de gasto observado de enero 2020. Se observó un repunte en el gasto de la Secretaría de Salud; sin embargo, dicho incremento no fue suficiente para compensar el subejercicio con respecto al gasto aprobado. (Ver Gráfica 10).

Análisis del balance, endeudamiento y costo financiero

  • Los balances público y primario[20]del SP presentaron una mejor posición en comparación con la calendarizada para enero-febrero. El Balance Público fue de 10 mmdp, cuando la meta establecida para dicho periodo era de -76 mmdp. De igual forma, el Balance Primario del SP mejoró en 400% respecto a su meta calendarizada, ya que fue de 96 mmdp, cuando se tenían calendarizado 19 mmdp. (Ver Gráfica 16.)
  • Dicha mejoría en el Balance Público se debió a los ingresos por Aprovechamientos (FSB), a la reducción al gasto público respecto a lo programado y al superávit en el IMSS, ISSSTE y CFE (27 mmdp) y en las entidades de control presupuestario indirecto (13 mmdp). (Ver Gráfica 17.)
  • El costo financiero se disminuyó en 1.8% real, respecto a lo pagado en el mismo periodo de 2019. A pesar de esta disminución, el costo financiero observado es el segundo más alto –tras el del año pasado–, desde 1991. (Ver Gráfica 19.) Es importante recalcar que no se observa aún en estas cifras el efecto de la variación del tipo de cambio. Se espera que tenga un efecto importante en este gasto en marzo y lo que resta del año.

Endeudamiento y saldo de la deuda

  • El endeudamiento público o los RFSP[21] a febrero de 2020 fue de 4 mmdp de pesos; la suma de éstos en lo que va del año fue de -37.6 mmdp. Las transferencias a Pemex implicaron un mayor gasto por parte del Gobierno federal, lo cual fue un factor que afectó dicha medida de endeudamiento.
  • El SHRFSP[22] al mes de febrero sumó 10 billones 970.6 mmdp de pesos. El Saldo Histórico de los RFSP se incrementó 138 mmdp de pesos en un mes (de enero a febrero). Lo anterior todavía no refleja la depreciación del tipo de cambio observada en marzo, lo que repercutirá en esta medida, ya que se estima que el 36% del total se encuentra en moneda extranjera.
    • Hacienda estimó que el SHRFSP será en 2020 de 11 billones 961 mmdp de pesos, bajo la premisa de un crecimiento económico de 2% del PIB, estipulado en CGPE  2020.

[1] Saldo Histórico de Requerimientos Financieros del Sector Público.

[2] Antes del Seguro Popular. Se hace referencia al Fideicomiso de Salud para el Bienestar, artículo décimo transitorio de la LGS, reforma de noviembre de 2019. Se supone que los 40 mmdp provienen del FPSS mencionado, aunque el informe de Finanzas públicas no se dio a conocer la información.

[3] Sin considerar los ingresos reportados por la inversión financiera a Petróleos Mexicanos por 97.1 mmdp e ingresos del FEIP por 125 mmdp.

[4] Miles de millones de pesos.

[5] Ley de Ingresos de la Federación

[6] En 2020 se observaron transferencias de Sener a Pemex por 14 mmdp y en 2019, en el mismo periodo, 2 mmdp.

[7] Fideicomiso de Salud para el Bienestar. Se estima que 40 mmdp provinieron de este fideicomiso.

[8] Impuesto sobre la Renta

[9] Impuesto Especial a la Producción y Servicios

[10] Los ingresos por ingresos no petroleros no tributarios.

[11] millones de pesos

[12] Sin considerar la transferencia de 14 mmdp de pesos realizada por el Gobierno federal a Pemex en 2020 y de 2 mmdp en 2019 para el periodo acumulado de enero a febrero.

[13] Miles de barriles diarios

[14] Criterios Generales de Política Económica

[15] Las cifras del gasto del Ramo de Adefas se consideró el reportado en marzo de 2019, en marzo de 2020 se modificó el gasto reportado el año previo en 4 mmdp al alza.

[16] Sector Público Presupuestario.

[17] Encuesta Nacional de Empresas Constructoras.

[18] Últimos doce meses

[19] A la fecha se tiene sólo el reporte al mes de enero, el 17 de abril se publica la información de la ENEC al mes de febrero.

[20] Ingresos menos gastos antes del pago de los intereses de la deuda pública (costo financiero).

[21] Requerimientos Financieros del Sector Público. La medida de los RFSP es la siguiente: en caso de ser positiva quiere decir que existe un ahorro en dicho periodo, esto quiere decir que no hubo necesidad de endeudamiento. En caso contrario, si la medida de los RFSP es negativa se refiere a que hubo endeudamiento en dicho periodo.

[22] Saldo Histórico de Requerimientos Financieros del Sector Público.