Opaca Pemex mayor fiscalización al 1T de 2025
Con mínimo margen fiscal, el Gobierno enfrenta dificultades justo en un momento en que la actividad económica se desacelera ante riesgos externos.
La economía mexicana enfrenta una encrucijada fiscal al inicio de 2025. A pesar del esfuerzo de los contribuyentes y del Servicio de Administración Tributaria (SAT) por sostener la recaudación en un contexto de estancamiento económico, los ingresos del Gobierno federal se han visto mermados. ¿La causa? El bajo desempeño de Petróleos Mexicanos (Pemex), cuya caída en la producción de crudo ha ampliado el boquete que la paraestatal representa para las finanzas públicas.
En el primer trimestre del año, los ingresos petroleros se ubicaron 30% por debajo de la meta, arrastrando a la baja los ingresos totales del Estado. Éstos quedaron 63 mil millones de pesos (mmdp) por debajo de lo programado. La situación se agrava por la política fiscal de apoyo a la petrolera estatal, que continúa absorbiendo recursos públicos en lugar de generarlos.
Para complicar el panorama, la política comercial de Donald Trump en Estados Unidos ha introducido una dosis adicional de incertidumbre sobre el comercio y la inversión, factores clave para la economía mexicana. Con menos margen fiscal, el Gobierno enfrenta dificultades para aplicar medidas de estímulo económico, como el aumento del gasto en inversión o en programas sociales, justo en un momento en que la actividad económica se desacelera ante riesgos externos.
Incluso con los ingresos extraordinarios aportados este año por el Remanente de Operación del Banco de México a las arcas públicas, el Gobierno de México se encuentra francamente desarmado para enfrentar la desaceleración económica y garantizar el bienestar de los ciudadanos.
Impuestos a contracorriente de la economía
El panorama económico del primer trimestre del año presenta un escenario paradójico. Por un lado se observa un crecimiento económico prácticamente nulo. Por otro lado, se registra una recaudación tributaria que supera las metas.
En el primer trimestre de 2025, los ingresos tributarios alcanzaron 1,522.1 mmdp al cierre de marzo, superando por 37.8 mmdp (2.5%) a la meta establecida. Se trata de un crecimiento de 17.6% frente al mismo periodo de 2024, la mayor tasa registrada desde 2015.
El buen desempeño de los ingresos tributarios es sorpresivo incluso para la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). En los Pre-Criterios Generales de Política Económica 2026, la autoridad hacendaria estimó que los ingresos tributarios se mantendrían sin cambios en 2025 frente al estimado original para el año.
La mejora recaudatoria contrasta con el comportamiento general de la economía que registró un débil crecimiento de apenas 0.2% al primer trimestre1. En teoría, una economía en desaceleración conlleva menor creación de empleo y de intercambios comerciales, lo que reduce el cobro de impuestos.
Sin embargo, de mantenerse este comportamiento en los ingresos tributarios, es posible que, pese a una mayor desaceleración económica, sí se cumplan los objetivos de recaudación planteados en el año. Hay que recordar que los más de 40 especialistas en economía encuestados por el Banco de México (Banxico)2 estimaron en el mes de abril que la economía mexicana crecerá sólo 0.2% del PIB en 2025.
El as bajo la manga del Gobierno
Desde 2018, la recaudación de impuestos ha sido menos dependiente del crecimiento económico debido a la mayor fiscalización informal aplicada a los contribuyentes. Año tras año, el Gobierno ha roto récords en la fiscalización, lo que ha permitido un crecimiento constante de los ingresos tributarios. Este año parece no ser la excepción.
La recaudación por cobranza sin judicialización alcanzó, en el primer trimestre de 2025, un monto de 316.7 mmdp, cifra que representa un incremento de 31.3% (75.6 mmdp) frente al mismo periodo de 2024 o de 269.8 mmdp (575%) respecto al mismo periodo de 2018. Se trata del monto más elevado para un primer trimestre desde que se tiene registro.
Estas medidas informales de fiscalización provienen de una serie de acciones emprendidas por el SAT para limitar las devoluciones y compensaciones. Esto se logra a través de operaciones de cobranza que no conllevan la determinación de un crédito fiscal formal, evitando que deriven en conflictos legales.
Entre las estrategias se encuentran las cartas invitación que exhortan a los contribuyentes a acudir a las oficinas del SAT, así como las comunicaciones telefónicas y mensajes de texto que promueven la regularización de la situación fiscal por iniciativa propia. El incentivo, tanto para los contribuyentes como para el SAT, es evitar una costosa auditoría que conduzca a un crédito fiscal y posiblemente, a un juicio.
La cobranza formal en potencia
La otra carta con la que cuenta el Gobierno para aumentar su recaudación de impuestos —pese al mal desempeño de la economía— es la recuperación de adeudos formales. Aunque los ingresos por esta vía han sido limitados en los últimos años, los cambios en la independencia del Poder Judicial podrían mejorar el panorama para el fisco.
A diferencia de los mecanismos informales que buscan la “auto corrección” de los contribuyentes, los mecanismos formales se basan en la determinación de créditos fiscales. Éstos son adeudos reconocidos formalmente por el SAT, y normados en el Código Fiscal de la Federación, que siguen un claro procedimiento administrativo: determinación, notificación, posibilidad de impugnación y cobro.
En el primer trimestre de 2025, el monto de créditos fiscales recuperados por el SAT ascendió a 12.8 mmdp, 19.2% (3 mmdp) menos que en el periodo de enero a marzo de 2024. Esto significa que el SAT obtuvo 25 veces más recursos por medios informales que mediante el cobro formal de adeudos.
Destaca además que los créditos recuperados representaron sólo el 0.44% del total de la cartera de créditos fiscales acumulados a la fecha (2.9 billones de pesos). Se trata de la proporción más baja registrada en por lo menos 15 años.
La baja recuperación de créditos fiscales de parte del SAT se debe a que estas deudas se cobran a través de un procedimiento jurídico. En él, los pagadores de impuestos tienen la opción de impugnar los adeudos ante el propio SAT o recurrir al Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA). En estos casos, se dice que un crédito fiscal se encuentra controvertido, lo que complica su recuperación.
Si bien al cierre de marzo se registró un saldo acumulado de 2.9 billones de pesos en créditos fiscales (récord histórico que representa un incremento de 181.5% en comparación con el mismo periodo en 2019), el 66% de estas obligaciones se encuentra en controversia al no ser reconocidas por los propios contribuyentes. Se trata de la mayor proporción registrada en por lo menos 15 años. Es muestra de que los contribuyentes reconocen cada vez menos los adeudos que les imputa el SAT.
Aunque de momento la recuperación de créditos del SAT se ha visto limitada por procesos legales, esto podría cambiar con la elección popular de miembros del Poder Judicial. Cuando un contribuyente no está de acuerdo con las determinaciones del TFJA, puede presentar un amparo directo ante un Tribunal Colegiado de Circuito y, de perder dicho amparo, recurrir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Esto alarga todavía más la recuperación de deudas para el fisco. Si en la elección judicial no se garantiza la imparcialidad de los jueces de dichas instancias, el Gobierno tendría más capacidad de cobro de adeudos, en detrimento de los derechos de los contribuyentes.
Pemex tira los ingresos del Gobierno
El esfuerzo de los contribuyentes —y del SAT— para incrementar la recaudación tributaria en un contexto de desaceleración económica, fue desperdiciado por el mal desempeño de Pemex.
Según la Secretaría de Hacienda, la producción de hidrocarburos líquidos (crudo y condensados) durante el primer trimestre de 2025 fue de 1,695 miles de barriles diarios (mbd), 175.3 mbd (9.4%) por debajo de la meta. Por su parte, la producción de crudo (sin condensados) fue de sólo 1,439 mbd, 124 mbd (8%) por debajo de la meta. Este nivel es el más bajo registrado desde 1990, lo que refleja que la productividad de Pemex está lejos de mejorar.
El persistente desempeño deficiente de la empresa estatal no solo afecta las metas productivas, sino que impacta directamente en los ingresos petroleros, los cuales continúan alejándose de las proyecciones establecidas por la SHCP. Durante el primer trimestre del año, esta brecha fue de 30.3% o 99 mmdp. Desde 2022, no se ha cumplido con la meta de ingresos petroleros.
En perspectiva histórica, de 2019 a 2025 los ingresos totales provenientes de la explotación del crudo mostraron una disminución de 5.5% (equivalente a 13.2 mmdp). Sin embargo, el impacto ha sido diferenciado: mientras los ingresos petroleros del Gobierno federal sufrieron durante ese periodo una reducción de 55.5% (13.2 mmdp), Pemex incrementó sus ingresos 84.1% (72.6 mmdp). Esto de debe a la reducción de la tasa de derechos cobrados a la petrolera tanto en la modalidad previa del Derecho por la Utilidad Compartida (DUC) como en el esquema actual del Derecho Petrolero para el Bienestar (DPB).
Aunque la Federación recibió más recursos petroleros de parte de Pemex en el primer trimestre de 2025 versus 2024, se mantuvo la política de devolverle parte de la renta petrolera vía transferencias financieras. A través de la Secretaría de Energía (Sener), el Gobierno federal le regresó a Pemex, 80.5 mmdp. De esta forma, en lugar de obtener ganancias por 68.7 mmdp de renta petrolera, el Estado tuvo una pérdida neta de 11.8 mmdp.
Las transferencias que realiza la Administración a Pemex son utilizadas para mantener a flote a la petrolera. En el primer trimestre de este año, registró pérdidas por 43 mmdp3. De mantenerse esta tendencia, el Gobierno federal se verá obligado a mantener el apoyo fiscal a Pemex a costa de reducir sus ingresos para otras políticas públicas.
Como adelantamos en nuestro Erario al Momento de marzo, los ingresos totales del Estado se quedaron 2.9% o 63.2 mmdp por debajo del programa, debido al desplome de las ganancias petroleras. La situación es igual de grave en el caso de los ingresos del Gobierno federal, que son recursos que financian el gasto en salud, seguridad o educación. Éstos ingresos, principalmente tributarios, no contemplan las contribuciones de las empresas públicas, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Las cifras oficiales muestran que los ingresos del Gobierno federal fueron 2.3% (39 mmdp) mayores a lo estimado al primer trimestre. No obstante, si descontamos las transferencias financieras hacia Pemex, se quedaron 2.5% o 41.1 mmdp por debajo de la meta al primer trimestre. En esta métrica, desde 2022 no se han cumplido los ingresos de la federación en los tres primeros meses del año, lo que ha generado recortes al gasto público.
Entre la contención del déficit o estimular la economía
Aunque el Gobierno registró mayores ingresos durante el primer trimestre del año, esto no se tradujo en un incremento del gasto público. Por el contrario, se aplicó un recorte del 5.9% (142.1 mil millones de pesos) en comparación con el mismo periodo del año anterior. La razón del recorte: controlar el déficit.
La reducción del gasto público se ha dado en conceptos que afectan directamente a la población. Así, se redujeron las transferencias y subsidios monetarios que forman parte de los programas sociales. Este concepto del gasto presenta una caída real de 31.7% (161.3 mmdp) frente al primer trimestre del año anterior.
Esta caída es contraria a la intención de Hacienda de impulsar el crecimiento económico precisamente a través de estos programas. De acuerdo con el plan que presentó el Secretario de Hacienda el pasado 6 de mayo, se busca estimular la demanda interna de la economía por medio de los programas sociales y las compras gubernamentales4. De acuerdo a su argumento, contar con un mercado interno con mayor capacidad de compra permitiría la sustitución del 10% de importaciones manufactureras.
Visto de este modo, la Secretaría de Hacienda quiere reactivar la economía con enfoque keynesiano, estimulando la demanda de los hogares mediante un aumento en las transferencias y subsidios gubernamentales. El problema es que, en los hechos, el recorte al gasto va en sentido contrario a esa intención.
En los siguientes meses también se ve difícil que se incremente el gasto público, incluso tomando en cuenta los ingresos extraordinarios por el Remanente de Operación del Banco de México (ROBM) que recibió la SHCP. Estos ingresos son parte de las ganancias que obtiene Banxico por sus activos en moneda extranjera, los cuales deben ser entregados al Gobierno a más tardar el 30 de abril.
Este año se entregaron apenas 18 mmdp, de los cuales al menos el 70% (12.6 mmdp) deben ser destinados para pagar deuda pública o reducir el déficit fiscal para el año en curso. El restante 30% (5.4 mmdp) debe ser destinado a los ahorros del Estado en los fideicomisos públicos5.
En este contexto, el uso del ROBM apenas ayudaría a reducir el déficit fiscal en un punto porcentual (12.4 mmdp). Un impacto marginal frente al boquete presupuestal de 1.4 billones de pesos que se espera para final de año. Aunque el Gobierno podría utilizar los 5.4 mmdp asignados a fideicomisos, para compensar parcialmente la caída en los ingresos, esta cifra resulta claramente insuficiente: los ingresos van 63 mmdp por debajo de lo previsto, por lo que estos recursos no alcanzan para cerrar la brecha.
De este modo, el ROBM, que pudo haber representado un respiro fiscal para el Estado y brindado un mayor margen de maniobra para estimular la demanda, resultó insuficiente ante los desafíos económicos que actualmente enfrenta la economía mexicana. Así, estimular la economía vía incremento del gasto, sólo podría realizarse a costa de mayor deuda pública.
Además, la inversión física, que es fundamental para promover el crecimiento económico, presentó una reducción de 12.32% (28.7 mmdp) en el mismo periodo de comparación. Ello es reflejo de la culminación de obras de infraestructura del sexenio anterior. Falta esperar que este año comiencen los nuevos ciclos de inversión de los proyectos de la actual administración, los cuales ya llevan un retraso importante.
Entre los principales proyectos de inversión programados para este año —como los trenes de pasajeros— hay varios que aún no han iniciado. Por ejemplo, el Tren Interurbano México-Toluca, que cuenta con un presupuesto de 1,556 millones de pesos, no registra avances al primer trimestre. Lo mismo ocurre con los proyectos del tren AIFA-Pachuca, así como los de las rutas México-Nuevo Laredo y México-Nogales, entre otros.
El único concepto del gasto con un incremento considerable es el pago de intereses y servicio de la deuda pública. Al primer trimestre, aumentó 11.7% (31.7 mmdp). Es el concepto del gasto con mayor crecimiento real en comparación frente al año anterior. Este gasto no tiene potencial de dinamizar la economía ya que se trata de pagos a grandes acreedores privados, no a sectores de la población que incrementan su consumo al momento de recibir más ingresos.
Una buena noticia es que con los recortes al gasto público se está cumpliendo con el recorte del déficit fiscal prometido para este año. Así, al primer trimestre del año, la diferencia entre los ingresos y los gastos del Gobierno resultó en un déficit de 138.9 mmdp, lo cual es 70.4% (330.9 mmdp) menor al déficit público del último año del sexenio anterior.
Incluso al considerar el déficit fiscal ampliado —que incluye el financiamiento extrapresupuestario— se registra una reducción real del 71% (381 mil millones de pesos). Desde cualquier ángulo, los recortes al gasto han contribuido a reducirlo de forma decisiva frente al año pasado. No obstante, cuando se compara con años anteriores, el déficit se mantiene en niveles históricamente elevados, lo que evidencia que el reto fiscal está lejos de haberse resuelto.
Desde una perspectiva más amplia, el déficit público sigue siendo uno de los principales desafíos para las finanzas del Gobierno este año. Está enmarcado en un contexto en el que la economía apenas está creciendo 0.2% en términos trimestrales.
Al comparar el balance público del primer trimestre de cada año en que inicia una nueva administración, el de 2025 destaca como el más elevado de las últimas cinco gestiones. El déficit alcanzó los 138.9 mmdp, lo que es 322% (106 mmdp) mayor respecto al registrado en 2019, cuando fue de apenas 32.9 mmdp. La diferencia es aún más notable si se contrasta con los años 2013, 2006 o 2001, en los que el Estado arrancó con superávit: es decir, con más ingresos que gastos.
Aunque es una buena noticia el recorte del déficit frente al año anterior, sigue estando en un nivel muy elevado. El dato es preocupante si consideramos lo que el Gobierno está pagando en intereses y servicio de la deuda.
Conclusión
Como mencionamos al principio, el pago de intereses y servicio de la deuda pública, es el concepto del gasto con mayor crecimiento anual en el primer trimestre del año. Es incluso mayor a la inversión física, al pago de nómina de los trabajadores del Estado, y si —como mencionamos— mayor a los programas sociales.
De enero a marzo el Gobierno desembolsó 302 mmdp para cubrir los intereses y los gastos relacionados con la deuda pública, esto implicó un crecimiento real de 62.8% (116.8 mmdp) frente a lo que se pagaba en el primer trimestre de 2019. El incremento se ha dado en mayor medida en los intereses de la deuda en moneda nacional, los cuales incrementaron 135.7% (120.2 mmdp) frente al mismo periodo de comparación.
Sin ingresos extraordinarios que amplíen el margen fiscal, el Estado tendrá que continuar con los recortes en la inversión y subsidios, para contener un déficit aún elevado. Con el costo de la deuda al alza y una economía en incertidumbre, persiste un dilema de fondo: ¿Gastar más para estimular la economía a costa de un incremento en la deuda, o continuar los recortes priorizando controlar el déficit?
Notas al pie:
- INEGI, 2025. Disponible en: https://www.inegi.org.mx/programas/pibo/2018/ ↩︎
- Banco de México (Banxico). Encuestas sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado. Encuesta del mes de abril. Disponible en: https://www.banxico.org.mx/SieInternet/consultarDirectorioInternetAction.do?sector=24&accion=consultarCuadroAnalitico&idCuadro=CA233&locale=es ↩︎
- Pemex (2025). Resultados al Primer Trimestre de 2025. https://www.pemex.com/ri/finanzas/Reporte%20de%20Resultados%20no%20Dictaminados/Reporte%201T25.pdf ↩︎
- El Financiero. (2025, mayo 6). Presenta SHCP estrategia para adicionar 0.7 pb al crecimiento. https://www.elfinanciero.com.mx/economia/2025/05/06/presenta-shcp-estrategia-para-adicionar-07-pb-al-crecimiento/ ↩︎
- Esto de acuerdo con el artículo 19 Bis de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFPRH). ↩︎