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Fideicomisos públicos y la huella del daño: junio 2021



El Gobierno federal, integrado por la administración de López Obrador y un Congreso dominado por Morena, pusieron en marcha una política fiscal durante los primeros dos años y medio de sexenio que ha debilitado a varias políticas públicas indispensables para el desarrollo de México, entre ellas a las propias finanzas públicas, lo que aumenta el riesgo de inestabilidad macroeconómica en el país. El riesgo país de México, medido a través del Índice de Bonos de Mercados Emergentes Global (EMBIG) de J.P. Morgan[1], se ubicó el 2 de julio de 2021 en 347 puntos base (pb), equivalente a 3.47 puntos porcentuales; en términos acumulados, ha disminuido 14 pb en lo que va de 2021. Al cierre de 2018, el EMBIG para México fue de 241 pb. Es decir, en la presente administración el riesgo país se ha incrementado 44% (106 pb).

A mitad de este preocupante panorama se verifica un fenómeno que es al mismo tiempo síntoma y causa, y que no se trata en la conversación pública con el cuidado y la precisión que debería. Y es que en lo que va de la presente administración, ya se utilizó prácticamente la mitad (48%) del patrimonio del Gobierno federal que se encontraba administrado en diversos fideicomisos. Debió perseguir una reforma fiscal que buscará aumentar la rentabilidad económica y social del gasto público y fortalecer los ingresos recurrentes que permiten financiarlo de manera sostenible; en su lugar, el Gobierno ha estado liquidando patrimonio (activos) para compensar la debilidad de los ingresos federales ante los aumentos en el gasto de programas sociales, transferencias a Pemex y proyectos de infraestructura que exceden su presupuesto (y que además son cuestionables por su falta de rentabilidad).

En el camino quedaron sin certeza de financiamiento varios fideicomisos y, con ellos, numerosos proyectos, programas públicos y objetivos de política pública, como la inversión en ciencia e innovación a través del Conacyt, la reparación del daño ocasionado a víctimas del Estado y la estabilización presupuestaria que se opera y financia a través del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) desde el principio del milenio. Ésta tiene como objetivo suavizar los recortes en el gasto durante un año fiscal, cuando los ingresos programados son menores a los observados. Pero veamos cómo luce esto en números, comenzando con el FEIP.

‘Consumo’ a conciencia del patrimonio

Al inicio del presente sexenio el FEIP contaba con casi 300 mil millones de pesos (mmdp), pero al 30 de junio de 2021 sólo tiene 15.5 mmdp. Claramente esta administración hizo un uso exhaustivo del FEIP, pues lo usó de manera intensiva durante más de un año fiscal. Ahora está prácticamente extinto, por lo que hoy la estabilización presupuestaria es una política pública en agonía. El Gobierno federal ya no cuenta con los recursos de este fondo para atender la persistente debilidad de los ingresos, y cada vez quedan menos recursos “que se puedan utilizar” de los fideicomisos para financiar el presupuesto. El país está más expuesto que antes a una crisis de las finanzas federales que pueda afectar el equilibrio macroeconómico.

Al 30 de junio de 2021, SHCP reportó que cuenta con 301 fideicomisos, mandatos y actos jurídicos análogos sin estructura orgánica, los cuales suman un saldo de 508.4 mmdp. Esto significa que se han consumido 471.1 mmdp del patrimonio de fideicomisos desde inicio de la administración (2.5 años): 183.0 mmdp durante 2019, 176.0 mmdp durante 2020 y 112.2 mmdp durante el primer semestre de 2021.



De los 301 actos jurídicos –279 fideicomisos, 17 mandatos y cinco análogos–, registrados al segundo trimestre de 2021, 159 son federales y no están sujetos al decreto de extinción, mientras que 106 sí lo están –70 federales sujetos y 36 fondos mixtos Conacyt para estados–. También hay 36 estatales y privados, no sujetos al mencionado decreto.



Por otra parte, al analizar su tenencia por ramo administrativo, se aprecia que la SHCP, la Sedena y la Secretaría de Salud concentraron los fideicomisos que disponían del 90.5% del saldo total que aún quedaba en estas figuras al cierre de junio pasado. Tan sólo 10 fideicomisos concentraban el 75% de la disponibilidad total a esa fecha.

Visto por número de fideicomisos en operación, la mayor concentración estaba todavía en Conacyt (97 en total), a pesar de que varios fueron incluidos en el  decreto de extinción. Le siguen la SHCP (74) y la SEP (19), que en conjunto concentraron el 63% del número total.




¿Qué ha sucedido con la extinción de fideicomisos públicos?

El decreto de extinción impactó con fuerza en la opinión pública, sobre todo porque con esta iniciativa se retiró el financiamiento a ciertas causas urgentes o en beneficio directo de la sociedad, sin certeza de cuándo se restablecería o de si lo haría algún día. Destaca la cobertura de siniestros naturales, entre otros ya mencionados.

El 8 de octubre de 2020, la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados aprobó en lo general y particular el dictamen para la extinción de 109 fideicomisos, con un saldo equivalente a 68.5 mmdp, aprobado por la Comisión de Hacienda y Crédito Público del Senado el 19 de octubre de 2020.

Al momento del decreto de extinción, el saldo de los 109 fideicomisos era de 68.5 mmdp. Al 30 de junio de 2021, el saldo se redujo a 0.9 mmdp; es decir, a la fecha ya se transfirió a la Tesorería de la Federación casi la totalidad (67.6 mmdp) de los recursos autorizados en el Decreto[2]. Al 31 de diciembre de 2020 se registró una disponibilidad de 65.8 mmdp, lo que significa que en 2021 se han extinguido 64.9 mmdp, la mayor parte del total. Tomaremos este último dato para hacer el análisis, ya que no hay información sobre las extinciones que sucedieron en noviembre y diciembre de 2020. Es importante aclarar que aún hay un pequeño remanente pendiente por transferir de los recursos de los fideicomisos de Conacyt, SHCP, Cultura y Gobernación.



El proceso[3], en todo caso, ha sido más complejo que lo descrito por las autoridades, y posiblemente no libre de irregularidades. Aquí te explicamos las razones…

Primero, la mayor parte de los recursos (471.1 mmdp) que el Gobierno ha obtenido de esta ‘fuente’ provinieron de fideicomisos que no están extintos. De hecho, la mayor salida de recursos se observó en el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios FEIP, que no está incluido en el decreto de extinción:  representó el 63% (296.3 mmdp) del monto consumido. Éste nos parece excesivo, pues de acuerdo con las reglas del fondo y los parámetros establecidos en la Ley de Responsabilidad Hacendaria, se debieron extraer menos recursos y dejar una mayor reserva[4].

A través del decreto de extinción se obtuvo tan sólo 14% (64.9 mmdp); del Fondo de Salud para el Bienestar, 7% (33.0 mmdp); del Fideicomiso del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, 5% (21.6 mmdp); del Fonden 5% (25.4 mmdp), de los fondos Conacyt 3% (15.9 mmdp), y de otros fideicomisos cuyos recursos se traspasaron a otros programas o secretarías, 3% (14.0 mmdp). En ese último rubro se incluyó, por ejemplo, al Fondo de Apoyo Social para ex Trabajadores Migratorios Mexicanos, que asumió la Secretaría de Gobernación; al Fondo Metropolitano y Fondo Regional, que pasó al Programa de Mejoramiento Urbano a cargo de la Secretaría de Desarrollo Territorial, y al Fondo de Financiera Rural, que ahora forma parte del patrimonio de los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA).



Segundo, el Gobierno obtuvo los recursos del decreto de extinción antes de concretar el proceso. De los 109 fideicomisos del decreto sólo se habían extinguido completamente tres, al 30 de junio de 2021. Pero ya se habían obtenido 67 mmdp de ellos. De los 106 actos jurídicos sujetos a la extinción derivada del decreto, se reporta una disponibilidad (remanente) de 905.6 millones de pesos. La extinción de los actos antes mencionados deberá concluir durante del ejercicio fiscal 2021, pero de los 301 actos jurídicos registrados al segundo trimestre de 2021, 233 se encuentran en operación y sólo 68 están en proceso de extinción o terminación. De éstos últimos, 30 están en la lista del decreto de extinción: uno corresponde a Comunicaciones y Transportes y 29 a Conacyt. Sin duda, deben acelerar el paso para cumplir con los términos del decreto de extinción.

Tercero, el Gobierno extinguió (dio de baja) otros fideicomisos que no estaban en el decreto de extinción. Al cuarto trimestre de 2020 se tenían 329 actos jurídicos registrados, y a junio de 2021 se reportan 301 actos jurídicos, lo que significa que de enero a junio de 2021 se dieron de baja 28 actos jurídicos, de los cuales sólo tres corresponden al universo de los 109 vinculados al decreto: 1) Mandato para la Administración de los Recursos del Programa de Cooperación Energética para Países de Centroamérica y el Caribe; 2) Fondo Institucional del Conacyt (FOINS), y 3) Fondo de la Financiera Rural. Los 25 restantes se extinguieron pero no estaban en el decreto.

Cuarto, el Gobierno extinguió fideicomisos antes del decreto. A marzo de 2020, los actos de extinción sumaban 30, con un monto de 1.9 mmdp.



Uno de los fideicomisos extinguidos más sensibles es sin duda el Fondo de Desastres Naturales (Fonden). De acuerdo con los artículos transitorios de la reforma a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFPRH) del 6 de noviembre, los remanentes de recursos del Fonden se deben concentrar en la Tesorería de la Federación a más tardar el 30 de junio de 2021. Se definió que se seguirían empleando para la atención de desastres naturales, y que serían manejados directamente por la SHCP para tal objetivo, así como para cubrir las obligaciones pendientes y que no se pagarán con cargo al patrimonio del fideicomiso.

El pasado 27 de julio de 2021 la SHCP publicó en el DOF el “Acuerdo por el que se abroga el diverso por el que se emiten las Reglas Generales del Fondo de Desastres Naturales, publicado el 3 de diciembre de 2010”, con lo que oficializó la desaparición del Fonden. El acuerdo para su extinción estuvo a cargo de la SHCP y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). Además, se reformó el artículo 37 de la LFPRH, el cual explica que el presupuesto para desastres naturales quedará bajo la disposición de la SHCP[5].

Ya quedó prácticamente vacío el Fonden: tenía 55.1 millones de pesos al 30 de junio de 2021, después de que al cierre de 2020 registrara 28.7 mmdp. La Unidad de Política y Control Presupuestario de la SHCP será la que emita y modifique las disposiciones que establezcan los mecanismos presupuestarios que permitan ejercer recursos para programas y proyectos que atiendan daños ocasionados por fenómenos naturales. Los convenios suscritos por la SHCP y la SSPC con las entidades federativas en relación con el Fonden continuarán vigentes hasta que se suscriban los instrumentos jurídicos que los sustituyan.

Es lamentable que el uso de los recursos de los fideicomisos se haya  consentido sin haber evaluado el impacto que tendría esta extinción en el desarrollo nacional. Queda pendiente calcular el costo de oportunidad de “matar” el financiamiento para ciertas políticas o bien, en el mejor de los casos, de mermar la certeza de estas políticas en torno a su financiamiento.

Se sabe de sobra que la SHCP tiene amplias facultades para reasignar las asignaciones autorizadas por los diputados, las que se establecen cada año en el decreto del PEF. Lo hemos visto en la práctica. ¿La SHCP cuidará el presupuesto asignado a la protección ante desastres naturales o lo reasignará  a las prioridades del presidente para complacerlo? 


Anexo. Fideicomisos con mayor disponibilidad de recursos



[1] Es la diferencia (spread o swap) entre la tasa de interés que paga los bonos emitidos por los países emergentes y la de los Bonos del Tesoro de Estados Unidos que se consideran «libres» de riesgo. Se expresa en puntos base (100 pb=1 punto porcentual). Los bonos más riesgosos pagan un interés más alto, por lo tanto el spread de estos bonos respecto a los bonos del Tesoro de Estados Unidos es mayor.

[2] “Decreto por el que se ordena la extinción o terminación de los fideicomisos públicos, mandatos públicos y análogos” fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 2 de abril de 2020.

[3] En el artículo Quinto Transitorio del “Decreto de Fideicomisos”#, publicado el 6 de noviembre de 2020 en el DOF, se estableció la obligación para los ejecutores de gasto, por conducto de sus unidades responsables, de coordinarse con las instituciones fiduciarias para llevar a cabo los actos y procesos necesarios para extinguir 109 actos jurídicos vinculados con las disposiciones que se reformaron o derogaron por virtud de dicho instrumento, con la finalidad de que durante el primer semestre del ejercicio 2021 se suscribieran los convenios de extinción o terminación respectivamente.

[4] Mariana Campos (2021), “Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (279.7 mmdp)”, Nexos, 1 de julio de 2021, https://www.nexos.com.mx/?p=57798

[5] Como parte de la reforma del 6 de noviembre de 2020 y la emisión del Decreto para ese fin se establecieron artículos transitorios, primero al vigésimo, en la la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFPRH), destacan los siguientes puntos: 1) Las dependencias y entidades, serían las encargadas de coordinar las acciones para concentrar, en la TESOFE la totalidad de los recursos públicos federales que formen parte de los fideicomisos, mandatos y análogos públicos previstos en las disposiciones que se abrogan, reforman o derogan en el Decreto, 2) que los recursos de Fondos Conacyt se concentran a más tardar el 30 de junio de 2021 en la TESOFE, 3) La Ley General de Cultura Física y Deporte establecerá los criterios y bases para el otorgamiento pensión vitalicia a deportistas olímpicos y paraolímpicos, 4) La Segob asumirá Fondo de Apoyo Social para ex Trabajadores Migratorios Mexicanos, 5) los recursos del Fondo Metropolitano y Fondo Regional pasan al Programa de Mejoramiento Urbano a cargo de la Secretaría de Desarrollo Territorial, 6) La extinción total del Fideicomiso para promover el acceso al financiamiento de MIPYMES y Emprendedores, 7) El Fondo de Financiera Rural formará parte de del patrimonio de FIRA..

Números de Erario: gasto en salud a mayo de 2021

Resumen

Hasta mayo se ejerció el 36% del gasto funcional en salud aprobado para todo el año. El gasto acumulado fue de 186.2 mmdp, monto 9.1% (20.2 mmdp) mayor al observado en los primeros cinco meses de 2020.

El análisis del gasto observado en las principales instituciones de salud, con respecto a lo que se les aprobó para el periodo, arrojó lo siguiente:

  • El gasto en la Secretaría de Salud, en el IMSS, el ISSSTE y las transferencias a estados a través del FASSA acumularon hasta abril 262.6 mmdp, un monto que sobrepasó por 0.2% (0.5 mmdp) al aprobado.
  • Si desagregamos por institución, descubrimos que la Secretaría de Salud, el FASSA y el IMSS gastaron 1% (0.3 mmdp), 3% (1.1 mmdp) y 13% (14.3 mmdp) más de lo aprobado, respectivamente.
  • Sigue preocupando el gasto del ISSSTE, que acumuló un recorte de 29% (-15.2 mmdp). El rubro más afectado por esta reducción es la inversión física, la cual fue 76% (-0.37 mmdp) menor a la realizada en el mismo periodo de 2020.
  • El Insabi, el cual forma parte de la Secretaría de Salud, reportó un gasto de 32.7 mmdp, monto 2% (0.6 mmdp) mayor al gasto aprobado. Hasta mayo, el instituto transfirió 28.4 mmdp a las entidades federativas a través del programa de Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social. No conocemos todavía el monto aprobado hasta mayo, pero si los recursos transferidos se comparan con los erogados el año pasado, deducimos que hubo una reducción anual de 18.1% (-6.3 mmdp) y en 31 entidades federativas la caída anual fue mayor a 40%. El número de consultas en unidades de consulta externa y hospitalización del Insabi se redujo en 53%, y la cantidad de egresos lo hizo en 50%. Al comparar con el mismo periodo de años anteriores, observamos una drástica reducción en los servicios médicos ofertados.


Avances del gasto funcional hasta mayo de 2021

Hasta mayo el gasto funcional[1] en salud acumuló 241.2 mmdp. Con respecto al gasto ejercido en el mismo periodo de 2020 hay un aumento de 9.1%. Este año se ejercieron 20.2 mmdp más que en el año pasado. Con respecto a lo aprobado para todo el año, se gastó el equivalente a 36%.

En el gasto mes a mes, tan sólo en mayo el gasto aumentó 18% (16 mmdp) anual; el gasto de este mes fue mayor al erogado en los últimos dos años.


Gasto de las principales instituciones del sector salud hasta mayo de 2021

A falta de información oportuna por institución del gasto funcional en salud[2], en esta sección le damos seguimiento al gasto realizado por las principales instituciones de salud sin incluir el pago de pensiones y jubilaciones (en el caso IMSS y el ISSSTE).

En conjunto, las instituciones reportaron un avance de 37% con respecto al presupuesto anual aprobado. Por institución, el FASSA reportó el mayor avance con relación a sus metas anuales: 40%. Debido a los recortes observados en el gasto, el ISSSTE ha gastado el equivalente a 33% del presupuesto anual. El IMSS y la Secretaría de Salud reportaron un avance de 37% y 38%, respectivamente.

El gasto en conjunto de la Secretaría de Salud, del IMSS y el ISSSTE y las transferencias a estados a través del FASSA acumuló hasta mayo 262.6 mmdp, un monto muy similar al aprobado. De hecho, exhibió un ligero sobregasto de 0.2% (0.5 mmdp). No obstante, fue 10.7% (25.3 mmdp) mayor al que se observó en el mismo periodo de 2020.

Sólo el FASSA y el IMSS acumularon un sobregasto, de 13% (26.3 mmdp) y 3% (1.1 mmdp), respectivamente. En contraste, el ISSSTE acumuló un recorte de 29% (-15.2 mmdp) con respecto al presupuesto aprobado hasta mayo. La Secretaría de Salud también reportó un subejercicio, aunque en menor medida: 1% (0.3 mmdp).

Al comparar el gasto de las instituciones con el que realizaron el año pasado, observamos que es el IMSS es la que reportó el mayor incremento anual: 25.8% (25.3 mmdp). En contraste, el gasto del ISSSTE cayó 4.3% (-1.6 mmdp) con relación al ejercido el año pasado; le siguió el FASSA, con una reducción de 1% (0.4 mmdp). La Secretaría de Salud aumentó su gasto en 2.1% (1.1 mmdp).


Clasificación económica del gasto en salud por institución

Aunque el gasto total de las instituciones de salud aumentó anualmente 10.7%, este incremento no se reflejó en todos los componentes de la clasificación económica. Los incrementos del gasto sucedieron en dos rubros: el gasto en servicios personales (10%) y en otros gastos de operación (14%). Entretanto, los demás conceptos tuvieron caídas anuales importantes, como es el caso de la inversión física (-46%) y el concepto de ayudas y otros gastos (-192)%.

Entre enero y mayo el 89% del gasto de la Secretaría de Salud se ejerció a través de “Subsidios, transferencias y aportaciones”; éstas fueron 3% mayores a las observadas en 2020, y con respecto al presupuesto programado aumentaron 4%. Sólo 5% del gasto de esta secretaría se destinó al pago de nómina, rubro que acumuló una caída anual de 8%. En inversión física se destinó sólo 4% del presupuesto y reportó un aumento anual de 34%. El 1% restante se ejerció en ayudas y otros gastos; este concepto tuvo un aumento anual de 45%.

En relación con el avance del gasto, hasta mayo el IMSS ejerció 70% de su presupuesto en el pago de nómina. Los 89.9 mmdp destinados a este rubro tuvieron un incremento anual de 13%. Para otros gastos de operación el instituto destinó 34% de su presupuesto y reportó un incremento anual de 62%. Sólo 0.4% del presupuesto del IMSS se ejerció en inversión física, la cual tuvo una caída anual de 78%.

Por su parte, el ISSSTE ejerció 18.8 mmdp en el pago de nómina, 51% de su presupuesto. Este año, el pago de nómina fue 1% mayor al observado en 2020 y 4% menor al monto programado en el año. En otros gastos de operación el instituto ejerció 11.2 mmdp, lo que equivale a 30% de su presupuesto. El gasto en operación tuvo una caída anual de 45%, y se quedó corto en 64% con respecto al gasto programado.


El FASSA a detalle

Hasta mayo se transfirieron 44 mmdp a las entidades federativas a través del FASSA, el equivalente a 40% del presupuesto aprobado en el año. Este monto es 1.0% menor al transferido el año pasado, pero se encuentra 3% por arriba del monto calendarizado en el PEF 2021.

El análisis del gasto per cápita revela que Colima (840.4), Campeche (750.1) y Zacatecas (636.9) son los estados que más recursos recibieron por habitante, y en el otro extremo se encuentran Guanajuato (244.7), Nuevo León (232.2) y CDMX (229).

Con respecto al año pasado, el gasto per cápita fue mayor en 14 estados. El mayor incremento se observó en Sonora (6.0%), Nayarit (5.1%) y Baja California (3.9%). El resto de los estados tuvieron caídas en los recursos recibidos por habitante, y en los siguientes éstas fueron mayores a 5%: Yucatán (-5.8%), Michoacán (-5.8%), Q. Roo (-6.1%), Nuevo Léon (-9.2%), Aguascalientes (-11.0%) y Querétaro (-14.8%).


Gasto de las instituciones de salud en mayo

Sólo para mayo, el gasto aprobado en el IMSS, el ISSSTE, el FASSA y la Secretaría de salud fue de 51.6 mmdp. Sin embargo, se ejercieron 65.5 mmdp. Es decir, hubo un excedente de 26.9% (13.9 mmpd) en el gasto.

Efectivamente, en este mes las principales instituciones de salud aceleraron el gasto. El ISSSTE rompió la racha de subejercicios que registraba desde enero, al gastar 44.8% más de lo aprobado. La Secretaría de Salud también tuvo un sobregasto de 38.5% y IMSS ejerció 27.2% más recursos de lo previsto, encadenando dos sobrejercicios consecutivos.

En lo que va del año, este es el primer mes en el que se registra un sobrejercicio importante. Ya que en meses anteriores los subejercicios y sobregastos no distaron mucho del presupuesto original, excepto en enero, cuando hubo un subejercicio de 28.9%.

Por institución, la Secretaría de Salud reportó más variaciones en el gasto con respecto al presupuesto original. Si bien hubo subejercicios en enero (-85.8%) y en abril (-9.9%), éstos no se compararon en magnitud a los sobrejercicios reportados en febrero (89.9%), marzo (262.4%) y mayo (38.5%). El gasto del IMSS también ha sido muy diferente al aprobado; se observaron recortes en febrero y marzo y sobrejercicios mayores a 20% en enero, abril y mayo. La institución que más preocupaba en el avance del gasto mes a mes era el ISSSTE, ya que en los cuatros meses reportó recortes en el gasto que superan el 30%, una tendencia que, como decimos, se rompió en mayo.


Inversión acumulada entre enero y mayo

La inversión física ejercida en el periodo fue de 2.6 mmdp, 16% mayor a la programada hasta mayo, pero con una caída anual de 46%. Con respecto a su meta anual, reportó un avance de 16%.

Este año, el gasto de la Secretaría de Salud apuntala la inversión física. Hasta mayo, ejerció 36% del presupuesto aprobado en el año, y reportó un sobregasto de 233%, al ejercer 1.9 mmdp en lugar de los 0.5 mmdp aprobados. Este sobregasto ocasionó que la inversión fuera 34% mayor a la ejercida en el 2020.

El IMSS y el ISSSTE reportaron rezagos en el gasto en este rubro. El IMSS tuvo un avance de 6.3% con respecto a su meta anual; en el periodo ha gastado sólo 0.5 mmdp de los 1.15 mmdp aprobados, exhibiendo un recorte de 53% y una caída anual aún más dramática, de 86%. Por su parte, el ISSSTE ejerció sólo 6% del presupuesto anual, esto equivale a 0.12 mmdp. La inversión física de este instituto se encuentra 76% por debajo del gasto programado en el periodo, y es 86% menor a la observada en 2020.

Ante estos recortes tan dramáticos, no sorprende que el 74% de la inversión física realizada en el periodo sea de la Secretaría de Salud, 21% del IMSS y 5% del ISSSTE.


Inversión física en mayo

En el mes de mayo se tenía previsto un gasto en inversión física de 0.8 mdp;  de éstos se ejercieron 0.35 mdp, 58% menos gasto que el programado en el mes. El presupuesto original considera recursos para el IMSS, el ISSSTE y la Secretaría de Salud. La Secretaría de Salud gastó 3% más de lo aprobado, el IMSS subejerció 68% y el ISSSTE 64%.


Insabi

Al mes de mayo el Insabi acumula un gasto de 32.7 mmdp, monto que se encuentra 2% arriba del gasto programado. Los rubros de subsidios, transferencias y aportaciones y ayudas y otros gastos representan 89% del presupuesto de este instituto. El primer rubro exhibió un recorte de 50% con respecto al presupuesto aprobado en el periodo. En contraste, el monto destinado al pago de nómina tuvo un sobregasto de 126%.

De los 32.7 mmdp gastados por esta secretaría, 28.4 mmdp se transfirieron a las entidades federativas a través del programa de Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social, monto 18.1% menor al transferido el año pasado. Cuando desagregamos las transferencias a los estados, observamos que en 31 entidades federativas hubo una caída anual mayor a 40%. Sólo en CDMX las transferencias incrementaron 152% con respecto a 2020.

Con respecto a los servicios que presta el Insabi, observamos caídas en el número de consultas y egresos de las unidades de consulta externa y hospitalización. Con respecto al año pasado, las consultas se redujeron en 53%, y los egresos en 50%. Cabe mencionar que la reducción en el número de consultas se observa desde 2019.


[1] El gasto funcional en salud incluye el presupuesto de las Aportaciones a Seguridad Social, del FASSA, el IMSS, el ISSSTE, la Secretaría de Salud, la Secretaría de Marina y de la Defensa Nacional, que tiene como objetivo la prestación de servicios de salud, productos, útiles y equipo médico, productos farmacéuticos, aparatos y equipos terapéuticos.

[2] En los reportes mensuales de la SHCP el gasto funcional en salud no se puede desagregar por ejecutor. Por lo tanto, a partir de esta sección y en adelante se realiza el seguimiento del gasto neto total de la Secretaría de Salud, el IMSS y el ISSSTE sin incluir el gasto en pensiones y jubilaciones como un aproximado del gasto funcional en salud. Dentro del gasto analizado en esta sección y en las siguientes, se incluye parte del presupuesto de estas secretarías destinado a funciones de salud, ciencia, tecnología e innovación, coordinación de la política de gobierno y protección social.

¿Recuperación de los ingresos petroleros? Mayo 2021



A lo largo de los primeros cinco meses de 2021, los ingresos del Sector Público se ubicaron en 2.5 billones de pesos[1], 6.7% (155.3 mmdp[2]) por arriba de los observados de enero a mayo de 2020. Esto es resultado del mayor dinamismo de la actividad económica y de una mejoría en el precio del petróleo.

En efecto, los ingresos petroleros mostraron una importante recuperación en los últimos meses, particularmente en relación con los obtenidos el año pasado. Por ese motivo, en esta entrega de los Números de Erario vamos a poner la lupa en estos ingresos para entender con mayor profundidad la magnitud y la naturaleza de su recuperación.



Un impulso ‘multifactorial’

Los ingresos petroleros registraron un monto de 363.3 mmdp en el periodo de enero a mayo de 2021. Al comparar estos ingresos en periodos similares de sexenios anteriores (Fox, Calderón y EPN), se revela que su mayor nivel promedio fue en el Gobierno de Calderón (663 mmdp), por el beneficio obtenido del precio del petróleo (77.2 dpb[3] promedio en el sexenio) y una producción promedio de 2,272 mdb[4].

Aunque en el panorama transexenal estos ingresos se ven claramente en ‘desventaja’, es necesario cerrar la ventana temporal. Y es que los ingresos petroleros –Pemex y Gobierno federal– crecieron 86.6% (168.8 mmdp), en comparación con igual periodo de 2020. Se identificó que se trata del crecimiento más alto observado en los ingresos petroleros del que se tenga registro para periodos similares desde 2000. Por debajo, destacan los crecimientos observados en 2000 (58.3%), 2003 (62.6%) y 2010 (30.6%).

Este crecimiento se debe, en gran medida, a que el año pasado los ingresos petroleros alcanzaron mínimos históricos. De cualquier forma, la recuperación del precio promedio de la mezcla mexicana de crudo, aunque no llegara a niveles excepcionales (se ubicó en niveles similares a los reportados en enero-mayo de 2018 [58.5 dpb] y 2019 [58.8 dpb]), sí fue un factor clave.

El precio promedio de petróleo aumentó 82.6% en relación con el reportado en periodo similar de 2020 (58.4 dpb vs. 32.0 dpb, enero-mayo 2021 vs. 2020). El precio promedio de la mezcla mexicana de exportación en 2012 y 2013 fueron superiores a los observados este año, de 109.2 dpb y 102.0 dpb, respectivamente, años en los que los ingresos petroleros fueron igualmente altos en los primeros cinco meses del año.

Queda claro que el dinamismo de los ingresos petroleros observado este año en definitiva no ha sido impulsado por la producción de petróleo. Su volumen promedio en enero-mayo de 2021 (1,678 mbd) fue el segundo más bajo observado para periodos similares desde 2000, después de los 1,666 mbd de 2019. La tendencia de la producción ha sido a la baja: desde el nivel promedio registrado en enero-mayo de 2000 (3,001 mdb), el volumen de producción se desplomó 44.1%,. En 2012 y 2013 los niveles observados fueron considerablemente más altos: 2,543 mbd y 2,532 mbd, respectivamente.



Ahora bien, de alguna manera el dinamismo de los ingresos petroleros también es impulsado hasta cierto punto de forma artificial. Es decir, la recuperación también se debió a factores exógenos al mercado de crudo. Nos referimos a las aportaciones patrimoniales por 63.1 mmdp (y cada vez mayores) que realizó durante el 1T2021 el Gobierno federal a Pemex, para la reducción de su carga fiscal. Éstas se registran como ingreso petrolero de Pemex, cuando en realidad ésa no es su naturaleza.

Sin las transferencias del Gobierno federal a Pemex, los ingresos petroleros hubieran crecido sólo 52.4% (105.7 mmdp), quedando en 300.6 mmdp.



Finalmente, el monto de las transferencias del Gobierno federal Pemex es el más alto registrado en periodos similares desde 2014. En periodo similar de 2020 estas transferencias fueron de 16.8 mmdp.



El peso real de los ingresos petroleros

Hay dos argumentos más que ponen en perspectiva el buen desempeño de los ingresos petroleros en los primeros cinco meses del año.

En términos de estructura porcentual, estos ingresos han ido perdiendo peso a lo largo de los años en el total de ingresos del Sector Público. Pasaron de representar el 24.7% en enero-mayo de 2000 a alcanzar el 14.8%, para periodo similar de 2021.

El segundo argumento: a pesar de su buen desempeño anual, los ingresos petroleros no lograron cumplir la expectativa de la recaudación programada para el periodo enero-mayo (incluso contando las transferencias del Gobierno federal a Pemex). Presentaron un rezago de 8.0% (-31.8 mmdp) con respecto a la meta de inicio de año, de 395.4 mmdp. Sin las transferencias el rezago se eleva a 24.0% (-94.9 mmdp).

Sin embargo, con respecto a la meta mensual establecida en la LIF2021 (82.3 mmdp), presentan un excedente de 11.8% (9.7 mmdp).

La perspectiva sexenal

Durante la administración de AMLO se han presentado los niveles promedio (para periodos enero-mayo) más bajos, tanto de ingresos petroleros como de producción de petróleo: 309 mmdp y 1,685 mbd. Respecto al precio promedio, es el segundo más bajo (49.7 dpb), después de los 30.3 dpb promedio en el sexenio de Fox.

Respecto a las tasas de crecimiento de los ingresos petroleros, las del periodo de Fox fueron las más altas: 114.2%, 16.5% promedio anual. En cambio, en el sexenio de EPN y en lo que va de la administración de AMLO las tasas del periodo han sido negativas: -37.4% vs. -1.7%.



Sólo en mayo de este año, los ingresos petroleros se ubicaron en 92.0 mmdp, monto 207.0% (62.0 mmdp) superior al observado en mayo de 2020, la tasa más alta registrada para meses similares desde 2000. Esto se debe principalmente a una mejora en el precio del petróleo, pues éste se incrementó 152.5% en términos anuales: 62.4 dpb (mayo 2021) vs. 24.7 dpb (mayo 2020). Además, la producción de petróleo aumentó 2.5% respecto a la observada un año antes, ubicándose en 1,683 mbd.

El nivel de los ingresos petroleros, en mayo de 2021, es similar al reportado en igual mes de 2015, pero se encuentra 48.2% por debajo de su nivel máximo reportado para mes similar desde 2000, de 177.7 mmdp de mayo de 2012.



Comparando sexenios anteriores, el ingreso petrolero promedio mensual del mes de mayo, en lo que va de la administración de AMLO, 69 mmdp, ha sido el más bajo desde el sexenio de Fox. Respecto al periodo de EPN se encuentra 31.4% (-31.8 mmdp) por debajo.

Las tasas de crecimiento por periodo más altas se observan en las administraciones de Fox (132.5%) y de Calderón (81.1%). En la de EPN fue negativa (-31.0%). En lo que va de la administración de AMLO el incremento ha sido de 6.6%.

En el sexenio de Calderón se alcanzó el promedio del precio del petróleo más alto del mes de mayo (81.9 dpb); el más bajo se registró en el sexenio de Fox (32.4 dpb).

Respecto a la producción, el nivel más alto se observó en el promedio de mayo del sexenio de Fox (3,275 mbd), y el más bajo se ha verificado en los años que van de la administración de AMLO (1,661 mbd); es decir, se ha caído casi 50%.



Respecto al mes inmediato anterior (abril), los ingresos petroleros aumentaron 37.2% (25.0 mmdp), ya que el precio de la mezcla mexicana de exportación aumentó en mayo 2.9 dpb (4.9%), para ubicarse en 62.4 dpb. Han sido los más altos observados en los cinco meses que van de 2021.

Conclusión

El buen desempeño en los ingresos petroleros en el acumulado de los primeros cinco meses de 2021 entusiasma mucho, especialmente por lo llamativo de las tasas anuales de crecimiento, que superan a las históricas. Desde la misma perspectiva histórica, el nivel de ingresos, los precios y volumen de producción observados de petróleo en la actualidad superan lo visto el año pasado, pero no los máximos niveles vistos en años anteriores.

De cualquier forma, este mayor dinamismo no ha logrado que los ingresos petroleros superen la meta planteada para el periodo de enero a mayo de 2021; tampoco ha revertido la baja participación de estos ingresos en la bolsa total de ingresos presupuestarios.

La recuperación obedece principalmente a dos factores: 1) las transferencias recibidas por Pemex, provenientes del Gobierno federal, y 2) la recuperación del precio del petróleo. El primer factor obedece a un incremento por ingresos no recurrentes, mientras que el segundo puede verse limitado por la volatilidad propia de los precios del petróleo. En este contexto, recomendamos cautela a la hora de juzgar esto como una recuperación real.


Análisis del gasto

El gasto neto total del sector público acumuló 2.5 billones de pesos al mes de mayo, lo que supone un incremento anual de 4% (99.8 mmdp) y un subejercicio de 0.1% (-3.0 mmdp) con respecto al presupuesto aprobado.

El crecimiento medio anual del gasto neto total en lo que va del sexenio es de 3%, es decir, la tasa de variación acumulada del periodo de enero a mayo de 2019 a 2021. Dicha tasa contrasta con el crecimiento medio anual de 6% y 7% de los primeros tres años de los sexenios anteriores.



Gasto programable

En este periodo, el incremento anual observado en el gasto neto total fue resultado de un mayor gasto programable, pues el gasto no programable tuvo una caída en relación con el año anterior. Este tipo de gasto sumó 2.0 mmdp hasta mayo de 2021, lo que representó un aumento anual de 8% (151.4 mmdp) y de 1.8% (34.5 mmdp) con respecto al presupuesto aprobado en el periodo.

El crecimiento promedio anual (tasa de variación acumulada) en lo que va de esta administración es de 5%, mientras que en en el sexenio de Calderón fue de 9% y de 7% en el sexenio de Peña Nieto. Si bien el ritmo de crecimiento del gasto programable a estas alturas de la administración de AMLO es menor en comparación con las anteriores, sí nos llaman la atención los componentes que impulsan el gasto programable.

Con el incremento en el gasto programable este año, la proporción que éste representa dentro del gasto total se modificó. Sin considerar la inversión física representó 63% del gasto total. Desde el 2016 su participación en el gasto total no excedía 60%. Por otro lado, la participación de la inversión física en el gasto total continúa en mínimos históricos, 13%. Esta proporción es muy similar al promedio que se observó entre 2002 y 2008.



El dinamismo del gasto programable fue impulsado por dos de los rubros que lo integran, ya que aproximadamente el 87% del sobregasto proviene de ellos. El rubro de “Otros gastos de capital” sumó 167.7 mmdp y aumentó 160% anual (103 mmdp); de igual manera lo hizo la proporción que representa este rubro del propio gasto programable, al pasar de 4% en 2020 a 9% en 2021. En este rubro se registran las transferencias de capitalización a Pemex por 63.0 mmdp, realizadas por la Secretaría de Energía (Sener) durante el primer trimestre de este año, última información disponible sobre este asunto. Pero dados los aumentos en la inversión financiera de esta Secretaría en el último mes, es probable que el Gobierno federal haya transferido más recursos a la paraestatal. Será hasta el reporte trimestral cuando podamos confirmar o no esta hipótesis. Pero hasta mayo, la inversión financiera de Sener sumó 109.1 mmdp, con un aumento anual de 189%. Además, representó 99% del presupuesto ejercido. Claramente la mala situación financiera de Pemex representa una carga pesada para el Erario.

Sin las transferencias a Pemex, el comportamiento del gasto programable no tendría el mismo dinamismo. Excluyendo las transferencias del total, el gasto programable sería de 1.91 billones de pesos y exhibiría un menor incremento anual: uno de 5% (88.3 mmdp) y no de 8%. Con respecto al gasto aprobado tendría un subejercicio de 1% (-28.6 mmdp). Como resultado, el gasto neto total sumaría 2,533 mmdp, con un crecimiento anual de 3% (73.6 mmdp) y un subejercicio de 2.6% (-66.0 mmdp).

El otro capítulo de gasto que aumentó considerablemente fue el de “Materiales y suministros”, que acumuló 158.9 mmdp y aumentó 50% (52.7 mmdp) anual. Estos resultados contrastan con la narrativa de la austeridad. En 2020 su participación en el gasto programable fue de 6%. En este año aumentó dos puntos porcentuales y representó 8%, participación muy similar al promedio de 8% observado entre 2000 y 2020. Cuando se analiza la serie histórica de este rubro desde 2000 hasta la fecha, no se observan incrementos anuales de 50%; no obstante, en 2012, 2017 y 2018 los incrementos anuales fueron de 32%, 35% y 37%, respectivamente. En el mismo periodo de otros sexenios, este rubro tuvo una tasa de variación acumulada negativa (-2% y -6%), pero en esta administración la tasa fue de 2%. Recordemos que este capítulo agrupa erogaciones destinadas a la adquisición de insumos y suministros para el desempeño de actividades administrativas y productivas. Algunos conceptos que integran el capítulo son: materiales de administración; emisión de documentos y artículos oficiales; alimentos y utensilios; materias primas y materiales de producción y comercialización; productos químicos, farmacéuticos y de laboratorio; materiales y suministros para seguridad, entre otros.

En los reportes mensuales la información de este rubro no se desagrega por Ramo. Sin embargo, se cuenta con información del rubro de “Otros gastos de operación”, el cual agrupa información de tres conceptos: materiales y suministros, servicios generales y otras erogaciones. Son ocho ramos los que tuvieron incrementos en este rubro, de los cuales destacan la Secretaría de Bienestar (+114%), el IMSS (+62%), Sedatu (+55%) y la CFE (+44%).



[1] Dólares por barril (dpb)

[2] Miles de barriles diarios (mbd)

[3] Base mayo de 2021.

[4] Miles de millones de pesos

Can los ingresos tributarios tradicionales: abril 2021



A pesar de que en el acumulado de los primeros cuatro meses de 2021 los ingresos del sector público aumentaron 2.4% real respecto al mismo periodo de 2020, el resultado no obedece precisamente a la apertura gradual de la actividad económica. La explicación proviene mayormente de las transferencias que en el primer trimestre hizo el Gobierno federal a Pemex, y a los recursos provenientes de fideicomisos extintos que la Tesofe transfirió a aprovechamientos. Ambos rubros sumaron 103.7 mil millones de pesos (mmdp), que si no los tomamos en cuenta los ingresos en realidad hubieran caído 2.9%.

La historia, como se ve, no es tan feliz. Los ingresos tributarios se están debilitando: fueron 2.8% menores a los reportados en enero-abril de 2020. Tanto los IEPS como el ISR y el IVA mostraron una menor recaudación. Esta debilidad en los ingresos tributarios tradicionales se está compensando con impuestos a las importaciones, lo cuales aumentaron 7.7%.

Si analizamos los datos en términos mensuales, los ingresos del sector público reportados en abril disminuyeron 31.5% respecto a marzo, resultado de la caída de 32.2% en los ingresos tributarios, de la disminución de 13.2% en los petroleros y de la reducción de los ingresos no tributarios no petroleros por 68.4%.

Por el lado de las transferencias a las entidades federativas a través del gasto federalizado continúa la tendencia a la baja; en el periodo enero-abril disminuyeron 4.5%, y aunque en abril este gasto presentó un incremento de 5.9% con respecto a igual mes de 2020, no fue suficiente para compensar las reducciones que se han ido presentando de manera consecutiva desde el año pasado.

Por otra parte, hubo un aumento en el gasto público con respecto al año pasado, impulsado por las ya mencionadas transferencias a Pemex, el crecimiento del gasto en programas sociales y por algunos proyectos de infraestructura, como el Tren Maya. A pesar de esto, el gasto público se alejó un poco de los planes de gasto: presentó un subejercicio de 1.3% (-27.1 mmdp). Se ejercieron 2.13 billones de pesos de los 2.15 billones aprobados para el periodo. 

Preocupan los recortes constantes en rubros tan esenciales como el de salud. Aun cuando el gasto funcional en salud se incrementó un 7% anual, el gasto por institución revela dramáticas caídas en el gasto del IMSS y el ISSSTE. El rubro de infraestructura el más afectado (para más detalle consultar el Erario en salud de abril). 

Lamentablemente, la inversión física en general no tiene la prioridad que debería en el gasto del gobierno, aunque bien podría contribuir a la recuperación económica. Desde hace varios años se mantiene en niveles bajos, y ya mostró una caída en los primeros cuatro meses de este año, con relación al mismo periodo del año anterior. Además, los bajos niveles de inversión en ciertos sectores, como en la infraestructura educativa y para el agua, son alarmantes.



Ingresos totales del Sector Público enero-abril de 2021

Los ingresos totales se ubicaron en 2 billones de pesos[1] durante el periodo enero-abril de 2021, lo que se tradujo en un incremento de 2.4% real (46.5 mmdp) respecto al mismo periodo de 2020, el nivel más alto observado en periodos similares desde los 2.2 billones de pesos de 2017. Lo anterior podría interpretarse como resultado de la apertura económica y de mayores ingresos petroleros por una mejoría en el precio del petróleo, pero habría que poner el foco, más bien, en las transferencias por 63.1 mmdp del primer trimestre del año que realizó el Gobierno federal a Pemex, y de la Tesofe a aprovechamientos por recursos provenientes de fideicomisos extintos, por 40.6 mmdp. Así, sin considerar estas transferencias, los ingresos totales del Sector Público hubieran sido de 1.8 billones de pesos, 2.9% (-57.1 mmdp) menores a los reportados en igual periodo del año anterior.

Por componentes, los ingresos petroleros alcanzaron los 271.6 mmdp, lo que supone un aumento de 64.8% (106.8 mmdp) también con respecto al año pasado, debido a la recuperación de los precios del petróleo y al beneficio fiscal otorgado a Pemex. Sin estas transferencias, los ingresos petroleros hubieran sido de 208.5 mmdp, 26.6% (43.8 mmdp) superiores al dato reportado en enero-abril de 2020.

Los ingresos no petroleros reportaron 1.7 billones de pesos. Disminuyeron 3.4% (-60.3 mmdp) en términos anuales. Los del Gobierno federal fueron menores en 2.3%; los de Organismos de control presupuestario directo se redujeron en 1.5% y los de CFE cayeron 17.5%.

Los ingresos tributarios sumaron 1.2 billones de pesos, ubicándose 2.8% (-37.8 mmdp) por debajo de su nivel reportado en enero-abril de 2020. Los IEPS cayeron 13.2% (los de gasolina y diésel se redujeron 18.0% y los distintos de gasolina y diésel fueron menores en 4.6%); otros impuestos (ISAN, exportaciones y accesorios) disminuyeron 9.5%; el ISR fue menor en 1.8% y el IVA se redujo 0.2%. Los impuestos a la importación aumentaron 7.7%.

Los ingresos no tributarios no petroleros (NTNP) sumaron 168.6 mmdp, lo que significó un incremento de 2.4% respecto al dato reportado en el acumulado de los primeros cuatro meses de 2020. A su interior, los aprovechamientos se incrementaron 6.0%, mientras que los derechos disminuyeron 0.7% en términos anuales y los productos en 48.4%. Sin considerar las transferencias por fideicomisos recibidas en el primer trimestre de 2021 (40.6 mmdp), los ingresos NTNP hubieran sido de 128.0 mmdp, 22.3% (-36.6 mmdp) menores a los reportados en el periodo enero-abril de 2020.

En términos de estructura porcentual, los ingresos tributarios han pasado de representar el 52.5% de los ingresos totales del Sector Público en 2000 a abarcar el 64.9% en 2021. El ISR es el impuesto de mayor peso (35.7%), seguido del IVA (19.4%). En cambio, los ingresos petroleros han ido perdiendo peso en el total de ingresos del Sector Público: en enero-abril de 2000 abarcaron el 23.9%, y para el mismo periodo de 2021 sólo representaron el 13.6%.

En relación con su meta inicial establecida en la LIF2020,los ingresos totales del Sector Público se colocaron 2.9% (55.6 mmdp) por arriba.

En el acumulado, los ingresos tributarios fueron 0.3% (4.2 mmdp) superiores a su meta estimada a inicio de año: la recaudación de IVA fue mayor en 13.9% (47.4 mmdp). En contraste, el ISR fue menor en 4.5% (-33.3 mmdp) y los IEPS observados se ubicaron 7.9% (-13.0 mmdp) por debajo del dato aprobado en la LIF.

Los ingresos petroleros del Sector Público reportaron un rezago de 13.3% con relación a lo que se esperaba para este periodo (-41.5 mmdp). Si no consideramos las transferencias del Gobierno federal a Pemex del primer trimestre del año, registradas como ingresos petroleros, el rezago es mayor:de 33.4% (-104.5 mmdp).

En contraste, los ingresos no tributarios no petroleros superaron en 151.9% (101.7 mmdp) la meta aprobada en 2021: los derechos fueron 79.4% (20.6 mmdp) mayores y los aprovechamientos 222.0% (82.3 mmdp).

En resumen, durante los primeros cuatro meses de 2021 los ingresos del Sector Público se beneficiaron marginalmente de 1) la apertura económica; 2) la recuperación de los precios del petróleo; 3) las transferencias que realizó el Gobierno Federal a Pemex en el primer trimestre del año, y 4) las transferencias a ingresos no recurrentes, registradas en el rubro de aprovechamientos, provenientes de la extinción de fideicomisos. Sin estos recursos, los ingresos totales del Sector Público hubieran registrado 1 billón 896.4 mmdp, con un rezago de 2.5% (-48.0 mmdp) respecto a la meta establecida en la LIF 2021.


Ingresos totales del Sector Público en abril de 2021

Sólo en abril de 2021la SHCP reportó que se obtuvieron 436.0 mmdp de ingresos totales, monto mayor en 1.1% (4.9 mmdp) al reportado el mismo mes de 2020. Es importante desagregar sus componentes para identificar qué produjo dicho aumento anual:

  • Los ingresos petroleros se ubicaron en 67.1 mmdp, monto 179.8% superior al de abril de 2020, debido principalmente a una mejora en los precios del petróleo.
  • Los ingresos tributarios fueron de 273.5 mmdp. Eso implica una disminución anual de 5.6%, resultado de la caída de 16.1% del ISR, y de las disminuciones de 6.6% de ‘otros impuestos’ (ISAN, exportaciones y accesorios) y de 1.7% de impuestos por la actividad de exploración y explotación de hidrocarburos. En cambio, la recaudación de impuestos a la importación aumentó 11.5%, la de IVA 1.2% y la de los IEPS 1.0% (aunque la de gasolinas y diésel disminuyó 3.6%, la distinta a gasolinas y diésel se incrementó 12.0%).
  • Los ingresos no tributarios no petroleros fueron de 28.1 mmdp; presentaron un caída anual de 31.3% respecto a igual mes de 2020, principalmente por la disminución de 37.4% de los aprovechamientos y de 40.6% en los productos, ya que los derechos se incrementaron 5.6%.


Respecto al mes inmediato anterior (marzo), los ingresos presupuestarios del Sector Público disminuyeron 31.5% (-200.4 mmdp), lo que se explica principalmente, por:

  • La caída mensual en los ingresos tributarios de 32.2%, respecto a marzo de 2021.
  • La disminución de los ingresos petroleros de 13.2% respecto a marzo, ya que el precio de la mezcla mexicana de exportación bajó respecto a marzo 1.2 dólares por barril (-1.9%), para ubicarse en 59.5 dólares por barril.
  • La reducción de los ingresos no tributarios no petroleros por 68.4%.

En términos mensuales, en abril de 2021 los ingresos totales del Sector Público presentaron una disminución de 5.9% (-27.2 mmdp) respecto al dato aprobado.

Los ingresos tributarios fueron 8.1% (-24.0 mmdp) menores respecto a su meta estimada en el calendario para el mes…

  • Al desagregarse los ingresos por tipo, en abril se observaron ingresos excedentes en el IVA de 19.7% (14.5 mmdp).
  • En cambio, el ISR tuvo una pérdida de 21.3% (-37.2 mmdp).

Hubo un rezago entre el monto observado y aprobado en los ingresos petroleros: reportaron un faltante de 15.2% (-5.2 mmdp).

Los ingresos NTNP tuvieron excedentes por 81.6 % (-12.0 mmdp).



Gasto neto total

El gasto neto total del sector público acumuló 2.1 billones de pesos al mes de abril, lo que supone un incremento anual de 4% (86.0 mmdp). Por su parte, el gasto primario, que excluye el costo financiero, sumó 1.9 billones de pesos, y fue 6% (118.6 mmdp) mayor al observado en el mismo periodo de 2020.

En lo que va del año se tiene registro de aportaciones patrimoniales del Gobierno federal a Pemex con el fin de amortizar su deuda. Con los datos disponibles y si se descuentan dichas aportaciones del gasto neto total, éste sería de 2,055 mmdp al mes de abril, y habría aumentado sólo 2.3% (45.9 mmdp) con relación al año previo.

Por componentes del gasto, el gasto programable sumó 1.6 billones de pesos: aumentó 9.7% (142.7 mmdp) con relación al año previo. El gasto no programable fue de 523.2 mmdp, lo que implica una caída anual de 15.6% (-32.5 mmdp), impulsada por un menor costo financiero debido a la gestión de la deuda. 75% del gasto neto total corresponde al gasto programable y 25% al gasto no programable.


Gasto programable

Al interior de la clasificación económica del gasto programable, el gasto corriente se incrementó 7% (78.8 mmdp) con respecto a 2020, al acumular 1.2 billones de pesos. Este incremento podría ser el resultado de aumentos en el rubro de materiales y suministros (52% por arriba, o 44.5 mmdp) y de subsidios y transferencias (11% o 33 mmdp).

El gasto de capital acumuló 330.2 mmdp; con respecto a 2020 aumentó 24% (63.9 mmdp). Son los ‘otros gastos’ de capital los que impulsaron dicho incremento en este componente, el tener un aumento anual de 139%. Por su parte, y de forma contrastante, el gasto en inversión física tuvo una caída anual de 3% (-7.0 mmdp).

Inversión física

La inversión física al mes de abril se ubicó en 208.4 mmdp, con una caída anual de 3% (-7.0 mmdp). Si no consideramos a Pemex, la caída sería de 1% (-1.3 mmdp). La inversión física de Pemex fue de 86.0 mmdp: disminuyó 6.2% (-5.7 mmdp) en términos anuales. Dicho nivel de inversión es similar al observado entre 2011 y 2012. Los niveles de inversión observados hasta abril se encuentran en mínimos históricos. Desde 2015, la inversión del sector público se reduce año con año y ni con los proyectos de inversión prioritarios ha podido repuntar.

Hasta abril, las caídas de la inversión física presupuestaria se observan en casi todos los rubros, excepto en educación (29% por arriba) y en el rubro de otros (9.5%). A pesar del aumento en la inversión física en educación, desde abril de 2015 el gasto en este rubro acumula caída tras caída, hasta llegar a mínimos históricos: pasó de tener un monto de 9.8 mmdp en 2015 a 0.3 mmdp en este año.

De los rubros con caídas anuales destacan los siguientes:

  • Eléctrico (-47.4%)
  • Salud (-44.6%)
  • Abastecimiento, agua potable y alcantarillado (-40.6%)
  • Comunicaciones y transportes (-24.7%)

La inversión física en salud en 2021 alcanza un récord mínimo en los últimos cuatro años, y es el segundo mínimo desde 2011. Los recortes de inversión del IMSS (-82%) y el ISSSTE (-88%) profundizaron la caída. 

El gasto en infraestructura para el agua potable y alcantarillado también se encuentra en récords mínimos. Si bien desde abril de 2017 comenzó a decrecer la inversión en este rubro, el monto que se ejercía era muy superior a los 0.8 mmdp que actualmente se gastaron.

La inversión en comunicaciones y transportes también ha mostrado caídas en los últimos tres años; desde 2013 no se observaba una inversión tan baja en este sector.

La inversión en el sector eléctrico también exhibe recortes y se encuentra en un mínimo histórico: en este periodo tuvo una caída de 47.4% con respecto al año pasado. A abril de este año se gastaron 5.4 mmdp en infraestructura eléctrica, gasto muy por debajo de los 6.2 mmdp observados en 2017, cuando también se observó un gasto mínimo.

Por funciones, la inversión física se comportó de la siguiente manera:

  • La de Gobierno fue de 16.4 mmdp; en términos anuales aumentó 60.2% (6.2 mmdp). A su interior, las subfunciones con mayores aumentos son las de Coordinación de la Política de Gobierno (160%, que incluye funciones relacionadas con procesos electorales), Legislación (76%) y Seguridad Nacional (76%).
  • La de Desarrollo Social fue de 75.8 mmdp; exhibió una disminución de 2.9% (-2.3 mmdp). Por componentes se observaron caídas en el gasto de cuatro de las seis subfunciones: Protección ambiental (-51%), Salud (-44%), Vivienda y servicios a la comunidad (-6%) y Educación (-5%). En contraste, el gasto en Recreación, Cultura y Otras Manifestaciones Sociales fue 396 veces el ejercido el año pasado, y el gasto en Protección social aumentó 627%.
  • La de Desarrollo Económico se ubicó en 116.2 mmdp; con respecto a 2020 se redujo en 8.5% (-10.8 mmdp). Si no consideramos el gasto en el rubro de Combustibles y Energía, este tipo de inversión sería sólo de 23.1 mmdp, y habría caído 1% (-0.2 mmdp). De este tipo de inversión destaca la disminución anual en Asuntos Económicos, Comerciales y Laborales en General (-34%), Agropecuaria, Silvicultura, Pesca y Caza (-21%) y Combustibles y Energía (-10%). Las subfunciones que más aumentos anuales tuvieron fueron: Turismo (86%), Ciencia, Tecnología e Innovación (64%) y Transporte (54%).

Por clasificación administrativa

El gasto programable del Gobierno federal fue de 1.2 billones de pesos; aumentó 9% con relación al monto observado en 2020. A su interior:

  • Los entes autónomos gastaron 37.6 mmdp; este gasto tuvo una caída anual de 9%. Por un aumento anual de 90% destaca el INE, a causa  del periodo electoral. En contraste, se reportaron caídas anuales en los siguientes ramos: Inegi (-78%), Tribunal Federal de Justicia Administrativa (-14%), FGR (-14%), INAI (-6%), Legislativo (-4%) e IFT (-2%).

El gasto de la Administración Pública Centralizada ascendió a 1.1 billones de pesos, con un aumento real anual de 10%. Esto se puede entender en el marco del fortalecimiento de acciones y programas de protección social. Dentro de ella destacan:

  • Los Ramos Administrativos, que sumaron 517.5 mmdp, con un incremento anual de 20%. La Secretaría de Turismo y la de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano continúan con aumentos reales considerables; la primera gastó 16 veces más que el año pasado y la segunda tuvo un incremento anual de 367%. Las mayores reducciones, en términos porcentuales, se observaron en Seguridad Pública y Protección Ciudadana (-49%), Economía (-26%) y la Comisión Reguladora de Energía (-22%).
  • Los Ramos Generales aumentaron su gasto programable en 3%. Sumaron 673.2 mmdp, principalmente por el incremento anual de 21% en las Provisiones Salariales y Económicas. Por su parte, las Previsiones y Aportaciones para los Sistemas de Educación Básica, Normal, Tecnológica y de Adultos presentaron una caída de 15% anual, y las Aportaciones Federales para Entidades Federativas y Municipios (Ramo 33) vieron disminuidos sus recursos en 3%.

En las entidades bajo control presupuestario directo el gasto fue de 751.4 mmdp, 11% mayor que el del mismo periodo del año pasado. Por componentes, el gasto programable de Pemex fue de 196.4 mmdp, con un incremento anual de 20%; el del IMSS fue de 256.4 mmdp, con un crecimiento de 11%, y el de CFE fue de 170.0 mmdp, con un incremento de 17%. El ISSSTE gastó 128.4 mmdp, monto 5% menor al observado en 2020.


Por clasificación funcional

La función Gobierno sumó 109.7 mmdp, y tuvo una caída anual de 5%. Destaca la disminución de gasto en ‘Otros servicios generales’ (-71%) y Asuntos de Orden Público y de Seguridad Interior (-29%). De las subfunciones que mayor aumento anual tuvieron se encuentra la de Coordinación de la Política de Gobierno (59%) y Seguridad Nacional (22%).

El gasto conjunto en las funciones de Desarrollo Social y Desarrollo Económico llegó a 1.4 billones de pesos, y aumentó 11.3% anual. De acuerdo con el informe de la SHCP en estas funciones se concentran los apoyos para la atención de los efectos de la covid-19 y el gasto en programas de subsidios. En particular, el gasto en la función de ‘Otros Asuntos Sociales’ fue de 5.1 mmdp, y fue 79 veces mayor al gasto observado hasta abril de 2020. Por su parte, los fondos de estabilización (Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios-FEIP y Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas-FEIEF) vieron disminuidos sus recursos en 20%.


Gasto no programable

Los tres componentes de este gasto presentaron caídas anuales:

  • Las Adefas y otros se ubicaron en 2.2 mmdp, lo que significa una disminución real anual de 88% (-16.2 mmdp);
  • El costo financiero fue de 176.3 mmdp, con una reducción de 16% (-32.6 mmdp), y
  • Las participaciones alcanzaron un nivel de 344.7.6 mmdp y una caída de 2% (-7.9 mmdp).

¿Cómo se comportó el gasto neto con respecto a su meta?

En relación con su meta inicial establecida en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2021, hasta abril de 2021 el gasto neto total del Sector Público presentó un subejercicio de 1.3% (-27.1 mmdp); no estuvo tan alejado de la meta estimada, que es de 2.15 billones de pesos. El gasto observado fue de 2.13 billones de pesos. Por componentes:

  • El gasto programable presentó un sobregasto de 0.4% (6.5 mmdp), respecto a la meta del PEF2021. El dato mensual aprobado fue de 1.602 billones de pesos, y el observado de 1.608 billones.
  • El gasto no programable exhibió un mayor subejercicio: se quedó 6% (-33.7 mmdp) por debajo de la meta calendarizada hasta abril, que era de 557 mmdp.
  • El costo financiero aprobado fue de 199 mmdp, y el observado alcanzó los 176.3 mmdp, por lo que exhibió un recorte de 12.8% (-22.8 mmdp).

Por componentes del gasto programable:

El Gobierno federal presentó un ligero sobregasto de 0.5% (6.6 mmdp):

  • Ramos autónomos (-30.5% o -16.5 mmdp)
  • Ramos generales (-5.9% o -70.4 mmdp)
  • Ramos administrativos (32.9% o 128.2 mmdp)

En conjunto, los organismos de control presupuestario directo exhibieron un subejercicio de 5.6% (-11.5 mmdp):

  • ISSSTE (-50% o -126.2 mmdp)
  • Sin embargo, el IMSS tuvo un sobregasto de 68% (103.4 mmdp).

Las Empresas Productivas del Estado gastaron 7.2% (29.3 mmdp) más de lo aprobado:

  • Pemex (-2% o -5.4 mmdp)
  • CFE (24% o 34.7 mmdp)

Por componentes del gasto no programable:

  • Las Participaciones presentaron un sobrejercicio de 6% (19.1 mmdp).
  • Adefas y otros, un subejercicio de 93% (-30.1 mmdp).


Gasto Federalizado

Durante los primeros cuatro meses de 2021 la Recaudación Federal Participable (RFP) sumó 1.2 billones de pesos, lo que representó una disminución de 4.9% (-64.6 mmdp) respecto a enero-abril de 2020, resultado de menores ingresos en sus componentes tributarios (-0.8%) y petroleros (-34.6%). En abril, la RFP fue de 394.7 mmdp, 0.7% mayor al dato reportado en igual mes de 2020.

El gasto federalizado, es decir, las transferencias que realiza el Gobierno Federal a los estados y municipios, fue de 681.3 mmdp, lo que se tradujo en una caída anual de 4.5% (-32.4 mmdp) respecto a igual periodo de 2020, resultado de la disminución en todos sus componentes: Subsidios[2] (-61.1%), Recursos para Protección Social en Salud (-13.5%); Convenios de Descentralización[3] (-12.1%); Aportaciones Federales o Ramo 33 (-3.7%), y Participaciones-Ramo 28[4] (-2.2%).

Sólo en abril, el gasto federalizado fue de 194.0 mmdp, presentando un incremento de 5.9%, respecto a abril de 2020.

Las participaciones a entidades federativas, de enero a abril de 2021, se ubicaron en 344.7 mmdp, lo que significó una caída de 2.2% (-7.9 mmdp) respecto a los recursos recibidos en igual periodo de 2020 (352.6 mmdp), resultado de una menor recaudación. Destacan las disminuciones anuales de los fondos con mayores recursos del Ramo 28: el Fondo General (-2.3%), el Fondo de Fomento Municipal (-2.4%) y el Fondo de Fiscalización (-2.8%). Sólo en abril de 2021 las participaciones fueron de 104.0 mmdp, 0.2% menores a las reportadas en abril de 2020.

En los primeros cuatro meses del año la disminución anual de los recursos vía Participaciones Federales se reflejó en menores crecimientos en 25 entidades federativas; en 17 disminuyeron más que en el promedio nacional. Las más afectadas fueron: San Luis Potosí (-9.0%), Zacatecas (-8.8%), Hidalgo (-8.0%), Guanajuato (-7.9%) y Oaxaca (-7.6%). Por otro lado, seis entidades recibieron mayores recursos respecto al mismo periodo del año anterior: Durango (21.8%), Veracruz (6.6%), Colima (5.6%), Tabasco (4.5%), Michoacán (2.5%) y Tlaxcala (2.2%).

Las aportaciones a entidades federativas y municipios ascendieron a 258.0 mmdp, y presentaron una disminución anual de 3.7% (-10.0 mmdp) en el periodo enero-abril de 2021, la cual se explica por la reducción de recursos en siete de sus ocho fondos: el Fondo de Aportaciones Múltiples-FAM (-6.0%); el Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social-FAIS (-5.8%); el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento Municipal-FAFM y el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas-FAFEF (-5.5%, cada uno); el Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo-FONE (-3.2%); el de Aportaciones para los Servicios de Salud-FASSA (-1.2%), y el de Aportaciones para la Seguridad Pública-FASP (-0.9%). El único fondo que presentó un incremento en sus recursos fue el de Aportaciones para la Educación Tecnológica y de Adultos-FAETA (0.7%).

Como puede observarse, los fondos cuyos recursos están destinados al desarrollo regional (infraestructura social y fortalecimiento de entidades) siguen teniendo disminuciones en sus transferencias.

En abril de 2021, los recursos del Ramo 33 permanecieron sin cambio en términos anuales, reportando 55.3 mmdp.

Las 32 entidades federativas vieron disminuidos sus recursos en enero-abril de 2021; la más afectada fue la Ciudad de México, con una caída anual de 10.8%. Le siguió Querétaro, con una disminución de 5.9%.


El balance del Sector Público y sus requerimientos financieros

El Balance Primario se ubicó por arriba de su meta calendarizada, ya que presentó un superávit de 52.9 mmdp; el programado para el periodo enero-abril era un déficit de 16.4 mmdp, pero es menor al superávit registrado el mismo periodo del año anterior (119.9 mmdp).

El déficit del Balance Público fue menor al calendarizado en los primeros cuatro meses de 2021: -109.7 mmdp, cuando se tenía un déficit estimado de 215.4 mmdp. En el mismo periodo de 2020, se registró un déficit de 77.3 mmdp.

El Balance Público sin inversión (es decir, excluyendo hasta el 2.2% del PIB de la inversión física del Gobierno federal y las Empresas Productivas del Estado, de acuerdo con el artículo 1 de la LIF 2021) fue superavitario en 98.3 mmdp.

El costo financiero fue de 176.3 mmdp, inferior al programado de 199.0 mmdp.

La medida más amplia de endeudamiento público, los Requerimientos Financieros del Sector Público o RFSP[5], fue de -219.4 mmdp en el acumulado enero-abril de 2021, o 0.9% del PIB. El déficit acumulado previsto para cierre de año es de -3.3% del PIB. Sólo en abril de 2021, el saldo de los RFSP fue de -43.6 mmdp.

A abril de 2021 el Saldo Histórico de Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), o deuda neta total, sumó 12.3 billones de pesos; se redujo 2.4% o 298.9 mmdp respecto a igual periodo de 2020, debido a una disminución en el componente externo por la apreciación del tipo de cambio. El SHRFSP representó el 49.5% del PIB en el periodo de referencia. Para cierre de año, la SHCP estima que el SHRFSP se ubique en 51.4% del PIB, en lugar de 53.7% del PIB previsto en un inicio, debido al menor déficit como proporción del PIB, la apreciación del tipo de cambio y el mayor dinamismo de la economía.


[1] Base marzo de 2021.

[2] Incluyen recursos que son entregados a las entidades federativas y municipios a través de diversos ramos de la Administración Pública Centralizada. Estos se destinan para apoyar el desarrollo conforme a lo establecido en las disposiciones jurídicas aplicables y se ejercen de acuerdo a lo señalado en el PEF de cada año.

[3] Corresponden a acciones de colaboración y coordinación entre las dependencias federales y los gobiernos de las entidades federativas.

[4] Forman parte del gasto no programable y derivan del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, que es un

mecanismo por medio del cual se acuerda el ejercicio de las facultades tributarias entre los distintos niveles de gobierno que componen un Estado. Son un mecanismo de compensación a los gobiernos locales, dependiendo de la Recaudación Federal Participable (RFP).

[5] Los RFSP se miden como la diferencia entre los ingresos y los gastos distintos de la adquisición neta de pasivos y activos financieros, incluyendo las actividades del sector privado y social cuando actúan por cuenta del Gobierno Federal o de las entidades públicas, en línea con la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y con las guías internacionales, Esta medida incluye además del balance tradicional, las necesidades de financiamiento del IPAB, Fonadin, bancos de desarrollo y fondos de fomento, programas de apoyo a deudores y PIDIREGAS de CFE y un ajuste por los ingresos derivados de la venta neta de activos financieros y por la adquisición neta de pasivos distintos a la deuda pública. En los RFSP y el resultado primario el signo negativo (-) significa déficit o requerimiento de recursos y el signo positivo (+) superávit.

Números de Erario: gasto en salud a abril de 2021

Hasta abril se gastó el 28% del presupuesto total aprobado para el gasto funcional en salud a lo largo del año. Durante ese mes el gasto exhibió un monto similar al observado en marzo (56 mmdp). El gasto acumulado al mes de abril fue de 186.2 mmdp, monto 7% mayor al observado el año pasado.

Cuando analizamos el gasto de las instituciones de salud con respecto al gasto aprobado en el periodo, observamos un subejercicio en algunas de ellas y en el monto agregado:

  • La Secretaría de Salud, las transferencias a estados a través del FASSA y el gasto del IMSS y el ISSSTE acumularon hasta abril 197.1 mmdp. Este gasto se quedó 6.4% corto con respecto al gasto programado hasta este mes. Al desagregar por institución, sólo el FASSA y el IMSS gastaron más de lo aprobado: 3% y 8% respectivamente.
  • El gasto que más preocupa es el del ISSSTE, que acumuló un recorte de 47%. El rubro más afectado en este sentido es el de inversión física, el cual fue 78% menor al gasto aprobado en el periodo.
  • La Secretaría de Salud reportó un subejercicio de 4%, aunque en la composición del gasto observamos que la inversión física fue 291% mayor a la aprobada y representó 4% del gasto total de la dependencia. La debilidad en el gasto de esta Secretaría fue impulsada por el Insabi; su gasto equivale a 70% (32.2 mmdp) de su presupuesto total. Hasta abril, el Insabi transfirió 28.4 mmdp a las entidades federativas a través del programa de Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social. No se cuenta con el monto aprobado hasta abril, pero si los recursos transferidos se comparan con los del año pasado hubo una reducción anual de 13.5%, y en 31 entidades federativas la caída anual fue mayor a 40%. En la CDMX, sin embargo, las transferencias incrementaron 152% con respecto al 2020.

Avances del gasto funcional hasta abril de 2021

Hasta el mes de abril el gasto en salud acumuló 186.2 mmdp; con respecto al gasto ejercido en el mismo periodo de 2020 hay un aumento de 7%. Es decir, este año se han ejercido 12.1 mmdp más que en el año pasado. Con respecto al gasto aprobado para todo el año, se gastó el equivalente al 28%.

En el análisis del gasto mes a mes, se observó que tan sólo en abril el gasto tuvo una variación anual de 36%. El gasto de este mes fue muy diferente al observado en los últimos dos años.



Gasto de las principales instituciones del sector salud hasta abril de 2021

A falta de información oportuna por institución del gasto funcional en salud, en esta sección le damos seguimiento al gasto realizado por las principales instituciones de salud[1], sin incluir el pago de pensiones y jubilaciones, en el caso IMSS y el ISSSTE.

En conjunto, las instituciones reportaron un avance de 28% con respecto al presupuesto anual aprobado. Por institución, la Secretaría de Salud y las aportaciones del FASSA reportaron un mayor avance con relación a sus metas anuales: 33% y 32%, respectivamente. Debido a los recortes observados, el ISSSTE ha gastado el equivalente a 20% del presupuesto anual, mientras que el IMSS reportó un avance de 27%.

La Secretaría de Salud, las transferencias a estados a través del FASSA, el gasto del IMSS y el ISSSTE acumularon hasta abril 197.1 mmdp; este gasto se quedó 6.4% corto con respecto al gasto programado hasta este mes. No obstante, fue 5.3% mayor al que se observó en el mismo periodo de 2020.

Sólo el FASSA y el IMSS acumularon un sobregasto: de 3% y 8%, respectivamente. En contraste, el ISSSTE acumuló un recorte de 47% con respecto al presupuesto aprobado hasta abril. La Secretaría de Salud también reportó un subejercicio, aunque en menor medida: 4%.

Al comparar el gasto de las instituciones con el que realizaron el año pasado, observamos que es el IMSS la única que reportó un mayor gasto: 25.5%. En contraste, el gasto del ISSSTE cayó 27.6% con relación al ejercido el año pasado; le siguió el FASSA con una reducción de 1.2% y la Secretaría de Salud, con 1%.



Clasificación económica del gasto en salud por institución

Aunque el gasto total de las instituciones de salud aumentó anualmente 7%, este incremento no se reflejó en todos los componentes de la clasificación económica. Por ejemplo, los incrementos del gasto sucedieron en dos rubros: el gasto en servicios personales (11%) y en otros gastos de operación (6%). Sin embargo, en los demás conceptos tuvieron caídas anuales importantes, como es el caso de la inversión física (-45%) y el concepto de ayudas y otros gastos (-24)%.

Entre enero y abril el 90% del gasto de la Secretaría de Salud se ejerció a través de “Subsidios, transferencias y aportaciones”. Éstas fueron 1% menores a las observadas en 2020 y, con respecto al presupuesto programado, se redujeron 3%. Sólo 5% del gasto de esta Secretaría se destinó al pago de nómina, y este rubro acumuló una caída anual de 5%. En inversión física se destinó sólo 4% del presupuesto, y reportó un aumento anual de 37%. El 1% restante se ejerció en ayudas y otros gastos; este rubro tuvo un aumento anual de 37%.

De acuerdo con el avance del gasto, hasta abril el IMSS ejerció 75% de su presupuesto en el pago de nómina. Los 28.4 mmdp destinados a este rubro tuvieron un incremento anual de 15%. En gastos de operación, el Instituto destinó 30% de su presupuesto, y este rubro reportó un incremento anual de 57%. Sólo 0.4% del presupuesto del IMSS se ejerció en inversión física; este rubro tuvo una caída anual de 82%.

Por su parte, el ISSSTE ejerció 66% de su presupuesto en el pago de nómina. Este año, el pago de nómina es 1% menor al observado en 2020 y 9% menor al monto programado en el año. En otros gastos de operación este Instituto ejerció 8.9 mmdp, lo que equivale a 40% de su presupuesto. El gasto en operación tuvo una caída anual de 47%, y se quedó corto en 65% con respecto al gasto programado.



El FASSA a detalle

Hasta abril se transfirieron 33.8 mmdp a las entidades federativas a través del FASSA, lo que equivale a 32% del presupuesto aprobado en el año. Este monto es 1.2% menor al transferido el año pasado, pero se encuentra 3% por arriba del monto calendarizado en el PEF 2021.

En el periodo de enero a abril, todos los estados recibieron más recursos que los estimados al inicio del año. Veracruz, Oaxaca y Puebla son los estados que más recursos recibieron con respecto al gasto aprobado: 6%. El resto –excepto la CDMX, que tuvo un aumento de 1%– vio un aumento en sus transferencias de entre 2% y 5%.

En contraste, con respecto al año pasado las transferencias del FASSA aumentaron sólo en tres entidades federativas: Puebla (6%), CDMX (3.1%), Sonora (1.5%), Campeche (0.6%), Durango (0.4%) y Jalisco (0.3%). Por otro lado, en tres estados las transferencias reportadas tuvieron caídas mayores a 4%: Aguascalientes (-7.7%), Michoacán (-5.2%) y Tamaulipas (-4.7%).

El análisis del gasto per cápita revela que Colima (663.8), Campeche (594.8) y Zacatecas (504.8) son los estados que más recursos reciben por habitante, y en el otro extremo se encuentran Guanajuato (194.0), Nuevo León (184.5) y la CDMX (182.4).

Con respecto al año pasado, el gasto per cápita fue mayor en 14 estados. El mayor incremento se observó en Sonora (6.5%), Campeche (4.1%) y Puebla (4.0%). El resto de los estados tuvieron caídas en los recursos recibidos por habitante. En las siguientes entidades estas caídas fueron mayores a 5%: Quintana Roo (-5.8%), Yucatán (-6.1%), Michoacán (-7.7%), Nuevo Léon (-9.3%), Aguascalientes (-12.6%) y Querétaro (-15.1%).



Gasto de las instituciones de salud en abril

Sólo en abril, el gasto aprobado para el IMSS, el ISSSTE, el FASSA y la Secretaría de Salud fue de 61.3 mmdp. Sin embargo, se ejercieron 62.0 mmdp; es decir, hubo un excedente de 1.1% (0.7 mmpd) en el gasto.

En este mes el IMSS ejerció 24.9% más recursos de lo previsto, lo cual contrasta con los subejercicios reportados en los últimos dos meses. El ISSSTE hila cuatro subejercicios consecutivos; en este mes reportó un recorte de 30.3% en el gasto. La Secretaría de Salud tuvo un recorte de 9.9%, después de reportar un sobregasto de 262% en marzo.

En lo que va del año, el gasto mensual total observado ha sido muy similar al aprobado. Los subejercicios y sobregastos no distan mucho del presupuesto original, excepto en enero, cuando hubo un subejercicio de 29%. De los cuatro meses para los que se tienen datos, los recortes se observaron en los dos primeros meses del año.

Por institución, es la Secretaría de Salud quien reporta más variaciones en el gasto con respecto al presupuesto original. Si bien hubo subejercicios en enero (-85.8%) y en abril (-9.9%), éstos no se comparan en magnitud a los sobrecostos reportados en febrero (89.9%) y marzo (262.4%). El gasto del IMSS también ha sido muy diferente al aprobado: se observaron recortes en febrero y marzo y sobrecostos mayores a 20% en enero y abril. La Institución que más preocupa en el avance del gasto mes a mes es el ISSSTE, ya que en los cuatros meses ha reportado recortes en el gasto que superan el 30%.



Inversión física acumulada entre enero y abril

La inversión física ejercida en el periodo fue de 2.2 mmdp, 62% mayor a la programada hasta abril, pero con una caída anual de 45%. Con respecto a su meta anual, reportó un avance de 14%.

Este año, el gasto de la Secretaría de Salud apuntala la inversión física. Hasta abril ejerció 34% del presupuesto aprobado en el año, y reportó un sobregasto de 291%, al ejercer 1.8 mmdp en lugar de los 0.4 mmdp aprobados. Este sobregasto ocasionó que la inversión fuera 37% mayor a la ejercida en 2020.

El IMSS y el ISSSTE reportaron rezagos en el gasto en este rubro. El IMSS tuvo un avance de 4% con respecto a su meta anual. En el periodo ha gastado sólo 0.3 mmdp de los 0.51 mmdp aprobados, exhibiendo un recorte de 32%, y una caída anual aún más dramática, de 82%. Por su parte, el ISSSTE ejerció sólo 5% del presupuesto anual; esto equivale a 0.1 mmdp, la inversión física de este instituto se encuentra 78% por debajo del gasto programado en el periodo y es 88% menor a la observada en 2020.

Ante estos recortes tan dramáticos, no sorprende que el 80% de la inversión física realizada en el periodo sea de la Secretaría de Salud, 16% del IMSS y 4% del ISSSTE.  



Inversión física en abril

Sólo en abril se tenía previsto un gasto en inversión física de 0.5 mdp; de éstos se ejercieron 0.3 mdp, 32% menos gasto que el programado. El presupuesto original considera recursos para el IMSS, el ISSSTE y la Secretaría de Salud; no obstante, en el mes sólo la Secretaría de Salud y el IMSS ejercieron parte de los recursos asignados. La Secretaría de Salud gastó 13% más de lo aprobado y el IMSS subejerció 20% de los recursos asignados.



Insabi

Al mes de abril el Insabi acumula un gasto de 32.2 mmdp, monto que se encuentra 4% por arriba del gasto programado. Los rubros de subsidios, transferencias y aportaciones y ayudas y otros gastos representan 90% del presupuesto de este instituto. El primer rubro exhibió un recorte de 50% con respecto al presupuesto aprobado en el periodo. En contraste, el monto destinado al pago de nómina tuvo un sobregasto de 222%.

De los 32.2 mmdp gastados por este Instituto, 28.4 mmdp se transfirieron a las entidades federativas a través del programa de Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social, monto 13.5% menor al transferido el año pasado. Cuando desagregamos las transferencias a los estados, observamos que en 31 entidades federativas hay una caída anual mayor a 40%. Con todo, en la CDMX las transferencias incrementaron 152% con respecto al 2020.



[1] En los reportes mensuales de la SHCP el gasto funcional en salud no se puede desagregar por ejecutor. Por lo tanto, a partir de esta sección y en adelante realizamos el seguimiento del gasto neto total de la Secretaría de Salud, el IMSS y el ISSSTE sin incluir el gasto en pensiones y jubilaciones como un aproximado del gasto funcional en salud. Dentro del gasto analizado en esta sección y en las siguientes incluimos parte del presupuesto de estas secretarías destinado a funciones de salud, ciencia, tecnología e innovación, coordinación de la política de gobierno y protección social.

Números de Erario: gasto en salud en el primer trimestre de 2021

El primer trimestre del año se caracterizó por una disminución del gasto federal en salud: los 128.4 mil millones de pesos (mmdp) acumulados fueron 6.4% menores al gasto previsto (eso equivale a 8.8 mmdp que se tenía previsto gastar y que no se ejercieron); son incluso menores en 2.5% (-3.5 mmdp) al gasto observado en 2020.

El gasto funcional del primer trimestre reportó un avance de 19% con respecto al monto aprobado para todo el año. Al analizar el gasto mes a mes, observamos que, si bien en enero el gasto funcional fue mayor al año pasado, en febrero y marzo este gasto se desaceleró y se colocó por debajo del año previo. 

Las transferencias del FASSA –recursos destinados a los servicios de salud de las entidades federativas– se ubicaron en línea con lo calendarizado: al primer trimestre los estados recibieron 27.3 mmdp; con respecto a 2020 este monto se mantuvo prácticamente sin variaciones, pues es 1% menor.

Las diferentes instituciones no gastaron con igual ritmo. Los recortes se observaron principalmente en el presupuesto del ISSSTE (-63.9%) y la Secretaría de Salud (-0.5%), mientras que el gasto en la Sedena, la Secretaría de Marina y el IMSS superaron tanto al presupuesto aprobado como al ejercido el año pasado.

En este reporte trimestral nos llamó la atención el gasto de la Secretaría de Salud. En ella, el subejercicio fue mínimo (-0.5%). Sin embargo, identificamos movimientos que alertan sobre un aumento en la discrecionalidad del ejercicio del gasto. Especialmente cuatro:

  1. El gasto que se ejerce a través del nuevo programa Atención a la salud y medicamentos gratuitos para la población sin seguridad social laboral. Al tiempo que se deshabilitan otros programas presupuestarios –y que fueron muy relevantes para financiar la atención de ciertos padecimientos–, en este se están concentrando los recursos. Lo inquietante es que no podemos saber cómo a partir de él se está distribuyendo el gasto para cada tipo de padecimiento o necesidad.
  2. El giro hacia la producción estatal de vacunas y otros biológicos de la Secretaría de Salud. La mitad del gasto en medicamentos de esta secretaría se destinó a Birmex, empresa del Gobierno, pero al mismo tiempo fue recortado el gasto en medicamentos de otros programas. Queda la duda si esos programas han perdido su presupuesto para medicamentos y/o cómo serán afectados los pacientes.
  3. El gasto de infraestructura, que se destinó en más de 60% a fideicomisos, instrumentos que le permiten al Gobierno ‘guardar’ el dinero y/o gastarlo sin rendir cuentas de manera apropiada.

Veamos los detalles. Entre los programas presupuestarios deshabilitados están el de Salud materna, sexual y reproductiva (-95.9%), el de Prevención y control de sobrepeso, obesidad y diabetes (-97.7%) y el de Vacunación (-99.6%).     

Falta rendición de cuentas sobre la deshabilitación de tales programas presupuestarios y la concentración del gasto de salud en un nuevo programa general. No hay transparencia. Se dificulta, por ejemplo, darle seguimiento al gasto para la atención de la salud materno infantil, a las enfermedades crónicas y al programa de vacunación. ¿Cuánto presupuesto se va a asignar a la atención de estas necesidades?

¿Y qué ocurrió con el gasto en medicamentos? Mostró debilidad. Cayó 20% durante el 1T21 en relación con el mismo trimestre del año anterior y fue 44% menor al aprobado para el periodo, pero tuvo efectos mixtos en las distintas instituciones que integran el sistema público de salud. La Secretaría de Salud ejerció 57% más recursos en medicamentos con respecto al monto aprobado, incremento que se deriva del gasto destinado al programa de Producción de reactivos, vacunas y otros dispositivos médicos estratégicos, ejercido a través de la citada Birmex. Dicho gasto fue de 490.4 mdp, y representó 57% del gasto de esta Secretaría. Esto contrasta con lo experimentado en otros seis programas que sí tenían presupuesto aprobado, y que aún así tuvieron recortes en su presupuesto para medicamentos. El mayor lo tuvo el programa de Salud materna, sexual y reproductiva, que ejerció 1.6 mdp en medicamentos, 90% menos (tenía 15.7 mdp aprobados); le siguió el programa de Formación y capacitación de recursos humanos para la salud, con -50%, y el programa de Prevención y atención de VIH/SIDA y otras ITS, con -49%. ¿Ahora Birmex va a producir los medicamentos que antes se adquirían para los pacientes de estos programas presupuestarios?

A continuación, el análisis completo…



Presupuesto por institución

Al primer trimestre de 2021, sólo tres instituciones reportaron un incremento en el gasto ejercido con relación al aprobado y al mismo periodo de 2020:

  • La Secretaría de Marina gastó 0.8 mmdp, un 50.5% más de lo programado al periodo: 0.5 mmdp. Este gasto también aumentó 50% con respecto al 2020.
  • Le siguió la Secretaría de Defensa, con un gasto de 1.8 mmdp, 7.1% mayor a lo previsto en el primer trimestre y 19% mayor al observado en 2020.
  • Por último, el IMSS sumó un gasto de 61.5 mmdp, 3.2% por arriba de lo presupuestado y 20% más si se compara con el que se realizó en el mismo periodo de 2020.

Las transferencias del FASSA se ubicaron en línea con lo calendarizado: al primer trimestre los estados recibieron 27.3 mmdp; con respecto al 2020 este monto es 1% menor.

En contraste, tres instituciones exhibieron recortes con relación a su meta anual y al gasto realizado en 2020:

  • El ISSSTE es la institución que tuvo un mayor recorte. Su gasto sumó 6.8 mmdp, 63.9% menor al previsto originalmente. Asimismo, fue 34% menor al gasto observado en 2020.
  • La Secretaría de Salud ejerció 27 mmdp, lo que supuso un subejercicio de 0.5%. Vale la pena mencionar que, con relación a 2020, su gasto disminuyó 28%.
  • Por su parte, el gasto de las Aportaciones a la Seguridad Social reportó un ligero subejercicio de -0.8%, y con respecto a 2020 se redujo 3%. Su gasto acumulado fue de 5.9 mmdp.

El análisis del gasto por programa presupuestario arrojó hallazgos interesantes:

  • Como lo señalamos en el reporte del cuarto trimestre de 2020, el programa de Atención a la salud y medicamentos gratuitos para la población sin seguridad social laboral, operado por el Insabi, concentra gran parte del presupuesto de esta Secretaría: 57%. Su presupuesto fue de 15.2 mmdp, 5.4% mayor al aprobado, pero 46.9% menor al ejercido en 2020. Y 34% del gasto de este programa fueron aportaciones a fideicomisos públicos, el equivalente a 5.2 mmdp.  
  • También observamos que el programa de Atención a la salud tuvo un incremento de 30% con respecto al presupuesto aprobado, y de 60% si se compara con el gasto de 2020; ejerció 8.8 mmdp, y el 38% de su presupuesto se gastó por el Insabi.
  • Nuevamente programas de atención a la salud muy relevantes tuvieron recortes. Por ejemplo, el programa de Salud materna, sexual y reproductiva no ejerció el 95.9% de los recursos aprobados, y ejerció 94.4% menos recursos que en 2020; el programa de Prevención y control de sobrepeso, obesidad y diabetes tuvo un recorte de 97.7%, y ejerció 96.8% menos recursos que en 2020.
  • Del IMSS, el programa de Proyectos de infraestructura social de asistencia y seguridad tuvo un recorte de 86.1%; ejerció 51% menos recursos que en 2020.
  • En todos los programas del ISSSTE hubo recortes, pero éstos fueron de casi 100% en los programas de Proyectos de infraestructura social (-96.9%) y Suministro de claves de medicamentos (-97%).


Presupuesto en medicamentos

Se reportó un gasto de 7.5 mmdp en medicamentos para todas las instituciones de salud. Este monto es 44% menor al gasto aprobado, de 13.4 mmdp, e incluso 20% menor que el ejercido al primer trimestre de 2020, de 9.4 mmdp, dato que preocupa si recordamos que 2020 se caracterizó por el desabasto de medicinas en distintas instituciones, como consecuencia de recortes y retrasos en la compra de medicamentos.

Por institución, el IMSS y el ISSSTE se quedaron cortos con respecto a su meta trimestral: 16% y 97%, respectivamente. El ISSSTE incluso ejerció un 95% menos que en 2020. En contraste, la Secretaría de Marina excedió en 134% su presupuesto programando; le siguió la Secretaría de Salud, con 57% y la Secretaría de Defensa Nacional, con 39%.

El incremento de recursos en medicamentos en la Secretaría de Salud se deriva del programa de Producción de reactivos, vacunas y otros dispositivos médicos estratégicos, que se ejerce a través de la empresa Birmex, propiedad del Gobierno federal. El gasto de dicho programa fue de 490.4 mdp, y equivale a 53% del gasto en medicamentos de esta Secretaría. Entretanto, en los seis programas que sí tenían presupuesto aprobado para medicamentos se observaron recortes en este presupuesto. El mayor recorte lo tuvo el programa de Salud materna, sexual y reproductiva, ejerció 1.6 mdp en medicamentos, 90% menos recursos que los 15.7 mdp aprobados. Le siguieron el programa de Formación y capacitación de recursos humanos para la salud, con -50%, y el programa de Prevención y atención de VIH/SIDA y otras ITS, con -49%.

El IMSS tuvo un recorte de 16% en el presupuesto a medicamentos, que se observó sólo en los principales programas presupuestarios a través de los cuales se ejerce el gasto en este rubro: Atención a la salud (-16%) y Prevención y control de enfermedades (-48%). Su relevancia en el presupuesto es tal, que a pesar de que los otros programas sobrejercieron, su gasto no logró compensar tal recorte. Los programas que ejercieron más de lo previsto fueron: Actividades de apoyo administrativo (177% por arriba), Recaudación de ingresos obrero-patronales (5,382%) y Atención a la Salud en el Trabajo (473%).

Por su parte, el ISSSTE ejerció sólo 3% del presupuesto aprobado en medicamentos; es decir, tuvo un subejercicio de 97%, e incluso su gasto fue 95% menor al observado en el primer trimestre de 2020. El programa de Gastos Administrativos por Operación de Fondos y Seguros no ejerció los recursos aprobados y el de Suministro de Claves de Medicamentos se quedó corto en 97%.



Inversión física en salud

La inversión física ejercida al trimestre fue de 2.0 mmdp, 98% mayor a la programada y 12% por encima de la que se observó en el año previo. Con respecto a su meta anual, reportó un avance de 12%.

Después de los recortes en inversión que se observaron el año pasado, este incremento debería ser motivo de celebración. No obstante, cuando analizamos cómo las instituciones ejercieron el presupuesto, observamos que 68% de este gasto, el equivalente a 1.3 mmdp (26% de la transferencia total a fideicomisos), se realizó en aportaciones a fideicomisos públicos por parte de la Secretaría de Salud. Es decir, es gasto que se ejerció, pero que no se hizo en proyectos de infraestructura, mantenimiento ni adquisición de equipo médico. Si descontamos del total el desembolso con este destino, el gasto en inversión hubiera sido de 633.4 mdp, y se hubiera quedado corto en 37% con respecto a su meta trimestral y habría sido 52% menor al gasto de 2020. Reportar las aportaciones a fideicomisos como inversión física no es una práctica nueva, de acuerdo con los datos disponibles, desde 2017 alrededor de 54% de la inversión física se realiza a través de esta partida y en 2018 representó 83% de la inversión.

Gracias a estas cuantiosas aportaciones a fideicomisos, el gasto de la Secretaría de Salud fue de 1.6 mmdp, 391% por encima de la meta trimestral y 125% mayor al gasto de 2021. De este gasto, el 81% fue en Aportaciones a fideicomisos públicos a través del Insabi con el programa de Atención a la salud y medicamentos gratuitos para la población sin seguridad social laboral. El resto se ejerció en las partidas de Proyectos para prestación de servicios y bienes inmuebles por arrendamiento financiero.

El ISSSTE exhibió el mayor subejercicio: de los 281.3 mdp aprobados sólo ejerció 6.6 mdp, esto representa un recorte de 98% en el presupuesto aprobado y fue 83% menor a lo observado el año pasado. El principal recorte en el ISSSTE se dio en la partida de Mantenimiento y rehabilitación de edificaciones no habitacionales (-97%); le siguió la partida de Equipo médico y de laboratorio (-100%).

Este trimestre el IMSS gastó 132.5 mdp en inversión física, un monto 32% menor al previsto para el trimestre y 76% menor si se compara con el año pasado. La única partida que tenía presupuesto aprobado era la partida de Obras de construcción para edificios no habitacionales, que tuvo un recorte de 87%. El gasto ejercido en otras partidas no compensa este recorte. Las otras partidas a través de las cuales se gastó en inversión física fueron: Equipo médico y de laboratorio, Instrumental médico y de laboratorio y Bienes informáticos.

Proyectos de inversión

En este apartado describimos de manera general los programas y proyectos de inversión que forman parte de la inversión física de todas las instituciones.

Secretaría de Salud

Al primer trimestre, se tenía programado ejercer 8.0 mdp en cuatro proyectos de inversión, los cuales tenían el propósito de sustituir el arrendamiento de edificios ocupados por esta Secretaría. Tres de estos proyectos exhibieron recortes en su presupuesto, y sólo el proyecto de Sustitución de arrendamiento del edificio ubicado en Paseo de la Reforma 450 reportó un gasto 238% mayor al previsto.

IMSS

El Instituto asignó 194.6 mdp a 19 programas y proyectos de inversión. En 18 de estos programas se exhibieron recortes o, de plano, no ejercieron el presupuesto aprobado. Gran parte de estos programas estaban orientados en la construcción o remodelación de Unidades Médicas Familiares en distintos estados del país –Nuevo León, Yucatán, Guanajuato, CDMX, Sonora, entre otros–. En contraste, esta institución gastó 116.5 mdp en ocho proyectos de inversión que no tenían presupuesto aprobado, con el objetivo de ejecutar diversas acciones para la atención del covid-19, tales como la adquisición o sustitución de equipo médico, reconversión de hospitales y adquisición de unidades móviles a nivel nacional y en ciertos estados, como Zacatecas.

ISSSTE

Tenía planeado ejercer 281.3 mdp en 14 programas y proyectos de inversión; si bien este Instituto ejerció 6.6 mdp, los recursos no se destinaron a los proyectos planeados. Cabe mencionar que el objetivo de los programas y proyectos de inversión que se tenían programados era la ampliación y remodelación de clínicas, hospitales, unidades de medicina familiar o la construcción de hospitales en distintos estados –Baja California, Chihuahua, Jalisco, Chiapas, Estado de México, Guerrero, Aguascalientes, San Luis Potosí, Quintana Roo y Coahuila–.



Insabi, ¿más recursos para la salud?

2021 es el segundo año de operación del Insabi. En su primer año se caracterizó por ejercer más recursos que el Seguro Popular y concentrar el 70% del presupuesto de la Secretaría de Salud. En este primer trimestre del año, nuevamente concentra casi el 70% del presupuesto, y operó con 18.7 mmdp de pesos, monto que fue 22% mayor al presupuesto previsto, pero 35% menor al gasto que reportó el año pasado; incluso es un récord mínimo que no se observaba desde 2017, cuando operaba el Seguro Popular.

Al primer trimestre de 2021, 82% del presupuesto de esta institución lo aporta el programa de Atención a la salud y medicamentos gratuitos para la población sin seguridad social laboral (15.2 mmdp); el resto del presupuesto se nutre de recursos de los programas de Atención a la salud (3.4 mmdp) y Actividades de apoyo administrativo (23 mdp).

Por partida especifica, el 64% (11.8 mmdp) del presupuesto se ejerció a través de Subsidios a la prestación de servicios públicos, y 26% (5.2 mmdp) fueron aportaciones a fideicomisos públicos, financiadas por el programa de Atención a la salud y medicamentos gratuitos. Las aportaciones a fideicomisos públicos por parte del Instituto disminuyeron en los últimos dos años, pero el gasto ejercido este trimestre sugiere un cambio de tendencia. Nos preocupa que, al igual que al cierre de 2020, gran parte de los recursos de este Instituto en este año se termine ejerciendo en aportaciones a fideicomisos públicos, pues es un gasto que no se ejerce en servicios a la población ni en equipo médico, medicinas o infraestructura. Su falta de transparencia dificulta aún más conocer su destino.


De la austeridad nos queda el recuerdo: 1T 2021



En marzo de 2021, los ingresos mostraron signos de recuperación: aumentaron 2.8% real (42.8 mil millones de pesos [mmdp]) con respecto al mismo mes de 2020. Y con respecto a febrero de este año los ingresos tributarios subieron un contundente 52.3%, aunque a causa de las pérdidas acumuladas en los primeros dos meses del año el primer trimestre siguió por debajo del año anterior (2.0%), en este sentido.

Los ingresos petroleros sumaron 204.6 mmdp, lo que significa un aumento de 45.6% (64.1 mmdp) con respecto al mismo periodo de 2020. Pero este ‘boost’ se debe más al beneficio fiscal otorgado a Pemex (con nuestros impuestos) que a la recuperación de los precios del petróleo. En su informe trimestral Pemex reportó, dentro de sus actividades de financiamiento, un incremento en las aportaciones del Gobierno federal por 63.1 mmdp. Hay que destacar que dicha aportación en 2021 tuvo un incremento real anual de 278%. Sin esas transferencias federales los ingresos petroleros hubieran sido de 141.5 mmdp, apenas 0.7% por arriba (1.0 mmdp) del dato reportado en el primer trimestre del año pasado. El propósito de esta transferencia fue amortizar la deuda de la paraestatal.

Asimismo, el Gobierno sigue liquidando recursos de los fideicomisos; obtuvo recursos del Fondo de Salud para el Bienestar (33 mmdp) y del Fondo de Desastres Naturales–Fonden (7.6 mmdp).

Observamos, por lo demás, el muy probable fin de la era de la austeridad. Se nota la influencia del año electoral en el vigor del gasto, el cual crece mientras los ingresos siguen con pérdida a pesar de su mejoría en marzo. En el primer trimestre de 2021 el gasto neto total del Sector Público acumuló 1.6 billones de pesos. Con respecto al mismo periodo de 2020 hubo un incremento de 8% o 122.2 mmdp. Si descontamos la aportación del Gobierno federal a Pemex del gasto neto total, éste ascendería a 1.5 billones de pesos, y habría aumentado sólo 5.0% (75.88 mmdp) con relación al año previo.

El incremento en el gasto fue impulsado por el gasto en programas con Reglas de Operación (ROP) y “Otros subsidios”, que incluye el gasto de los programas prioritarios del Ejecutivo. Fue 18% mayor (37.8 mdp) al observado en el mismo periodo de 2020. Este gasto atípico lo justificó el Gobierno al afirmar que “se habían adelantado las transferencias a programas sociales” a causa de la “veda electoral”. También destacó el gasto en el Banco del Bienestar, pues fue 2,703% mayor (4.4 mmdp) a lo previsto en el programa: gastó 5.2 mmdp y se tenían aprobados sólo 184.7 mdp al primer trimestre del año. El gasto que esta institución realizó a través del Programa de Inclusión Financiera de la SHCP en lo que va del año es 16 veces el presupuesto aprobado en todo el año.

Aun así, las transferencias a las entidades federativas a través del gasto federalizado, continúan cayendo: en el primer trimestre de 2021 disminuyeron 8.2%.

La deuda pública, como necesidad de financiamiento y saldo acumulado, aumentó. En parte lo hizo por efectos del tipo de cambio, pero también porque el ritmo de gasto ha excedido por mucho al de obtención de ingresos públicos.

Se reportaron 14 bajas y 39 fideicomisos en proceso de extinción –siete más que los reportados al cuarto trimestre de 2020–; éstos últimos equivalen a 965.8 millones de pesos, de los cuales no se presentan usos ni estados financieros.


Ingresos totales del Sector Público al primer trimestre de 2021

Los ingresos totales del Sector Público se ubicaron en 1.5 billones de pesos[1] al primer trimestre de 2021, lo que equivale a un incremento de 2.8% real (42.8 mmdp) respecto al mismo periodo de 2020. Esto es reflejo de la reactivación económica y de mayores ingresos petroleros y no tributarios no petroleros –en específico, de aprovechamientos–. Si no consideramos las transferencias por 63.1[2] mmdp del Gobierno federal a Pemex, los ingresos totales hubieran sido de 1.5 billones de pesos[3], 1.3% menores (-20.3 mmdp) a los reportados en igual trimestre del año pasado.

Al hacer el análisis por componentes, observamos que los ingresos petroleros sumaron 204.6 mmdp, lo que significa un aumento de 45.6% (64.1 mmdp) con respecto al mismo periodo de 2020. Esto se debe a la recuperación de los precios del petróleo y al beneficio fiscal otorgado a Pemex que ya describimos. Sin estas transferencias federales los ingresos petroleros hubieran sido de 141.5 mmdp, 0.7% por arriba (1.0 mmdp) del dato reportado en el primer trimestre del año pasado.



Los ingresos no petroleros ascendieron a 1.3 billones de pesos, una disminución de 1.5% (-21.3 mmdp) en términos anuales. Los del Gobierno federal fueron menores en 0.3%; los de los organismos de control presupuestario directo se redujeron en 2.4% y los de CFE cayeron 14.7%.

Los ingresos tributarios sumaron 1.02 billones de pesos, ubicándose 2.0% (-20.7 mmdp) por debajo de su nivel reportado en el primer trimestre de 2020. A su interior, los IEPS cayeron 16.9%: los de gasolina y diésel se redujeron 22.4%, y los distintos de gasolina y diésel lo hicieron en 7.9%; otros impuestos –ISAN, exportaciones y accesorios– disminuyeron 10.5% y el IVA se redujo en 3.2%. En cambio, la recaudación por ISR aumentó 2.4%.

Los ingresos no tributarios no petroleros (NTNP) sumaron 140.5 mmdp, lo que equivale a un incremento de 13.6% respecto al dato reportado en el primer trimestre de 2020. A su interior, destaca el incremento de 24.6% en el rubro de aprovechamientos, debido a la recuperación de los siguientes activos financieros:

  • Fondo de Salud para el Bienestar, por 33.0 mmdp (liquidado en su totalidad), previstos en la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) 2021 para financiar gasto en salud.
  • Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales, por 7.6 mmdp, correspondientes a recursos no comprometidos y en línea con el proceso de extinción de los fideicomisos.
  • Ingresos derivados por operaciones de financiamiento por 17 mmdp.

Por su parte, los derechos disminuyeron 1.4% en términos anuales, y los productos en 50.3%. Si no consideramos las transferencias por fideicomisos (40.6 mmdp), los ingresos NTNP suman 99.9 mmdp, 19.3% (-23.8 mmdp) por debajo de los reportados en el primer trimestre de 2020.



Los ingresos tributarios han pasado de representar el 51.4% de los ingresos totales del Sector Público en 2000, a 65.5% en 2020. El ISR es el impuesto de mayor peso (36.9%), seguido del IVA (19.2%).

En cambio, los ingresos petroleros han ido perdiendo peso en el total de ingresos del Sector Público: de abarcar el 23.7% en el primer trimestre de 2000, al primer trimestre de 2021 sólo representan 13.1%.



En relación con su meta inicial establecida en la LIF2020, los ingresos totales del Sector Público se colocaron 5.6% (82.8 mmdp) por arriba.

En el acumulado, los ingresos tributarios fueron 2.8% (28.3 mmdp) superiores a su meta estimada a inicio de año: la recaudación de IVA fue mayor en 12.4% (33.0 mmdp) y la del ISR en 0.7% (3.9 mmdp). En cambio, los IEPS se quedaron 9.0% (-11.3 mmdp) por debajo del dato aprobado en la LIF.

Los ingresos petroleros del Sector Público reportaron un rezago de 12.6% (-29.5 mmdp) en relación con lo que se esperaba para este periodo. Si no consideramos las transferencias del Gobierno federal a Pemex (registradas como ingresos petroleros), el rezago es mayor: de 39.5% (-92.6 mmdp).

En contraste, los ingresos NTNP superaron en 173.1% (89.0 mmdp) la meta aprobada en 2021: los derechos fueron 89.9% mayores (19.1% mayores) y los aprovechamientos 261.7% (71.0 mmdp).

En conjunto, en el primer trimestre de 2021 los ingresos petroleros del Sector Público se beneficiaron por las transferencias que realizó el Gobierno Federal a Pemex (63.1 mmdp), y por las transferencias a ingresos no recurrentes, registradas en el rubro de aprovechamientos, provenientes del Fondo de Salud para el Bienestar y del Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (40.6 mmdp). Sin estos recursos, los ingresos totales del Sector Público hubieran sumado 1.4 billones de pesos[4], con un rezago de 1.4% (-20.8 mmdp) respecto a la meta establecida en la LIF 2021.



Ingresos totales del Sector Público en marzo de 2021

En términos mensuales, en marzo de 2021 la SHCP reportó que se obtuvieron 636.4 mmdp de ingresos totales, monto 15.2% mayor (87.6 mmdp) que el reportado en el mismo mes de 2020. Es importante desagregar sus componentes para identificar qué produjo dicho aumento anual:

  • Los ingresos petroleros se ubicaron en 77.3 mmdp, monto 93.4% superior al de marzo de 2020. La causa principal: mayores ingresos de Pemex.
  • Los ingresos tributarios sumaron 403.6 mmdp, lo que representa un crecimiento anual de 2.4%, resultado del incremento de 9.2% del ISR y de 35.4% de los impuestos a la importación. Sin embargo, la recaudación de IVA se redujo 7.8%; la de los IEPS fue menor en 13.8% –27.3% por debajo la de gasolinas y diésel, aunque la distinta a gasolinas y diésel se incrementó 39.3%–.
  • Los ingresos NTNP fueron de 89.1 mmdp; presentaron un crecimiento anual de 94.0% respecto a igual mes de 2020, principalmente por el incremento en 227.0% en los aprovechamientos, ya que los derechos aumentaron 6.3% y los productos cayeron 30.5%.


Respecto al mes inmediato anterior (febrero), los ingresos presupuestarios del Sector Público aumentaron 46.2% (201.2 mmdp), lo que se explica con estos hechos:

  • El crecimiento mensual en los ingresos tributarios, de 52.3%, respecto a febrero de 2021.
  • El incremento de los ingresos NTNP por 265.4%, debido a los mayores aprovechamientos.

En cambio, los ingresos petroleros disminuyeron 2.4% en términos mensuales, a pesar de que el precio de la mezcla mexicana de exportación aumentó 2.2% (1.3 dólares por barril) en marzo respecto a febrero, para ubicarse en 59.2 dólares por barril.

En términos mensuales, en marzo de 2021 los ingresos totales del Sector Público presentaron un incremento de 17.4% (94.5 mmdp) respecto al dato aprobado. Se observaron aumentos en los ingresos tributarios y NTNP.

Los ingresos tributarios fueron 11.9% mayores (43.1 mmdp) respecto a su meta estimada en el calendario para el mismo periodo. Al desagregarse los ingresos por tipo, se observa en marzo:

  • Ingresos excedentes de IVA por 22.5% (17.7 mmdp).
  • El ISR tuvo una ganancia de 10.8% (25.4 mmdp).

Por su parte, los ingresos NTNP tuvieron excedentes por 55.6 mmdp (166.2%).

En cambio, hubo un rezago entre el monto observado y aprobado en los ingresos petroleros: el faltante fue de 6.3% (-5.2 mmdp).



Saldo en los fondos de estabilización

A lo largo del primer trimestre de 2021, el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) registró entradas por 7.6 mmdp y salidas por 1.6 mmdp. Su saldo fue de 15.8 mmdp,91.3% (-166.1 mmdp) menor al reportado en el primer trimestre de 2020.

El Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF) a marzo de 2021 tuvo ingresos por 2.5 mmdp y egresos por 4.2 mmdp. Su saldo se ubicó en 28.9 mmdp, lo que representa una disminución anual de 56.0% (-36.9 mmdp).

Por su parte, el Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilidad y el Desarrollo (FMP) tuvo un saldo al 31 de marzo de 2021 de 23.0 mmdp, 14.4% (-3.9 mmdp) menor al reportado en igual periodo de 2020.



Fideicomisos al primer trimestre de 2021

Para el periodo la SHCP reportó 315 actos jurídicos[5]: 287 fideicomisos[6], 22 mandatos y seis análogos[7], los cuales suman un total de 541.6 mmdp y muestran una disminución de 30.5% real (-237.7 mmdp) respecto al monto observado en igual periodo de 2020. Respecto al trimestre previo (diciembre), se observa una reducción de 12.2% (-75.1 mmdp).

Entre los fideicomisos, mandatos y actos jurídicos análogos sin estructura con los montos más elevados de disponibilidades, destacan al 31 de marzo de 2021:

  • Apoyos financieros y otros. Su saldo representa el 30.5% del total, y a su interior destacan: el Fideicomiso Público de Administración y Pago de Equipo Militar, con 64.6 mmdp; el Fideicomiso Fondo de Salud para el Bienestar, con 64.4 mmdp, y el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF), con 28.9 mmdp.
  • Estabilización presupuestaria, con el 23.6% del total. Destacan: el Fideicomiso para Administrar la Contraprestación del Artículo 16 de la Ley Aduanera, con 78.8 mmdp.
  • Infraestructura pública, con el 11.9% del total; del cual destacan: el Fideicomiso para Administrar la Contraprestación del Artículo 16 de la Ley Aduanera, con 28.2 mmdp, y el Fideicomiso 2065 – Plan de Pensiones de los Jubilados de Banobras, con 22.8 mmdp.
  • Pensiones, con 14.1% del total. Destacan: el Fondo de Retiro de los Trabajadores de la SEP (FORTE), con 19.4 mmdp; el Fondo de Retiro de los Trabajadores de la SEP (FORTE) con 18.7 mmdp y el Fondo de Retiro de los Trabajadores de la SEP (FORTE) con 18.1 mmdp.


Se reportaron 14 bajas y 39 fideicomisos en proceso de extinción –siete más que los reportados al cuarto trimestre de 2020–; éstos últimos equivalen a 965.8 millones de pesos, de los cuales no se presentan usos ni estados financieros.



Derivado del Decreto de Fideicomisos[8], se reportaron 107 actos jurídicos –106 fideicomisos y un análogo– sujetos al proceso de extinción, por un monto de 49.7 mmdp.



Transferencias a fideicomisos

Al primer trimestre, la aportación a fideicomisos públicos fue de 27.2 mmdp. Ésta ha disminuido a partir de 2018, cuando fue de 43.4 mmdp. Si bien este año las aportaciones a fideicomisos representan un monto mínimo con respecto al periodo de 2017-2021, lo que destaca es que dicho monto sea un 115% mayor a los planes de gasto.

Además, tres ramos concentran estas aportaciones:

  • El 42% de estas aportaciones las realizó la Secretaría de Defensa Nacional a sus fideicomisos, y representaron el 34% del presupuesto total de dicha secretaría, con un monto de 11.3 mmdp. Las aportaciones se realizaron a través de los programas de Infraestructura Gubernamental de Seguridad Nacional (11.3 mmdp) y de Fideicomisos de apoyo a deudos de militares  fallecidos o que hayan adquirido una incapacidad (4.5 mdp).
  • El 32% de las transferencias las realizó el Ramo 23 Provisiones Salariales y Económicas, sumaron un monto de 10.3 mmdp. La fuente de estos recursos son los siguientes programas presupuestarios: Fondo de Ahorro Capitalizable (655.8 mdp), el FEIP (7.5 mmdp) y el FEIEF (2,1 mmdp).
  • 19% del total de las aportaciones se realizaron por la Secretaría de Salud;acumularon 5.2 mmdp y representan el 18% del presupuesto ejercido por esta Secretaría. Dichas aportaciones provienen del programa de Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral.
  • El 1% restante fueron aportaciones que realizaron la Secretaría de Energía, el INE y Turismo.


El caso de Sedena

La Secretaría de la Defensa Nacional ejerció 33.2 mmdp y 34% de ese gasto fueron aportaciones a fideicomisos públicos. Este gasto se hizo a través de los programas presupuestarios de “Infraestructura gubernamental de seguridad nacional” y de “Fideicomisos de apoyo a deudos de militares fallecidos o que hayan adquirido una incapacidad”. La aportación a fideicomisos realizada en el primer trimestre de este año es al menos 52 veces la aportación realizada en 2018 (de 217.7 mdp), que de acuerdo con los datos disponibles, es la máxima aportación realizada entre 2017 y 2020.

Llama la atención que el presupuesto de esta Secretaría creció vertiginosamente en los últimos tres años, pasó de gastar 19.1 mmdp en el primer trimestre de 2019 a ejercer 33.2 mmdp en el trimestre más reciente. Éste es el resultado de otorgar cada vez más atribuciones a las Fuerzas Armadas, tales como la construcción del Aeropuerto Felipe Ángeles, tramos del Tren Maya, sucursales del Banco de Bienestar y distribución de vacunas del covid-19, por mencionar sólo algunas.



Gasto programable al primer trimestre de 2021

El gasto programable fue 13.9% (155.1 mmdp) mayor al ejercido en 2020: cerró el trimestre en 1.2 billones de pesos. Con relación al programa de gasto, se ejercieron 2.6% más recursos (32.5 mmdp). Este incremento en el gasto programable se debe principalmente a tres razones:

  • El gasto en programas con Reglas de Operación (ROP) y “Otros subsidios”, que incluye el gasto de los programas prioritarios del Ejecutivo, fue 18% mayor (37.8 mdp) al observado en el mismo periodo de 2020. Este gasto atípico lo justificó el Gobierno al afirmar que se habían adelantado las transferencias a programas sociales a causa de la “veda electoral”.
  • El presupuesto del Banco del Bienestar fue 2,703% mayor (4.4 mmdp) a lo previsto en el programa: gastó 5.2 mmdp y se tenían aprobados sólo 184.7 mdp al primer trimestre del año. El gasto que esta institución realizó a través del Programa de Inclusión Financiera de la SHCP en lo que va del año es 16 veces el presupuesto aprobado en todo el año. 
  • El rubro de otros gastos de capital creció 185% con relación al año previo, debido a los 63.1 mmdp transferidos a Pemex para su capitalización.

Gasto programable por Ramos Presupuestarios

Por su clasificación administrativa, destaca el gasto programable del Gobierno federal, que fue de 967.7 mmdp, 11% superior al del mismo mes de 2020. A su interior:

  • Los entes autónomos tuvieron un gasto de 25.3 mmdp, 14% menor al acumulado en el primer trimestre de 2020. La mayor variación porcentual se observó en el Inegi (-81%) y el Tribunal Federal de Justicia Administrativa (-14%). En cambio, el INE incrementó su gasto en 86% anual.

El gasto de la Administración Pública Centralizada ascendió a 942.4 mmdp, con un aumento real anual de 12% derivado de un adelanto en el pago de programas sociales, la construcción del Banco del Bienestar, las transferencias a Pemex y al fideicomiso de la Sedena.

Como parte de esta clasificación de gasto, los Ramos Administrativos sumaron 428.7 mmdp, con un incremento anual de 32%. Las mayores reducciones, en términos porcentuales, se observaron en Seguridad Pública y Protección Ciudadana (-46%), Entidades no Sectorizadas (-32%), Salud (-26%) y la Comisión Reguladora de Energía (-32).

Entre los ramos que tuvieron un mayor gasto programable se encuentran:

  • La Secretaría de Turismo, que gastó 3.7 veces el presupuesto aprobado en el periodo y 20.5 veces el presupuesto observado en 2020. Se le aprobaron 2.9 mmdp de pesos al primer trimestre, pero gastó 10.7 mmdp. El 97% del gasto se realizó en el Tren Maya, a través de dos programas: Estudios de Pre-inversión (30.6 mdp) y Proyectos de Transporte Masivo de Pasajeros (10.4 mmdp).
  • La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, que tuvo un incremento de 418% anual.
  • La Secretaría de Economía, que gastó 180% más que en el 2020. El gasto del Programa de Apoyo Financiero a Microempresas Familiares fue el que impulsó este aumento; incluso representa 66% del presupuesto ejercido.

Los Ramos Generales, por su parte, disminuyeron su gasto programable en 1%, sumando 513.7 mmdp. La reducción se observó en las Provisiones Salariales y Económicas (-23%) y en las Aportaciones para los Sistemas de Educación Básica, Normal, Tecnológica y de Adultos, que presentaron una caída de 32% anual. En contraste, sólo las Aportaciones a Seguridad Social tuvieron un incremento de 6% anual.

Por último, en las entidades bajo control presupuestario directo el gasto fue de 580.9 mmdp, 14% mayor al del mismo periodo del año pasado. Por componentes, el gasto programable de Pemex fue de 151.5 mmdp, con un incremento anual de 22%; el del IMSS fue de 183.8 mmdp, con un crecimiento de 7% y el de CFE fue de 144.5 mmdp con un incremento anual de 31%. En cambio, el del ISSSTE sumó 101.0 mmdp, con una disminución de 4% anual.



Gasto en inversión física

La inversión física total se ubicó en 154.3 mmdp, lo cual significa que se redujo, en términos anuales, 3.5% (-5.5 mmdp). Si sólo tomamos en cuenta la inversión distinta a Pemex, entonces fue de 92.8 mmdp, y creció 7% (6 mmdp) con relación a 2020, acumulando dos años al alza (aunque todavía se encuentra en niveles mínimos de inversión, si se compara con la observada en 2018 o en el periodo de 2014 a 2016).

Por otro lado, si a la inversión física sin Pemex le restamos el gasto en el Tren Maya (10.5 mmdp) y en el Aeropuerto de Santa Lucía (0.7 mmdp), ésta exhibiría una caída de 6% con respecto a 2020, ya que sólo sumaría 81.6 mmdp en el trimestre.

Por su parte, la inversión física de Pemex fue de 61.5 mmdp: disminuyó 15.8% (-11.6 mmdp) en términos anuales. Dicho nivel de inversión es similar al observado entre 2011 y 2012 y en los últimos cinco años.

Al primer trimestre de 2021, en los principales rubros de la inversión física destaca lo siguiente:

  • Eléctrico (-34.8%)
  • Comunicaciones y transporte (-34.8%)
  • Hidrocarburos (-15.8%)
  • Abastecimiento, agua potable y alcantarillado (-1%)
  • Salud (41.3%)
  • Educación (5.3%)


En esta edición incluimos una lista de los proyectos de inversión que más variaciones exhibieron con relación al presupuesto aprobado al primer trimestre.

Proyectos que gastaron más que el presupuesto aprobado:

  • Proyecto Baluarte-Presidio, Presa Santa Maria, Estado de Sinaloa, de la Secretaría de Medio Ambiente (1,084,602% por arriba, o 10,847 veces el presupuesto aprobado, que fue de 37,382 pesos)
  • Programa de Mantenimiento de la Infraestructura Hidráulica Federal, que conforma el Sistema Hidrológico de la Cuenca del Valle de México 2016-2020 de la Secretaría de Medio Ambiente Medio Ambiente (1,278%)
  • Mantenimiento 2019-2020 CCC Dos Bocas de la CFE (636%)
  • Mantenimiento 2019-2020 CCC Gral. Manuel Álvarez Moreno de la CFE (569%)
  • Proyecto Tren Maya de la Secretaría de Turismo (325%)

Proyectos de inversión que no ejercieron recursos a pesar de tenerlos aprobados:

  • Ampliación y remodelación del servicio de Urgencias del HGZMF No. 2 en Irapuato, Guanajuato del IMSS
  • Ampliación y Remodelación de la Clínica de Medicina Familiar Autlán de Navarro en el Estado de Jalisco del ISSSTE
  • Ampliación y Remodelación para implementar el Programa de Dignificación de Espacios en Unidades de Primer Nivel en el Estado de San Luis Potosí del ISSSTE
  • Ampliación y Remodelación de la Clínica Hospital San Cristóbal de las casas en el Estado de Chiapas del ISSSTE
  • Equipamiento Médico en Unidades del Segundo nivel de atención a la Salud del ISSSTE, 2021 del ISSSTE

Gasto en Subsidios, transferencias y aportaciones del Sector Público

Al primer trimestre se gastaron 270.6 mmdp en subsidios, transferencias y aportaciones del Sector Público, sin incluir el gasto que se realiza para el pago de servicios personales y a entidades bajo control presupuestario directo. Este monto representa 21% del gasto programable y es 20% mayor que el año anterior.

El gasto en este rubro es fluctuante: desde 2011 se caracteriza por incrementos súbitos mayores a 15% en ciertos años, para después declinar. Tal es el caso de 2012 (16% por arriba), 2015 (37%) y 2021 (20%).

Los 270.6 mmdp gastados en el primer trimestre imponen un nuevo máximo en el periodo de 2011 al presente; además, se acumulan ya dos años con incrementos consecutivos.



Programas Presupuestarios

Los programas presupuestarios que más variaciones tuvieron con respecto a su gasto aprobado son:

  • Fortalecimiento de las capacidades de auxilio a la población civil mediante el PLAN DN-III-E de la Sedena (318,278% por arriba)
  • Servicios Integrales a Pensionados del IMSS (7,045%)
  • Programa de Inclusión Financiera de la SHCP (2,703%), que es operado exclusivamente por el Banco del Bienestar.
  • Estudios de preinversión de la CFE (2,112%)
  • Sistemas Meteorológicos e Hidrológicos de la Secretaría de Medio Ambiente (1,566%)
  • Fortalecimiento de los Servicios Estatales de la SSA (-100%, es decir, que no ejerció recursos a pesar de tenerlos presupuestados)
  • Expansión de la educación inicial de la Secretaría de Educación (-100%)
  • Programa para la Protección de Ecosistemas y Especies Prioritarios de la Secretaría de Educación (-100%)
  • Previsión para la Armonización Contable del Ramo 23 (-100%)
  • Programa Nacional de Reconstrucción de la Secretaría de Cultura (-100%)


Los programas presupuestarios que más variaciones tuvieron con respecto a 2020 son:

  • Fortalecimiento de las capacidades de auxilio a la población civil mediante el PLAN DN-III-E de la Sedena (318,278% por arriba)
  • Investigación y desarrollo militar en coordinación con centros públicos de investigación superior de la Sedena (35,172%)
  • Programa de Inclusión Financiera de la SHCP (15,390%)
  • Programa de Mejoramiento Urbano de la Sedatu (13,436%)
  • Normalización y certificación en competencias laborales de la Secretaría de Educación (5,129%)
  • Atención de Planteles Federales de Educación Media Superior para Estudiantes con Discapacidad de la Secretaría de Educación (-100%)
  • Calidad en la Atención Médica de la SSA (-100%)
  • Seguro de Vida para Jefas de Familia de Bienestar (-100%)
  • Fortalecimiento de los Servicios de Educación Especial de la Secretaría de Educación (-100%)


Programas con Reglas de Operación (ROP) y «Otros subsidios«

Al primer trimestre, el gasto en estos programas acumuló 242.7 mmdp; con respecto al gasto de 2020 hay un incremento anual de 18%, y con relación al presupuesto aprobado se gastó 4% más. Al primer trimestre se tiene un avance de 37% con respecto al presupuesto aprobado en el año. Esto contrasta con los avances que se registraban en años anteriores: en los últimos cuatro años el avance con respecto al presupuesto anual no fue mayor a 31%, porcentaje observado en 2018.

Los programas con ROP y Otros subsidios que más variaciones tuvieron con respecto al presupuesto aprobado fueron los siguientes:

  • Programa de Apoyo Financiero a Microempresas Familiares (1,430% por arriba)
  • Programa de Apoyo al Empleo (PAE) (322 %)
  • La Escuela es Nuestra (320%)
  • Apoyos para el Desarrollo Forestal Sustentable (188 %)
  • Programa Nacional de Reconstrucción de la SEDATU (148 %)
  • Fortalecimiento de los Servicios Estatales de Salud (-100 %)
  • Expansión de la Educación Inicial (-100 %)
  • Programa para la Protección y Restauración de Ecosistemas y Especies Prioritarias (-100 %)
  • Provisión para la Armonización Contable (-100 %)
  • Programa Nacional de Reconstrucción de la Secretaría de Cultura (-100 %)

De este análisis llamó nuestra atención el aumento en los recursos que se gastaron sin distribución geográfica: tuvo un incremento de 233% con respecto a 2020. Si bien desde 2017 los recursos estos programas sin distribución geográfica crecieron, el crecimiento anual no sobrepasó el 11% (observado en 2020), y promedió 8% entre 2017 y 2018. También se observó un incremento mayor a 50% en Oaxaca (75%) y Yucatán (59%).



Gasto no programable

El gasto no programable fue de 389.4 mmdp. Con respecto al 2020 fue 7.8% menor (32.9 mmdp) y con relación a lo aprobado en el periodo se ejercieron 8.7% menos recursos (37.3 mmdp). Se observó un menor gasto programable porque las tasas de interés fueron menores, y eso implicó un menor costo financiero (que es el pago de intereses y servicios de la deuda). De igual manera, las Adefas –recursos previstos para cubrir adeudos de servicios devengados, es decir, aquéllos que se recibieron en 2020 pero que quedaron pendientes de pago– fueron menores a lo previsto, debido a que el año pasado se cubrió el mayor monto de recursos devengados.

En la estructura porcentual del gasto neto, el gasto programable representa el 77% del total, y a su interior el mayor peso lo tiene el gasto corriente. Por su parte, los recursos del gasto no programable equivalen al 23% del gasto neto, siendo las participaciones el componente de mayor peso.



¿Cómo se comportó el gasto (programable y no programable) con respecto a la meta prevista en el primer trimestre?

Con relación a la meta establecida para el primer trimestre de 2021, el gasto neto total del Sector Público presentó un ligero subejercicio de 0.3% (-4.8 mmdp); es decir, se encontró muy cerca de la meta estimada de 1.6 billones de pesos. Pero si descontamos los 63.1 mmdp que el Gobierno Federal transfirió a Pemex en el trimestre, el gasto neto total tendría un subejercicio 4.1%, el equivalente a 67.9 mmdp.

Por componentes, el ejercicio del gasto fue el siguiente:

  • El gasto programable presentó un sobrejercicio de 2.6% (32.5 mmdp), respecto a la meta trimestral. Al trimestre se aprobaron 1.24 billones de pesos, pero se ejercieron 1.27 billones.
  • El gasto no programable exhibió un mayor subejercicio: se quedó 8.7% (-37.3 mmdp) por debajo de la meta calendarizada a febrero, que era de 427 mmdp.
  • El costo financiero aprobado fue de 163.4 mmdp, y el observado alcanzó los 145.1 mmdp, por lo que exhibió un recorte de 11.2% (-18.4 mmdp).
  • La inversión física fue de 154.3 mmdp. Se quedó 13% corta con respecto a la meta trimestral, que era de 177.0 mmdp.


Por componentes del gasto programable:

El Gobierno federal ejerció 1.4% (13.6 mmdp) más recursos de lo aprobado. El gasto por ramos se ejerció de la siguiente manera:

  • Los Ramos Autónomos se quedaron 39.1% cortos con respecto al presupuesto calendarizado; se tenía previsto un gasto de 42 mmdp, pero ejercieron sólo 25.3 mmdp. Los 10 ramos autónomos tuvieron recortes, pero el Poder Legislativo (-57.8%), el IFT (-38.9%), el TFJA (-38.4) y la FGR (-37.8%) fueron los más afectados.
  • Los Ramos Administrativos gastaron 54.4% más de lo calendarizado; ejercieron 428.7 mmdp a pesar de que se tenía previsto un gasto de 278 mmdp. En 14 de los 26 Ramos Administrativos se registraron recortes presupuestarios. Los tres ramos con mayores recortes fueron: Entidades no Sectorizadas (-54.3%), Seguridad Pública (-35.9%) y CRE (-27.7%). En contraste, la Secretaría de Turismo, que tiene a su cargo la construcción del Tren Maya, ejerció 257.8% más de lo aprobado. Le siguió la Secretaría de Economía (156.9% por arriba), la Secretaría de Energía (115.5%: la transferencia de 63.2 mmdp a Pemex representó 98% del presupuesto ejercido de esta secretaría) y la SHCP, con 87% más, sobrejercicio que estuvo impulsado por el gasto del Banco del Bienestar.
  • Los ramos generales tuvieron un recorte de 7.8% (71.5 mmdp): de 911 mmdp aprobados gastaron 840 mmdp. El gasto fue menor en las  (-88.1%), la Previsiones y Aportaciones para los Sistemas de Educación Básica, Normal, Tecnológica y de Adultos (-15.8%) y la Deuda Pública (-14.6%). Sólo las Participaciones reportaron un gasto 4% mayor al calendarizado.

En conjunto, los organismos de control presupuestario directo exhibieron un subejercicio de 8.6% (26.8 mmdp):

  • ISSSTE (46.5% o -87.7 mmdp)
  • Sin embargo, el IMSS tuvo un sobrejercicio de 49.6% (60.9 mmdp).

En las Empresas Productivas del Estado, reportaron en conjunto un sobreejercicio de 9.6% (31.4 mmdp):

  • Pemex (-3% o -6.9 mmdp)
  • CFE (34% o 38.3 mmdp)

El gasto no programable fue de 389.4 mmdp, y se ubicó 8.7% por debajo de la meta trimestral. Por sus componentes, se realizó de la siguiente manera:

  • Las Participaciones presentaron un sobrejercicio de 8% (13.1 mmdp).
  • Adefas, un subejercicio del 90% (-28.9 mmdp).


Gasto federalizado

Durante el primer trimestre de 2021, la Recaudación Federal Participable (RFP) sumó 854.3 mmdp, lo que representó una disminución de 5.5% (-49.3 mmdp) respecto al primer trimestre de 2020, resultado de menores ingresos en sus componentes tributarios (-1.6%) y petroleros (-43.7%). En marzo, la RFP fue de 246.2 mmdp, 7.0% menor al dato reportado en igual mes de 2020.

El gasto federalizado, es decir, las transferencias que realiza el Gobierno Federal a los estados y municipios, fue de 487.2 mmdp, lo que equivale a una caída anual de 8.2% (-43.4 mmdp) respecto al primer trimestre de 2020, la mayor en 21 años. Esto es resultado de una disminución en todos sus componentes: Subsidios[9] (-69.4%), Recursos para Protección Social en Salud (-46.7%); Convenios de Descentralización[10] (-20.2%); Aportaciones Federales o Ramo 33 (-4.6), y Participaciones-Ramo 28[11] (-3.3%).

Sólo en marzo, el gasto federalizado fue de 164.3 mmdp, presentando una disminución de 13.9% con respecto a marzo de 2020.



En el primer trimestre de 2021, las participaciones a entidades federativas se ubicaron en 240.5 mmdp, lo que significó una caída de 3.3% (-8.1 mmdp) en relación con los recursos recibidos en igual periodo de 2020 (248.7 mmdp), resultado de una menor recaudación. Destacan las disminuciones anuales de los fondos con mayores recursos del Ramo 28: el Fondo General (-3.6%), el Fondo de Fomento Municipal (-3.8%) y el Fondo de Fiscalización (-1.9%). Sólo en marzo de 2021 las participaciones fueron de 67.8 mmdp, 5.1% menores a las reportadas en marzo de 2020.

La disminución anual de los recursos vía Participaciones Federales, en el primer trimestre del año, se reflejó en menores crecimientos en 25 entidades federativas; 19 de ellas disminuyeron más que el promedio nacional. Las más afectadas fueron: Oaxaca (-12.0%), San Luis Potosí (-11.8%), Zacatecas (-8.9%), Hidalgo (-8.8%) y Guanajuato (-8.5%). Por otro lado, siete entidades recibieron mayores recursos con respecto al mismo periodo del año anterior: Durango (32.2%), Veracruz (10.1%), Colima (7.2%), Sinaloa (3.9%), Michoacán (2.8%), Coahuila (0.4%) y Morelos (0.1%).



Las aportaciones a entidades federativas y municipios ascendieron a 202.7 mmdp, y presentaron una disminución anual de 4.6% (-9.8 mmdp) en el primer trimestre de 2021, la cual se explica por la reducción de recursos en siete de sus ocho fondos: el Fondo de Aportaciones Múltiples-FAM (-5.5%); el de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo-FONE (-5.4%); el Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social-FAIS, el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento Municipal-FAFM y el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas-FAFEF (-5.0%, cada uno); el de Aportaciones para los Servicios de Salud-FASSA (-0.8%), y el de Aportaciones para la Seguridad Pública-FASP (-0.4%). El único fondo que presentó un incremento en sus recursos fue el de Aportaciones para la Educación Tecnológica y de Adultos-FAETA (1.5%).

Como puede observarse, los fondos cuyos recursos están destinados al desarrollo regional –Infraestructura social y fortalecimiento de entidades– siguen teniendo disminuciones en sus transferencias.

Sólo en marzo de 2021, los recursos del Ramo 33 disminuyeron, en términos anuales, 8.1%: reportaron 67.9 mmdp.

Las 32 entidades federativas vieron disminuidos sus recursos en el primer trimestre del año. La más afectada fue la Ciudad de México, con una caída anual de 16.4%; le siguió Querétaro, con una disminución de 9.2%.



El balance del Sector Público y sus Requerimientos Financieros

El Balance Primario se ubicó por arriba de su meta calendarizada, ya que presentó un superávit de 54.1 mmdp; el programado para el trimestre era un déficit de 23.6 mmdp, pero es menor al superávit registrado el mismo periodo del año anterior (141.4 mmdp).

El déficit del Balance Público fue menor al calendarizado al primer trimestre de 2021: -83.0 mmdp, cuando se tenía un déficit estimado de -186.5 mmdp. En el mismo periodo de 2020, se registró un superávit de 28.0 mmdp.

El Balance Público sin inversión, es decir, excluyendo hasta el 2.2% del PIB de la inversión física del Gobierno federal y las Empresas Productivas del Estado de acuerdo con el artículo 1 de la LIF 2021, fue superavitario en 71.1 mmdp.

El costo financiero fue de 145.1 mmdp, inferior al programado de 163.4 mmdp.

La medida más amplia de endeudamiento público, los Requerimientos Financieros del Sector Público o RFSP[12], fue de -180.8 mmdp al cierre del primer trimestre de 2021, o -0.7% del PIB. El déficit acumulado previsto para cierre de año es de -3.3% del PIB. Sólo en marzo de 2021 el saldo de los RFSP fue de -66.3 mmdp (-0.3% del PIB).

El Saldo Histórico de Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) o deuda neta total, al primer trimestre de 2021 sumó 12.4 billones de pesos; se incrementó en 0.8% o 93.2 mmdp respecto a igual periodo de 2020. La deuda pública aumentó (tanto la necesidad de financiamiento como el saldo acumulado). Aunque esto en parte se debió a la variación cambiaria (19.9 pesos por dólar promedio IT2020 vs. 20.3 pesos por dólar promedio IT2021), también se explica porque el ritmo de gasto excede por mucho el de obtención de ingresos públicos. El SHRFSP representó el 51.7% del PIB al primer trimestre de 2021.

Para cierre de año, la SHCP estima que el SHRFSP se ubique en 51.4% del PIB, en lugar del 53.7% previsto en un inicio, debido al menor déficit como proporción del PIB, la apreciación del tipo de cambio y el mayor dinamismo de la economía.


[1] 1,564,100 millones de pesos.

[2] Resultados al primer trimestre de 2021, página 37, Pemex: https://www.pemex.com/ri/finanzas/Reporte%20de%20Resultados%20no%20Dictaminados/Reporte%201T21.pdf

[3] 1,501,000 millones de pesos

[4] 1,460,400 millones de pesos

[5] De éstos, 247 son actos jurídicos federales, 55 estatales y 28 privados.

[6] Los fideicomisos públicos son contratos por medio de los cuales el Gobierno federal, los gobiernos de los estados o los ayuntamientos, con el carácter de fideicomitentes, a través de sus dependencias centrales o paraestatales, transmiten la titularidad de determinados bienes del dominio público, del dominio privado de la Federación, entidad federativa o municipal, o afecta fondos públicos en una institución fiduciaria para realizar un fin lícito determinado, de interés público.

[7] En los mandatos se obliga, mediante un acto jurídico, el destino de recursos públicos en cumplimiento de un objeto que también debe ser lícito. En los mandatos, el mandatario se obliga a ejecutar por cuenta del mandante los actos jurídicos que éste le encarga. Los análogos pueden cumplir la misma función.

[8] Decreto por el que se reforman y derogan diversas disposiciones de la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas; de la Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo; de la Ley de Hidrocarburos; de la Ley de la Industria Eléctrica; de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria; de la Ley General de Protección Civil; de la Ley Orgánica de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero; de la Ley de Ciencia y Tecnología; de la Ley Aduanera; de la Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario; de la Ley General de Cultura Física y Deporte; de la Ley Federal de Cinematografía; de la Ley Federal de Derechos; de la Ley del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo; de la Ley de  Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados; de la Ley General de Cambio Climático; de la Ley General de Víctimas, y se abroga la Ley que crea el Fideicomiso que administrará el Fondo de Apoyo Social para Ex Trabajadores Migratorios Mexicanos, publicado el 6 de noviembre de 2020 en DOF.

[9] Incluyen recursos que son entregados a las entidades federativas y municipios a través de diversos ramos de la Administración Pública Centralizada. Estos se destinan para apoyar el desarrollo conforme a lo establecido en las disposiciones jurídicas aplicables y se ejercen de acuerdo a lo señalado en el PEF de cada año.

[10] Corresponden a acciones de colaboración y coordinación entre las dependencias federales y los gobiernos de las entidades federativas.

[11] Forman parte del gasto no programable y derivan del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, que es un

mecanismo por medio del cual se acuerda el ejercicio de las facultades tributarias entre los distintos niveles de gobierno que componen un Estado. Son un mecanismo de compensación a los gobiernos locales, dependiendo de la Recaudación Federal Participable (RFP).

[12] Los RFSP se miden como la diferencia entre los ingresos y los gastos distintos de la adquisición neta de pasivos y activos financieros, incluyendo las actividades del sector privado y social cuando actúan por cuenta del Gobierno Federal o de las entidades públicas, en línea con la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y con las guías internacionales, Esta medida incluye además del balance tradicional, las necesidades de financiamiento del IPAB, Fonadin, bancos de desarrollo y fondos de fomento, programas de apoyo a deudores y PIDIREGAS de CFE y un ajuste por los ingresos derivados de la venta neta de activos financieros y por la adquisición neta de pasivos distintos a la deuda pública. En los RFSP y el resultado primario el signo negativo (-) significa déficit o requerimiento de recursos y el signo positivo (+) superávit.

Números de Erario: febrero de 2021

El ‘misterioso’ caso de la caída no compensada de ingresos

¡Ouch! Los ingresos públicos cayeron 4.3% durante el primer bimestre del año, y la debilidad económica ya ha alcanzado de lleno a los tributarios. Éstos últimos disminuyeron 4.7% (-30.8 mil millones de pesos [mmdp]) en términos reales, respecto a lo reportado en el mismo bimestre de 2020. A su interior, el ISR se redujo 2.8% anual, el IVA disminuyó sólo 0.8% y los IEPS cayeron 18.0%. Nótese la resiliencia del IVA: a pesar de la crisis es el impuesto que menos se ha descompuesto. Es por eso que en crisis anteriores, como las de 1995 y 2009, el IVA ha encabezado las reformas fiscales.

Los ingresos no tributarios y no petroleros, es decir, los que no provienen de recaudar impuestos ni de la venta de petrolíferos, cayeron en relación con el año anterior 34.0% (-26.5 mmdp). Sin embargo, al ubicarse en 51.4 mmdp, están por arriba del promedio histórico de los últimos 10 años (43.6 mmdp). No hay rendición de cuentas suficiente por parte del Gobierno para conocer cuáles son las fuentes de estos recursos, pues está prácticamente agotado el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP). Los ingresos petroleros aumentaron en relación con el año anterior, pero siguen en un nivel históricamente bajo, y apenas representan el 13% de la bolsa total.

Subió la deuda 8.5% (970.4 mmdp), según la medida más amplia de endeudamiento público, los Requerimientos Financieros del Sector Público o RFSP, que fue de -100 mmdp, mayor al dato reportado en febrero de 2020, que fue de -17.5 mmdp. ¿Eso quiere decir que se gasta mejor? No necesariamente: se observó un subejercicio inquietante en el gasto de salud (20%) y una caída en el gasto de federalizado de casi 4% en relación con el año anterior.



Ingresos totales

A febrero de 2021, los ingresos totales del Sector Público se ubicaron en 927.7 mmdp, lo que supone una disminución de 4.3% real (-41.5 mmdp) con respecto al mismo periodo de 2020. Por componentes, los ingresos petroleros aumentaron 26.8%; ascendieron a 127.3 mmdp, 26.9 mmdp más que los registrados en febrero de 2020. Entretanto, los no petroleros disminuyeron 7.9% en la misma comparación.

El crecimiento en los petroleros se explica por los mayores ingresos propios de Pemex, los cuales se incrementaron 114.1% (36.9 mmdp), para ubicarse en 69.2 mmdp. ¿A qué se debió? A que el Gobierno federal realizó una aportación patrimonial a Pemex por 32.6 mmdp, la cual se registró en el rubro de “otros” como ingresos propios (esto no tiene un impacto real en las finanzas del Sector Público, dado que tiene como fin la amortización de deuda de la empresa). En cambio, los ingresos petroleros del Gobierno disminuyeron 14.7% (-10 mmdp), para ubicarse en 58.1 mmdp.

Los ingresos tributarios, por su parte, sumaron 620.5 mmdp, lo que representó una caída de 4.7% (-30.8 mmdp), en términos reales, respecto a lo reportado en el mismo bimestre de 2020. A su interior, el ISR se redujo 2.8% anual, el IVA disminuyó 0.8% y los IEPS cayeron 18.0% (los de gasolina y diésel se redujeron 19.8%, y los distintos de gasolina y diésel fueron menores en 15.8%).

Los ingresos no tributarios no petroleros (NTNP) se ubicaron en 51.4 mmdp, lo que significó una disminución de 34.0% respecto al dato reportado en igual periodo de 2020, debido a la disminución de los derechos y aprovechamientos, por 16.7% y 36.9%, respectivamente.

Los ingresos tributarios han pasado de representar el 55.8% de los ingresos totales del Sector Público en el primer bimestre de 2000, a 66.9% en el primer bimestre de 2021. El ISR es el impuesto de mayor peso (34.2%), seguido del IVA (21.9%).

En contraste, el porcentaje que representan los ingresos petroleros respecto a los ingresos totales es de 13.7%.



¿Cómo se comportaron los ingresos con respecto a su meta?

En relación con su meta inicial establecida en la LIF2021,los ingresos totales del Sector Público exhibieron un rezago de 1.2% (-11.7 mmdp). Si no consideramos la aportación patrimonial a Pemex, por 32.6 mmdp, la brecha entre los ingresos totales observados y aprobados sería de 9.1% (-71.7 mmdp).

En el acumulado, los ingresos tributarios se quedaron 2.3% por debajo (-14.8 mmdp) de su meta estimada en el calendario. Es decir, que lejos de registrarse ingresos excedentes de este tipo, se observa una pérdida. Únicamente el IVA presentó una ganancia de 8.1% (15.3 mmdp) en relación con la Ley de Ingresos, lo que refleja la recuperación del consumo de bienes y servicios, asociada a la reapertura ordenada de la economía. En cambio, el ISR exhibió un rezago de 6.3% (-21.5 mmdp) en el mismo ámbito. Los IEPS observados se ubicaron 7.6% por debajo de lo aprobado (-6.7 mmdp).

A febrero de 2021, los ingresos petroleros del Sector Público reportaron un rezago de 16.0% (-24.3 mmdp) con relación a lo que se esperaba para este periodo, que en realidad es mayor si no consideramos las transferencias del Gobierno federal a Pemex, registradas como ingresos petroleros.

En contraste, los ingresos no tributarios no petroleros superaron en 185.9% su meta del primer bimestre de 2021.

La caída en los ingresos recurrentes (petroleros y tributarios) asciende a 39.1 mmdp (-5.0%), la cual debería ser compensada con recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP); sin embargo, los recursos de este fondo están prácticamente agotados. La SHCP reportó que al primer bimestre de 2021 se aportaron 7.5 mmdp al FEIP con el fin de construir nuevos ahorros para enfrentar contingencias; sin embargo, son insuficientes para compensar el rezago de los ingresos recurrentes con el que está arrancando las finanzas públicas en este año.


Gasto neto total

A febrero de 2021, el gasto neto total del Sector Público acumuló 1.3 billones de pesos. Con respecto al mismo periodo de 2020, hay un incremento de 6.0% (59.3 mmdp). El gasto primario (aquél que no incluye el costo financiero) se ubicó en 947.5 mmdp, o sea, 8% mayor (73.8 mmdp) al observado en el primer bimestre del año pasado.

En febrero, la SHCP realizó una aportación patrimonial de 32.0 mmdp a Pemex, con el fin de amortizar su deuda. Si descontamos esta aportación, el gasto neto total al primer bimestre sería de 999.9 mmdp, y habría aumentado sólo 2.8% (27.2 mmdp) con relación al año previo.

Al analizar los componentes del gasto, observamos que el gasto programable[1] fue de 771.7 mmdp, o 13.8% por arriba (93.5 mmdp) con respecto al nivel observado en 2020. En contraste, el gasto no programable[2] acumula 260.2 mmdp, lo que lo ubica 11.6% (34.2 mmdp) por debajo del monto reportado en igual periodo de 2020.

En la estructura porcentual del gasto neto, el programable representa el 75% del total, y a su interior el mayor peso lo tiene el gasto corriente. Por su parte, los recursos del gasto no programable equivalen al 25% del gasto neto, siendo las participaciones el componente de mayor peso.



Gasto programable

Al interior de la clasificación económica del gasto programable, el gasto corriente se incrementó 7% (59 mmdp) con respecto a 2020, al ubicarse en 586 mmdp. Dicha subida es el resultado del incremento de otras erogaciones (91% o 6 mmdp) del rubro de otros gastos de operación, así como de un aumento de 91% (33 mmdp) en los subsidios y transferencias.

El gasto de capital acumuló a febrero 186 mmdp, lo que implicó un aumento de 43% (56 mmdp). Es el rubro de otros gastos de capital la fuente de este incremento: en febrero el gasto ascendió a 106 mmdp. Es un aumento de 217% (72 mmdp) con respecto a 2020.



La inversión física total se ubicó en 79.9 mmdp, lo que supone una reducción, en términos anuales, de 17.1% (-16.5 mmdp). Si no consideramos a Pemex, la caída fue de 17% (-8.6 mmdp). La inversión física de Pemex fue de 37.8 mmdp: disminuyó 17.3% (-7.9 mmdp) en términos anuales. Dicho nivel de inversión es similar al observado entre 2011 y 2012.



Las caídas en la inversión física presupuestaria en el primer bimestre de 2021 se observan en todos los rubros, pero destacan los siguientes:

  • Abastecimiento, agua potable y alcantarillado (-76.8%)
  • Educación (-54.4%)
  • Comunicaciones y transportes (-47.6%)
  • Hidrocarburos (-17.3%)


Por funciones, la inversión física se comportó de la siguiente forma:

  • La de Gobierno fue de 1.9 mmdp, lo que supone una reducción en términos anuales de 71.9% (-4.8 mmdp). A su interior, las subfunciones con mayores caídas son las de Otros servicios generales (-41%), Seguridad Nacional (-85%) y Relaciones exteriores (-14%).
  • La de Desarrollo Social fue de 34.8 mmdp; exhibió una disminución de 5.3% (-1.9 mmdp). Por componentes destaca la caída en el gasto en Recreación, Cultura y Otras Manifestaciones Sociales (-100%), Protección Ambiental (-69%) y Salud (-13%).
  • La de Desarrollo Económico se ubicó en 43.2 mmdp; con respecto a 2020 se redujo 17% (-8.2 mmdp). Si no consideramos el gasto en el rubro de Combustibles y Energía, este tipo de inversión sería sólo de 3.2 mmdp, y habría caído 18.5% (-9.8 mmdp). De este tipo de inversión destaca la disminución anual en Ciencia, Tecnología e Innovación (-100%), Agropecuaria, Silvicultura, Pesca y Caza (-78%) y Transporte (-32%); pero resaltan también los aumentos en los rubros de Asuntos Económicos, Comerciales y Laborales en General (781%) y Turismo (-100%).


En su clasificación administrativa, destaca el gasto programable del Gobierno federal, que fue de 618 mmdp, 1.3% superior al del mismo mes de 2020. A su interior:

  • Los entes autónomos presentaron un gasto de 15.4 mmdp, 12% menor al acumulado a febrero de 2020. Destacan, por un menor gasto en términos de su variación porcentual, el Inegi (-74%), la Fiscalía General de la República (-29%), el IFT (-22.3%) y el Poder Judicial (-5%). En cambio, en el INE se incrementó el gasto en 68% anual.

El gasto de la Administración Pública Centralizada ascendió a 602.6 mmdp, con un aumento real anual de 14%, para fortalecer las acciones y programas de protección social. Dentro de ella destacan:

  • Los Ramos Administrativos, que sumaron 236.4 mmdp, con un incremento anual de 38%. Las mayores reducciones, en términos porcentuales, se observaron en Presidencia de la República (-47%), Entidades no Sectorizadas (-39%), Seguridad Pública y Protección Ciudadana (-32%) y Salud (-27%). Por otra parte, destaca la subida de 1,373% (1.3 mmdp) en el gasto programable de Sedatu, seguido por el aumento de 236% (4.4 mmdp) de la Sener y de 131% en Bienestar.
  • Los Ramos Generales, que aumentaron su gasto programable en 2%, sumando 366.3 mmdp, principalmente por el incremento anual de 7% de las Aportaciones a la Seguridad Social. Por su parte, las Previsiones y Aportaciones para los Sistemas de Educación Básica, Normal, Tecnológica y de Adultos presentaron una caída de 22% anual; las Provisiones Salariales y Económicas se redujeron 10% y las Aportaciones Federales para Entidades Federativas y Municipios (Ramo 33) vieron disminuidos sus recursos en 2%.

En las entidades bajo control presupuestario directo el gasto fue de 355 mmdp, 10% mayor que el del mismo periodo del año pasado. Por componentes, el gasto programable de Pemex fue de 98.9 mmdp, con un incremento anual de 22%; el del IMSS fue de 117.5 mmdp, con un crecimiento de 11.3%, y el del ISSSTE de 76.4 mmdp, con una disminución de 0.6% anual. En cambio, el de CFE fue de 62.8 mmdp: un incremento de 6% anual.



En términos de la clasificación funcional del gasto programable, la función Gobierno sumó 41.75 mmdp, y tuvo una caída anual de 18%. Destaca la disminución de gasto en Otros servicios generales (-69%), Justicia (-23%), Seguridad Nacional (-19%) y Asuntos Financieros y Hacendarios (-17%). Sólo en la Coordinación de la Política de Gobierno el gasto se incrementó en 41%.

El gasto conjunto en las funciones de Desarrollo Social y Desarrollo Económico llegó a 720.4 mmdp, y concentró el 93% del total de las erogaciones, brindando protección a la población vulnerable y dando impulso a la actividad económica, prioridad en los primeros dos meses del año, de acuerdo con el informe de la SHCP. En particular, el gasto en la función de Otros Asuntos Sociales fue de 5 mmdp, y fue 1,147 veces mayor al gasto observado a febrero de 2020. Por su parte, los fondos de estabilización –Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios-FEIP y Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas-FEIEF– vieron disminuidos sus recursos en 20%.



Gasto no programable

Los tres componentes de este gasto presentaron caídas anuales:

  • Las Adefas y otros se ubicaron en 3.2 mmdp, presentando una disminución real anual de 82% (-14.9 mmdp);
  • El costo financiero fue de 84.5 mmdp, con una reducción de 15% (-14.6 mmdp), y
  • Las participaciones, con un nivel de 172.6 mmdp y una caída de 3% (-4.8 mmdp).


¿Cómo se comportó el gasto neto respecto a la meta en el PEF2021?

En relación con su meta inicial establecida en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 (PEF2021), a febrero de 2021 el gasto neto total del Sector Público presentó un subejercicio de 5% (-127.3 mmdp); no estuvo tan alejado de la meta estimada, que es de 1.08 billones de pesos. El gasto observado fue de 1.03 billones de pesos. Por componentes:

  • El gasto programable presentó un subejercicio de 3.7% (-29.5 mmdp), respecto a la meta del PEF2021. El dato mensual aprobado fue de 801 mmdp, y el observado de 771.7 mmdp.
  • El gasto no programable exhibió un mayor subejercicio: se quedó 8.6% (-24.6 mmdp) por debajo de la meta calendarizada a febrero, que era de 285 mmdp.
  • El costo financiero aprobado fue de 93.2 mmdp, y el observado alcanzó los 84.5 mmdp, por lo que exhibió un recorte de 9.4% (-8.8 mmdp).


Por componentes del gasto programable:

El Gobierno federal presentó un ligero subejercicio de 0.4% (-2.3 mmdp):

  • Ramos autónomos (-41% o -11 mmdp)
  • Ramos generales (-9% o -56.6 mmdp)
  • Excepto en los Ramos administrativos… (37% o 64.1 mmdp)

En conjunto, los organismos de control presupuestario directo exhibieron un subejercicio de 9% (-11.5 mmdp):

  • ISSSTE (-37% o -44.6 mmdp)
  • Sin embargo, el IMSS tuvo un sobrejercicio de 28% (25.2 mmdp).

En las Empresas Productivas del Estado, un subejercicio de 8% (-19 mmdp):

  • Pemex (-10% o -15.8%)
  • CFE (-4% o -3.3%)

Por componentes del gasto no programable:

  • Las Participaciones presentaron un sobrejercicio de 8% (13.1 mmdp).
  • Adefas, un subejercicio del 90% (-28.9 mmdp).


Gasto Federalizado

Durante el primer bimestre de 2021, la Recaudación Federal Participable (RFP) sumó 608.0 mmdp, lo que representó una disminución de 4.8% (-30.6 mmdp) respecto a igual periodo de 2020, resultado de menores ingresos en sus componentes tributarios (0.1% por debajo) y petroleros (51.7%).

El gasto federalizado, es decir, las transferencias que realiza el Gobierno Federal a los estados y municipios, fue de 319.7 mmdp, lo que se tradujo en una disminución real de 3.7% (-12.4 mmdp) respecto al mismo periodo de 2020. La caída anual en el gasto federalizado fue resultado de la disminución en cuatro de sus componentes: Convenios de Descentralización[3] (31.8%); Subsidios[4] (18.4%) –por una disminución en el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas–; Aportaciones-Ramo 33[5] y Participaciones-Ramo 28[6] (caída de 2.7%, cada una) –éstas últimas debido a una menor RFP–.



A febrero de 2021, las participaciones a entidades federativas se ubicaron en 172.6 mmdp, lo que significó una disminución de 2.7% (-4.8 mmdp) respecto a los recursos recibidos en el mismo periodo de 2020 (177.4 mmdp). Esto se debió a una menor recaudación. Los principales componentes del Ramo 28 tuvieron caídas anuales; destacan las de los fondos con mayores recursos: el Fondo General (2.2%), el Fondo de Fomento Municipal (2.2%) y el Fondo de Fiscalización (1.0%).

La disminución de los recursos vía Participaciones Federales se reflejó en menores crecimientos en 25 entidades federativas; en 16 disminuyeron por arriba del promedio nacional. Las más afectadas fueron: Baja California Sur y Oaxaca (12.8%, cada una), San Luis Potosí (11.3%), Guanajuato (10.2%) e Hidalgo (8.8%). Sólo siete recibieron mayores recursos, respecto al mismo periodo del año anterior: Colima (15.5%), Sinaloa (14.6%), Durango (13.7%), Veracruz (10.5%), Michoacán (7.1%), Coahuila (3.0%) y Morelos (0.9%).

Las aportaciones a entidades federativas y municipios ascendieron a 134.8 mmdp, lo que significó una reducción anual de 2.7% (-3.8 mmdp), la cual se explica por las disminuciones en siete de sus ocho fondos:

  • Fondo de Aportaciones Múltiples-FAM (5.2% por debajo).
  • Aportaciones para la Infraestructura Social-FAIS, Fortalecimiento de los Municipios-FAFM, y de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas-FAFEF (4.7%, cada uno).
  • Aportaciones para los Servicios de Salud-FASSA (3.1%).
  • Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo-FONE (1.5%).
  • Aportaciones para la Seguridad Pública-FASP (0.1%).

Por su parte, los recursos del Fondo de Aportaciones para la Educación Tecnológica y de Adultos-FAETA aumentó 2.4% en términos anuales. Por su parte, los fondos cuyos recursos están destinados al desarrollo regional (Infraestructura social y fortalecimiento de entidades) siguen teniendo disminuciones en sus transferencias.

28 entidades federativas presentaron disminuciones en sus recursos recibidos vía transferencias del Ramo 33; destaca Ciudad de México, con una caída de 15.7%. Por su parte, sólo tres entidades presentaron incrementos en sus recursos recibidos a través de las Aportaciones: Sonora, Tabasco y Baja California Sur.



El balance del Sector Público y sus Requerimientos Financieros

El Balance Primario se ubicó por debajo de su meta calendarizada, ya que presentó un déficit de 13.6 mmdp; el programado era un déficit de 53.9 mmdp.

El Balance Público se encontró por debajo de lo calendarizado para el primer bimestre de 2021: fue de -99.0 mmdp, cuando se tenía un déficit estimado de -147.1 mmdp. En el mismo periodo de 2020 se registró un superávit de 11.1 mmdp.

El costo financiero fue de 84.5 mmdp, inferior al programado de 936.3 mmdp.

La medida más amplia de endeudamiento público, los Requerimientos Financieros del Sector Público o RFSP, fue de -100 mmdp, mayor al dato reportado en febrero de 2020, que fue de -17.5 mmdp.

En febrero el Saldo Histórico de Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), o deuda neta total, fue de 12 billones 336.0 mmdp; se incrementó 8.5% o 970.4 mmdp respecto a febrero de 2020. El 53.1% de la variación en el SHRFSP respecto al cierre de 2020 obedeció a un aumento del tipo de cambio del peso respecto al dólar.



ANEXO DE INDICADORES


[1] Erogación plenamente identificable con cada uno de los programas del Presupuesto de Egresos de la Federación. Incluye las erogaciones que realiza la administración pública central en la prestación de servicios y en inversión pública, así como las asignaciones que las entidades paraestatales de control presupuestario directo destinan a la producción de bienes y servicios que aumentan en forma directa la oferta global de los mismos. Excluye el servicio de la deuda que corresponde a transacciones financieras, las participaciones a estados y municipios y los estímulos fiscales, cuyos efectos económicos se materializan vía las erogaciones de los beneficiarios.

[2] Erogaciones que por su naturaleza no es factible identificar con un programa específico, tales como los intereses y gastos de la deuda; participaciones y estímulos fiscales, y las ADEFAS.

[3] Corresponden a acciones de colaboración y coordinación entre las dependencias federales y los gobiernos de las entidades federativas.

[4] Incluyen recursos que son entregados a las entidades federativas y municipios a través de diversos ramos de la Administración Pública Centralizada. Estos se destinan para apoyar el desarrollo conforme a lo establecido en las disposiciones jurídicas aplicables y se ejercen de acuerdo a lo señalado en el PEF de cada año.

[5] Las aportaciones federales del Ramo General 33 se establecen como recursos que la Federación transfiere a las haciendas públicas de los Estados, Distrito Federal, y en su caso, de los Municipios, condicionando su gasto a la consecución y cumplimiento de los objetivos que para cada tipo de aportación dispuesta en la Ley de Coordinación Fiscal (LCF).

[6] Forman parte del gasto no programable y derivan del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, que es un mecanismo por medio del cual se acuerda el ejercicio de las facultades tributarias entre los distintos niveles de gobierno que componen un Estado. Son un mecanismo de compensación a los gobiernos locales, dependiendo de la Recaudación Federal Participable (RFP).

Números de Erario: gasto en salud en febrero de 2021

A febrero, el gasto de las instituciones de salud acumula, en conjunto, un subejercicio de 20.6% (-20.3 mmdp). El caso de la Secretaría de Salud es sumamente inquietante: se le aprobó un presupuesto de 22.9 mil millones de pesos (mmdp) para el primer bimestre del año, pero al cierre de éste se ejercieron sólo 9.9 mmdp. Es decir, un subejercicio de 57% (-13 mmdp), a pesar de que estamos todavía en medio de una crisis sanitaria y de que se trata de la institución que atiende a usuarios que no cuentan con seguridad social y, por ende, presumiblemente son los más vulnerables. Con este subejercicio, no extraña que esta secretaría sea la que menos avance tiene en el ejercicio del gasto, con respecto al presupuesto anual: 7%.

En contraste, el IMSS gastó 8% más de lo aprobado, y las transferencias federales a través del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA) a los estados se ubicaron 7% por arriba de las calendarizadas. Hasta febrero, todos los estados recibieron un monto acumulado mayor al previsto en el calendario.

Es probable que parte de los recortes en el gasto en salud tengan su origen en la caída de la inversión física. Si consideramos el contexto de crisis sanitaria en el que estamos inmersos (la cual se define no sólo por el embate del coronavirus, sino también por la desatención de varios padecimientos –enfermedades crónicas o cáncer– y de circunstancias de salud como el embarazo[1]), el subejercicio en este rubro se observa monumental, desconcertante. En el primer bimestre la inversión física ya acumuló un subejercicio de 38%, que fue 16% menor a lo que se ejerció en el mismo periodo de 2020. Todas las instituciones de salud subejercieron recursos en este rubro: el ISSSTE continúa sin ejercer recursos en este rubro, a pesar de tenerlos aprobados; el IMSS gastó 7% menos de lo previsto y la Secretaría de Salud, 29% menos.

¿Cuál es el origen preciso de estos subejercicios? Lo conoceremos en el siguiente informe, el trimestral, cuando obtengamos información por objeto de gasto. ¡No se lo pierdan!

¿Cómo avanzó el gasto funcional en salud en el primer bimestre del 2021?

El gasto en salud comenzó con ritmo lento en los primeros meses del año. En el primer bimestre se gastaron apenas 72.6 mmdp en salud, de acuerdo con su clasificación funcional[2]. Para 2021 se aprobaron 670.3 mmdp para este fin, así que el monto ejercido hasta febrero representa un avance del 11% en este presupuesto. El detalle: si los recursos se gastaran de manera uniforme a lo largo del año, este gasto debería ocupar ya 17% del total programado.

Estos 72.6 mmdp pagados en el bimestre implican un incremento de 9.6%, si se comparan con lo gastado en el año previo. En lo que llevamos de 2021, el gasto en salud fue muy similar al promedio observado desde 2007, y apenas superó el gasto observado en los primeros dos años de esta administración.



¿Cómo gastaron las principales instituciones del sector salud en el primer bimestre de 2021?

A falta de información oportuna por institución del gasto funcional en salud, en esta sección le damos seguimiento al gasto realizado por las principales instituciones de salud[3], sin incluir el pago de pensiones y jubilaciones, en el caso IMSS y el ISSSTE.

El presupuesto de la Secretaría de Salud, el FASSA, el IMSS y el ISSSTE (éstos dos últimos, reiteramos, sin incluir el pago de jubilaciones y pensiones) sumará en el año 703.7 mmdp, de los cuales hasta febrero enero se ejercieron 78.3 mmdp. Este monto equivale a 11% del presupuesto anual. El gasto de estas instituciones, aunque es 7.2% mayor (5.2 mmdp) al ejercido en 2020, es 20.6% menor (-20.3 mmdp) a lo que se tenía previsto ejercer en el bimestre.

En dos de las cuatro instituciones se refleja este subejercicio: la Secretaría de Salud y el ISSSTE. En cambio, el gasto del IMSS y el FASSA superó las expectativas planteadas en el presupuesto original y también el gasto del año pasado.

El caso de la Secretaría de Salud es sumamente preocupante, pues se le aprobó un presupuesto de 22.9 mmdp para el bimestre, pero al cierre se ejercieron sólo 9.9 mmdp; esto es, un subejercicio de 57% (-13 mmdp) en los primeros meses del año, a pesar de que esta secretaría atiende a los usuarios más vulnerables, los que no cuentan con seguridad social. Su avance en el ejercicio del gasto con respecto al presupuesto anual es de 7%.

Para el ISSSTE se tenía previsto un gasto de 20.2 mmdp, de los cuales sólo se ejercieron 8.8 mmdp. Es decir, la institución sufrió un recorte de 57% (-11.4 mmdp) en el uso de los recursos. Con respecto al presupuesto anual, registra un avance de 8%.

El IMSS reportó un gasto de 41.4 mmdp, 8% por arriba (3 mmdp) de su presupuesto original para el bimestre (38.2 mmdp), y 31% superior (5.6 mmdp) al presupuesto aprobado para enero.

Entretanto, los recursos del FASSA transferidos a los estados sumaron 18.5 mmdp, lo que es un 7% por encima (1.1 mmdp) del monto calendarizado, aunque un 3% por debajo del monto observado en 2020.



El FASSA a detalle

Se han transferido 18.5 mmdp a los estados a través del FASSA; con respecto al presupuesto anual eso representa un avance de 17%. Los recursos hasta ahora transferidos se encuentran 7% por encima de lo previsto en el calendario pero, nuevamente, están por 3.1% debajo de las transferencias realizadas en el mismo periodo de 2020.

Hasta febrero todas las entidades federativas han recibido mayores recursos que los previstos en el calendario. Con respecto a 2020, en sólo cuatro estados las transferencias fueron mayores a las observadas: Puebla (6% por arriba), Tabasco (7%), Quintana Roo (2%) y Sonora (3%). Los 28 estados restantes recibieron menos recursos que los obtenidos en 2020; sobresalen por tener los mayores recortes Michoacán (15% por debajo), Aguascalientes (12%), Estado de México (8%) y Tamaulipas (8%).



¿Cuánto gastaron las instituciones de salud en febrero?

En febrero, el gasto aprobado para el IMSS, el ISSSTE, el FASSA y la Secretaría de salud fue de 42.3 mmdp, de los cuales se ejercieron 40.3 mmdp. Es decir, el subejercicio fue de 8% (-2.6 mdp) en el mes.

Sólo en este mes la Secretaría de Salud ejerció 88% más recursos de lo previsto, lo cual contrasta con el subejercicio de 86% observado en el mes de enero. Recordemos que en el gasto acumulado, esta Secretaría tiene un recorte de 57%.



¿Cuánto gastaron las instituciones de salud en inversión física en el primer bimestre?

Inquieta el subejercicio observado en el gasto de infraestructura para la salud, pues la crisis sanitaria en la que estamos inmersos no sólo se define a partir de la pandemia en sí, sino también por una falta de capacidad instalada que ha provocado, en parte, que varios padecimientos hayan dejado ser atendidos. En el primer bimestre la inversión física ya acumuló un subejercicio de 38%, y fue 16% menor a la que se realizó en el mismo periodo de 2020. Todas las instituciones de salud subejercieron este rubro.

El gasto en inversión física en salud –que incluye inversión directa, subsidios, transferencias y aportaciones– aprobada para el año es de 16 mmdp. Supone presupuesto para el IMSS, el ISSSTE y la Secretaría de Salud. En el primer bimestre gastaron 0.3 mmdp; es decir, sólo se ha ejercido el 2% del presupuesto anual.

Para el primer bimestre se tenía planeado gastar el equivalente al 3% de la meta anual, pero el gasto observado avanzó sólo 2%; es decir, se encontró un punto porcentual por debajo del plan original.

Por institución, el gasto en inversión física se realizó de la siguiente manera:

  • El ISSSTE continúa sin ejercer recursos en el rubro de inversión física. Para el bimestre tenía planeado ejercer 92.5 millones de pesos (mdp).
  • La Secretaría de Salud tuvo un subejercicio de 29%. De los 228 mdp aprobados en el presupuesto original gastó 162 mdp.
  • El IMSS tenía aprobados 117 mdp de los cuales ejerció 108 mdp; con esto su subejercicio es de 7%.

Con relación a 2019, sólo el IMSS gastó más recursos en inversión física, y lo hizo en 18%. En cambio, este gasto en la Secretaría de Salud fue 23% menor.



¿Cuánto gastaron las instituciones de salud en inversión física en febrero?

En el mes de febrero se tenía previsto un gasto en inversión física de 295.4 mdp, de estos se ejercieron 177.7 mdp. El presupuesto original considera recursos para el IMSS, el ISSSTE y la Secretaría de Salud; no obstante, en el mes sólo la Secretaría de Salud y el IMSS ejercieron algo de los recursos asignados. De cualquier forma, tuvieron un subejercicio de 29% y 3%, respectivamente.



[1] De acuerdo con la información de los Cubos Dinámicos de la Secretaría de Salud, en 2020 hay una reducción de 43% en las consultas de primera vez o subsecuentes para atender a mujeres con diferentes tipos de cáncer. También se redujeron en 39% el número de consultas a embarazadas que se encuentren en el primer trimestre de gestación y en 43% las consultas puérperas. Además, la atención a pacientes con diabetes, hipertensión y obesidad tiene una caída de 49% en las Unidades de Especialidades Médicas en Enfermedades Crónicas.

[2] El gasto funcional en salud incluye el presupuesto de las Aportaciones a Seguridad Social, del FASSA, el IMSS, el ISSSTE, la Secretaría de Salud, la Secretaría de Marina y Defensa Nacional que tiene como objetivo la prestación de servicios de salud, productos, útiles y equipo médico, productos farmacéuticos, aparatos y equipos terapéuticos.

[3] En los reportes mensuales de la SHCP el gasto funcional en salud no se puede desagregar por ejecutor. Por lo tanto, a partir de esta sección y en adelante realizamos el seguimiento del gasto neto total de la Secretaría de Salud, el IMSS y el ISSSTE sin incluir el gasto en pensiones y jubilaciones como un aproximado del gasto funcional en salud. Dentro del gasto analizado en esta sección y en las siguientes incluimos parte del presupuesto de estas secretarías destinado a funciones de salud, ciencia, tecnología e innovación, coordinación de la política de gobierno y protección social.

Números de Erario: gasto en salud en enero de 2021

A lo largo de 2020 documentamos recortes consecutivos en el gasto en salud y en inversión física del IMSS, el ISSSTE, la Secretaría de Salud y de las transferencias del FASSA, incluso en los momentos más álgidos de la pandemia. Inició el año y con él las expectativas de que esta vez los recursos asignados a la salud se gasten en tiempo y forma, en línea con el presupuesto aprobado.

Sin embargo, el primer mes de 2021 sugiere que es poco probable que tales expectativas se cumplan, ya que el gasto de las instituciones de salud, en conjunto, se colocó un 30% (17 mmdp) por debajo de lo previsto en enero. Tanto en el ISSSTE como en la Secretaría de Salud el subejercicio fue mayor a 50%. Estos recortes contrastan con lo observado en el IMSS, que gastó 31% más de lo aprobado, y con las transferencias a través del FASSA a los estados, que fueron 12% mayores a las calendarizadas. De hecho, siete estados recibieron un monto 15% mayor al calendarizado.

En la inversión física también observamos recortes. El ISSSTE llegó al extremo de no gastar recursos en este rubro, a pesar de tenerlos aprobados. El IMSS gastó 38% menos de lo aprobado, y la Secretaría de Salud 39% menos.


¿Cómo avanza el gasto funcional en salud en el primer mes del año?

El gasto funcional[1] aprobado para 2021 es de 670.3 mil millones de pesos (mmdp). Al primer mes del año ya se ejercieron 38.1 mmdp, el equivalente a 6% del gasto aprobado.

Esos 38.1 mmdp pagados en enero de este año están 26% (7.9 mmdp) por arriba de los gastados en enero de 2020. Desde enero de 2018 el monto gastado a principios de año no alcanzaba los 38 mmdp, que es el promedio del gasto funcional en salud entre 2007 y 2020.



¿Cómo gastaron las principales instituciones del sector salud en el primer mes de 2021?

A falta de información oportuna por institución del gasto funcional en salud[2], en esta sección le damos seguimiento al gasto realizado por las principales instituciones de salud, sin incluir el pago de pensiones y jubilaciones en el caso IMSS y el ISSSTE[3].

En conjunto, el presupuesto de la Secretaría de Salud, el FASSA, el IMSS y el ISSSTE —estos dos últimos sin incluir el pago de jubilaciones y pensiones— suma 703.7 mmdp. En enero se ejercieron 39.3 mmdp, que equivalen a un avance de 6% en el presupuesto total. Los 39.3 mmdp erogados están 30.3% (17.1 mmdp) por debajo del monto que se tenía planeado gastar el primer mes (56.4 mmdp), pero 26% por arriba de lo ejercido el año pasado.

A pesar de que el monto total de estas instituciones refleja un subejercicio, no todas las instituciones de salud gastaron menos de lo previsto, ya que tanto el gasto del IMSS como el monto de las transferencias realizadas a los estados a través del FASSA se encontraron por encima de su meta mensual. El primero reportó un gasto de 23.6 mmdp, el cual está 31% (5.6 mmdp) por arriba del presupuesto aprobado en enero; en el caso del segundo, los recursos sumaron 10.7 mmdp, y se colocaron 12% (1.2 mmdp) por encima del monto calendarizado.

En contraparte, la Secretaría Salud erogó sólo 2.7 mmdp, monto 86% (-16.4 mmdp) menor a lo previsto en el mes (19.1 mmdp). El ISSSTE también tuvo un recorte importante, al ejercer sólo 2.3 mmdp de los 9.7 mmdp aprobados; inició el año gastando 76% (2.3 mmdp) menos de lo planeado.

Durante enero, son las transferencias del FASSA las que tienen un mayor avance con relación al presupuesto anual: 10%. Le sigue el IMSS, al ejercer 7% del presupuesto anual, y en último lugar están la Secretaría de Salud y el ISSSTE, con un avance de 2% para cada institución.



El FASSA a detalle

En el año se planea que las transferencias a los servicios de salud de los estados, a través del FASSA, asciendan a 109.5 mmdp. En enero ya se transfirieron 10.7 mmdp, el equivalente a 10% del presupuesto aprobado. Los recursos transferidos fueron 12% (1.2 mmdp) mayores a lo previsto en el calendario; no obstante, se quedaron 5.7% (0.7 mmdp) por debajo del monto transferido en 2020. Cabe mencionar que el monto transferido este mes es muy similar al de los últimos cinco años.

En enero todas las entidades federativas recibieron mayores recursos a los previstos en el calendario, pero en casi todos los estados el monto transferido fue menor al que recibieron en 2020. En este sentido, destacan Michoacán y el Estado de México, que recibieron aproximadamente 15% menos recursos. Hidalgo y Sonora son la excepción: recibieron 6% y 4% más recursos que en 2020, respectivamente.

Fueron siete estados los que recibieron 15% más recursos que los calendarizados: Puebla (23%), Veracruz (20%), Oaxaca (19%), Zacatecas (19%), Chiapas (17%), Guanajuato (17%) y Tlaxcala (16%).



¿Cuánto gastaron las instituciones de salud en inversión física en enero?

La inversión física en salud aprobada en el año es de 16 mmdp para el IMSS, el ISSSTE y la Secretaría de Salud (en ella se incluye la inversión directa, subsidios, transferencias y aportaciones). En enero estas instituciones gastaron 0.09 mmdp; es decir, hubo un avance del gasto en inversión física de 0.6%, con respecto a la meta anual.

Si bien en el primer mes se tenía planeado gastar el equivalente a 0.9% de la meta anual, el gasto observado de 0.6% no está tan alejado del plan original. Sin embargo, preocupa que en el primer mes de 2021 la inversión física ya tenga un subejercicio de 35%, y que sea 20% menor a la que se realizó en 2020.

Y preocupa aún más que todas las instituciones de salud subejercieron o no ejercieron recursos en este rubro. En enero, la inversión física se realizó de la siguiente manera:

  • El ISSSTE tenía planeado ejercer 9.2 millones de pesos (mdp), pero no ejerció recursos.
  • El IMSS gastó sólo 10.1 mdp de los 16.2 mdp aprobados; esto implica que la institución inició el año con un recorte de 38% (6 mdp) en el gasto de este rubro.
  • La Secretaría de Salud fue la institución que más recursos ejerció en este rubro: 82.6 mdp, pero incluso así se quedó corta con respecto a la meta mensual, de 116.8 mdp. El subejercicio en este mes fue de 29% (34.2 mdp).

Con relación al año previo, sólo el IMSS gastó 141% más recursos en inversión física. Entretanto, el gasto de la Secretaría de Salud fue 24% menor.


[1] El gasto funcional en salud incluye el presupuesto de las Aportaciones a Seguridad Social, del FASSA, el IMSS, el ISSSTE, la Secretaría de Salud, la Secretaría de Marina y Defensa Nacional que tiene como objetivo la prestación de servicios de salud, productos, útiles y equipo médico, productos farmacéuticos, aparatos y equipos terapéuticos.

[2] En los reportes mensuales de la SHCP el gasto funcional en salud no se puede desagregar por ejecutor. Por lo tanto, a partir de esta sección y en adelante se realiza el seguimiento del gasto neto total de la Secretaría de Salud, el IMSS y el ISSSTE sin incluir el gasto en pensiones y jubilaciones como un aproximado del gasto funcional en salud. Dentro del gasto analizado en esta sección y en las siguientes, se incluye parte del presupuesto de estas secretarías destinado a funciones de salud, ciencia, tecnología e innovación, coordinación de la política de gobierno y protección social.

[3] Pero en este gasto si se incluye la clasificación funcional en salud y otras clasificaciones.